ID de la obra: 1334

Nuestra

Gen
NC-17
En progreso
0
Fandom:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 24 páginas, 6.425 palabras, 5 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Beneficios de tener a tres hombres que te aman

Ajustes de texto
Besos mañaneros: Con un gran bostezo y un estiramiento de brazos, Sakura se levantó de la cama. Cepilló sus dientes y se lavó la cara. Con la pijama puesta y el cabello mal recogido, salió de la habitación con la idea de servirse una taza de café. -- ¡Buenos días, Sakura-chan! -- El saludo de su rubio siempre estaba lleno de entusiasmo y acompañado de una sonrisa. -- Buenos días, Naru... -- fue interrumpida por Naruto, quien, con un movimiento rápido, la tomó por el rostro y le plantó un beso en la boca. Fue un beso corto pero intenso. -- Me encanta ser el primero del día en besar tus labios. Sakura sonrió, recibiendo la taza de café que Naruto le ofrecía. Se recargó en la barra de la cocina y dio un sorbo mientras veía a un azabache acercarse, rascando su cabeza y alborotando su cabello. Estaba más dormido que despierto. -- Buenos días, Sasuke-kun. -- Buenos días -- respondió el pelinegro, dándole a Sakura un suave y cariñoso beso en los labios -- ¿Dormiste bien? -- Sí, dormí muy bien. -- ¿Y desnuda? -- Tú sabes. -- Qué rico. Ambos rieron entre besos. Con la taza en sus manos, Sakura caminó hasta el pequeño comedor sentándose en una de las sillas y preguntando enseguida. -- Naruto, ¿qué vamos a desayunar hoy? -- Hoy prepararé mi especialidad... -- Pan con huevo -- dijeron al unísono Sasuke y Sakura con un tono de obviedad. -- ¡Oigan, no es mi culpa que no sepa cocinar! -- No sabes porque no te dejas enseñar -- replicó Sasuke. -- Mientras no sea ramen instantáneo -- dijo una voz familiar. -- ¡Kakashi sensei! -- Sakura giró la cabeza rápidamente al escucharlo detrás de ella -- No sabía que estaba aquí. -- Llegué esta madrugada de una misión. Como mi casa queda más lejos de la torre, preferí venir para acá -- respondió sentándose justo al lado de Sakura, dándole un beso cálido en los labios. -- Buenos días, preciosa. -- Buenos días -- respondió ella sonriendo feliz. Feliz de recibir los mejores buenos días cada mañana. Un viernes: Sentada en el sofá, Sakura leía tranquilamente su libro favorito. Tenía el día libre y decidió no salir, queriendo disfrutar de un momento a solas. De pronto, Sasuke entró por la puerta con varias bolsas del mercado -- Ya llegué -- anunció, colocando las compras en la barra de la cocina. Sakura dejó el libro a un lado y se acercó. -- Te compré tus verduras favoritas. -- Gracias. -- ¿Puedes encargarte de esto? Mis estudiantes me esperan. -- Sí, está bien. Yo me encargo. Se despidieron con un beso rápido, y Sakura se dispuso a guardar los alimentos. Apenas había terminado, se sentó de nuevo para retomar su lectura cuando unos suaves golpes en la ventana captaron su atención. -- ¡Kakashi sensei! -- Hola -- dijo el ninja que copia, levantando una mano. -- ¿Cuándo aprenderá a usar la puerta? -- replicó acercándose a él. -- Estoy de paso, solo vine a traerte el mercado de la semana -- extendió sus manos con las bolsas -- También compré tu pescado favorito. -- Gracias, yo me encargo de guardarlo todo. -- ¿Segura? Pensé en ayudarte. -- Está bien, lo haré yo misma. -- Entonces aprovecharé de hacer unas cosas pendientes. Nos vemos después. Sakura asintió con una sonrisa. Tan pronto como el peliplata se marchó, fue a la cocina y nuevamente guardó los alimentos. Al terminar, sonrió con satisfacción al ver la despensa llena. «Bien, me daré un baño», pensó. Pero antes de poder moverse, escuchó la voz de Naruto. -- ¡Sakura -chan! -- Estoy en la cocina, Naruto. El rubio no tardó en aparecer. -- ¡Traje el mercado! Te compré frutas porque sé lo mucho que te gustan, ¡de veras! -- Gracias, Naruto. Déjalo, yo me encargo. -- Puedo ayudarte. -- No, está bien. Bastante hacen con traer los alimentos. -- Jajaja... Pero qué dices, Sakura. Después de todo es nuestra obligación. Además, prometimos cuidarte y esta es una de las pocas maneras -- esbozó una sonrisa mientras llevaba su mano detrás de la cabeza. Las mejillas de Sakura se sonrojaron, sonrió con timidez sintiéndose profundamente amada. Un día con fiebre: Preocupado, Kakashi llegó a la casa de sus estudiantes. Se supone que es él, el que siempre llega tarde y hace esperar a los demás. Pero esta vez, sus estudiantes no solo lo hicieron esperar, sino que nunca llegaron. -- Oigan, chicos, ¿puedo saber por qué no llegaron al campo de entrenamiento? -- Shh... Kakashi sensei, Sakura ha tenido fiebre toda la mañana. -- ¿Está enferma? Sin esperar respuesta, se apresuró a la habitación de la pelirosa, hallándola despierta con un paño frío que Sasuke le estaba colocando en la frente. -- Hola, preciosa. Ella apenas sonrió -- Es solo fiebre, ya se me pasará. -- Bueno, es que no nos gusta verte así. Nos gusta verte como la mujer fuerte que eres. -- Sakura -- habló Sasuke -- voy a prepararte una sopa, eso te hará bien -- se levantó enseguida y salió de la habitación. -- Sasuke tiene razón, espero que comas lo suficiente -- dijo el peliplata, sentándose en la cabecera de la cama. Con cuidado, recostó la cabeza de Sakura sobre sus piernas y pasó la mano por su cabello con delicadeza. -- Oye, Saku, ya es hora de que te tomes el medicamento -- dijo el rubio, que al entrar se llevó la sorpresa de encontrarla dormida -- Pero, Sakura... -- Déjala dormir, Naruto. -- ¿y el medicamento? Ya le toca. -- Se lo tomará después. Por ahora, lo mejor es dejarla descansar. Ambos shinobis se quedaron viendo a la pelirosa con preocupación, atentos de su cuidado. Un Día de Entrenamiento: Sakura se puso en posición, lista para el ataque. A una distancia perfecta para aprovechar su agilidad, se impulsó para correr contra Sasuke, Naruto y Kakashi. Pero al hacerlo, tropezó torpemente y cayó al suelo. -- ¡Sakura! -- exclamaron los tres, acercándose de inmediato. -- ¿Estás bien? -- Sí, estoy bien, Sasuke-kun. -- ¿Por qué te caíste así? -- Mmm... creo que... -- Sentada en el suelo, revisó su sandalia. La suela se había desprendido, lo que la hizo caer -- Mi sandalia se rompió. -- Ni modo, así Sakura no podrá entrenar, lo dejaremos para otro día -- comentó el peliplata. El antiguo Equipo Siete, solía entrenar de vez en cuando solo para pasar el rato. Aprovechaban los pocos momentos que los cuatro estaban juntos para compartir, ya que, Sakura, Naruto y Sasuke como instructores, siempre se encontraban en misiones con sus estudiantes. Esa misma tarde, luego de ducharse y con una pequeña toalla que apenas cubría su cuerpo, Sakura se encontró en el pasillo a su sensei. -- Con que aquí estás. Ten, te traje esto. -- ¿Qué es? -- Es un regalo. Sakura abrió los ojos con asombro al ver unas hermosas sandalias. -- ¡Gracias, Kakashi! ¡Me encantan! El peliplata sonrió y con las manos en los bolsillos la siguió hasta la sala, donde Sakura se sentó en el sofá para colocárselas de inmediato. Con el pie en punta, lució el calzado. Sentada frente a su tocador, la kunoichi se secaba el cabello. Kakashi ya se había ido luego de darle su regalo. Por supuesto, no sin antes darle otro más. Al verla solo con la toalla, la tomó y le dio unas fuertes embestidas en el sofá. Ahora con la vista en el espejo, la pelirosa vio llegar a Naruto, que entraba por la puerta. -- ¡Sakura-chan! ¡Te traje un regalo! -- ¿Ah, sí? -- Sakura dejó la secadora a un lado y recibió la caja que llevaba un lazo rojo. Naruto era muy romántico y detallista, y no dejaba pasar estos pequeños gestos. -- ¡Naruto, gracias! ¡Son hermosas! -- expresó Sakura con una radiante sonrisa al ver que también eran sandalias. -- No podía permitir que te quedaras con esas sandalias desgastadas. Déjame, yo te las coloco. Y así lo hizo. Naruto se arrodilló frente a ella y se las colocó. -- Se te ven muy lindas -- dijo el rubio que, al levantar la mirada, tuvo una vista perfecta de sus piernas descubiertas y de su intimidad expuesta que la pequeña toalla no lograba cubrir. -- N-naruto -- musitó Sakura con las mejillas sonrojadas al ver cómo el rubio torcía una sonrisa con picardía. Él subió las piernas de Sakura a sus hombros y comenzó a lamer todo de ella. Estando ya por salir, Sakura se topó con Sasuke, que venía entrando. -- ¿Estás de salida? -- Sí, quedé en reunirme con las chicas. -- Te traje esto. No sabía cuál de las dos te iba a gustar más, así que te compré las dos. -- ¿Qué es? -- preguntó con un brillo en sus ojos. -- Velo por ti misma. Sakura, con una sonrisa juguetona, abrió el regalo y su boca se abrió al ver dos pares de sandalias. Una de ellas era de tacón y con un cierre en la parte de atrás. -- ¡Qué preciosas, me encantan! ¡Gracias, Sasuke-kun! -- Hmp. -- Pero, me las probaré después. Le prometí a las muchachas que no llegaría tarde. Las tomó y se dirigió a su habitación para guardarlas. El Uchiha la siguió y, tras ella, cerró la puerta. -- S-sasuke-kun... -- Lo siento, Sakura, pero llegarás algo tarde -- dijo el azabache, desabrochándose el pantalón lentamente. Buenas noches Sakura: Sakura le había pedido a los tres, que se quedaran en la sala con los ojos vendados. Como una ninja, ella se movía por la cocina mientras los chicos esperaban impacientes. -- Sakura, ¿ya podemos abrir los ojos? -- preguntó Naruto, inquieto en su asiento. -- No, Naruto, aún no. -- ¿Y cuánto más debemos esperar? -- Ya falta poco -- respondió ella, con una sonrisa en la voz. -- Hmp... tan impaciente como siempre -- murmuró Sasuke, aunque el ligero movimiento de su pierna delataba que también estaba ansioso. Finalmente, Sakura se acercó a ellos. -- Listo, los tres ya pueden quitarse las vendas. Sin perder tiempo, los tres se quitaron las vendas y se dirigieron al comedor encontrándose la mesa elegantemente preparada. Un mantel blanco impecable, velas encendidas, copas relucientes y en el centro, varios platos llenos de comida. Un festín que solo Sakura, podría haber preparado. -- ¡Vaya, Sakura-chan! ¿Tú hiciste esto para nosotros? -- exclamó Naruto, con un brillo de asombro en sus ojos azules. -- Así es. ¿Les gusta? -- Todo se ve delicioso -- dijo Kakashi, con una sonrisa que se notaba incluso debajo de su máscara. -- Gracias, Kakashi sensei. -- ¡Sakura-chan, esto está increíble! Gracias -- expresó Naruto, sentándose de un salto. -- Sí, Sakura. Gracias -- añadió Sasuke, con una voz más suave de lo habitual mientras se sentaba a su lado. -- Me alegra que les haya gustado... -- dijo ella, conmovida -- Entonces, empecemos a comer. Naruto probó un trozo de pescado y cerró los ojos, saboreándolo. -- ¡Qué rico! ¡Sabe delicioso! La satisfacción de verlos comer con gusto y aprecio era el mejor regalo que podía recibir Sakura. Se esforzaba por darles lo mejor, ya que ellos siempre la han cuidado y la han amado incondicionalme. Después de la cena, llena de charla y risas, recogieron el comedor y ordenaron la cocina. Sakura, queriendo ya dormir y descansar, se acercó uno a uno para darles las buenas noches. -- descansa cariño -- los murmullos y risas bajas de Sasuke y Sakura podían escucharse desde la cocina, mientras Naruto y Kakashi se encontraban en la sala tomando sake. -- que no Sasuke, hoy no. Quiero descansar -- dijo Sakura saliendo de la cocina sonriendo divertida. Se acercó a Kakashi y se inclinó hacia a él -- tengo que levantarme temprano para ir al hospital. -- si entiendo, que duermas bien -- el peliplata se despidió de Sakura con un beso apasionado. -- sí -- ahora, Sakura se acercó a Naruto, inclinandose hacia a él también -- buenas noches. -- ¿Segura que no quieres compañía? -- susurró a su oído y tomándola por la cintura. -- N-naruto -- mordió su labio con timidez. -- Naruto tiene razón Sakura, después de todo hay que agradecer por la cena -- el azabache se acercó a ella peligrosamente. Con un movimiento rápido, Naruto la giró y la sentó sobre sus piernas con agilidad. La tomó por sus muslos y abrió sus piernas, dándole una vista a Kakashi y Sasuke de su coño que sólo tenía puesto un pequeño hilo. -- que suerte que tengas faldas cariño -- susurró el rubio cerca de su oído, seductoramente -- Y bien chicos, Sakura ¿Está mojada? -- mojada y lista para ser atendida -- respondió Kakashi, frotando su miembro de arriba abajo. Sasuke se acercó y, al igual que Kakashi dijo -- Bien Sakura, te daremos las buenas noches como lo mereces.
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)