Capítulo 10 : Improvisación
23 de noviembre de 2025, 16:46
—Acaban de ver cómo destrozamos a los Stax hace un momento —rió el robot verde con arrogancia—. ¿Y aún así tienen agallas para retarnos?
—Después de que terminemos con ellos, no volverán a atreverse a proponernos un reto jamás —añadió el azul, con voz burlona.
El rojo sonrió con esa malicia característica de los Hiverax, y dio un paso al frente para aceptar el reto. Los otros dos se inclinaron detrás de él, completando el gesto ceremonial. El reto kairu había comenzado.
Zylus se apartó hasta quedar varios metros detrás de sus compañeros. Tenía la cabeza gacha, pero sus ojos seguían atentos a cada movimiento. Aún conservaba la esperanza de que su X-Reader reaccionara. Tal vez solo era cuestión de limpiar más a fondo la nieve que había quedado dentro...
Un resplandor azul y verde estalló alrededor de Rynoh y Bash cuando saltaron al aire, transformándose en sus monstruos. Spykor y Drudger hicieron su aparición al aterrizar pesadamente sobre la nieve, haciendo vibrar el suelo.
Del lado de los Hiverax, los tres invocaron a sus monstruos antes de fusionarse en un único estallido de luz púrpura. Tras la luz y el reflejo del kairu mágico, el titán dracónico Hidrax apareció en medio de la nieve, con tres cabezas repletas de cuernos y colmillos afilados. Su tamaño era colosal, y su poder parecía superar con creces al de los Battacor.
—¿Todavía creen que pueden ganarnos? —rugieron al unísono las voces fusionadas de Neurax, Fangrax y Wrendrax, distorsionadas dentro de la criatura.
Zylus y los otros dos Battacor se quedaron boquiabiertos por un momento. Nunca antes se habían enfrentado a los Hiverax, y jamás imaginaron una transformación así. La impresión fue tal que Spykor retrocedió sin pensar y casi aplasta a Zylus en el proceso.
—¡Ah! ¡Rynoh! —le propinó un golpe con su puño grande y verde en la pierna— ¡¡A quien debes aplastar es a ese monstruo, idiota!
—¡Lo siento, hombre! —balbuceó Spykor, recuperando el equilibrio.
—Va a ser dificil... —dijo Bash, aún mirando hacia arriba, al monstruo que se reía y los contemplaba como a escoria.
—¿Y ustedes que son? ¿Gallinas? —les gritó su lider, dando golpes a su X-reader para que funcionase— ¡No! ¡Son Battacor! ¡Demuéstrenle quien manda, muchachos!
—¡Vamos, grandote! —gritó Spykor enseguida, y sin pensarlo dos veces, se lanzó contra la bestia.
Hydrax soltó un siseo amenazante que se podía tomar por risa, antes de atacar.
—¡Paralysis Spray!
Una nube verdosa fue disparada de las fauces de la cabeza que debía corresponder a Fangrax. Rynoh apenas tuvo tiempo de rodar hacia un lado. La nieve silbó al evaporarse bajo el veneno corrosivo.
—¡Explosión Neural! —activó su ataque.
Un estallido eléctrico surgió desde sus brazos y golpeó a Hydrax en el torso, haciéndolo tambalear. Pero el monstruo rugió sin dar señales de esta herido de ninguna forma.
—¡¿Cómo es que no le hizo nada?! —exclamó, sorprendido— ¡Recuerdo que ese ataque dejaba fuera a Ky de un solo golpe!
—¡Déjame a mí! —Bash se lanzó al frente— ¡Debris Harvest!
Drudger levantó los brazos al cielo y una lluvia de metales retorcidos se materializó sobre Hydrax. El impacto fue brutal, pero el dragón lo soportó. Se sacudió con fuerza, arrojando los restos como si fueran hojas secas. Uno de los trozos voló directo y golpeó a Spykor en la cabeza.
—Son muy aburridos... ¿Qué les parece si llevamos este reto al siguiente nivel? —rugieron a la vez antes de contraatacar— ¡Infernal Strike!
Una llamarada rojiza atravesó el aire helado. Bash empujó a Rynoh justo a tiempo, pero ambos salieron volando por el impacto, aterrizando a varios metros. La nieve pulverizada había formado un cráter donde cayeron. Apenas se levantaron, una lluvia de Shadow Plague que tuvieron que esquivar con movimientos rápidos.
—¡Nos está superando! —gritó Rynoh, jadeando mientras se levantaba.
—¿Crees que no lo veo? —masculló Bash— ¡Pero todavía no nos ha vencido!
Hydrax alzó la cabeza azul que correspondía a Neurax y de su boca emergió un rugido poderoso.
—¡Nightfall!
Un enjambre de oscuridad descendió sobre ellos, envolviéndolos en una bruma pegajosa. El X-Reader de Rynoh comenzó a chisporrotear. Su transformación titiló: por momentos volvía a su forma normal, solo para reaparecer un instante después como Spykor.
—¡Thunderous earthquake! —gritó Bash, al tiempo en el que ponía ambas manos metálicas en el suelo y lanzaba ondas supersónicas por las manos.
El resultado fue una serie de temblores dirigidos hacia Hydrax. El monstruo titubeó, perdió el equilibrio y cayó de costado con un gruñido atronador. Sin perder tiempo, Bash invocó un Cutter Propeller: sus brazos y piernas comenzaron a girar como sierras circulares, generando ráfagas de viento que disiparon la nube de oscuridad.
La figura de Hydrax se alzó de nuevo entre la neblina, estremeciendo el suelo a cada intento por reincorporarse. Ambos retrocedieron hasta donde estaba Zylus.
—¡Ese bicho es demasiado…! —alcanzó a decir Bash, cubriéndose la cara.
—Estoy sin energía… ¡No resistiré mucho más! —admitió Rynoh, con la respiración entrecortada.
Zylus, aún sin lograr que su X-Reader funcionara, observaba con impotencia el combate más intenso que hubieran enfrentado jamás. Aun así, se llevó las manos a las sienes, forzándose a pensar con claridad.
—Intenten... ataques físicos. ¡Ataques que afecten el entorno!
—¿Qué? —dijeron al unísono los dos Battacor.
—¡Sí! —insistió, señalando al monstruo que ya avanzaba nuevamente— ¡Nuestros ataques no lo dañan directamente, pero el terremoto lo hizo caer! ¡Afecten el terreno, desequilibrenlo!
—Am... —Spykor dudó por un instante.
—¡Rápido! —urgió Zylus, viendo cómo Hydrax se aproximaba a pasos pesados.
Sus pisadas hacían temblar el suelo y saltar la nieve recién caída. Cada una de sus bocas gruñían y sus ojos lanzaban destellos de fiereza. Lo que fueran a hacer, tenían que hacerlo rápido.
—De verdad que son una decepción. —se burló Hiverax, preparando un ataque entre las dos zarpas afiladas— ¡Terror-eyes!
Zylus vio el ataque y saltó con tiempo calculado, esquivando el golpe. Pero Spykor y Drudger recibieron todo el embiste, que los lanzó varios metros más allá. La nieve salió disparada a ambos lados mientras ellos abrían surcos en el terreno. Cuando al fin se detuvieron, Spykor volvió a titilar hasta que que Rynoh lo reemplazó en el suelo.
—Oh, hermano... —siseó, incorporándose, con el ceño fruncido por el dolor— Me queda energía, pero no para convertirme, solo para otro ataque más...
Drudger también daba señales de agotamiento, pero se incorporó más rápido que él. Apuntaló una rodilla en el suelo mientras aguardaba a recuperar el aliento. Hydrax reía y se burlaba de ellos volviendo a acercarse amenazadoramente. Zylus, más allá, los veía con preocupación.
—¡Creo que se me ocurrió algo brillante! —soltó de la nada Drudger.
—Eso ya me da miedo... —gruñó Rynoh, jadeando, pero dispuesto a escucharlo.
—¡Yo lo atraparé en hielo y tú harás el ataque de arrancar el suelo para aplastarlo con él! ¡Vamos a hacerlo papilla!
—¿Qué? ¡Eso... es ridículo! Pero... —Por un momento Rynoh se quedó en silencio, enarcando una ceja— Pero supongo que puede funcionar...
—Entonces hagámoslo ¡Magma Blast! —gritó Drudger emocionado, sin tomarse ni medio segundo para respirar— ¡Frozen solid!
Lanzó una andanada de bolas de lava ardiente al suelo, derritiendo la nieve frente a Hydrax, y acto seguido liberó una ráfaga de aire gélido. El contraste congeló de inmediato el terreno recién derretido, atrapando las patas del monstruo en un bloque de hielo tan denso como el acero.
Rynoh no lo dudó. Apoyó las manos en la nieve y canalizó su kairu en las placas heladas. El suelo tembló de nuevo. Las grietas se extendieron como raíces bajo los pies de Hydrax, hasta que, con un rugido de esfuerzo, una porción entera del terreno se levantó en el aire, flotando como si desafiara la gravedad.
Hydrax forcejeaba, lanzando un Blister Mist para tratar de frenar a Rynoh, pero Drudger lo bloqueó con un Bone Crusher. Para cuando Hydrax cambió de tactica ya era tarde. Rynoh alzó el bloque de hielo sobre su cabeza y lo dejó caer con estruendo. Los Hiverax reaccionaron con un desesperado Dark Fire que resquebrajó parte del hielo, pero no fue suficiente para evitar que toneladas de nieve y escombros les cayeran encima.
El impacto sacudió el campo de batalla. Una nube de nieve pulverizada y hielo se levantó y cuando se disipó, lo único que quedaba del monstruo era una montaña de hielo roto y vapor humeante.
Bash, ya vuelto a su forma normal por el desgaste de energía, se dejó caer de rodillas junto a Rynoh.
—¡JA! —soltó una carcajada con alivio, chocando su puño contra su propio pecho— ¡Te dije que funcionaría!
—No sé cómo, pero sí... funcionó —dijo Rynoh, aún con cara de aún no creerse lo que había sucedido.
—Ahora ¡di que no soy tan tonto como parezco! ¡Dilo!
Rynoh podría haber rodado los ojos, si hubiera tenido pupila o iris para que se notara. En su lugar, simplemente resopló y se encogió de hombros.
—Como quieras. No eres tan tonto como pareces —sonrió y le dio un puñetazo amistoso en el hombro— ¡Eso fue genial, grandote!
Desde el fondo, Zylus se llevó la mano a la cara— Estos idiotas... ¡Lo lograron!
Notas:
¿Porqué este capitulo quedó todavía más largo? ni idea. Supongo que es pura suerte xd.
Espero que lo estén disfrutando, porque de verdad que yo si ❤✨