***
Capítulo 9: El muchacho simpático Sesshomaru llegó al departamento de soporte técnico, vio a Naraku en su escritorio, hablando por teléfono nuevamente y a Miroku en la mesa de trabajo con la laptop. —¿Quién salvó la información? — preguntó a su compañero. —Fue Kagome, ella tiene un disco de auto inicio, que afortunadamente pudo burlar el sistema de encriptado. Naraku hizo todo el respaldo y ahora estoy restaurando el sistema completo— contestó Miroku. Sesshomaru sintió un tic en el ojo el escuchar que Kagome había salvado su pellejo. En serio, tenía que dejar de subestimar a esa joven y aunque le molestase la idea, debía comenzar a verla como a su igual. —¡Sesshomaru!, ¡Hay nuevos reportes para ti, ve a atenderlos! — ordenó Naraku con voz molesta. —Me imagino que Miroku ya te explicó lo que hizo Kagome, así que espero, no se te ocurra molestarla. Aún estoy pensando en la sanción que voy a ponerte— dijo con frialdad. El ingeniero hizo un gesto contrariado y, tomando los reportes de mala gana, salió de la oficina. —¿Cuánto falta, Miroku? — preguntó el coordinador. —Ya casi termino, sólo falta el antivirus y regresar su respaldo— explicó. —Avísame cuando esté listo, voy a llevar el equipo yo mismo, tengo que hablar con Kagura— finalizó Naraku. Unos minutos después, llegó InuYasha. —Ya está completa la migración de Bóvedas, aquí están los reportes— dijo, entregando los documentos al jefe. —¿Dónde está Kagome? — —Se fue al comedor… ¿Qué pasó, descompuso algo? — quiso saber el recién llegado. —Por el contrario, ella corrigió un error de Sesshomaru— lo miró con seriedad y le hizo una advertencia. —Presta atención, se lo dije a él y te lo recuerdo a ti, deja de molestarla. — —Diablos, mejor me callo— pensó InuYasha, al tiempo que se acercaba con Miroku. Éste le platicó a detalle lo sucedido, aumentando sus celos profesionales respecto a la joven. … Rato después. La joven regresó de su hora de comida. Naraku ya la esperaba para entregar la laptop, quería que ella lo acompañara con la gerente de Crédito. —Kagome, ven conmigo— pidió el coordinador. —¿Eh?… sí, está bien— lo siguió, un poco extrañada. —¿La información quedó intacta? — —Sí, el equipo ya fue restaurado por completo, con todo y respaldo— confirmó él, mientras caminaban hacia el ascensor. … Minutos después, estaban con Kagura. —Y eso fue lo que sucedió, ¿Tienes alguna duda? — preguntó Naraku, al tiempo que la gerente revisaba su información. Él le había explicado todo lo acontecido con su laptop, así como el apoyo recibido por parte de Kagome para rescatar su información. —No tengo dudas, veo que todos mis datos están aquí y ya no aparece el mensaje de poco espacio— dijo la gerente. —Sólo me resta felicitarte, Kagome, debí dejar que tú me atendieras desde un principio— reconoció. —No hay problema, señorita Kagura, sé que muchos usuarios no me conocen aún, pero estoy a sus órdenes— respondió amable la joven. —Me caes bien muchacha, tienes mucho valor y destreza para trabajar en esto— afirmó la mujer, luego miró al coordinador. —Naraku, espero que no despidas a Sesshomaru, sólo aplícale una sanción— hizo una ligera sonrisa. —Yo me encargo, ahora nos retiramos y… espero contar con tu discreción para con los directores— indicó él, haciéndole un gesto de complicidad. La gerente asintió mientras los veía salir de la oficina. … El resto del día avanzó tranquilamente para Kagome, quien se dirigía al área de Seguridad Bancaria, para atender un reporte sencillo sobre un problema de correo. Las incidencias de ese tipo eran muy cotidianas. —Buenas tardes, busco al señor Hojo, tengo un reporte a su nombre— dijo la joven al hombre que vigilaba el acceso al departamento. —Permíteme por favor— respondió el vigía, mientras hacía una llamada rápida y luego colgaba. —Pasa, su oficina está al fondo del pasillo— señaló, después de abrir la puerta de acceso. La joven caminó hacia la oficina y vio a un muchacho hablando por teléfono, quien le hizo una señal para que entrara. Hojo era el asistente del director de Seguridad Bancaria, un joven muy amable y simpático, que siempre ofrecía una taza de café, té o chocolate a cada persona que llegaba a su área de trabajo. —Buenas tardes señorita, ¿Cuál es tu nombre? — preguntó amable después de colgar el auricular. —Me llamo Kagome y vengo a revisar el problema de su correo— dijo ella con una sonrisa. —Qué bueno, me parece excelente. Mira, lo que pasa es que estoy peleado con las computadoras, siempre me sacan la lengua y no quieren trabajar conmigo— habló cómicamente Hojo. —Hace unos días, tu compañero Koga me ayudó con mi correo porque tenía un error de buzón lleno. — —¿Qué sucedió? — cuestionó Kagome. —Verás, recibo muchos correos con imágenes y videos de seguridad, por lo que constantemente se llena mi bandeja, así que Koga creó otras carpetas de almacenamiento. Pero algo sucedió, porque ahora no veo las imágenes ni los videos. Apenas me di cuenta hoy, ya que salí de viaje y no pude revisar mi equipo después de que el ingeniero me ayudó— explicó Hojo. —Ya entiendo, déjeme revisar su computadora. — —Claro que sí, toma asiento por favor— ofreció amable, al tiempo que se levantaba. —¿Te puedo ofrecer algo de beber?, tenemos café aromático, té para los nervios y rico chocolate— comentó sonriente. —Yo… no creo que deba… — trató de negarse la ingeniera. —Nada de peros, aquí todos aceptan tomarse una tacita y algunas galletas— interrumpió Hojo, para después salir de la oficina. Kagome soltó una risita y comenzó a revisar el problema del equipo. Básicamente, era una configuración dentro del programa de correo, así que movió algunos parámetros e hizo un par de pruebas. Las imágenes ya se veían y los videos también. —Aquí tienes Kagome, un delicioso chocolate y unas galletas, cortesía del departamento de Seguridad— dijo el muchacho, quien regresaba con una taza de la aromática bebida y un platito con bizcochos. —¡Que rico huele! — reconoció Kagome, mientras tomaba la taza. —Muchas gracias señor… — —Llámame Hojo, por favor, con toda confianza— la interrumpió el muchacho. —Oh, está bien, Hojo ya puedes revisar tu equipo— indicó ella, bebiendo un sorbo de la bebida. —¡Está delicioso! — pensó, relamiéndose los labios. El mencionado revisó su correo y sus archivos adjuntos. —¡Increíble, que rápida eres!, ya se ven todos los videos también. Si vieras cómo me hace sufrir esta condenada cosa— comentó el muchacho. —En serio, muchas gracias Kagome, tal vez deba pedirte un curso de computación para los compañeros y para mí— soltó de pronto. —¡¿Un curso?!… no creo que lo necesite, además, yo no soy buena dando clases— declaró la joven, atragantándose un poco con la galleta. Aquel usuario estaba agarrando demasiada confianza en muy poco tiempo y era mejor dejar las cosas en claro. —Sólo bromeaba, aquí tienes tu reporte y gracias de nuevo— sonrió Hojo, dándole la hoja firmada. Kagome se despidió y salió del lugar con chocolate y bizcochos. Era gratificante cuando alguien reconocía el trabajo del personal de soporte. Pero, a veces, también era necesario hacerse la distraída en algunas cosas, para que los usuarios no se aprovecharan.***
Continuará…