Sabe A Hogar

El siguiente programa empezó distinto. El set de MasterChef Celebridades tenía un aire más frío, casi clínico. Todo estaba igual: las estaciones limpias, los ingredientes en su lugar, las cámaras atentas. Pero algo se había corrido en el equilibrio invisible que solía envolverlos. Karen Page se paró frente al grupo con una tarjeta sellada. Su tono era el de siempre, pero sus ojos brillaban con algo distinto. —Esta semana, el azar decide. —Mostró un bol transparente con nombres adentro—. Cocinarán en duplas. Nadie elige. Nadie repite. Cocinar con alguien nuevo nos obliga a escuchar más y hablar menos. Los murmullos no se hicieron esperar. Sam ladeó la cabeza. Bucky frunció el ceño. T’Challa simplemente respiró hondo. Karen comenzó a sacar papeles. —Primera dupla: Sam Wilson y América Chávez. —Segunda: T’Challa Udaku y Yelena Belova. —Tercera: James Barnes y Johnny Storm. La pausa que siguió fue breve, pero suficiente para que todos los que prestaban atención notaran que algo se tensaba en el aire. —El reto de la semana – continuo Karen — preparar un menú completo en tres tiempos (entrada, plato fuerte, postre) que tenga un solo ingrediente estrella: maní. América sonrió como si aquello fuera una invitación a improvisar. Yelena soltó un chasquido y miró a T’Challa con el ceño ligeramente levantado. Johnny soltó un “esto va a ser divertido” que no convenció a nadie. Bucky solo le respondió con una mirada neutra y su ya habitual silencio. ________________ Las estaciones estaban más alejadas que de costumbre. Los equipos trabajaban sin cruzarse. Sin mirarse siquiera. Sam intentó bromear con América al inicio, pero ella parecía más interesada en comentar lo que T’Challa estaba haciendo del otro lado. —Él sí sabe montar un plato elegante —dijo—. Tiene manos de embajador incluso cuando pela ajíes. Sam sonrió con amabilidad. Pero el comentario se le quedó colgando en el pecho. ________________ Yelena y T’Challa discutían sobre proporciones. —No todo puede tener tu nivel de control —dijo ella, ajustando una salsa sin medir. —No todo debería carecerlo —respondió él, sin alzar la voz. No era enojo. Era incomodidad. Un tono forzado, como si la receta no estuviera saliendo ni en el fuego ni en la conversación. ________________ Johnny no paraba de hablar. —¿Sabes que pareces tipo chef en penitencia? —le dijo a Bucky mientras este lo ignoraba completamente. —¿Eso fue un cumplido? —respondió Bucky después de veinte minutos, sin dejar de picar cebollas. —Depende de si me dejas probar tu mousse de maní al final. —Depende de si dejas de hablar antes del postre. ________________ Durante los confesionales, las impresiones fueron mixtas. América: “Sam es súper dulce, pero algo lo tenía incómodo. Se notaba.” Yelena: “T’Challa es brillante. Pero guarda todo tan adentro que hasta su arroz parece contener secretos.” Johnny: “Bucky me odia. Eso es seguro. Pero lo respeto. Es como un ninja de la cocina triste.” ________________ El jurado probó los menús con seriedad. —El plato de Sam y América está balanceado. Pero no emociona —dijo MJ. —El de T’Challa y Yelena tiene técnica. Pero algo se siente... fuera de lugar —añadió Matt. —El de Bucky y Johnny... bueno, no explotó nada. Eso ya es un logro —bromeó Foggy. Karen no hizo chistes. —Hay semanas en las que no se trata de fallar. Sino de entender por qué no se sintió igual. Al final de la jornada, mientras el set se vaciaba y los focos se apagaban, algo sucedió en silencio. Bucky esperaba junto a la salida técnica con una bolsa de maní crocante en la mano. T’Challa apareció a los pocos segundos. Sam venía detrás, sin apuro. No hablaron. Bucky le ofreció la bolsa a Sam. T’Challa bajó la cabeza y sonrió apenas. Sam la aceptó sin decir palabra _______ estaba vacío, pero en la sala de prensa un televisor seguía encendido con el logo del Daily Bugle TV. Betty Brant aparecía frente a cámara, impecable y sonriente. —Bienvenidos a El sabor del drama —dijo—. Hoy, nuestros concursantes dejaron mucho más que platos sobre la mesa. Dejaron emociones a medio cocinar. Ned Leeds, divertido, señaló un clip: —Miren esto… Si alguien me mirara como Bucky miró ese arroz, ¡yo ya estaría pidiendo matrimonio! Lorna Dane rió y agregó: —Y la tensión entre T’Challa, Sam y Bucky… ¿alguien más sintió que estaban conectados telepáticamente? Betty levantó una ceja, mirando la pantalla detrás de ellos donde aparecían los hashtags del día: #TríoSilencioso, #EmociónYReceta, #CeloOGastronomía. —Yelena no se quedó atrás —dijo Lorna—. Esa frase sobre la “verdad que sabe a cebolla” ya es meme. Betty sonrió a cámara: —Así que si lo que querían era cocinar emociones, lo lograron. Ahora medio país se pregunta… ¿qué historia se estará cocinando detrás de esas tres estaciones? Los tres panelistas rieron mientras la cámara se alejaba, y en los televisores del fondo el hashtag #TríoSilencioso seguía multiplicándose. Afuera, todos comentaban el programa. Dentro del set, el silencio todavía tenía sabor a secreto.