ID de la obra: 1284

Sin Experiencia

Het
NC-17
Finalizada
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
36 páginas, 15.125 palabras, 3 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Prohibido en cualquier forma
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Extra 1: Aprendiendo

Ajustes de texto
Buenas noches: No pensé que éste fanfic podría gustarles tanto, pero al leer sus comentarios, me doy cuenta de que fue buena idea escribir sobre esta pareja. Agradezco de todo corazón sus mensajes, me hacen muy feliz en verdad. He visto por segunda vez la película y tengo que reconocerlo: Broly es adorable (mi mente ya está pensando demasiadas cosas traviesas) y sin lugar a dudas, él y Chirai hacen una pareja encantadora. Anteriormente dije que no habría continuación de éste oneshot, pero gracias a sus peticiones, la inspiración me ha hecho redactar algo más. Al menos serán dos extras para complementar esta alocada idea. Pero debo avisarles lo siguiente: Esto es Lemon y así va a continuar. No tengo práctica escribiendo historias románticas, así que sólo verán momentos tiernos y graciosos, todo girando en torno al sexo, no hay de otra. También debo advertirles que, cuando redacto lemon, éste tiende a volverse más “lascivo” conforme avanza la historia. Si les incomoda la temática, mejor vayan al siguiente fanfic. Ahora pueden pasar a leer y por favor, háganme saber su opinión. Atención: Dragon Ball y todos sus personajes son propiedad de Akira Toriyama. Yo sólo escribí la historia por gusto y diversión (quizás un poquito perversa, pero diversión a final de cuentas).

***

Extra 1: Aprendiendo

Broly volaba distraídamente sobre la inmensidad del desierto ocre en dirección a la cueva. Su mano izquierda sujetaba la pata de una criatura arácnida de tamaño pequeño, la cual serviría para complementar la comida que tenían. A pesar de que otro de los contenedores, traído también por el saiyajin Goku, estaba abastecido con todo tipo de alimentos, él no podía dejar de consumir la sangre de la fauna local tan fácilmente. Esa sustancia había sido su medio de supervivencia y sería difícil quitarla de su dieta. —Chirai… — su mente se distrajo de pronto. La joven de piel verde estaba constantemente en sus pensamientos. Después de lo ocurrido el día de ayer, sería difícil sacar esas imágenes de su cabeza. El sexo había resultado ser una experiencia increíblemente placentera, que superaba con creces el auto placer que ya conocía. Y deseaba volver a experimentarlo otra vez. Luego de que ambos habían regresado, él se quedó por largo rato en la entrada de la cueva, mirando a la nada con una expresión relajada y tan sumido en sus pensamientos, que ni siquiera se había acordado de cazar. Así que después de pasar la noche sin sobresaltos, al día siguiente salió temprano por la mañana para buscar una presa. Ahora tenía que localizar los nidos de los arácnidos a varios kilómetros de donde vivían, ya que la mayoría de las bestias habían aprendido a temerle y, por lo tanto, se alejaban. Pero eso no era ningún problema para el guerrero, él encontraría comida para sostenerse y para alimentar a sus compañeros. En especial a Chirai, dado que su instinto lo instaba a hacerlo. No sabía el porqué, pero algo comenzó a susurrarle que debía proveer y proteger. Descendió en la entrada de la caverna y caminó al interior. La puerta de la casa se abrió y la joven de piel verde salió con gesto molesto y preocupado. —Broly, ¿Por qué no nos avisaste que saldrías? — le preguntó mientras se acercaba. —Pensé que de nuevo te habías despertado por otra pesadilla y… — El saiyajin le sonrió abiertamente y ella se quedó sin palabras. Su mueca era tan sincera e inocente, que no podía regañarlo por no avisarles. —Cacé esto… — le enseñó el cadáver de la criatura. La chica hizo un gesto de sorpresa. En un principio, cuando ella y Limo llegaron a vivir a Vampa, tuvieron que adaptarse a lo que comía Broly. Para Chirai había resultado desagradable el sabor de la carne y la sangre de esas bestias enormes. Hasta que, días más tarde, el guerrero llevó una araña pequeña. Después de cortarla en pedazos y asarla al fuego, descubrió que el sabor del ejemplar joven era muy delicioso, así como su sangre, ya que no era para nada amarga como la de un espécimen adulto. Básicamente ahora, Broly le estaba trayendo un regalo, porque ese tipo de festín era un poco complicado de conseguir, dado lo escurridizas que eran aquellas arañas. —¡Oh, vaya, muchas gracias Broly! — dijo Chirai con una sonrisa. —No pensé que en algún momento diría esto, pero la carne de esas cosas está empezando a gustarme. — El saiyajin la miró sonreír y algo dentro de él se sintió cálido y agradable. Repentinamente, notó que ella hacía una pausa y después se llevaba las manos a la espalda, desviando la mirada en una actitud nerviosa. —O-Oye Broly… ¿Dormiste bien anoche? — preguntó inquieta. Él parpadeó por un instante y no supo que decir. Realmente no sabía cómo expresar las emociones que sentía al tenerla tan cerca, pero trataría de hacerle saber a la joven de ojos violetas que le encantaba mirarla sonreír, escucharla hablar y que agradecía su preocupación. Dejó al animal en el suelo y se aproximó a ella. Entonces, la tomó por la cintura, levantándola del suelo con gran facilidad. —¡Hey, ¿Qué haces?! — respingó Chirai ante la sorpresiva acción. Sus brazos la rodearon por completo, abrazándola suavemente. Su rostro se hundió en el hueco formado por su cuello y hombro, olisqueando su piel y después frotando su mejilla contra ella en un gesto cariñoso. Al menos así lo interpretó Chirai. Era consciente de que el desarrollo emocional y expresivo de Broly aún estaba en proceso de mejora, así que debía ser paciente con su curiosa forma de interactuar. —Pude dormir bien… — dijo en voz baja el saiyajin. —Te lo agradezco… — La joven de pelo blanco sonrió y correspondió al abrazo, rodeando su cuello lentamente. Él se quedó quieto y relajado, disfrutando del agradable momento. —¿Qué pasa contigo Chirai? — meditó internamente, al percibir lo tierno de la situación. —¿Posiblemente hay algo que te atrae de éste salvaje guerrero? — Suspiró con lentitud. Quizás sólo se trataba de la novedad por lo que había sucedido entre ambos. Pero fuera lo que fuera, a ella le encantaba ver la evolución de Broly y darse cuenta que había dado el primer paso para dejar atrás el recuerdo de la muerte de su padre. El silencio se volvió grato y ninguno de los dos quería romper el encanto. —Hey, ustedes dos, déjense de arrumacos en plena entrada y mejor váyanse a una habitación— dijo de pronto una voz. Ambos voltearon, encontrándose con Limo, quien llevaba una mochila en la espalda y la bolsa lateral con su arma. Chirai se sonrojó por completo, agitándose entre los brazos de Broly. Él hizo un gesto de extrañeza y la bajó al suelo, sin comprender porque la mujer de pronto tenía esas llamativas reacciones de pigmentación en la piel. —¡Cállate Limo, no digas esas cosas! — El exsoldado anaranjado sonrió divertido. A su edad, ya pocas cosas lo sorprendían y se le hacía gracioso que la chica de pelo blanco se portara como una adolescente, siendo que, ya era una mujer adulta. A lo mejor porque el saiyajin le resultaba atractivo y la ponía nerviosa. —¿Y por qué no?, es decir, si quieren tener sexo, vayan y ténganlo en una habitación, creo que sería más cómodo que aquí afuera— volvió a sonreír pícaramente. La joven se erizó de la nuca y su color verde casi desapareció por el rubor. Ese Limo era un verdadero boca floja, que, al parecer, no le importaba lo delicado de la situación. Entonces miró a Broly para ver su reacción y grande fue su sorpresa al notar un extraño brillo en sus ojos negros. Por lo visto, el guerrero no entendía el concepto de sentirse avergonzado. No parecía generarle pena o incomodidad el tema sexual, por el contrario, se podía ver en sus pupilas un atisbo de deseo. Sí, él estaba muy interesado. —¡Pero que grosero eres, Limo! — reclamó la joven, desviando la mirada del saiyajin. —Vamos Chirai, el sexo es un tema que no tiene importancia para mí, ya que en mi raza no existen las hembras, somos una especie asexual— explicó, mientras agitaba una mano al aire en un gesto de indiferencia. La chica de ojos violetas parpadeó desconcertada, nunca había pensado en eso. Ya llevaba bastante tiempo conviviendo con Limo y jamás había escuchado un comentario referente a su raza o a su forma de reproducción. Ahora comprendía su comportamiento pícaro, no había ningún tipo de malicia en ello, solamente lo hacía para hacerla sonrojar y divertirse un rato. Pero intuía que el exsoldado ya sabía acerca del encuentro entre ella y Broly, así que también era consciente de que ahora el guerrero tendría más curiosidad acerca del sexo. Por lo tanto, sólo le echaba más leña al fuego. —Además, creo que Broly quiere saber más acerca del sexo— giró la vista hacia él. —¿No es así? — El saiyajin asintió tranquilamente, como si estuvieran hablando de un tema trivial. Chirai rodó los ojos sin saber para dónde voltear, esto era vergonzoso y su rostro ya no podía colorearse más. —¡Es suficiente, ojalá te coma una serpiente gigante! — rumió la mujer, mientras daba la vuelta y se dirigía a la casa. Limo dejó escapar una risilla y después empezó a caminar a la salida de la caverna. —Bueno, regreso en un rato, no se preocupen por mí. — —¿A dónde vas? — preguntó Broly, mientras levantaba nuevamente a su presa. —Voy a revisar los sedimentos minerales de la colina cercana, quizás encuentre un metal que pueda servirnos para vender más adelante— explicó, enseñándole un pequeño zapapico en su mochila. —Regresaré antes del atardecer. — Lo miró alejarse y después se dirigió a otra parte de la cueva. Sabía que el pequeño sujeto de color anaranjado no corría peligro alguno. Estaban alejados de las serpientes gigantes y los arácnidos ya no se acercaban a su territorio. Rato después, había terminado de cortar y limpiar la carne de la araña, entonces la llevó al contenedor de comida y la almacenó junto con la sangre extraída. Miró en dirección de la casa y una leve sonrisa se dibujó en su rostro. … Chirai miraba por la ventana lo que hacía Broly. Después de verlo ir y venir, guardando la carne del arácnido, notó que se aproximaba a la casa. Por un instante, se puso nerviosa al recordar que ahora estaban solos después de que Limo se fuera a explorar. —¿Por qué te pones nerviosa Chirai? — se preguntó, mientras lo veía a través del cristal. —Vamos, lo que sucedió ayer fue increíble y seguramente ahora siente más curiosidad que antes… entonces… — La puerta se abrió y el saiyajin de pelo alborotado entró. Ella le dirigió una sonrisa nerviosa. —Ya está preparada la carne, cuando quieras… — habló él, pero la chica lo interrumpió. —No te preocupes por eso, te lo agradezco, aunque no tengo hambre por el momento— le hizo un gesto con la mano para que se acercara. —Ven, siéntate junto a mí. — Broly obedeció, al mismo tiempo que una inquietud empezó a cosquillear dentro de él. Se sentó en el sofá y ella le dirigió una mirada intensa con sus ojos violetas. —Ahora que no está el metiche de Limo, quiero que me digas algo… — El guerrero asintió con la cabeza. —Cómo… ¿Cómo te sientes respecto a… lo de ayer? — preguntó, con otro rubor en las mejillas. Él se quedó en silencio por un par de segundos, pensando en cómo explicar con palabras la emoción que sentía, cómo detallar las sensaciones que le había provocado y, sobre todo, cómo tratar de decirle que deseaba volver a vivirlo. —Yo… yo no sé cómo… expresarlo— dijo finalmente. Chirai iba a contestarle, pero antes de poder hacerlo, Broly levantó las manos hacia ella y con suavidad, acunó su rostro. La mujer pudo ver una gran profundidad en sus ojos negros y algo más, que el guerrero no sabía cómo expresar en palabras. Ella sonrió ante su gesto y de pronto, sintió como la atraía hacia él. El saiyajin la abrazó contra su pecho, colocando una mano en su cintura y otra en su nuca, acercándola más, como queriendo percibir su calor corporal. Su barbilla se posó en el hombro femenino, quedándose quieto, expresando muchas cosas con aquella sencilla forma de actuar. La joven supuso que quizás ella era la primera persona a la que le daba esa muestra de cariño a través de un contacto físico tan cercano. Pudo sentir que su abrazo era tierno y sincero, quizás instintivo o aprendido, aunque realmente no lo podía saber. De cualquier manera, era otro avance en la mejora de su desarrollo emocional y estabilidad mental. —Chirai… — susurró. —No tienes que decirme nada, todo a su tiempo, Broly— le dijo ella, correspondiendo al abrazo. —Pero puedo ver que te agradó mi explicación. — Él asintió de nuevo sin decir palabra alguna. Chirai se apartó despacio para mirarlo y notó que su expresión era tan franca, que sintió un vuelco en el corazón. De pronto, respingó sorprendida cuando percibió que sus manos descendían hacia sus caderas. Una sonrisa casi traviesa se dibujó en el rostro del saiyajin. —¿Otro ejemplo? — La joven tragó saliva con dificultad y su rubor aumentó. Aún no lograba comprender porque tenía esas reacciones, si ella no era una mujer recatada. Una risita nerviosa escapó de sus labios antes de responder. —E-Está bien, pero debemos repasar los detalles iniciales del sexo antes de llegar a la parte “más divertida”— contestó, al mismo tiempo que el dorso de su mano le acariciaba el rostro. —Recuerda que las etapas preliminares son muy importantes. — El saiyajin aceptó con agrado el mimo, frotándose contra su cálida palma. Chirai sintió como si sólo ella pudiera hacer eso, acariciar con suma confianza a un guerrero que podía destruir planetas. Y eso se sentía bien, porque con ello, él demostraba que le tenía confianza. —Deseo… deseo tocar tu piel de nuevo— pidió Broly de repente, llevando sus manos hacia el trasero de la chica. Ella respingó de nuevo ante la sorpresiva caricia, se notaba que al saiyajin le encantaba aplicar lo aprendido. —Vamos con calma, tenemos tiempo de sobra— le sonrió, apartándose de él. —Ven, primero debemos quitarte esos restos de sangre— le hizo un ademán para que la siguiese al cuarto de baño. Broly sonrió de nuevo y esa emoción dentro de su pecho volvió a agitarse con más fuerza. … El ambiente era húmedo y cálido en la habitación. Chirai disfrutaba emocionada el recorrido que hacía sobre la espalda del guerrero. La esponja cubierta de espuma iba y venía lentamente a lo largo de su piel bronceada, fascinándose al dibujar la forma de sus músculos. Ahora si podía tomarse un poco más de tiempo para admirar la fuerza del guerrero, para tocar y estrujar a su antojo cada parte de su anatomía. El saiyajin permanecía sentado en un banquillo, inmóvil, relajado y con los ojos entrecerrados, permitiendo que la mujer lo acariciara libremente. Desde el momento en que ambos se desnudaron para entrar a la regadera, su anhelo por experimentar de nuevo la cercanía del cuerpo femenino fue en aumento. Ahora lo estaba disfrutando demasiado, ya que nunca antes había experimentado semejante contacto físico. Se dejó guiar por ella, gozando de sus atenciones, deleitándose con todo lo que estaba a su alrededor y que en ese momento contribuía a la experiencia sensorial que ahora inundaba sus sentidos. El olor del jabón, la temperatura del agua, la suavidad de sus manos y… su piel acercándose cada vez más. Todo en conjunto era una ola de sensaciones que, al paso de los minutos, se incrementaban. La caricia de la esponja bajó por sus hombros y brazos pausadamente, primero uno y luego el otro. Después Chirai se trasladó frente a él y recorrió detalladamente su torso, poniendo atención a cada centímetro de su musculatura, delineando sus cicatrices y soltando disimulados jadeos. Broly tuvo la sensación de que ella susurraba algo para sí misma, mientras una risilla nerviosa escapaba de sus labios. No sabía por qué hacía eso, pero presentía que él era la causa… y eso le agradaba. —Es tu turno— habló con voz sensual la joven. Sintió una contracción en el estómago cuando la observó abrir la llave del agua para permitir que el chorro la cubriera por completo. El líquido bajando por los contornos de su silueta lo hipnotizó y en ese instante, una idea revoloteó por su cabeza, recorrer el mismo trayecto… pero usando su lengua. Chirai cerró la llave y con una sonrisa pícara se aproximó a él, mientras le entregaba la esponja. —Toma, hazlo despacio, tal y como lo hice yo. — Él confirmó emocionado, sintiendo que su corazón se agitaba un poco más. Entonces ella le dio la espalda para después sentarse confiada en su regazo. El cuerpo de la mujer se recargó contra su pecho y su trasero se posó traviesamente sobre su vientre. La sensación que sintió casi lo hizo gruñir, a la vez que su hombría comenzaba a palpitar. Respiró profundamente, tratando de concentrarse. Colocó la esponja sobre su hombro derecho y la exprimió para que la espuma resbalara sobre la piel verde. Con lentitud empezó a acariciarla, primero sus hombros y luego sus brazos, posteriormente regresó a su cuello. Broly jamás había hecho algo así y no estaba seguro de cómo medir la fuerza que ejercía en su toque. Pero, por extraño que parezca, no sentía temor de dañarla, ya que dentro de sí mismo podía notar que algo lo guiaba, tal vez su instinto nuevamente tomaría las riendas. La humedad en la piel de Chirai facilitó el escurrir de la espuma, el lento masaje la relajó al grado de cerrar los párpados y su respiración se transformó en suaves gemidos. El guerrero la acariciaba con paciencia y cuidado, permitiendo que la sensibilidad de su piel se fuera incrementando. El placer cutáneo subió por los nervios de su espalda y deliciosos escalofríos se sintieron en su nuca. La caricia descendió por su costado, más allá de las caderas hasta llegar a sus piernas. La espuma se extendió por ambos muslos de forma tan suave, que otro jadeo escapó de su boca. Una sutil contracción pulsó en los pliegues de su feminidad y lentamente fue separando sus extremidades. El guerrero olfateó y un gruñido se escuchó. —¡Espera Broly! — detuvo su mano cuando percibió que se posaba sobre su vientre y comenzaba a bajar. —¡Debes… debes hacerlo con cuidado! — El saiyajin se detuvo un instante, mientras su respiración se aceleraba. Sin decir absolutamente nada, se acercó lateralmente al rostro de Chirai y con la nariz comenzó un suave toque en su mejilla, después su lengua emergió para lamer en un gesto tierno, como pidiendo permiso. Ella tembló y sus muslos se separaron un poco más, permitiendo que él explorara a voluntad. La esponja descendió y su textura la acarició. La mujer gimió y se estremeció ante semejante sensación, el lánguido movimiento sobre su carne casi la hizo delirar. Al parecer, Broly era bastante perspicaz cuando se trataba de seguir indicaciones. Cerró los ojos con fuerza y solamente se dejó llevar por las cosquillas que ahora se extendían por los nervios sensitivos de su intimidad. Las ansias del guerrero crecían con rapidez, pero también disfrutaba de tan placentera actividad. La joven de piel verde se agitaba ante cada toque, su cuerpo vibraba contra él y sus gemidos sólo aumentaban su excitación. Algo pulsó en su bajo vientre y tuvo que apretar los dientes al sentir como su virilidad se endurecía cada vez más. La cercanía de Chirai lo estaba alterando demasiado y pronto ya no podría contenerse. —¡Es… suficiente… ya no sigas! — exclamó ella, mientras detenía su mano. —¡Creo que… será mejor terminar de bañarnos! — Resollando entrecortado y con las piernas temblándole, se incorporó despacio, tratando de soltarse de los brazos masculinos. Él parecía renuente a dejarla ir, pero terminó liberándola. Ella volteó para mirarlo con una sonrisa, pero notó que Broly tenía el rostro agachado y que sus hombros se tensaban al mismo tiempo que sus jadeos se volvían más guturales. Levantó la mirada y el intenso color amarillo de sus iris delató su creciente lujuria. —Chirai… — susurró por lo bajo. La mencionada contuvo el aliento al verlo ponerse de pie y notar su “muy evidente” reacción física. Entonces retrocedió un paso y abrió la llave del agua lo más que pudo. —¡Broly, recuerda que debes controlar tus emociones! — Él se acercó y ambos quedaron bajo la caída del agua. La fuerza del líquido se llevó toda la espuma, dejándolos empapados. Chirai pudo notar que el guerrero respiraba de forma discontinua, tratando de controlarse. Inesperadamente, la tomó de la cintura y la levantó hacia su pecho, provocando su sobresalto. —¡Espera! — pidió nerviosa. —Chirai… deseo continuar… — le dijo cerca del oído, en un tono cargado de deseo. La joven exhaló despacio para tranquilizarse, él no haría nada que ella no le pidiera. Se estiró para cerrar la llave y después lo abrazó por el cuello. —Bien, continuemos con tus clases— le guiñó un ojo, ya más tranquila. —¿Puedes llevarme a mi habitación? — Broly sonrió y sin importar que ambos estuviesen escurriendo agua, salió del cuarto de baño. … Chirai permanecía recostada a lo largo de la cama, gimiendo voluptuosamente. El guerrero estaba tendido a su lado, acariciando con avidez cada contorno de su piel. Le había pedido que le permitiera explorar un poco más su cuerpo. —Claro que sí, puedes tocar y besar todo lo que quieras— le había respondido con sensual tono. —Pero cuando te diga que ya no puedo más, tendrás que detenerte. — Ahora el saiyajin se deleitaba con la suavidad de su piel, con el aroma que desprendía y con los jadeos lúbricos que profería. No comprendía porqué, pero presentía que el sexo cambiaría su forma de ver las cosas. Realmente no importaba en éste momento, lo único que sabía, era que lo volvería a repetir una y otra vez. Y deseaba con vehemencia que la joven de ojos violetas estuviera dispuesta también. Otra exclamación más fuerte por parte de la mujer y el posterior arqueo de su cuerpo, lo hizo gruñir nuevamente. Su miembro pulsaba cada vez más, deseando sentir aquel placentero calor que le había brindado Chirai. Pero ella todavía no daba la señal. Su mente divagó un poco y entonces recordó cómo había reaccionado a su lengua, así que comenzó a recorrerla con ella. —¡Muy bien Broly… continúa un poco más! — su voz se escuchó distorsionada al percibir las húmedas lamidas. El suave roce inició en su cuello y posteriormente, descendió por sus hombros. Alcanzó sus endurecidos pechos y por algunos segundos se entretuvo libando sus pequeños pezones. Más gemidos de satisfacción se pronunciaron, al mismo tiempo que su feminidad se contraía anhelante, permitiendo el fluir de su lubricación. Poco a poco, Broly empezó a cambiar de posición, sin dejar de lamer cada centímetro de su tersa piel. Se colocó sobre Chirai mientras su lengua continuaba saboreando sus senos. Ella le permitió aproximarse, flexionando sus muslos, separándolos despacio para él. A pesar de la deliciosa sensación que embriagaba sus sentidos, la joven se obligó a hacer una pausa para guiarlo. —¡Broly… escúchame! — musitó con un estertor. —¡Tienes que ir despacio… por favor! — sus manos se deslizaron hacia las caderas del saiyajin, atrayéndolo. —¡Acércate más…! — Él dejó de lamer y levantó la mirada, su color amarillo se había intensificado. El instinto estaba dominándolo cada vez más, sin embargo, se mantuvo escuchando a Chirai. Incluso, en su exacerbado estado, el poderoso guerrero lograba mantener la estabilidad de sus emociones. Asintió despacio al mismo tiempo que obedecía sus indicaciones. Sus brazos se posicionaron a los costados de ella para sostenerse y su cuerpo se aproximó un poco más. Tensó la mandíbula cuando ella envolvió su palpitante hombría entre sus manos. La fricción de su carne lo hizo gruñir con fuerza. Las manos femeninas recorrieron su dureza para después guiarlo hacia su húmeda cavidad. Apretó los párpados e instintivamente comenzó a empujar. El delicioso calor que sintió casi lo hizo perder la concentración. Chirai jadeó con lujuria al sentir el inicio de su miembro entrar en ella. Su interior reaccionó con un intenso espasmo para aceptar al invasor. La lubricación destiló, facilitando la unión de sus sexos. Su respiración se desbocó para llenar sus pulmones y su cuerpo se preparó para comenzar a disfrutar. Broly se hundió lánguidamente entre sus muslos, al mismo tiempo que un gutural sonido escapaba de su garganta. Se quedó sin aliento y su mente se bloqueó cuando la presión alrededor de su longitud se incrementó. La escuchó gemir con lubricidad y sus sentidos se desconectaron de toda realidad, enfocándose únicamente en sentir placer. Su pelvis comenzó a oscilar. El movimiento le provocó un estallido de sensaciones que sacudió todo su cuerpo. Abrió los ojos cuando ella se retorció debajo de él, rodeándole la cintura con sus piernas y aferrándose con fuerza a sus brazos, entregándose por completo al deleite sexual. La complacencia en su rostro era imposible de ocultar. La mujer gemía descontroladamente, sintiendo como su interior se acostumbraba a las embestidas, aceptándolo cada vez más. Las descargas eléctricas transitaron velozmente por su columna vertebral, estresando todo su sistema nervioso, obligándola a dejarse llevar por su deseo carnal sin importarle nada más. El saiyajin tenía la mirada clavada en ella, percatándose del regodeo en el que se encontraba. Sus cada vez más intensos jadeos le provocaban una extraña y satisfactoria emoción. Podía sentir el abrazo de su feminidad, la humedad filtrando sin parar y sus uñas enterrándose en sus brazos cada vez más. Sostenía su propio peso, pero no podía evitar el aumentar la potencia de sus acometidas. En la mente de Broly sólo se escuchaba el grito de su instinto, forzándolo a continuar sin parar, hasta que la tensión llegara al límite. En la mente de Chirai sólo había deleite y placer, su apetito sexual saciándose a más no poder. El Ki del guerrero se desplegó, provocando una ligera vibración de las cosas a su alrededor. Ella abrió los ojos sin temor y su mirada se encontró con la de él. No había nada que decir, el sentimiento era mutuo y ambos supieron que esto era el comienzo su unión. En ese instante, una celestial agonía empezó a crecer. El poderoso orgasmo estremeció el centro de sus vientres, arrastrándolos a la cúspide final. Chirai gritó hacia la nada, percibiendo como sus paredes íntimas se comprimían con fuerza. Broly notó la presión en torno a su grosor, provocando que su semilla se liberara con un gruñido animal. El éxtasis aletargó sus mentes, apartándolos de la realidad. … El saiyajin se sostenía sobre sus codos para no colapsar encima de la joven, resollando cerca de su oído, sin querer apartarse todavía de su cuerpo. Era un momento tan especial, que deseaba permanecer así por más tiempo. Ella respiraba pausadamente sin poder y sin querer moverse, acariciando su oscuro cabello. Miraba hacia el techo y no podía evitar sonreír alegremente. Éste hombre, de salvaje apariencia, tenía mucho para ofrecer y ella estaba dispuesta a seguir con él. Broly levantó por fin el rostro para mirarla, su sonrisa reflejaba una gran felicidad. —Chirai… te… te quiero… — trató de expresarse. La mujer sintió otro vuelco en el corazón. Sonrió al pensar que quizás ella era la primera en escuchar aquellas palabras. —Yo también, Broly— se acercó y depositó un beso en su mejilla. El guerrero se quedó sorprendido ante ese desconocido gesto. —¡¿Qué… qué es eso?! — interrogó entusiasmado. Chirai abrió los ojos en grande al comprender que él no sabía lo que era un beso. Entonces, cayó en la cuenta de que se había saltado esa explicación y no le había dicho nada al respecto. ¡No había besado a Broly ni una sola vez antes de tener sexo con él! —¡Bien, pues eso ya no importa Chirai, hay que enseñarle! — pensó emocionada. —Se llama “beso” y es una expresión de cariño entre dos personas… ¿Quieres otro ejemplo? — Más tardó en preguntar, que él en contestar afirmativamente.

=Fin del Extra 1=

***

Muchas Gracias por leer, comentar, seguir y agregar a favoritos. El próximo extra se llamará “Practicando”, pero tendrán que esperarme un poco, porque tengo pendientes las actualizaciones de mis otros Fanfics.
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