Capítulo 2 : Volver a casa
23 de noviembre de 2025, 16:36
Rynoh se incorpora y Bash lo sigue, vuelen a tomar sus pertenencias para reanudar el viaje en busca esta vez de un refugio. Antes podían alzar el vuelo, con unos propulsores especiales que Lokar les había dado, pero ahora tendrían que conformarse con sus propios pies y su nulo sentido de la orientación.
De nuevo el tema de Lokar. Recordarlo hacía que los tres chicos se sintieran más miserables que nunca, por lo que cada uno, en silencio, se perdió en sus propios y sombríos pensamientos. Menos Bash, él se hallaba desconectado de todo y su mente estaba en blanco absoluto. Suertudo.
Para ese momento, con la oscuridad ya tan cercana, el viento empezó a soplar el frío, arrastrando consigo nieve y hielo que pronto los envolvió y emborronó su campo visual. A paso lento, la temperatura pareció descender en cuestión de segundos a medida que ellos avanzaban.
Zylus, delante siempre, apretaba la mandíbula y los puños con frustración, pero no quería admitir que se estaba congelando. Era admitir una debilidad de la que seguro Rynoh se burlaría solo para molestarlo y lo último que quería era más molestias. Rynoh, protegiéndose los ojos anaranjados de la ventisca que se acrecentaba a cada momento, se frotaba de tanto en tanto los brazos, él sin disimulo alguno.
Bash, por su parte, al ser tan corpulento y al moverse con mayor lentitud, la nieve lo estaba cubriendo como a un gran pedazo de hielo. Su nariz estaba enrojeciendo y mantenía los ojos entornados, aunque seguía desconectado en gran medida de la situación, simplemente siguiendo a los demás. Y aunque él parecía tener mayor resistencia al frío, llegado cierto punto, sacudía la cabeza y los hombros como un perro y la nieve salía disparada hacia Rynoh, que estaba siempre demasiado cerca de él.
Los tres avanzaban a través de la nieve, sus siluetas apenas visibles entre la ventisca. No tenían rumbo ni órdenes que seguir. Lokar ya no estaba para decirles a donde ir o enseñarles nuevos movimientos o cosas nuevas. Ya no estaba para decirles qué no hacer, de igual forma.
—Así que… ya no tenemos que hacerle caso a nadie... —comentó Rynoh de repente, cruzándose de brazos con aire pensativo— Podemos separarnos y volver a casa entonces.
Bash, que caminaba con la misma expresión vacía de siempre, frunció el ceño con lentitud, como si el pensamiento tardara en asentarse en su mente
— ¿Volver a casa? —repitió, como si le hubieran hablado en otro idioma— Oye, pero… ¿Cuál de todas?
Zylus, que iba al frente con el porte de quien se rehúsa a mostrarse vulnerable, giró la cabeza lentamente, la incredulidad marcada en su ceño fruncido y la manera en que entornó los ojos.
—Tu planeta, Bash. Donde naciste. ¿O se te olvidó que tienes uno?
El rubio parpadeó un par de veces antes de soltar una risa torpe— ¡Ah, cierto! por un momento pensé que siempre habíamos vivido juntos, como… como una familia.
Rynoh soltó un resoplido y negó con la cabeza—No somos una familia, idiota. —lo miró casi con lastima antes de bajar la mirada, repentinamente entristecido por esa verdad. Pero no tardó en recuperarse— Solo otro trío de tontos a los que Lokar usaba para hacer el trabajo sucio.
El líder, que mantenía la vista fija en el horizonte, entrecerró los ojos, su mandíbula apretándose con rabia contenida.
—Y bien que nos agradeció... —gruñó al viento— echarnos de esa forma... como si fuéramos baratijas que puede cambiar como... como...
—Como bombillos —completó Bash, sin dudar, con su sonrisa fácil.
—No, no era eso lo que quería decir —se llevó una mano al puente de la nariz, exhalando con exasperación.
—¿Cómo papeles arrugados? —sugirió Rynoh, encogiéndose de hombros.
—Am... algo así —resopló Zylus, rindiéndose ante lo absurdo de la conversación—. Me quedé con las ganas de darle en su horrible rostro espantoso que tiene... ¡Y dejarlo más feo que Bash!
—Hey —se quejó el rubio, ofendido, aunque sin demasiada fuerza.
Rynoh soltó una risa corta, pero luego su semblante recuperó su seriedad, sus ojos anaranjados brillando con determinación. Entre tanta nieve blanca, los ojos de ese chico eran el punto de color que más resaltaba.
—Mira el lado bueno —dijo—. Nos cambiará por esos robots sin cerebro que nos mostró. ¿Por qué crees que sea? Porque necesita secuaces que pueda doblegar. ¡Nosotros somos mil veces mejores que esas baratijas!
El líder esbozó una media sonrisa, una chispa de fuego ardiendo en su mirada. Con suficiencia, se sacudió la nieve de los hombros con un movimiento brusco de su brazo verde, enviando pequeños montículos helados a los lados con impaciencia. El frío le molestaba, pero jamás lo admitiría.
—Da igual... no tenemos forma de volver a ser lo que éramos. —dijo con resignación— Lokar tendrá que conformarse con esos tres pedazos de latas que construyó.
—En ese caso... —volvió a hablar Rynoh— ¿Qué harás, Zylus? ¿A donde irás?
—No sé ustedes, pero si no hay más órdenes, me largo. —su sonrisa de lado con superioridad, llevándose las manos tras la cabeza, inclinando el peso de su cuerpo hacia atrás en una pantomima de descanso, como si no le importara lo más mínimo la situación— Nos separaremos. No pienso quedarme aquí congelándome el trasero con ustedes.
Rynoh entrecerró los ojos, analizando el tono despreocupado de Zylus, antes de girarse con lentitud hacia Bash. Le lanzó una mirada cargada de intención. Bash, como era de esperarse, tardó unos segundos en procesarlo. Cuando por fin lo hizo, su expresión pasó de la indiferencia a la burla.
— Ajá, seguro. —dijo con sorna, cruzándose de brazos— Y dime, Zylus, ¿Qué vas a hacer? ¿Hacértela de héroe en otro lado? ¿Montar tu propio ejército de tontos?
Bash abrió los ojos con emoción— ¡Oh, si armas un ejército de tontos, yo me uno! ¡Soy el mejor en eso!
Zylus exhaló lentamente, arrastrando una mano por su cara con frustración— No, Bash, no voy a armar un ejército de tontos —dijo con voz cansada—. Voy a… ya saben, buscar algo mejor. Algo… grande.
—Ajá, "algo grande" —Rynoh alzó una ceja, claramente escéptico— Suena a que no tienes ni idea de qué vas a hacer.
Bash, ajeno a la conversación, chasqueó los dedos.
—¡Podríamos quedarnos juntos y ser cazarrecompensas! ¡O piratas espaciales! O… o… —Su expresión se quedó en blanco mientras intentaba pensar en otra opción. Pasaron varios segundos. Nada. Finalmente, levantó un dedo como si hubiera descubierto la respuesta al sentido de la vida— Bueno, podríamos seguir siendo guerreros Kairu. Eso se nos daba bastante bien.
Zylus gruñó por lo bajo— Miren, cuando nos separemos, ustedes hagan lo que quieran. Si quieren irse, váyanse. Pero yo no pienso quedarme aquí esperando a convertirme en paleta de Battacor.
Rynoh se encogió de hombros y se frotó los brazos.
—Pff, como si alguien quisiera quedarse contigo. —rodó los ojos y resopló, exagerando innecesariamente sus gestos con intención de irritarlo— Pero… oye, ¿qué tal si encontramos un refugio primero? Y luego ya decidimos si nos separamos o no. Digo, tampoco es como que tengamos muchas opciones ahora.
Bash asintió con entusiasmo, ignorando por completo la tensión entre los otros dos.
—¡Sí! ¡Refugio suena bien! Después podemos decidir si nos volvemos piratas espaciales o un ejército de tontos.
Notas:
He buscado mantener sus personalidades tal cual se vieron en la serie, pero si me desvío ojalá puedan perdonarme 😜