ID de la obra: 1301

A la Sombra del Miedo

Gen
R
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1
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planificada Mini, escritos 24 páginas, 11.643 palabras, 8 capítulos
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Capítulo 5 La distancia puede doler

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—Agente especial Luke Álvez, ¿Con quién hablo? — respondió Luke mientras contestaba el teléfono. Al otro lado de la línea, una risa seca y burlona resonó antes de que un hombre hablara. —Hola querido Luke, acaso ya te olvidaste de mi —Jhon—dijo con voz tensa Luke —Sabía que no me olvidarías. Me extrañaste, la última vez que nos vimos te dije las cosas no habían acabado y que regresaría para terminar lo que comenzamos— Jhon respondió sarcásticamente —Para que me llamas, acaso ya te aburriste de estar enserado. No me interesa saber nada de ti—respondió Luke con voz firme —He estado vigilándote. A ti… y a tus amigos. —El tono del hombre se volvió más amenazante—. Sobre todo, a la encantadora Penélope, a tu adorable equipo… incluso a tu fiel Roxy. ¿Sabes? Es curioso cómo una criatura puede volverse parte de la familia. Sería una lástima que les pasara algo. Luke se quedó en silencio, sintió un escalofrío recorrerle la espalda, mientras analizaba la situación, como era posible que no se hubiera percatado de su presencia y sobre todo que estuviera tan cerca de sus seres queridos. —¿Nada que decir? —La voz al otro lado sonaba divertida, casi decepcionada—. Eso no es propio de ti. Antes tenías más espíritu. —Si les haces daño…—Luke cerró los ojos por un momento, reprimiendo la ira que sentía en ese momento y el impulso de lanzar el teléfono contra la pared. —¿Me matarás? —interrumpió el hombre, riendo con burla—. Oh, Luke, me ofende que pienses que esto es una negociación. No te estoy dando opciones. Luke apretó la mandíbula —Porque no nos dejemos de rodeos, dime qué quieres— dijo con frialdad. —Terminar lo que empezamos, pero esta vez, cara a cara. Tú y yo. Sin interrupciones, sin testigos—con una voz firme y divertida —¿Dónde? — dijo con determinación —Donde todo empezó, pero escucha bien: si le dices a alguien, si alguien más se entera de esto… los mataré a todos, no lo dudes, sabes que no miento— dijo con voz fría y amenazante —Si crees que voy a seguirte a ciegas… —Oh, no tengo la menor duda de que lo harás —el hombre sonaba casi divertido—. Porque si no lo haces, empezaré a borrar de la ecuación a las personas que te importan. Nos vemos pronto. Luke dejó escapar el aire contenido en sus pulmones. Su mente trabajaba rápido. No podía arriesgarse a alertar a nadie. Sin dudarlo, apagó el teléfono y retiró la batería. No podía permitir que lo rastrearan, se dirigió rápidamente a su casa. En su casa se dirigió con pasos firmes, fue hacia el armario, sacó una maleta y comenzó a llenarla con ropa, dinero en efectivo y lo mínimo necesario para el viaje. Luego, se dirigió a su escritorio, tomó papel y bolígrafo y comenzó a escribir cartas para su equipo. Cada carta llevaba un mensaje diferente, pero todas tenían algo en común: pistas ocultas. Sabía que intentarían encontrarlo, y aunque no podía decirles directamente qué estaba ocurriendo, podía dejarles el camino marcado. Terminadas las cartas, las coloco en un sobre con dirección a la UAC, después sacó una caja de su armario, dentro, colocó un USB con información clave (Quién era Jhon Morretti, dónde lo conoció, su modus operandi y sus crímenes), también coloco varias fotos y archivos, hasta arriba puso varias cosas de Roxy para que nadie sospechara del contenido de la caja. Antes de salir, tomó su chaqueta y miró a Roxy, su fiel compañera de cuatro patas. Se agachó para acariciarla —Vamos, pequeña. Nos toca un último viaje juntos. Condujo en silencio hasta la casa de la cuidadora de Roxy. Al llegar, tocó la puerta y esperó. La mujer lo recibió con una sonrisa, pero se desvaneció al ver su expresión seria —¿Todo bien, Luke? ¿Pasa algo? Aun no es hora de que traigas a Roxy. — Todo está bien, simplemente voy a estar fuera por un tiempo por lo que necesito que cuides de Roxy y que guardes esto. —Le entregó la caja con firmeza— solo puedes entregársela a Penélope, a nadie más por favor. Ella lo miró con preocupación, pero no hizo preguntas. Simplemente asintió. Luke se agachó y abrazó a Roxy una última vez. —Pórtate bien, ¿sí? Se giró y se marchó sin mirar atrás. —Cuídate mucho Luke—sonó una voz con preocupación Subió a su auto con dirección al correo a dejar las cartas con la instrucción de ser entregadas lo más pronto posible, después regreso a su casa a dejar su auto, sabía que no lo podía llevar consigo porque sería un medio para rastrearlo. Caminó varias calles hasta llegar a una vieja bodega abandonada. Allí, entre los escombros y el polvo, había una bóveda oculta. Metió la combinación y la puerta de acero se abrió con un leve chasquido. Dentro, tomo un pasaporte falso, varios fajos de billetes y dos armas con el cargador lleno. Tomó todo y cerró la bóveda con un suspiro pesado, de ahí, caminó hasta una terminal de autobuses donde compró un teléfono nuevo y un boleto con destino a la frontera. Tomó asiento en la penumbra de la terminal. Mientras el reloj avanzaba y su autobús se acercaba, solo una certeza rondaba su mente: no permitiría que nadie le hiciera daño a su familia, pero sobre todo que regresaría sano y salvo con ellos. Aviso Importante a los Pasajeros📢 El autobús con destino a Texas con horario de 23:45 está a punto de partir, salida en 5 minutos desde el andén número 1. v Se solicita a los pasajeros abordar de inmediato. v Tengan su boleto y documento de identidad a la mano. v No dejen pertenencias en la sala de espera. Después de casi 30 horas de viaje, el autobús se detuvo con un chirrido agudo de frenos. Luke se pasó una mano por la nuca, intentando aliviar la tensión acumulada en los músculos después de tantas horas sin descanso. Sus ojos, cansados pero alertas, escanearon el lugar mientras descendía. Sin perder tiempo, caminó hasta la fila de taxis y se subió al primero que encontró con dirección a un almacén abandonado en las afueras de la ciudad, el trayecto fue largo y silencioso, cuando finalmente llegaron, pagó en efectivo y bajó del auto, el taxi se alejó rápidamente, dejándolo solo en medio de la oscuridad. El almacén se alzaba imponente frente a él, una estructura olvidada por el tiempo. La chapa metálica estaba corroída, y el viento hacía rechinar los paneles sueltos. La noche era densa, con apenas la luz de la luna filtrándose a través de las nubes. Solo el zumbido de los insectos rompía el silencio. Luke caminó con cautela entre las sombras, con los músculos tensos y el arma firme en su mano. Un ruido seco resonó detrás de él. Se giró de inmediato, levantando su arma, pero solo encontró el vacío. —Tardaste más de lo que esperaba, pero sabía que vendrías. Eres tan predecible—una voz resonó desde la oscuridad, fría y burlona. De entre las sombras, su enemigo emergió con una sonrisa de satisfacción, con el arma descansando en su mano, pero sin prisa por usarla. —No vine a hablar —respondió Luke con dureza. —Entonces, empecemos— El hombre rió bajo. Sin previo aviso, su atacante lanzó un golpe. Luke reaccionó de inmediato, bloqueándolo con el antebrazo y contraatacando con un puñetazo al estómago. Su enemigo se dobló ligeramente, pero se recuperó con rapidez, propinándole un golpe en la mandíbula. El dolor se expandió por el rostro de Luke, pero no retrocedió. Se abalanzó sobre el otro hombre, chocando contra él con fuerza. Ambos cayeron al suelo, rodando en una pelea feroz. Puños, codazos, rodillazos. Sangre salpicó al suelo cuando Luke logró conectar un golpe certero en la ceja de su oponente. —Nada mal —escupió Jhon, limpiándose la sangre con el dorso de la mano—. Pero no suficiente. Con un movimiento rápido, sacó una navaja y lo lanzó en un tajo dirigido al costado de Luke. Luke se apartó justo a tiempo, pero sintió el ardor del filo rasgando su camisa y rozando su piel. La adrenalina lo cegó al instante. Se lanzó sobre Jhon, desarmándolo con un giro rápido de la muñeca, clavando su rodilla en su pecho y sacando su arma. El hombre jadeó, con la mirada llena de furia. —Lo dudó. Tú, el héroe, no eres capaz… por eso Phil está muerto y nosotros en esta situación —continuó Jhon, con una sonrisa cruel—. Siempre tan noble, tan dispuesto a salvar a todos. ¿Cómo se siente saber que si hubieras apretado el gatillo hace años, todo esto no estaría pasando? Luke apretó los dientes, sintió cómo la rabia lo consumía. Sus manos temblaban con el arma en sus manos. Cada fibra de su ser le gritaba que terminara con todo. Que se asegurara de que Jhon no pudiera lastimar a nadie más. Pero en ese instante, un disparo resonó en la oscuridad. El eco del balazo se perdió entre las paredes del almacén. Y entonces, todo quedó en silencio.
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