1: Los secretos del bosque
23 de noviembre de 2025, 9:32
Bajó la mirada y encontró que su vaso estaba casi vacío, no se había dado cuenta ni de cuando se lo había tomado. La conversación de una de las esposas de alguien le pareció distante, como si no estuviera realmente ahí. Realmente no estaba escuchando a nadie, su mente se sentía muy por encima de todas las animadas voces alrededor. Se preguntó si había bebido demasiado cuando quiso descifrar la graduación de alcohol en la botella y la vio terriblemente borrosa.—¿Qué pasa, hermano? Esa ya es tu octava copa.Los ojos claros de Tony se desplazaron con monotonía hacia el sitio del que salía la voz profunda. Geoff le sonrió, traía el cabello atado con una coleta baja, lo que dejaba ver más su rostro y lo cansado y acalorado que se encontraba luego de casi quemarse vivo tratando de cocinar junto a Earl y la esposa de Eli la carne asada para la parrillada. Contra todo pronóstico, estaba siendo una agradable velada, todos se estaban divirtiendo mucho y la cena no estaba tan carbonizada como parecía.—Te conozco, tú no tomas más que en ocasiones muy precisas, como cuando estás despechado por alguna chica —continuó diciendo Geoff, media sonrisa torcía sus labios— ¿Qué ocurre? Layne me ha dicho que no has salido con nadie en estos meses, sé que tu perro Fletcher está muy a gusto con tu hermana mientras estamos aquí de vacaciones y a la producción musical le va de maravilla.Tony rellenó su copa y le dio otro largo sorbo para después cerrar los ojos un instante, el alcohol le quemaba la garganta y tenía dolor de cabeza desde ya, como si la resaca lo estuviera reclamando anticipadamente. No obstante, echó una mirada por encima del hombro de Geoff, a un punto fijo en la lejanía, y luego se llevó la botella a la boca y escudriñó a su interlocutor por encima de ella mientras bebía. Cuando la bajó dijo:—Agradecería que por esta noche te metieras en tus propios asuntos. —intentó fulminarlo con la mirada, pero no le salió bien. El patio empezó a dar vueltas.—Ya sé que te gusta mucho el estilo del asocial en las fiestas, pero esta vez no se repetirá. Nunca habíamos hecho una salida de familias como ésta. Deberías disfrutar del momento en vez de beber hasta caer muerto.Cesar y J se habían vuelto muy buenos amigos y estaban convirtiéndose en el centro de atención de la fiesta. Eso jugaba a favor de Geoff y Tony, que estaban levantando un poco la voz por momentos con su discusión. Nadie les prestaba demasiada atención a ellos por estar atentos a los reyes de la fiesta.—No es a la primera fiesta a la que he asistido. —replicó con mirada distante en el mismo punto sobre el hombro de su amigo— y he estado en mejores.—Pero es a la primera fiesta de vacaciones a la que vas, de eso estoy seguro. —le contra atacó Geoff— y puede que aquí no hayan chicas solteras que se quieran aprovechar de ti en ese estado, pero esa no es excusa para no divertirse ¿no ves que esto no se repetirá? Este año ha sido muy bueno, nunca más podremos coincidir en un solo sitio todos. Las hijas de Layne irán a la universidad pronto. Eli y su esposa planean mudarse a otra parte y ni se diga de la nueva ocupación de Earl y su esposo, ¿Te das cuenta de que no los volveremos a ver a todos en solo sitio?
Tony rezongó algo para restar importancia mientras abandonaba la copa vacía en una mesa y se empujaba un trago directamente de la botella, ignorando la conversación y a Geoff. Antes de que se atreviera a hacer algo para evitarlo, le arrebató la botella y la echó completa al bote de basura.—Hey hey... —gruñó, intentando despejarse para hacerle frente al agresor de su paz— Yo pagué por eso, lo menos que deberías hacer es dejarme consumirla.Tomándolo de la solapa de la chaqueta, el castaño lo arrastró hasta una esquina más alejada del resto de los invitados, en parte porque Tony estuvo a nada de sumergirse en el basurero para recuperar la botella. Pero también porque la conversación se estaba poniendo algo más seria y Geoff no quería hacer ningún show desagradable delante de los invitados.Lo miró de forma burlona— No la estabas consumiendo, hombre, te ahogas en ella como en los viejos tiempos cuando aún estábamos en aquel teatro.—¿Y qué? Déjame ahogarme entonces. —suspiró observándolo con calma.—Tony, estás más borracho de lo que crees, ya hasta arrastras las palabras. Vete a dormir, mañana planeábamos ir al lago. Y te recuerdo que hay niños aquí. ¿Quieres que la hija pequeña de Layne te vea en ese deplorable estado?Curiosamente Layne se estaba riendo alto, larga y contagiosamente al otro lado del patio, lo que hizo a ambos hombres mirar hacia él. La pequeña Dory estaba bailando con sus hermanas mayores mientras Layne y otros amigos jugaban a un improvisado rap y beatbox.No obstante, Tony se soltó del agarre de Geoff, y casi se vino abajo por lo brusco de su propio movimiento.—No, Dory tiene que seguir pensando que su tío es un hombre sobrio —recapacitó, se pasó la mano por la cara e intentó mirar a la cara a su amigo— mira, no me harás socializar. Tampoco me impedirás seguir bebiendo, tengo otra botella en el auto. Métete esas dos cosas en la cabeza. Así que si quieres sacarme de aquí lo mejor es que yo mismo me vaya afuera.—Espera ¿no quieres que te ayude a subir las gradas hasta tu habitación? En este estado puedes tener mil accidentes desagradables afuera... —había preocupación en la voz de Geoff— ¿Tony? ¿Sigues aquí?Tony tenía la mirada levemente perdida por encima del hombro de su interlocutor, otra vez. Geoff se dio cuenta de que realmente no estaba mirando un punto invisible, sino a Rachel que estaba más allá. Por un momento, Geoff se arrepintió de haberla invitado, era obvio que las cosas entre ella y Tony nunca terminaron bien, no fue buena idea ponerlos a ambos en una misma casa después de todo lo que ambos habían hecho para no volver a verse. Si a eso le sumamos el hecho de que Rachel estaba acompañada por su esposo, la razón de la borrachera de Tony era entendible.—Ah, ya comprendo. Si era despecho. —dejó escapar otra risa con su voz grave y potente— pero ¡Tony! ¿Te das cuenta de hace cuanto fue eso...? Am.. ¿Lo que sea que tuviste con ella? ¿Qué edad tienen sus hijos? ¿Siete, ocho años?Geoff pensó que su amigo se había controlado mucho para no ir hasta la pareja y decirles todo lo que solo un borracho puede llegar a decir. Si, era mejor que Tony se fuera aunque fuera al estacionamiento, la noche era demasiado perfecta como para que viejos rencores y más alcohol del necesario arruinaran el agradable ambiente veraniego.Tony le dio un empujón que tenía toda la intención de ser hostil para que se callara, pero en su estado Geoff ni siquiera lo sintió. Cuando se dio cuenta de que no podía hacer a un hombre fuerte y sobrio como él tragarse sus palabras, se dio dificultosamente la vuelta para buscar la salida.—Por lo menos deja que alguien te acompañe. —se exasperó el castaño siguiéndole— o saldrás por la ventana en vez de por la puerta.—Que poca imaginación tienes —volvió a balbucear Tony— puedo salir por la pared si me lo propongo.—Si, claro. —le siguió la corriente Geoff, negando con la cabeza. La casa en la que estaban estaba rodeada de tres hectáreas de bosques y después de montañas alejadas. Layne y Earl tenían planeado ir a escalar una de esas montañas y tomarse todas las fotos posibles, pero la dueña de la casa, la que se la había rentando a Eli, dijo que esas montañas tenían muchos secretos. Dijo que mucha gente había desaparecido ahí en circunstancias extrañas. El bosque guardaba secretos oscuros, decía que se había llegado a ver monstruos en su interior, aunque nunca se mostraron pruebas al respecto. Geoff no creía en leyendas, le gustaba oírlas por supuesto pero no les daba credibilidad. No obstante, cuando estaban afuera y echó una mirada a la línea de árboles más allá del estacionamiento, detrás de la casa, se preguntó si no debería arrastrar a Tony al interior arriesgándose a hacer el show que no quería hacer.Había algo en ese bosque. Algo oscuro y hostil, Geoff seguía sin darle demasiado crédito, porque después de todo ¿Qué se podía ocultar ahí? ¿Venados, mapaches, ardillas? Si no recordaba mal, no había pumas en este lado del lago. Pero a pesar de todo no dejaba de sentirse inquieto.Tony, tambaleante pero decidido, ya estaba sacando y abriendo la nueva botella de su auto.
—No tienes que cuidarme —le dijo rodando los ojos— ya no tengo dieciséis años ni las hormonas tan revueltas. Regresa a la casa con los demás. Yo me las arreglaré solo.Khaty, la esposa de Geoff, desde el patio de la casa en donde se estaba desarrollando la fiesta, empezó a llamar a su esposo. Le decía que regresara, por lo visto Earl e Eli estaban intentando bajar a J de un árbol en donde Cesar lo había retado a subir, se había atorado. Necesitaban ayuda porque los demás creían que aún era una broma.—¿Escuchaste? Te llama tu madre, ve, corre. —se burló el hombre de mirada clara apoyando la espalda contra la ventanilla del auto. Entonces erró la dirección de la botella y se dejó caer un cuarto de alcohol sobre el pecho— maldición.Geoff echó otra mirada al bosque. Se seguía viendo oscuro y ominoso, pero no era muy diferente del resto de bosques que él había visto en su vida. No quería dejar solo a su amigo ¿Quién sabía lo que le podía llegar a pasar si seguía bebiendo allí afuera? No le temía tanto a lo que sea que pudiera haber ahí, sino a la sobrada incompetencia en la que se hallaba Tony.Kathy volvió a llamarlo desde dentro. Esta vez con un poco más de insistencia e impaciencia.—Tony, tengo que volver. ¿Seguro que no te meterás en problemas? —Él alzó una ceja, pero no dijo nada, solo se empujó otro trago, su expresión parecía levemente atribulada— ¿Tony?Cuando él asintió por fin, Geoff se dio por satisfecho.—Sólo no te alejes demasiado ni hagas nada estúpido ¿de acuerdo? Hay más sirenas en el océano, hermano.—Ni siquiera sabes como es la frase. —se burló el hombre de ojos verdes tomando asiento en una banca frente a los autos.En lo que a Tony le llevaba ingerir la mitad del contenido de su botella, Geoff fue disimuladamente a quitar la llave del auto de su amigo. Más valía prevenir que lamentar. Tenía que volver adentro, pero se prometió regresar para que Tony no hiciera nada estúpido.Efectivamente, en la casa las cosas se habían puesto bastante graciosas. Eli estaba con las manos en la cabeza, mientras J colgaba boca abajo y Earl y Cesar lo balanceaban de un lado para otro. Todos se reían, también J, porque a pesar de todo si era gracioso... Hasta que la rama se partió.Cuando terminaron de ayudar desempolvando a J, ya se habían reído bastante. Geoff tenía aún en mente regresar afuera para confirmar que su amigo estuviera bien, pero de pronto seguían surgiendo problemas.—¿Escucharon eso? —había murmurado Eli— sonó como el batir de alas de un ave.Geoff, que estaba por poner rumbo al estacionamiento no había escuchado nada fuera de lo común.—Fue tu imaginación.Estaba girando la perilla de la puerta de salida cuando uno de los invitados alzó la voz.—No, yo también lo oí... Parece como si fuera un ave grande.—¡Escuchen! —dijo Layne, con media salchicha con mostaza en la boca— ¡Ahí está de nuevo!Todos hicieron silencio y escucharon. Si, era un batir de alas que sonaba sobre sus cabezas, pero la noche era muy oscura y las luces no mostraban de qué se trataba. Geoff frunció el ceño, ahora él también lo oía fuerte y claro, su mano se apartó de la manecilla y regresó al patio con movimientos lentos.—Se detuvo... —musitó Cindy. Todos estaban atentos— ¿creen que sean aves nocturnas?
Entonces, de entre los árboles de más allá del bosque una forma negra bajó en picada hasta el patio y subió sobrevolando a los presentes. Todo inició en un segundo, pero se prolongó lo suficiente como para que muchos de los invitados entraran en pánico y gritaran mientras otros se agachaban e intentaban entrar en la casa. Layne hizo inmediatamente que las niñas y Cindy se escondieran bajo una mesa, ya que estaban del otro lado del patio y correr hasta la casa era peligroso. Empuñando el cuchillo con el que había cortado en secciones la cena, dio un paso hacia adelante frente a su familia para defenderlas. No fue el único en pensar en intervenir, Earl sacó una escoba y J e Eli atizadores del fuego. Cesar pensó rápido y fue de gran ayuda ayudando a las personas que corrían en estampida al interior de la casa, a sus habitaciones.El ser pasó varias veces entre los invitados, volando bajo entre la gente, lo suficientemente rápido para no ver más que un manchón oscuro sin forma aparente, provocando el caos, volcando mesas y rompiendo los jarrones. Cuando derribó la parrilla y el resto de la cena junto con los carbones encendidos ya mucha gente había entrado a casa, pero otros se quedaron a empuñar armas improvisadas y ayudar.Hasta que se acercó volando a gran velocidad a William, el hijo de Geoff. Su padre lo había estado buscando con la mirada desde que esto comenzó, por lo que cuando vio lo que ocurría, no se lo pensó dos veces. Él no estaba "armado" como los demás, así que cuando el monstruo se encontraba en trayectoria directa a su hijo, corrió hasta él y lo tomó en brazos para darse de inmediato a la fuga. Pero no fue lo suficientemente rápido, el ser, sea lo que fuere, le hirió al impactar con él en el hombro y lo hizo caer al suelo.Los demás vinieron a ayudar a Geoff y su hijo, al igual que Kathy, que corrió hacia ellos dos cuando vio lo que sucedía. No obstante, el monstruo dio un giro en el aire y entonces alzó el vuelo muy por encima del tejado hasta el límite del bosque, donde finalmente desapareció de la vista. —¿Qué clase de bicho era ese? —se exasperó J, sus manos aún apretaban con firmeza el atizador que no había podido usar— nunca había visto un pajarraco como ése.—No lo sé, hermano, pero no me gustaría averiguarlo. —Eli se secó el sudor de la frente y examinó a los demás con la vista— ¿Todos se encuentran bien? ¿Geoff?—Estoy bien. —dijo el castaño— no pasa nada. ¿William?William salió de entre los brazos de su padre y saltó en su sitio en repetidas ocasiones.—¡Eso fue genial, papá! ¡Ese monstruo no pudo contigo!Geoff sonrió ampliamente.—Ni contigo, campeón, le dimos lo que se merecía...Kathy le puso una mano en el hombro a su esposo, en donde había impactado el monstruo indefinido, había un arañazo grande y largo. La manga de su camiseta colgaba en jirones, estaba empezando a sangrar, Geoff reprimió una maldición. Su esposa tenía toda la apariencia de estar preocupada, pero a pesar de que era obvio que no aprobaba la imprudencia de su hijo y esposo por no haberse escondido cuando pudieron, estaba muy feliz porque estaban bien. Con dulzura le llenó de besos la mejilla.—Fuiste muy valiente.Él aceptó orgulloso sus besos y le devolvió muchos otros mientras los chicos lo conducían adentro. —Chicos, esto es conmovedor, pero por favor, alguien vaya a tranquilizar a los demás. —impuso orden Eli colocando su atizador en una de las mesas— deben saber que ya se fue.Layne venía de asegurarse de que sus hijas y esposa estaban bien, las traía consigo. Cargaba en brazos a su tesoro: Dory, que lo abrazaba por el cuello y se mantenía silenciosa como las demás, en shock. Esto había sido toda una historia de terror.—Yo iré, de todas formas no dejaré solas a mis niñas de nuevo.—Bien. Diles a todos que no salgan, eso, sea lo que sea que fue, puede volver.—¿Qué fue exactamente eso que nos atacó? —Cesar salió por la puerta al tiempo que Layne y su familia entraban.—Al principio pensé que era una cometa. Era demasiado grande —añadió Earl.—Esa es una buena teoría. Yo pensé que podía ser algún globo, hasta que lo vi coordinar los giros de manera inteligente. —añadió Geoff— y esto no lo hace un globo de ningún tipo.Ya estaban dentro de la casa, cerraron la puerta del patio después de asegurarse de que nadie se hubiera quedado afuera. Layne hizo que todos en las habitaciones cerraran también las ventanas y las taparan por si acaso. Kathy le estaba desinfectando la herida a su esposo, presentaba arañazos superficiales, pero el golpe bien podría haberle dañado el hombro internamente. Debían esperar hasta el día siguiente para ir en busca de un doctor. Kathy manipulaba con mucho cuidado los instrumentos para prepararla antes de colocar con igual delicadeza un vendaje sobre la herida. No era necesario mucho, pero quería asegurarse de que permaneciese limpia por cualquier infección. —Era un murciélago grande. —dijo William y todas las miradas lo encontraron, sentado junto a su padre— medía lo que los brazos de papá cuando los levanta. ¡Así!Y con sus pequeños brazos mostró lo enorme que el monstruo pareció ante sus ojos.—¿Y no te asustaste? —tragó en seco J, que de pronto parecía más pálido que nunca.—¡Claro que no! ¡Papi estaba ahí para darle su merecido a ese feo monstruo!
Los hombres y mujer del patio intercambiaron miradas de severa preocupación. Geoff no respondió ante esto, pero se quedó pensándolo, su hijo era aún muy pequeño y era común que los niños de su edad inventen ideas tan creativas. No obstante, William vio casi directamente a eso que los quiso atacar. Y su hijo no mentía nunca ¿por qué no creerle en ésta ocasión? De pronto se dio cuenta de que tal vez no era tan buena idea permanecer en esa casa veraniega por más tiempo, realmente el bosque ocultaba secretos desagradables. Podría ser peligroso para sus hijos, sus amigos... Tony...Geoff quiso darse un golpe en la frente por haberse olvidado de su amigo, pero tan pronto como intentó realizar el movimiento, su hombro gritó de dolor. Después de lo que había pasado ya no podía arruinarse la noche más de lo que ya se había fastidiado. Tenían que traer a Tony adentro, borracho, dormido o como fuera, si lo dejaban más tiempo al aire libre podrían lamentarlo.—Cesar ¿puedes ir a espiar por la ventana? Dejé a Tony afuera, ha bebido demasiado y necesito saber si está dormido o si sigue consciente. Porque hay que traerlo aquí, no me imagino lo que pasaría si ese murciélago lo encuentra en su estado.Cesar asintió y fue a cumplir las órdenes de Geoff. Mientras tanto, Geoff tuvo tiempo de sentir culpa por su amigo, lo había dejado solo y en un bosque en donde había murciélagos sobrealimentados. Había que preguntarse de qué se alimentaban, pero sólo la idea le daba escalofríos.Cesar volvió rápido como un suspiro.—No está.Todos volvieron a intercambiar miradas. Geoff no le consultó a nadie y se levantó para buscarlo él mismo.—¿No estaba ni siquiera en su auto? —le preguntó Earl a Cesar, éste último negó.—A veces se atrincheraba ahí dentro en vez de en el hotel cuando teníamos que dormir en las giras. —comentó Eli saliendo tras Geoff afuera.—¿Acostumbra irse sin decir adiós?—No, para nada. —negó J— es buena persona, a pesar de ser un fastidiado a veces.
El estacionamiento fuera de la casa estaba tal y como cuando Geoff lo había dejado antes de entrar. A excepción de que no estaba Tony. Las botellas estaban en los sitios estratégicos en donde las había dejado caer vacías, había estado bebiendo bastante después de que se quedó sin supervisión.—No está bajo los autos. —se incorporó Eli después de haber estado mirando al ras del suelo.—Ni en ninguno de ellos... —suspiró con preocupación e impotencia Geoff.—¿Qué tal si entró a la casa? —preguntó Kathy— comienza a hacer frío aquí afuera, lo lógico es que regresara. Y si no lo hizo por el frío, lo habrá hecho por los gritos del patio.Los chicos miraron a Layne que regresaba por fin de darles todas las indicaciones a los demás invitados.—No, no estaba en su habitación ni el patio y nadie lo ha visto desde antes de que J se atorase en el árbol.Todos guardaron silencio mientras el esposo de Earl intentaba llamar a Tony. Era el único que tenía batería en su celular. Pero nada. Sea donde fuera que el hombre de ojos claros estaba, tenía apagado el celular, estaba terriblemente borracho y solo en un bosque como ése. Todos estaban intentando pensar en qué hacer, cuando alguien más salió por la puerta de la casa al estacionamiento.Era Rachel Potter. Se sorprendió al verlos a todos los de la banda, actuales y ex miembros, reunidos en el mismo sitio.—Oh... Hola, chicos. —sonrió avergonzada, era claro que no esperaba verlos ahí— vaya noche ¿no?—Ni que lo digas. —se quejó Geoff llevándose una mano al vendaje del hombro.—¿Qué haces afuera? —quiso saber Eli— es peligroso, deberías volver.Ella se removió incómoda y miró al suelo. Traía puesto aún el vestido rojo que había llevado desde la tarde, cuando llegaron todos juntos a la casa de verano. Pero se había cambiado los tacones por un par de zapatillas cómodas.—Quería ver a Tony... —confesó evadiendo las miradas de los demás.—Nosotros también. —se rió Cesar.Eso llamó la atención de ella, que alzó la vista y miró a cada uno de ellos ahí presentes.—¿Porqué? pensé que estaría con ustedes.Ahora fue el turno de Geoff de removerse nervioso.—Yo lo dejé solo aquí porque estaba bebiendo mucho. No quería que hiciese algún espectáculo vergonzoso delante de todos y arruinase la noche. Después de todo, yo fui el que organizó estas vacaciones, quería que salieran perfectas... Pero no imaginé que nada de esto pasaría.
Todos permanecieron en silencio de nuevo. Lo comprendían. Realmente todos habían estado disfrutando mucho la tarde y la noche, de no ser por ese monstruo, la noche se hubiera alargado hasta mucho después de la hora de dormir de los niños. Kathy tomó de la mano a su esposo y éste tuvo la fuerza suficiente para continuar.—Creo que puede estar en el bosque. Voy a ir a buscarlo.—No pensarás ir tú solo ¿cierto? —lo regañó Eli— iremos contigo.—Puede ser peligroso.—Tonterías. —negó enérgicamente J— voy por los atizadores de fuego. ¿Quieres uno para ti, Cesar?—Trae también las escobas —le indicó Earl.—Y también linternas y fósforos... ¿Sabes que? Voy contigo. Creo que sé dónde están.Layne y J regresaron a casa. Estaba decidido, todos irían. No obstante, Geoff se las arregló para que Kathy volviese adentro a cuidar de William prometiendo regresar pronto y Earl logró que su esposo también entrase a cambio de que le dejase el móvil para hacer llamadas por si algo pasaba, solo era necesario que ellos, la banda, fueran juntos a arriesgar sus vidas. No tuvieron tanta suerte con Rachel, ella se negó rotundamente a regresar a casa y no ir con ellos.—No. Quiero ir con ustedes. —dijo con firmeza— voy por un suéter, me pondré unos jeans y traeré algunas botellas con agua o lo pasaremos mal allá afuera.—Pero será peligroso. —insistió Cesar— ni siquiera sabemos en qué dirección se fue. Borracho dará muchos tumbos aquí y allá. Podemos terminar perdidos nosotros también.Rachel frunció el ceño y su voz, calmada pero segura, les reveló que lo que decía no era mentira.—También es mi amigo.Ellos se miraron entre sí. Geoff sonrió, en secreto se prometió a sí mismo que le diría a Tony el ardor con el que Rachel quiso acompañarlos a buscarlo. Seguro lo haría dejar de pensar tanto en la bebida y la depresión.Tan pronto como Layne y J regresaron con cuatro mochilas y Rachel con otras dos más, decidieron adentrarse en el bosque.