ID de la obra: 1074

Sabe A Hogar

Gen
G
Finalizada
1
Tamaño:
50 páginas, 13.526 palabras, 12 capítulos
Descripción:
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A Fuego Lento

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El Programa radial matutino de Howard el Pato y Mantis era bastante popular Howard: ¡Buenos días, galaxia! Hoy seguimos hablando del episodio que nos dejó boquiabiertos: ¡T’Challa, Sam y Bucky cocinando juntos! La química en la cocina fue… explosiva, Mantis. Mantis: Definitivamente, Howard. No sé si el público está más interesado en la receta o en cómo esas miradas se sostuvieron durante cinco minutos seguidos… Howard: Y hablando de público… ¡tenemos llamadas! Primera llamada, hola, ¿quién habla? Oyente: Hola, soy Doreen desde Nueva York. Solo quería decir que vi el episodio y… ¡quiero que me adopten como su sous-chef! La química era tan intensa que casi derrito mi pantalla con el calor. Mantis: (risas) Doreen, yo también querría estar allí… para lavar los platos. Howard: Segunda llamada, vamos allá. Hola, ¿quién habla? Oyente 2: Hola, soy Marc desde El Cairo. Mi pregunta: ¿creen que los chefs estaban improvisando o que esto es parte de algún entrenamiento secreto de superhéroes? Porque no entiendo cómo alguien cocina así y sigue siendo elegante. Mantis: Hmm… no lo sé, Marc. Pero si tienen un secreto, no lo vamos a revelar… aún. Howard: Tercera llamada, ¡esto se pone interesante! Oyente 3: Hola, soy Jericho desde Haití. Estoy segura de que esto es un plan del gobierno para estudiar la química interpersonal entre superhéroes. Yo ya tengo la fórmula: T’Challa + Sam + Bucky = caos absoluto en el fandom. Mantis: (riendo) Jericho, eso es… bastante específico, debo admitir. Howard: Última llamada por hoy. Hola, ¿quién nos habla? Oyente 4: ¡Hola! Solo quería decir que el episodio fue increíble. La combinación de ingredientes y miradas… ¡necesito que hagan un tour gastronómico por mi ciudad! Mantis: (suspira) Howard, creo que acabamos de crear una legión de fans cocineros… y observadores muy atentos. Howard: Así es, Mantis. Mientras tanto, seguiremos observando y comentando cada movimiento en la cocina de estos tres. ¡No se despeguen de sus radios!

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Desde que se anunció el reto de la semana, algo había cambiado en la atmósfera del set. No era el calor de las hornallas ni el brillo de los cuchillos. Era otra cosa. Algo que iba subiendo como el hervor lento de una olla olvidada. Karen Page entró al set con una bandeja entre las manos. Encima, tres ingredientes reposaban con sencillez calculada: pescado blanco, pan de maíz y duraznos. —Hoy cocinarán en equipos de tres. El menú debe tener entrada, plato principal y postre. Cada uno se hará cargo de un tiempo. Y estos —levantó la bandeja— son los ingredientes base. Todos contuvieron el aliento. Sabían que esa combinación no era casual. —El jurado decidirá las combinaciones de equipos. MJ Watson escribió algo en su libreta. Matt Murdock asentía, inexpresivo tras sus lentes oscuros. Foggy Nelson parecía el más emocionado de todos. Karen sonrió apenas. —Primer equipo: T’Challa Udaku, Sam Wilson y James Barnes. La reacción fue instantánea. Murmullos, codazos, miradas. —El equipo estrella —dijo Johnny, como quien confirma un secreto a voces. —Cocinan como si tuvieran telepatía —murmuró Yelena, pelando un durazno sin apartar la vista de ellos. Los tres aludidos se miraron apenas. No hubo palabras. Solo movimientos suaves, de quien ya ha compartido la cocina muchas veces. ________________ Se ubicaron en su estación sin decir nada. Bucky sacó su cuchillo favorito. Sam abrió una libreta arrugada con notas. T’Challa organizó los ingredientes como si fueran piezas de ajedrez. —Yo puedo hacer el postre —dijo Sam. —Yo el plato principal —respondió T’Challa. Bucky asintió sin hablar. La entrada era suya, como siempre. Empezaron a trabajar. Cada uno en su espacio. Cada uno con su estilo. Bucky cocinaba con movimientos firmes. Tostó el pan de maíz con manteca clarificada y preparó una emulsón ligera de durazno. No hablaba. Pero cada tanto levantaba la vista hacia Sam, como asegurándose de que seguía ahí. Sam, mientras tanto, cortaba duraznos con delicadeza. Los mezcló con miel, canela y un toque de cayena. Su postre era tierno, pero no empalagoso. Tarareaba apenas, como si el ritmo le ayudara a medir los tiempos. T’Challa doraba el pescado con mantequilla especiada. Su arroz de jengibre y cilantro ya hervía a fuego lento. Su atención era precisa, metódica. Pero de vez en cuando sus ojos se desviaban hacia las otras estaciones. No por curiosidad. Por instinto. ________________ Los comentarios no tardaron en aparecer. —Esto parece una coreografía —dijo América, acercándose al mesón central. —A mí me está dando hambre y celos —soltó Johnny, mientras trataba de montar su plato con una ramita torcida. Yelena, desde su estación, alzó la voz sin voltear: —¿Seguro que no están ensayados? Porque si esto no es amor, entonces es brujería. Sam se río bajito. Bucky no dijo nada. T’Challa frunció los labios, pero no respondió. ________________ A la hora de presentar los platos, los tres lo hicieron sin orden preestablecido, pero sin interrumpirse. Primero Bucky: tostada tibia de pan de maíz, compota de duraznos y cebolla morada encurtida. Luego T’Challa: filete de pescado sobre arroz especiado con jengibre, coco y toques de cilantro. Finalmente Sam: tarta de durazno y maní con base crocante y crema especiada. El jurado probó en silencio. Matt fue el primero en hablar: —Este menú... no está cocinado. Está vivido. Rhodey asintió. —Tres estilos. Tres historias. Un solo hilo. Foggy sonrió: —Esto no se puede fingir. Y tampoco se puede explicar. MJ los miró con atención. —Cocinaron como si se conocieran desde antes de conocerse. Como si supieran exactamente cuándo el otro necesita que algo se quede cinco segundos más en el fuego. Mat cerró con tono neutro: —Cuando la cocina es sincera... se siente. Aunque no se diga nada. ________________ Esa noche, cuando el set se vaciaba, los tres recogieron sus cosas en silencio. Bucky se encargó de guardar los cuchillos. Sam cerró su libreta. T’Challa dejó su mandil colgado con cuidado. Nadie habló. Pero al salir, caminaron al mismo ritmo. A fuego lento. Como todo lo importante.
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