Capítulo 2
18 de noviembre de 2025, 14:00
J
Todavía me acuerdo de ese día.
Cada detalle, cada fibra de pelaje, cada grito desgarrador.
El techo goteando, el olor a chorizo en el aire, el sonido de risas y conversaciones de mis amigos.
Todo paso muy rápido.
Y de la nada ahí estaba.
Bluey
Muerta.
Con mitad de chorizo sobresaliendo de su boca.
Todavía siento el vuelco de mi corazón y el frío de mi pelaje cuando la vi por primera vez sin vida.
Mis ojos solo se quedaron pegados al cuerpo inmóvil de Bluey mientras Bingo gritaba con todas sus fuerzas y usaba mi pelaje para limpiar sus lágrimas.
Pobre Bingo.
Su hermana murió en pleno día escolar porque nadie miro hacia donde está ella. Nadie se dio cuenta de que se estaba ahogando con un maldito chorizo.
Éramos unos idiotas. Y eso nos costó la vida de una chica maravillosa y bella.
Pero…
Eso no es la única razón por la cual me acuerdo de ese día perfectamente después de un año.
Después de todo
Ese fue el día donde me hice amigo de una fantasma.
/////
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
“Ugh”
El sonido de mi despertador hace su acto, llenando mi habitación de flojo adolescente de su molesto ruido hasta que yo haga algo al respecto.
Con mis ojos cerrados, gire mi cuerpo hacia los costados de la cama y extendí mi brazo, tratando de encontrar el maldito despertador del inframundo.
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
“UGH”
En ese punto estaba agitando mis brazos a lo loco, más desesperado que nunca de encontrar el aparato ese y dormir 5 minutos más.
Finalmente, moví mi brazo hacia el costado de la cama otra vez y mi nudillos chocaron co el estante donde tenía mis pertenencias y… El maldito despertador
Ni siquiera me moleste en apagarlo, forme un puño con mi mano y empecer a golpear el despertador que contra todo pronóstico seguía sonando. Fue ahí que abrí los ojos con dificultad y me incline hacia el estante para extender mi brazo y tomar el enchufe del despertador
“AJA!” Grite al momento de jalar la cuerda, con mis dolorosos ojos mire con orgullo la cabeza del enchufe y la tranquilidad de mi cuarto solitario.
…
…
…
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
*RING* *RING* *RING*
“Pero que mierda!?” Exclame con el ceño fruncido al mirar al milagro en frente de mí, un despertador que funciona sin electricidad!
“!”
Mi ceño se transformó en una cara de sorpresa al darme cuenta de algo.
Mire hacia el techo
Y ahí estaba
“RING, RING, RING, RING, RING”
Bluey estaba flotando con su espalda al techo, simulando con su voz la alarma de mi despertador. ¡Debí saberlo! A ella le gusta molestarme a la hora de levantarse.
“Vete a la mierda Bluey”
Susurre molesto mientras me cubría con mi sabana y cerrar mis ojos, era muy temprano en la mañana y si mis padres me escuchan maldecir a un fantasma al que yo solo veo y escucho, ahi si es verdad que me van a mandar a un cuarto de psicópatas.
“¡VAMOS BELLA DURMIENTE” Grita sin preocupación Bluey, “HOY ES UN GRAN DÍA!”
“Cinco minutos mas” Susurre sin esperanza de que se cumpla mi sueño
“VAMOS QUE YA HICE MI REFERENCIA A RIO” Bluey seguía gritando, “QUE HOY TOCA EXÁMENES”
“¿Exámenes? ¡Mierda!” La palabra fue como un baldazo de agua fría. Me incorporé de golpe, tirando las sábanas al piso.
"¡El examen de matemáticas!" exclamé, olvidando por un momento que debía mantener la voz baja. "¡No estudié nada!”
Bluey descendió del techo con una voltereta innecesariamente dramática, quedando flotando justo frente a mi cara.
"Por eso mismo te desperté, pendejo," dijo con una sonrisa fantasmal. "Tengo un plan."
Me froté los ojos. "Por favor, dime que no es otro de tus planes de mierda.”
"Mis planes nunca son de mierda," protestó Bluey, cruzando sus patas delanteras. "Bueno, excepto esa vez que te dije que te declararas a Chloe..."
"¡Y terminé con un ojo morado!"
"¿Cómo iba a saber que estaba saliendo con Snickers? ¡Puto ship culero! No sé ni en qué estaba fumando el creador del guión" se defendió. "¡Estoy muerta, no omnisciente!”
Me levanté y empecé a prepararme, ignorando la falta de privacidad. Al principio me incomodaba cambiarme delante de Bluey, no duró mucho desde su muerte para que ella me viera en todo mi esplendor, pero ya me acostumbre a cambiarme en frente de ella aunque en un momento tan indefenso, Bluey siempre me molesta.
“Tu la tienes tan pequeña.” Bluey bromea, flotando hacia mí lado con su mirada apuntando abajo.
“Mejor vuelve a comer un chorizo largo, pero esta vez muérate de verdad y no me chingues la vida.” Le respondí a la perra fantasmal.
“Hasta ese chorizo se mirará más grueso y jugoso que el que tienes colgado ahí.”
“Como chingas perra sucia.” Le respondí, queriendo dejar el tema de mi tercera pierna a un lado. "¿Cuál es tu brillante plan esta vez?”
Bluey flotó hacia mi escritorio y pasó su pata a través de mis libros de matemáticas.
"Yo voy a ayudarte durante el examen," declaró con total naturalidad. "Puedo flotar alrededor del aula, mirar las respuestas y decírtelas."
La miré incrédulo. "¿Quieres que haga trampa?"
"Técnicamente, estarías usando recursos externos no autorizados," corrigió con una sonrisa. "Suena más elegante así."
"Suena a que me van a expulsar si me pillan hablando solo durante el examen."
"No hablarás solo," explicó Bluey, acercándose a mí. "Solo tienes que asentir o negar con la cabeza, y yo te entenderé. Como un código secreto.”
Suspiré profundamente. Este tipo de situaciones se habían vuelto mi día a día desde que Bluey murió... o mejor dicho, desde que se negó a irse del todo.
"¿Por qué no me ayudaste a estudiar en vez de planear esta locura?"
"Lo intenté anoche, pero te quedaste dormido después de diez minutos," respondió, rodando los ojos. "Además, es más divertido así."
"Para ti," murmuré, pero no pude evitar sonreír un poco.
“Estás sonriéndome. Así que no te desagrada la idea por completo.”
“Bueno, no puedo negar que me alegraste el día al preocuparte por mí.” Respondí aun sonriendo. “Me voy a poner sentimental si sigo así. Mejor ya me voy a la escuela.”
“Está bien estudioso.”
“Jódete Bluey.”
///
El camino a la escuela fue como siempre: yo caminando, Bluey flotando a mi lado, contándome chismes del más allá. Según ella, había otros fantasmas en Brisbane, pero la mayoría eran aburridos y solo se quejaban de estar muertos.
"¿Te imaginas?", decía mientras daba volteretas en el aire. "Tienes la oportunidad de flotar, atravesar paredes, espiar a cualquiera... ¿Y lo único que haces es lamentarte? Patético."
"No todos pueden ser tan positivos como tú sobre estar muertos," comenté en voz baja, asegurándome de que nadie me escuchara hablar solo.
“No es tan malo.” Me respondió para luego agachar la cabeza. “Lo único malo es que ni mis padres o Bingo pueden verme.”
“Sí, ellos te extrañan mucho.” Le contesté. Por alguna pendeja razón traté de agarrar su mano. Sí, sí, lo olvidé. Pero pregunte de todas formas “¿Cómo está, Bingo?”
“Bien… dentro de lo que cabe, todavía le resulta difícil aceptar a Frisky como su nueva madre” Bluey me respondio, pero pude sentir el desagrado en su voz
Suspire sin emoción… Es una larga historia, pero Chilli y Bandit ya no están juntos, ahora es Frisky quien está saliendo con Bandit. ni Bluey que puede ver todo, no vio esa pendejada venir “Es normal… Supongo”
“A veces la veo llorando en su cuarto” Bluey me cuenta con simpatía, lo cual me llena de serenidad, desde su muerte ella siempre bromea y me molesta como la perra que es, pero se siente bien que a veces ella se tome las situaciones en serio “Es triste, a veces me gustaría darle un abrazo”
“Que triste que eres un fantasma” susurre.
“Maldito chorizo” Bluey se queja a mi lado “En serio? ¿A quién puto escritor se le ocurrió la idea de que debería morir así? Ese maldito no le aman la familia o qué?!”
Mientras Bluey le grita a los cuatro vientos, yo rodé mis ojos hasta mirar al frente, Bluey siempre tiene esos episodios de “Culpar a los escritores”. Trate de preguntarle a ella sobre ellos, pero las respuestas de Bluey siempre cambian, en fin, incluso ahora y más tarde, nunca sabré cuales son los “Escritores”
Después de caminar por el vecindario, Bluey y yo finalmente llegamos a nuestro destino, un colegio simple de dos plantas, un estadio de Cricket, una biblioteca, y un montón de salones con los peores profesores del mundo.
“Aquí estamos” Bluey anuncia cuando pare frente a la escuela con una mirada temerosa por los exámenes “El colegio ‘Los autores no le pagaron nada y son muy flojos para colocar un nombre de verdad’”
No pude evitar reírme bajo mi aliento, a veces a Bluey se le ocurre decir algo gracioso que involucre estos “Escritores”.
Sacudí mi cabeza, me centré en el día en frente de mí, y empecé a caminar para entrar al colegio con Bluey flotando sobre mi hombro.
////
Al llegar a la entrada principal, vi a Lucky y Rusty cerca de las escaleras. Instintivamente, levanté la mano para saludarlos, como hacía antes, cuando éramos amigos, pero ellos me vieron, intercambiaron una mirada incómoda, y rápidamente se alejaron hacia el otro lado del patio.
"Vaya par de culos," comentó Bluey, frunciendo el ceño mientras flotaba a mi lado. "Y pensar que antes éramos todos amigos."
"Es comprensible," murmuré, fingiendo revisar mi mochila para que nadie notara que hablaba solo. "Para ellos soy el loco que no permitió que te dibujaran el pito en la tumba.”
"Su pérdida," dijo Bluey con desdén. "Eran unos pendejos desde antes, solo que no te habías dado cuenta."
Mientras caminaba por los pasillos hacia mi casillero, pude sentir las miradas. Siempre las mismas caras, los mismos susurros cuando creían que no los escuchaba.
"Ahí va el rarito..."
"Dicen que habla solo todo el tiempo..."
"Dicen que se volvió loco después de lo de Bluey… Lady Chorizo.”
“¡Qué mamada! ¿¡Oíste como me dijeron!?” Me recriminó Bluey.
“Y ese es el apodo más suave que te han puesto.”
Dije al abrir mi casillero y comencé a sacar los libros para las primeras clases. Bluey flotaba alrededor, leyendo por encima de mi hombro.
"¿Ves a esa perra de allá?", señaló hacia un grupo de chicas que me miraban y cuchicheaban. "Esa es la que dijo que probablemente que me morir por no saber como ser una puta."
Me tensé. "¿En serio dijeron eso?"
"Sí, hace como tres meses. Tuve que controlarme para no poseer su cuerpo y hacerla correr desnuda por los pasillos."
"¿Puedes hacer eso?", pregunté, intrigado.
"No tengo ni puta idea, pero sonaba amenazante."
No pude evitar sonreír un poco, lo que hizo que las chicas me miraran con más suspicacia. Genial. Ahora pensarían que sonreía solo, como un psicópata.
"Mackenzie."
La voz me hizo voltear. Era Bingo, caminando hacia mí con su mochila al hombro. Ya no era la cachorra destrozada del funeral. Había crecido, su pelaje se había vuelto más brillante, pero sus ojos aún tenían esa sombra de tristeza que nunca la abandonaba completamente.
"Hola, Bingo," la saludé, cerrando mi casillero.
Bluey inmediatamente flotó hacia su hermana, orbitando alrededor de ella como siempre hacía. "¡Bingo! ¡Mi pequeña hermana! Dios, cómo han crecido… están más grandes que los míos.”
"¿Cómo estás?", me preguntó Bingo, notando mi expresión distraída.
"Bien," mentí, tratando de no mirar a Bluey que ahora intentaba tocar el pelo de su hermana. "Solo nervioso por el examen de matemáticas."
"Ah, sí. Yo también estoy nerviosa," admitió Bingo. "Frisky dice que si repruebo, me va a quitar el teléfono. Y es capaz de revisarlo.”
Al mencionar a la perra cocker spaniel, vi cómo Bluey se tensó. El tema de Frisky siempre la ponía de mal humor.
"Seguro te va bien," le dije a Bingo. "Siempre fuiste más inteligente que..."
Me detuve. Iba a decir "que Bluey", pero me di cuenta de lo insensible que sonaría.
"¿Que quién?", preguntó Bingo, levantando una ceja.
"Que... que yo," terminé torpemente.
Bingo me miró extraño por un momento, luego sonrió. "Eres muy modesto, Mack. Siempre lo has sido."
El timbre sonó, salvándome de más conversación incómoda.
"Nos vemos luego," dijo Bingo, alejándose hacia su clase.
"Está mejor," comenté una vez que Bingo se había ido. "Al principio ni siquiera hablaba.”
"Lo sé," respondió Bluey, sintiendo ese extraño vacío de nuevo. "La he estado observando. Mamá y papá también están mejor, creo. Ya no lloran tanto. Aunque no voy a perdonar que se hayan separado”
"Es parte del proceso," dije con voz suave. "Tienen que seguir adelante."
"¿Y yo? ¿Tengo que seguir adelante también? ¿A dónde? ¿Al más allá? ¿Al cielo de los chorizos?"
Me reí con ese último comentario. “No lo sé, Bluey. No sé por qué sigues aquí, ni por qué solo yo puedo verte. Pero mientras estés aquí, no estarás sola."
"Gracias, Mack," dijo, intentando darme un golpecito en el hombro, aunque su pata me atravesó. "Eres un buen amigo."
"Lo sé," respondí con una sonrisa presumida.
La clase de matemáticas estaba en el segundo piso. Mientras subía las escaleras, vi a más compañeros evitarme activamente. Snickers y Chloe estaban al final del pasillo, pero cuando me vieron, rápidamente entraron a su salón.
"Esto es deprimente," comenté.
"Olvídalos. Hoy vamos a demostrar de qué estamos hechos. ¿Estás listo para el plan?" Me preguntó Bluey, dando vueltas a mí alrededor
"No estoy seguro de que sea buena idea, Bluey," murmuré, mirando de reojo para asegurarse de que nadie lo viera hablar solo. "Si me atrapan..."
"No digas mamadas. ¿Quién va a atraparte? Nadie más puede verme," me recordó, flotando boca abajo frente a él. "Solo tienes que estar tranquilo y no actuar como un maldito loco hablándome en público."
Justo en ese momento, pasó a través de mí, causándome una sensación extraña, como electricidad estática.
"¡Oye! ¡No me atravieses así!", protesté, dándome la vuelta.
"Lo siento," susurró. "Aún no me acostumbro a... esto."
Yo tampoco me acostumbraba. Era raro ver a la gente pasar a través de ti como si no existieras. Como si fueras aire. Nada.
"¡Mack!"
Ambos nos giramos. Era Honey, corriendo para alcanzarnos con su mochila rebotando en su espalda.
"Hey," saludó Mackenzie, con una sonrisa forzada.
"¿Con quién hablabas?", preguntó ella, mirando a su alrededor.
"Con nadie," respondí rápidamente. "Solo... practicaba una presentación."
Honey asintió, pero noté que no me creía del todo. Había estado actuando raro desde el funeral, y todos lo habían notado.
"¿Listo para el examen de matemáticas?", preguntó, cambiando de tema.
"Estuve estudiando toda la noche," continuó Honey. "El álgebra me está matando."
"Mala elección de palabras," Bluey comento, riendo. Tosí para disimular mi propia risa.
"¿Estás bien?", preguntó Honey, dándole una palmadita en la espalda.
"Sí, solo... recordé algo gracioso.”
“Es que parece que hayas visto un fantasma.” Comentó Honey. 👻
“¡Y yo que soy pendeja!” Exclamó Bluey cerca de mi oreja.
Ganas de mandarla a la verga si tuvo, pero no enfrente de Honey. Así que me agarre la pinga y… “¡Voy al baño!”
////////////// ( Línea De Fanfiction.net Que no tiene Ao3 )
La clase de matemáticas estaba en el segundo piso. Mientras subía las escaleras, vi a más compañeros evitarme activamente. Snickers y Coco estaban al final del pasillo, pero cuando me vieron, rápidamente entraron a su salón.
"Esto es deprimente," comenté.
"Olvídalos," dijo Bluey. "Ellos no son importantes.”
Excepto que ahí estaba el antiguo casillero de Bluey, ahora cubierto de flores, fotos y notas. Un pequeño santuario improvisado. "RIP Bluey", "Te extrañamos", "Nunca te olvidaremos"... Ese tipo de cosas.
"Qué cursi," murmuré, viendo cómo algunos estudiantes de primer año se detenían a mirar el memorial.
Mackenzie se acercó, fingiendo buscar algo en su mochila mientras observaba las fotos.
"Es lindo que se acuerden de ti," susurrE.
"La mayoría ni me conocía," responde Bluey. "Apuesto a que la mitad ni siquiera sabe cómo morí."
Como para probar el punto de Bluey, escuché a una chica diciéndole a otra: "Creo que se ahogó con un pedazo de pizza."
"¡Era un chorizo, pendeja!", grito ella, a pasar de que no la escucharan. "¡Un maldito chorizo!"
Mackenzie tuvo que alejarse rápidamente para no reírse en voz alta.
El timbre sonó, anunciando el inicio de las clases. Bluey me siguió hasta el aula de matemáticas, flotando tranquilamente mientras yo me abría paso entre la multitud de estudiantes. La profesora ya estaba preparando los exámenes cuando entramos.
"Muy bien, clase," anunció con voz severa. "Guarden todo, excepto un lápiz y una calculadora. Y recuerden, cualquier intento de trampa resultará en un cero automático."
Yo me miró nervioso. Y Bluey solo le guiñé un ojo.
"Tranquilo," me susurra. "Esto será pan comido. Y afortunadamente no eres Venezolano, sino lo de pan comido sería difícil."
La profesora empezó a repartir los exámenes. Bluey aprovechó para flotar alrededor del aula, mirando por encima de los hombros de los estudiantes más listos. Rusty era bueno en matemáticas, pero tenía mala letra. Chloe era mejor opción.
"Pregunta uno," dijo flotando junto a mi oreja. "La respuesta es x = 7."
Me vio cómo dudaba un momento, pero luego escribí la respuesta. Sonrió, satisfecha.
"Pregunta dos: y = 4x + 3."
Así seguimos durante todo el examen. Ella flotaba por el aula, recogiendo respuestas y susurrándoselas a Mackenzie. Yo disimulaba bastante bien, aunque a veces se me escapaba una sonrisa o una expresión de confusión cuando yo le daba una respuesta que no esperaba.
Todo iba perfecto hasta que llegamos a la última pregunta.
"Esta es complicada," admitió Bluey, rascándose la cabeza fantasmal. "Dame un segundo..."
Mientras esperaba, comencé a mover los labios inconscientemente, tratando de procesar la información que Bluey me había dado anteriormente.
"¿Hay algún problema, Mackenzie?"
La voz de la profesora me hizo saltar en mi asiento. Estaba de pie junto a mi pupitre, mirándome con sospecha.
"N-no, profesora," tartamudeé. "Solo estoy... pensando."
"Te he visto mover los labios," dijo, entrecerrando los ojos. "¿Con quién hablas?"
Sentí todas las miradas de la clase sobre mí. El silencio era ensordecedor.
"Dile que estabas repitiendo las fórmulas para ti mismo," susurró Bluey urgentemente.
"Solo estaba repitiendo las fórmulas para mí mismo," repetí, tratando de sonar convincente.
La profesora me estudió por unos segundos que se sintieron como horas.
"Estoy bien, profesora," mentí. "Solo un poco nervioso por el examen."
Ella asintió lentamente, pero no se veía convencida. "Si necesitas hablar con alguien... el consejero escolar está disponible."
"Gracias, pero estoy bien."
"Eso estuvo cerca," susurró Bluey. "Tienes que ser más discreto."
"Es difícil cuando eres tú quien me habla," murmuré entre dientes.
"¿Disculpa?", preguntó un compañero sentado cerca.
"Nada," respondí rápidamente, sintiéndome aún más expuesto.
Bluey continuó ayudándome con las respuestas, pero ahora era más cuidadosa.
"Última pregunta," susurró. "Es sobre optimización. La respuesta es 15 unidades cuadradas."
Escribí la respuesta justo cuando sonó el timbre.
"Entreguen sus exámenes."
Me levanté con las piernas temblorosas y caminé hacia el escritorio.
Al salir del salón, Bluey flotaba a mi lado con expresión satisfecha.
"Creo que salió bastante bien," comentó.
"Casi me descubren," le reclamé en voz baja.
"Pero no lo hicieron. Eres oficialmente un genio de las matemáticas."
"Soy oficialmente un tramposo," corregí.
Con el examen fuera del camino, mi mente se aligeró, ahora no tendría que preocuparme de Matemáticas por algún tiempo, el resto de exámenes serían fáciles.
Ya era la hora del recreo, un tiempo para olvidarnos de los deberes de la escuela, para comer o hablar cualquier pendejada que ocurrió los últimos días, como por ejemplo cómo atraparon a Pretzel saliendo con otro chico en el parque, su puta madre, sabía que él era gay pero no tanto
En fin, me dirigí hacia el patio de la escuela, estaba repleta de estudiantes, algunos comiendo, otros jugando a la pelota y otros hablando, como mis amigos de la infancia, Rusty, Jack, Snickers, Lucky, Los Terriers, Honey, Chloe, Coco, Judo y Indy, hablando en un círculo.
Sin nadie más con que hablar, excepto la fantasma de Bluey, caminé hacia ellos para unirse a la conversación.
“Hola chicos.”
Todos en el círculo pararon de hablar y me miraron raro, como si fuera un completo extraño, como si se hubieran olvidado de todos los años que la pasamos juntos.
El silencio incómodo llenaba el aire hasta que Lucky rompió el silencio
“Ehhhh, me tengo que ir, hablamos luego”
“Si, si”
“Hasta luego”
“Chao”
Tan pronto como me uní al grupo, Rusty, Jack, Snickers, Lucky, Los Terriers, Honey, Chloe, Coco, Juno y Indy se dieron la vuelta y caminaron en diferentes direcciones.
“Ugh” Reaccione bajo mi aliento, esta no era la primera vez que me abandonaran así. Con el rabillo del ojo noté como Bluey tenía una cara de pésame, incluso a ella le hacía difícil verme así.
Sin más remedio, caminé por el patio para buscar un lugar donde sentarme y pasar el tiempo, vi a varios compañeros agrupados, susurrando mientras me miraban. Pude captar fragmentos de sus conversaciones:
"¿Vieron cómo hablaba solo?"
"Está cada vez peor..."
"Da miedo estar cerca de él..."
"Que se jodan," murmuró Bluey. "Son unos cobardes."
Pero sus palabras no aliviaron el peso ya existente en mi pecho. Cada día era más difícil mantener la fachada de normalidad. Cada día, me alejaba más de las personas que una vez fueron mis amigos.
Lo único que me consolaba era saber que Bluey estaba ahí, aunque nadie más pudiera verla.
"¿Sabes qué?", le dije mientras caminaba. "Prefiero ser un rarito contigo qué normal sin ti."
“No quieras meter esas mamadas en esta historia Mackenzie. Te juró que te cortó los huevos si lo vuelves a hacer.”