ID de la obra: 1374

El lirio del más perfecto

Mezcla
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planificada Maxi, escritos 16 páginas, 6.253 palabras, 10 capítulos
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Capítulo VI: Amistades de hilo

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Una muñeca de cabellera carmesí se había abierto el paso entre el trío. Lily la miraba con una confusión, preguntándose de dónde habrá venido, pero las otras no se esforzaban en ocultar la gracia que les producía al verla.  —¡Oigan! ¿Qué están haciendo? —les preguntó. —Nada —contestó la muñeca de coletas con sarcasmo y guasa—, estábamos por enseñarle una lección a esta tontuela, ¡gracias por interrumpirme!—decía al tiempo que le acercaba el puño a una Lily que se cubría la cara. Sus dos amigas sonreían con cierto sadismo y complicidad ante aquella respuesta, tan dispuestas a dar su granito de arena. Mientras que la restante, poco interesada enlaexplicación de su compañera,viomuy pensativaanuestra azucena, quien la miraba conelmismo miedo. —¡Ah…! ¿Eso era? —preguntó, siguiéndoles la corriente con falsa arrogancia, aún sin apartar la mirada de la susodicha— ¿Saben qué? ¡Yo la atiendo por ustedes! —Apenas dijo eso se llevó a una Lily confundida y aterrada de su muñeca, para la extrañeza del trío de colores curiosos. Una vez solas, el par de chicas avanzaba tempestivamente todavía observadas por las otras. Una vez se alejaron, en el alivio, la seriedad en aquella «misteriosa» cambió a jovialidad. —¿Cómo lo hice? —le preguntó luego de una risa victoriosa, sin abandonar su humildad— ¿me saliónatural? —No lo sé —contestó—, ¡solo sé que me estás lastimando! —chilló. —¡Oh, perdón! —contestó con una sonrisa avergonzada poco antes de soltarle la muñeca. Una vez que Lily se frotó la muñeca con cierta mesura, se rio de su propio melindre. —¡No…! —negó con una sonrisa modesta— No hay problema…, ¿cómo te llamas? —¿Yo? Mandy —le respondió aquella muñeca de cabello carmesí y tez canela con una gentileza en su rostro—, y tú… tú debes ser Lily, ¿verdad? La otra muñeca boqueó ante la sorpresa, poco antes de confirmárselo con una voz entrecortada sin saber qué hacer en aquellos casos. —Sí…, ¿cómo lo sabes? —dijo, solo para recibir una suave risotada como respuesta para su propia confusión. —¿No recuerdas lo de ayer? —le preguntó Mandy con una brizna de seriedad— Te habían llamado en la fila —ya sabes, la de los cuartos— y ¡a ti primero…! Y… y ¿sabes lo que eso significa…? Por su lado, Lily estaba aún procesando lo sucedido, teniendo muchas preguntas circulándose por su interior más cuestionador, que no atendía lo que su nueva amiga le comentaba con entusiasmo. Y la última, al percatarse de la distracción de su compañera, no tardó en notificárselo. —¿Lily? ¿Pasa algo…? ¿Hola? —le preguntó mientras le pasaba la mano cerca de la cara. Luego de unos intentos, la otra muñeca alcanzó a responderle muy sonrojada por su propia equivocación. —¡Ay, no…!Perdóname, Mandy… —chilló—, ¡estaba distraída! No… no fue mi intención. Lejos de darle alguna reprimenda, nuestra nueva amiga se tomó un breve respiro antes de calmarla con unas cuantas palabras acompañadas de un abrazo. Siendo esto un gesto visto, entretanto, por aquel trío de colores curiosos. —¡Ay miren! —se decía la chiquilla de tez rosada y coletas magenta con una falsa ternura y una sonrisa jactanciosa— ¡Cómo la tontuela esa no puede vivir sin molestar! Como respuesta, la moradita/violeta apenas asintió con una mueca; mientras que la de cabello azul cielo le seguía la corriente. —¡Ay sí! —chilló esta última al tiempo que descansó las manos en su cintura— Me cae tan mal ahora mismo… Así se quedó en unos segundos hasta que… —Esperen, ¿cuál de las dos? —agregó algo despistada. —¡Cualquiera, tarada! —gruñó la muñeca de coletas luego de un facepalm impaciente por el desatino de su compañera. —Ah… —contestó con los ojos en blanco. «¡Maldita sea, no era necesario insultarme!», se dijo a sí misma. Luego de aquella regañina, las tres muñecas se quedaron viendo a Lily y a Mandy, quienes luego se alejarían juntas, hasta que se dieron la vuelta y sus caras torcidas cambiaron a sonrisas serviciales cuando vieron a una nueva presencia.
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