ID de la obra: 1374

El lirio del más perfecto

Mezcla
R
En progreso
0
Tamaño:
planificada Maxi, escritos 16 páginas, 6.253 palabras, 10 capítulos
Descripción:
Notas:
Dedicatoria:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo VII: El retoño más curioso

Ajustes de texto
Volviendo con nuestras amigas, ellas se pasaban el rato riéndose y curioseando por los rincones del instituto, compartiendo su afán de conocer el mundo que las rodeaba con ojos de exploradores. Lily apreciaba cada casa, banca y arbusto… con normalidad; en cambio, Mandy entrecerraba los ojos en un intento de conseguirlo. Cuando divisaron un sitio para descansar de sus pequeñas aventuras, tomaron asiento y se quedaron en silencio por unos cuantos minutos, tan emocionadas por su nueva amistad, tanto la una como la otra, por la idea de que nunca más estarían perdidas ni solas en este mundo. Una vez recuperadas sus energías, ellas retomaron sus conversaciones tras reacomodarse en sus asientos. —Perdón que quiera saber, Mandy —le dijo mientras observaba a muchos muñecos paseándose por el campus sin preocupación alguna, antes de regresar la mirada a su amiga—, pero… ¿quiénes eran ellas? La otra pausó por unos segundos hasta que contestó: —¿Hablas de esas tres de hace rato? —le dijo algo seria, recibiendo una asentida por parte de la otra muñeca— Se llaman Kitty, Lydia yTuesday, y son bien… especiales —añadió con una molestia en la última palabra, enmascarándola con una risita. —Sin duda lo son —le respondió Lilyriéndose algo avergonzaday, todavía apenada por las palabras de susodichas chicas, lanzó un suspiro. En aquel instante, la misma azucena estuvo por agregar algún comentario cuando divisó una silueta, la cual congelaría su esencia. Mientras que Mandy, siéndole imposible ignorar su distracción, entrecerró los ojos y alcanzó a distinguir un punto negro y amarillo en el medio de tres colores. —¡Vaya! Tantas cosas en pocos días —comentó, más para sí misma que para su acompañante, quien seguía fijando el ojo por quien se encontraba hablando con las tres chicas de hace poco. Hablando de estas últimas, ninguna de ellas apartaba la vista de quien resulta ser aquel muñeco de esmoquin negro, más que todo la tercera, quien no paraba de presumirle su melena celeste o de hacerle ojitos apenas podía ¡para la molestia de quienes la rodeaban! Y, muy poco antes de percatarse, Lou se rió con ojos en blanco por uno que otro comentario desatinado de aquella admiradora, antes de poner orden en su conversación ¿de qué hablarían? Tan solo los cuatro lo sabían. Volviendo con nuestro par, la muñeca de tez canela apartó el ojo del susodicho, mientras que Lily se empecinó en observarlo para la curiosidad de la otra muñeca y así comentaría: —Hablan mucho. —Se dio la vuelta hacia ella, luego de tomarse un respiro— ¿Con todos es así? —Bueno, todos aquí lo conocemos, ¡y sí! —respondió con seguridad en su voz—O eso creo, ¿a poco tú no? —¡Bah! —cantó a modo de respuesta, antes de cruzar los brazos, ganándose una risita— Claro que lo conozco… La chiquilla de cabello carmesí, más para hacerla reír, le jugó bromas, a las que la otra de rubio cenizo le respondía con unas risas mezcladas de gruñidos que fingían molestia. —¡Ay, Mandy! ¿Cómo crees? Soy una muñeca de por aquí…, ¡a poco también piensas que…! —¡Jamás, Lily! —Le dio un suave empujón con una confianza desbloqueada. El receso ya estaba a pocos minutos de finalizar, cuando, entretanto, Lou terminó de conversar con el trío servicial. En su camino, contemplaba al par conversador frente a él, fijándose en una de ellas y sonrió, muy poco antes de volver a su plan. Unos minutos después, el parlante con la voz finalmente retumbó, y sobresaltó, como ayer, indicando el fin del receso. —¡Espera! —llamó la azucena a su amiga, quien ya estaba por irse— Y ¿cómo supiste que estaba con esas chicas? Aquella pregunta dejaría a la receptora quieta en su camino por unos segundos.
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)