9. Calor (El Hierofante)
7 de octubre de 2025, 22:00
Jiang Cheng aún tenía la mirada del joven en su cabeza, el cómo la tristeza y la desesperanza surcaban sus ojos cuando le miró. Recordaba esa mirada, era la misma que había tenido hacía unos años cuando perdió a sus padres, esos eran los ojos que había reflejados en el espejo cada que veía su rostro reflejado. Giró a Zidian en su dedo mientras miraba las imágenes de vigilancia, había olvidado incluso tomar sus medicinas e ignoraba el dolor en su brazo hasta que sintió como alguien tocaba su hombro.
Giró su mirada de inmediato, un quejido silencioso se podía escuchar desde su garganta, estaba dispuesto a insultar a la persona que había hecho aquello cuando notó que era Lan Xichen— Lan Huan, ¿se está volviendo una costumbre? —preguntó con una sonrisa torcida y su ceño fruncido.
Xichen sonrió solamente extendiendo su mano con el medicamento— Me dijiste que seguirías las ordenes médicas, estaban en tu escritorio, casi llenas— indicó, su sonrisa se borró unos momentos antes de que Jiang Cheng tomara el medicamento con cuidado— ¿Quieres que te de una incapacidad indefinida? —preguntó.
Jiang Cheng le miró, sus ojos llenos de angustia y enojo— No, ni se te ocurra siquiera sugerirlo— indicó tomando el medicamento a regañadientes— Ya lo tomé, ¿Ves? Estoy bien, no es nada que no pueda soportar.
Xichen suspiró, de nuevo, observando el brazo de su compañero. Se acercó más tocando este con suavidad notando el dolor en su expresión cuando lo hizo— ¿Es enserio? —el tono de voz del mayor había salido molesto, y no era para menos— Esto no es estar precisamente bien, ni siquiera es estar un poco bien.
—Estoy bien, Lan Huan— indicó con un tono brusco, tratando de zafarse de su agarre, pero el dolor en su brazo le impedía moverlo correctamente.
—No, no lo está. Y no me llames así en la oficina— insistió el mayor con seriedad. Jiang Cheng se congeló por un momento, no lo había notado, se había vuelto natural llamarlo de esa forma, ¿por qué antes no había reaccionado? Tal vez se estaba tomando demasiadas libertades con él.
—Pido disculpas, Zewu-jun— respondió finalmente con un tono seco— Había olvidado la cadena de mando, pensé que aún éramos compañeros— tal vez era la medicina, o la situación, pero se encontraba realmente irritado por ello, le molestaba que después de meses, después de tantas veces llamándole de esa.
—Wanyin— llamó el mayor, suspirando, calmándose— Aún somos compañeros, pero en la oficina, el que me llames por ese nombre, no es correcto.
El aludido no pudo discutir, era cierto. Su trato fuera de la oficina era distinto, dentro de esas cuatro paredes estaban obligados a respetar la formalidad de su oficio, el rango y el puesto del otro, eso incluía no hablarse tan informalmente. Levantó la mirada unos momentos, mirando a su mayor.
—Te reprendieron, ¿no es así? —preguntó notando como su mayor daba un paso atrás, desviaba la mirada y rascaba su mejilla en señal de vergüenza. Jiang Cheng se sintió aliviado, no había cambiado nada entre ellos, solo era una formalidad en el trabajo— No lo haré en la oficina, lo prometo.
—¿Qué no harás en la oficina? —podía reconocer esa dichosa y molesta voz en cualquier parte; Wei Wuxian. El joven de ojos oscuros le miraba con una sonrisa de lado a lado mientras se escabullía por el pequeño espacio entre la puerta y la pared. Jiang Cheng gruñó al verle.
—Entrometido, ¿Qué haces aquí? —preguntó Jiang Cheng con el ceño fruncido notando como el aludido soltaba una suave risa.
—Zewu-Jun nos llamó a Lan Zhan y a mí para evaluar la situación— indicó entrando, tras él estaba Lan Wangji con aquella mirada impasible. Ambos entraron al lugar y se acercaron a las imágenes donde las cámaras de vigilancia habían captado movimiento desde el apartamento del joven donde habían interceptado a aquella mujer y habían seguido el rastro del vehículo hasta esa bodega.
Jiang Cheng suspiró profundamente mirando las notas que había en la carpeta. Aún le costaba moverse debido al cabestrillo, pero no iba a quejarse en un momento importante como ese— Hay que actuar rápido, si se escapan o descubren lo que sabemos podría pasarle algo— indicó con un tono serio, lleno de determinación— Esta es la bodega donde se vio por última vez esa camioneta, además de que se ha visto actividad en ella a pesar de estar abandonada.
—Entonces es un plan rescate— mencionó Wei Wuxian con un tono lleno de entusiasmo— ¿Cuál es el plan?
—Tendremos que entrar con cuidado— mencionó Lan Zhan quien observaba también los documentos con atención.
—Si, por eso me he contactado con operaciones especiales— indicó Xichen con un suave tono— Nos brindarán refuerzos— miró a su compañero cuando este suspiró. Sabía que no le agradaban para nada, era una rivalidad eterna entre ellos y Jiang Cheng que se había desencadenado desde hacía años, una que no entendía del todo— Necesitamos asegurar la zona y no tenemos suficientes recursos.
—Lo sé, lo sé— respondió Jiang Cheng a su pregunta no formulada.
—Pero no te agradan.
—Y no lo harán pronto— dijo sin un tono en específico— Tenemos que colaborar con ellos, lo tengo, no significa que me agrade. Volviendo a la misión, por favor, tenemos que entrar sin llamar la atención, debemos ir por el flanco derecho, es el que parece tener menos vigilancia.
—Pero… si vamos con fuerzas especiales, ¿no son ellos los que deciden la estrategia? —preguntó Wei Wuxian con la mano en su barbilla, gesto que se tensó al notar la mirada de Jiang Cheng quien parecía disgustado por aquel comentario— Bien, bien, no te enojes.
—Pienso que ese es su área de trabajo, Wanyin— dijo Xichen con un suave tono, tocando el hombro de Jiang Cheng haciendo que este le mirara por un momento y suspirara.
—Bien, los dejaré hacer su plan. Pero si no me agrada…
—Si, harás lo que quieras, lo sé— mencionó Xichen con un tono suave.
—El plan es entrar. Wei Wuxian y yo podríamos entrar y Zewu-jun podría encargarse del flanco derecho.
—Wei Ying no está en servicio— contestó Lan Wangji rápidamente.
—Lo sé, pero es el mejor, ya que mi compañero ahora es el comandante y no puede actuar sin una orden directa— miró al aludido de reojo haciendo que Lan Xichen suspirase.
—Bien, pero el joven Wei tendrá que ir con chaleco, no podemos arriesgarlo— mencionó el ahora comandante Lan.
Aunque el plan era sencillo podrían ocurrir situaciones que complicaban todo, y estas iniciaron desde que las fuerzas especiales miraron a Jiang Cheng arreglando su equipo. Saber que dentro de la fuerza había dos mangas cortadas era como un insulto para los hombres que conformaban las fuerzas especiales, más que todo porque siempre se había pensado que el frío y serio Lan Wangji se iba a casar con una hermosa y joven dama para tener unos hijos hermosos, dignos herederos de los Lan, y al enterarse de que se había casado de manera clandestina con el atrevido, desviado y, a sus ojos, traidor Wei Wuxian era como si los hubieran traicionado a ellos directamente.
Por supuesto Jiang Cheng no estaba del todo contento con el matrimonio de estos dos, mucho más porque toda esa melosidad tenía que verla a diario, como si no fuera suficiente tener que vivir con la idea de que su hermano jurado se había casado con otro hombre. Pero eso no significaba que otros podrían juzgar la forma de vivir de Wei Wuxian, ¡Solo él podía verlo de mala manera!
Miró al capitán de las fuerzas especiales con el ceño fruncido, Zidian despedía algunos rayos mientras se acercaba a este lentamente, aunque la mano de Lan Xichen y una mirada fueron suficientes para detener sus intenciones.
El capitán de las fuerzas especiales miró a Jiang Cheng, sin moverse un ápice de su lugar, pero con los ojos fijos en él, como si lo retase a que diera el siguiente movimiento, sin embargo, Lan Xichen no aflojó su agarre en el hombro de Jiang Cheng quien estaba tenso por la situación.
—Capitán Li— llamó Lan Xichen con un tono suave y una sonrisa llena de comprensión— Entiendo que haya tensiones entre su equipo y el mío por las elecciones que se hayan tomado en nuestras vidas, pero le quiero recordar que esta es una operación importante y debemos concentrarnos en ella.
El capitán suspiró, ajustando sus guantes al igual que frunciendo el ceño, no parecía especialmente feliz con la intervención de Lan Xichen, pero tampoco parecía estar en un posición en la que pudiera discutir fácilmente, mucho más cuando Wei Wuxian lo miraba con detenimiento.
—Entiendo su punto, comandante Lan— indicó el capitán con suavidad haciendo que el aludido sonriera suavemente.
—Gracias capitán Li. Es por el bien de la operación— el capitán asintió con lentitud y guio a su grupo para continuar con el trabajo sin decir más.
Jiang Cheng miró a su mayor y suspiró suavemente, moviendo su hombro un poco para quitar la mano de este. Su brazo aún dolía, pero no iba a demostrar eso frente al equipo de ese capitán engreído. Movió su hombro, preparándose para la operación, así como su cuello y suspiró sintiendo la mirada de Lan Xichen en su nuca.
—Estaré bien— susurró a su mayor con determinación.
La operación inició. Lan Xichen estaba fuera del edificio coordinando todo lo que había que hacer, los radios estaban activos mientras Jiang Cheng, Lan Wangji y Wei Wuxian entraban al edificio, al igual que un pequeño grupo de fuerzas especiales. No querían alertar a los hombres que estaban adentro y tampoco sabían si estaban armados o no.
Jiang Cheng estaba preparado para cualquier tipo de enfrentamiento, sosteniendo su arma con fuerza al igual que preparándose para usar a Zidian si era necesario. Sus ojos estaban fijos en su camino al frente, de vez en cuando podía ver a Wei Wuxian quien parecía relajado en aquella situación, sonriendo, siendo cuidadoso con lo que podría tirar con sus pies y caminando con gracia mientras observaba a su alrededor. Era curioso, pero el que estuviera así de tranquilo significaba que no había energía resentida en el lugar.
Suspiró suavemente. Escuchó ruido, algo cayéndose, miró a Wei Wuxian quien negó levemente— ¡Eres un estúpido! ¡¿Cómo dejaste que se fuera así sin más?! Te dije claramente que debías matarlo— era uno de los sujetos, no sabía si eran los de aquel tiroteo, pero por la situación dudaba que no fuera así.
—El cobarde no se atrevería a decirle algo a la policía— contestó el otro haciendo que Jiang Cheng sonriera de lado. “Pues lo hizo” pensó en silencio.
—Si no fuera por tu imprudencia el plan sería perfecto.
Jiang Cheng se asomó un poco para verle notando a la mujer atada en una silla, asustada, llorando por la situación y era entendible. Pudo ver a Lan Xichen tras los sospechosos, estaban rodeados por las fuerzas especiales quienes levantaron sus armas —¡Al suelo! —gritó el capitán Li haciendo que los sujetos levantaran las armas y apuntaran a estos, disparando, hiriendo al capitán. Jiang Cheng reaccionó rápidamente usando su Zidian para quitar las armas de los sujetos y lanzándolos al suelo antes que el equipo de fuerzas especiales le dispararan.
—¡Alto el fuego! —ordenó Lan Xichen. El equipo se detuvo de inmediato mientras el comandante se acercó a los sospechosos y a su compañero— Wanyin, ¿Estás bien?
—Ugh— reclamó Jiang Cheng levantando la cabeza del suelo— Maldita sea, Li— susurró suavemente, pero no reclamó en voz alta para no generar una discusión innecesaria, notando así la expresión aliviada de su mayor. Se levantó rápidamente, acercándose a la mujer quien tenía la cabeza agachada— Hey, señora, ¿Cómo está? —preguntó tomando la mejilla de la señora con delicadez notando el pánico en ella cuando abrió los ojos. Quiso gritar, pero al tener la boca cubierta solo produjo sonidos amortiguados— Tranquila, está a salvo— mencionó el oficial suavemente, quitando con cuidado la cinta de la boca y sonriéndole amablemente. Lan Xichen observó a su compañero, era curioso ver una sonrisa amable en su rostro, pero le parecía tan… guapo. Aún así retiró esos pensamientos de su cabeza, no era el momento, mucho menos la situación en la que debía pensar eso.
La mujer comenzó a llorar con fuerza. Lan Xichen volvió a la realidad y desató sus manos con cuidado tras acercarse haciendo que esta saltará a los brazos de Jiang Cheng con rapidez. Fue obvio que el joven no supo como reaccionar mas que sostenerla entre sus brazos sin evitar suspirar ante el llanto de la mujer.
—Tranquila— susurro suavemente acariciando su espalda, suspirando debido a todas las emociones por las que había transcurrido. Por supuesto que era este su deber, el servir y proteger a los que lo necesitaban, pero algunas veces era más difícil de lo que parecía.la conmoción.
——————
La reunión de madre e hijo fue algo que conmovió a muchos oficiales, y Jiang Cheng se veía afectado por ello. Lan Xichen podía ver como su compañero tenía aquella mirada perdida mientras veía como ambos se abrazaban y lloraban. Tomó el hombro de Jiang Cheng quien dio un leve salto por el toque repentino de alguien.
—¿Estás bien? —preguntó el mayor recibiendo una mueca de parte de Jiang Cheng y un chasquido de su lengua.
—No me hirieron, Zewu-jun— comentó suavemente, mirando a su mayor. Para Xichen parecía conflictuado, sus ojos parecían llenos de dolor, pero parecía como si solo pudiera expresarlo a él, o como si solo él lo pudiera entender.
—No hablo de eso, Jiang Cheng— indicó observando sus alrededores. Tomó el brazo de su contrario y entró en la oficina de su compañero— Pareces… dolido.
El contrario suspiró, bajando la mirada, tocando su anillo y girándolo en su dedo— Eso no es una novedad. Pero, eso no es importante. ¿En serio me llamaste por mi nombre? —soltó una suave risa— Estoy bien, solo sobre pienso las cosas, es todo.
—Si necesitas un descanso, lo que desees, puedo hablar con mi tío.
—No, en este momento un descanso es lo que menos quiero— su tono era serio al hablar, parecía decidido— No hemos resuelto la situación con Richard, y el suicidio del joven que interrogamos antes tampoco.
—¿Crees que tienen correlación? —preguntó el mayor sirviendo un poco de agua a su contrario quien la recibió con un gesto, asintiendo finalmente tras un sorbo— Entonces estamos enfrentándonos a algo más peligroso.
—O más grande…— indicó dejando el vaso a un lado, moviendo el vaso lentamente sobre la mesa— Ugh, me duele la cabeza de solo pensarlo.
—¿Tu hombro? —preguntó tocando aquel lugar, viendo como la expresión de Jiang Cheng cambiaba a una adolorida haciendo que bajara su brazo.
—Si, duele— comentó moviendo su hombro, ejercitando el músculo lentamente para mantenerlo calmado, pero sintiendo aquella punzada de electricidad recorrerle el cuerpo debido al dolor.
—Mucho más con el esfuerzo de hoy— indicó el mayor, tomando su muñeca con cuidado— Ve a descansar, lo necesitas.
—Estoy bien, Lan Huan, me siento bien. Esto no es nada en comparación a otras veces— miró al mayor notando la preocupación reflejada en sus ojos. No sabía cómo manejar el sentimiento en su estómago al verle de esa forma, realmente le aterraba la idea de que aquellos sentimientos por su mayor estaban creciendo, mucho más cuando sabía que no serían correspondidos.
—No debes comparar— indicó el contrario con un tono más serio, bajando su mirada, podía sentir como la mano ajena estaba fría.
—Lo sé— indicó tomando la mano de Lan Xichen y apartándola lentamente— Pero no es nada grave, Lan Huan, el mismo doctor lo dijo.
Lan Xichen iba a decir algo más cuando tocaron a la puerta de la oficina haciendo que aquella cercanía que se había formado entre ellos volviera a ser una distancia profesional. Sus manos se alejaron cuando la puerta fue abierta; Wei Wuxian.
—Am… disculpen por interrumpir— mencionó el joven Wei con una sonrisa haciendo que Lan Xichen negara.
—Está bien, no interrumpe, señor Wei, ¿Hay algo que necesite?
Wei Wuxian bajó su mirada, rascando su mejilla al notar la mirada de su hermano jurado quien parecía querer golpearlo— Bueno… Richard está hablando con Lan Zhan quien está tomando su declaración, y me preguntaba si… tal vez… podríamos beber.
—Ciertamente me debes una bebida— comentó Jiang Cheng con un tono seco, acercándose a Wei Wuxian — Bien, acepto. ¿Y tú, Lan Huan?