ID de la obra: 1190

Ámame | SuoSaku

Slash
R
En progreso
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 21 páginas, 6.454 palabras, 9 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

3

Ajustes de texto
La tranquilidad y la amabilidad eran cosas inquietantes para Sakura Haruka.  No estaba acostumbrado a ciertas situaciones, por buenas que se consideraran, Sakura sentía que no encajaban con él. Sentía que algo le faltaba en medio de tanta bondad. Porque estaba seguro de que en Makochi eran raros. Él, que estaba acostumbrado al rechazo y al dolor, no podía aceptar un cambio tan brusco, incluso si era para mejor.  Sin embargo, era incapaz de echar de su lado a las personas que se le pegaban como si él las atrajese. Compañeros de clase, la misma Kotoha, las personas de la ciudad. Todo se sentía ajeno, pero no era capaz de alejarlos.  Tal vez porque en el fondo sentía que merecía tener gente buena cerca. Incluso si el vacío en su pecho no hacía más que aumentar, y se preguntaba qué carajos quería su cuerpo ahora.  ¿Qué le quería indicar con esa sensación? Llenó de aire sus pulmones. Respiró con fuerzo como si aquello pudiera aliviar la sensación.  ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ Abrió los ojos.  Lo primero que vio Suo fue la completa oscuridad. Salió de su habitación en el templo después de asearse y colocarse ropa china.  Era de noche. Una noche cerrada y oscura. Pero eso no fue lo que llamó su atención, no completamente. Fue el árbol de cerezo plantado en el templo.  Se acercó a este como si se sintiera atraído.  Con sus manos arrancó una flor y esta comenzó a brillar.  La flor le brindó la imagen de un chico de cabello de dos colores dormido en una casa solitaria que no se podría considerar jamás un hogar acogedor.  El corazón de Suo se apretujó en su interior. No era capaz de apartar la mirada de ese humano, era una sensación que jamás había sentido.  ¿Era a esto a lo que se refería su maestro? Observó al chico hasta que amaneció. Como si intentara velar su sueño, como si pudiera protegerlo de algo, aun no sabiendo de qué. Detalló cada parte de su rostro, y quedó sorprendido cuando el humano abrió los ojos dejando al descubierto unos ojos heterocromáticos.  ¿Cómo podía existir ser tan hermoso? Necesitaba conocerlo. Hacer lo que nunca hizo: entrometerse en el destino de un humano.  Una sonrisa se dibujó en los labios de Suo. No entendía su sensación. Culparía al humano de todo lo que le provocaba. Sí, porque ese humano era el responsable.  La imagen se evaporó.  — Ya despertaste. — Dijo su maestro llegando al lugar junto con el viento.  Suo asintió al recién llegado.  — Has notado ya al humano. — Aseguró con una sonrisa el mayor. — ¿Por qué no vas a verlo? — Propuso. Suo abrió sus ojos con sorpresa, aunque solo se pudiera ver uno por el parche.  — ¿Puedo? — Preguntó, aunque estaba dispuesto a desobedecer si no se lo permitían. La risa del maestro resonó. Suo casi podía sentir que podía leer sus verdaderas intenciones.  — ¿Importa si te lo permito o no? — Preguntó cómplice. — Solo haz lo que sientas, pero ese humano está muy solo, ¿no? — Dijo y desapareció con el viento de nuevo.  Una vez solo, Suo tocó otra flor de cerezo y vio al humano esta vez con su uniforme de instituto, siendo seguido por otro chico rubio que llevaba consigo una libreta. Aunque toda su atención se la llevaba el bicolor.  Mierda, qué iba a hacer con ese sentimiento tan repentino.  Era la primera vez que sentía un interés genuino por alguien, la primera vez que quería proteger a alguien y estar ahí con él.  Podía saber que sería su perdición solo con mirar esos ojos.  ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ Podría ser una locura.  Podría estar volviéndose loco.  Pero desde que despertó, Sakura se sentía diferente. Como esperando algo, como si estuviera a punto de suceder algo importante. Algo que lo cambiaría todo. Una tontería de pensamiento. Nafda cambia de la nada, ¿no? Nada sucede de pronto como si aquello fuera un mundo de magia. A él nunca le sucedía nada bueno, aunque desde que llegó a Makochi se replanteaba muchas cosas.  Caminó en silencio, torturándose con sus propios pensamientos. Estaba atardeciendo, el cielo se veía hermoso y sus pasos iban sin ningún rumbo concreto.  Su mirada clavada en el suelo y sus manos escondidas en los bolsillos de su chaqueta de Bofurin.  A cada paso que daba sentía como el viento era diferente. Qué tonta sensación. Se alejó lo suficiente para no reconocer las calles. Pero siguió caminando, algo no le permitía parar. No fue hasta que llegó a un templo que sus pasos cesaron.  ¿Por qué había llegado ahí?  Estaba por girarse y regresar cuando una risa melodiosa resonó en el lugar.  ¿Quién estaba ahí? ¿Por qué su corazón latía desesperadamente fuerte de repente? Sakura no entendía nada.  Y entendió mucho menos cuando una silueta desconocida se acercó con lentitud hacia él.  Venía del interior del templo. Se fijó en sus ojos y en que uno iba tapado con un parche, dando al chico un aspecto misterioso. Largos pendientes colgaban de sus orejas, que hacían ruido con cada paso.  Sakura no entendía por qué, pero se quedó quieto, como si esperara que el chico cortara toda distancia. Como si quisiera que nunca se alejara.  Era una locura.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)