Capítulo 24 : Un desvío inevitable
25 de noviembre de 2025, 13:20
De la mochila de las armas, Nexus extrajo un control plateado con botones. Al oprimirlos, este vibró antes de emitir unos zumbidos y resplandores azules, blancos y rojos. Olas de luz impactaron contra las rocas, atravesándolas y desapareciendo sin dejar rastro.
—Esto tergiversará las firmas kairu —dijo, ante la mirada interrogante de los demás—. Así les será muy difícil encontrarnos. Así les será muy difícil encontrarnos. Debí usarlo antes, cuando apenas entramos… lo omití.
—Genial —gruñó Ky, dando una patada a las rocas que habían tapado la gruta—. Los Battacor detrás de nosotros y ahora esto. Como si no tuviéramos suficiente.
—Podemos manejarlo —dijo Maya con un suspiro leve, cansada pero firme—. Hay formas, solo hay que pensar con claridad.
—El mapa, Boomer —pidió Nexus—, les mostraré.
Boomer obedeció enseguida. Mientras sostenía el pergamino, Nexus trazó con el carboncillo una gran línea tachando la entrada colapsada. Acercándose los demás, alumbraron las diferentes galerías que se perfilaban en el antiguo pergamino.
—Este túnel —señaló Nexus— conecta con un corredor que lleva directo al primer contenedor. Es un desvío, pero nos ahorrará tiempo. El otro equipo... Tiro ¿no? entra por aquí. —Golpeó la zona indicada con un dedo enguantado—. Si avanzamos rápido, los alcanzaremos.
—No sé ustedes, pero yo voto por ir por ahí antes de que otra cosa suceda —dijo Boomer, encogiéndose de hombros—. Los Battacor ya vinieron a saludarnos y eso casi nos convierte en papilla. Cuanto antes acabemos con esto, mejor, antes de que se les ocurra ir a llorarle a Lokar.
—Lo que no entiendo es cómo supieron que estaríamos aquí… —murmuró Maya, frunciendo el ceño, analizando posibilidades.
—Eso no importa —decidió Ky, aún molesto, echando por tierra cualquier comentario de Maya y, de paso, fulminándola con la mirada—. Vamos, debemos seguir adelante.
Ella apretó los labios, pero no reaccionó de ninguna forma. Cuando Ky le indicó a Boomer que los guiara tomando el mapa, ella los siguió desde atrás, en silencio. Nexus se acercó entonces, pasándole uno de los controles de firmas kairu y mostrándole cómo funcionaban.
—Ya que ellos siguen empeñados en hacer esto más difícil, nosotros iremos al final de la fila —le dijo con tono bajo y sereno—. Si borramos nuestras huellas desde aquí, será más efectivo.
—Bien... —se limitó a decir ella, sin entusiasmo.
A Nexus no le pasó desapercibido el decaimiento de la chica. Su mirada se suavizó apenas, un gesto leve pero significativo en él.
—Ignóralo —le aconsejó, hablando tan bajo que los demás no pudieran oírlo—. Se le pasará... Lo importante es que tu mente esté atenta a lo que pase ahora. Puede ser de vida o muerte.
—Lo sé... —murmuró ella.
Nexus no pareció convencido ante sus palabras, así que se acercó de nuevo.
—Hey, todo estará bien —dijo con un tono más suave de lo habitual—. Aunque los Battacor vayan con Lokar, que lo dudo porque las vías de escape se colapsaron, aún podremos conseguir por lo menos una buena parte del kairu. Y si Vexus y Hexus no molestan al señor “yo estoy al mando y puedo con todo”, nada de la visión que tuviste se cumplirá, ¿cierto?
Maya no respondió por el momento, simplemente siguió a sus compañeros, presionando de a ratos el interruptor del control de firmas kairu. El zumbido era lo único que sonaba, fuera de sus pisadas y los murmullos de Ky y Boomer adelante, que discutían por lo bajo sus propios asuntos.
—No es tan sencillo —dijo ella—. Las visiones son muy controversiales. Nunca son precisas. Solo son situaciones aisladas que parecen no tener relación unas con otras, y que al final se ordenan en una secuencia que tiene todo el sentido del mundo... pero cuando ya las cosas se han puesto difíciles y todo ha salido mal...
El chico pareció pensárselo un momento antes de volver a presionar su propio control.
—En ese caso... —dijo finalmente, con gravedad pero sin perder la calma— debemos estar mucho más atentos.
Ella asintió y siguieron caminando con lentitud. La humedad del lugar se colaba por la piel, mezclándose con el pulso acelerado del momento. Entonces, Maya se detuvo en seco. Tan de golpe que Nexus casi la empujó por accidente.
—Ya sé dónde está el kairu —dijo con firmeza—. Y no es por donde nos dirigimos.
No fue un susurro, lo dijo con intención de que la escucharan. Lo suficientemente alto como para que los de adelante la escucharan. Ky se volteó de inmediato, seguido por Boomer, que consultó el mapa con rapidez y lo estudió con el ceño fruncido.
—Pero aquí dice que… —empezó Boomer.
—Tendría sentido que Lokar hubiese cambiado de lugar los contenedores —interrumpió Nexus, encogiéndose de hombros—. Pero no podríamos estar seguros sino hasta llegar a las áreas donde se supone que esté en un principio.
Ky lo miró, aún con la linterna en la mano.
—¿Estás sugiriendo que Lokar podría sospechar de un ataque?
—La verdad es muy posible —ladeó la cabeza el ciborg—. Cuando todos los que te rodean son del lado oscuro, no puedes confiar en nadie.
La mirada de Ky se endureció apenas un segundo.
—No solo cuando eres de los malos... las traiciones vienen siempre de quienes menos esperas y nunca de enemigos.
Maya decidió no darse por apercibida ante esa indirecta. Mantuvo la vista al frente, como si pudiera atravesar la piedra con los ojos.
—Está justo abajo de nosotros —murmuró ella entonces, con una voz más baja, cargada de una certeza instintiva, sin dejarse avasallar del todo—. La galería a la que vamos no nos llevará a nada.
Y esta vez, no hubo más dudas en su tono. Los demás chicos intercambiaron miradas por unos segundos. Maya se acuclilló para poner ambas manos en el suelo de tierra y cerrar los ojos. De sus manos un resplandor oscuro y opalescente empezó a formarse, el kairu oscuro manaba de ella explorando el subsuelo.
—Sí... es aquí abajo. —confirmó, abriendo los ojos con seguridad— Y hay mucho... mucho más que todo el kairu que haya sentido en mi vida...
—¿Entonces qué esperamos? —exclamó Boomer, descolgándose la mochila para sacar una pala— ¡Cavemos! mientras más rápido nos llevemos la energía, más rápido saldremos de esta cueva de murciélagos.
Ky asintió con decisión, extrajo su propia pala y comenzaron a excavar justo en el sitio que Maya había indicado. Nexus y ella retrocedieron un par de pasos mientras el cíborg recogía el mapa que había quedado abandonado en el suelo. Revisó las marcas. No recordaba que bajo de esa gruta existiera otra galería, ni pasadizo, ni bifurcación… nada.
Una risa suave se coló en los sentidos de Nexus. Le llegó como un toque inesperado en la nuca. Entonces se volvió en redondo, hacia la pared norte, de donde venía ese sonido. Parecía que había venido de ahí, pero no estuvo seguro, por la sensación metálica, húmeda, algo así como el vapor chispeante de una tormenta eléctrica. Se sintió exactamente a como le venían las intervenciones de los sentimientos en la sala mental con sus hermanos.
Conocía la risa y los sentimientos y sensaciones de sus hermanos, eran solo variaciones muy leves de las suyas. Grises y menos intensas que las suyas, pero conocidas. Aunque esta se le parecía, no pertenecía ni a Vexus ni a Hexus. Tampoco había sentido nunca una sensación así en la sala mental, algo semejante a... crueldad...
Y no era ni de Vexus ni de Hexus...
—¡Alto! ¡Es una trampa!
El suelo cedió bajo sus pies antes de que pudieran reaccionar. Se vieron precipitados a la oscuridad a una gran velocidad. El golpe contra el suelo fue rotundo y doloroso, pero no representó más que una serie de magulladuras y aturdimiento.
—¿¡Chicos!? —la voz de Boomer retumbó desde lo alto— ¿¡Están bien!? ¿¡Están enteros!?
Maya alzó la vista, desorientada. El chico rubio había logrado salvarse al clavar la pala justo en el borde del desmoronamiento y aferrarse a ella. Había conseguido permanecer en la superficie y ahora los veía hacia abajo con ojos desorbitados por la impresión.
—Tan enteros como se puede... —jadeó Ky, incorporándose con una mueca de dolor.
Fue entonces cuando una de las paredes de tierra a la derecha se deslizó con un ruido de desmoronamiento de tierra, como una compuerta oculta. No por un derrumbe natural, sino por un mecanismo que accionaba unas poleas rudimentarias pero efectivas. El movimiento dejó al descubierto un cristal grueso y pulido. Detrás de él, en una cámara iluminada con luz fría y artificial, una figura conocida los observaba con comodidad desde una silla reclinable.
Los ojos amarillos brillaban con una diversión cruel y su sonrisa maliciosa le traía a Nexus recuerdos de otra época, meses atrás. Una expresión que él había visto antes… solo que nunca tan distorsionada.
—Nexus, hermano —saludó la figura con voz burlona, dejando escapar una risa baja que volvió a deslizarse como una vibración incómoda por los sentidos de Nexus, idéntica a la que momentos antes había resonado en su mente—. ¿Qué clase de broma es esta?
Dexus apoyó un codo en el brazo del sillón y ladeó la cabeza con una relajación tan exagerada que bordeaba la provocación.
—Ya sabía que te habían degradado a sirviente, pero esto... —chasqueó la lengua con fingida compasión—. ¿De verdad decidiste rebajarte aún más ayudando a estos… payasos?
—Tú y yo no somos hermanos —respondió Nexus con un tono bajo, firme, sin alzar la voz, pero cargada de desprecio—. Tú fuiste un prototipo fallido. Un experimento previo, ajeno a nosotros tres. Lokar te usó para perfeccionarnos.
Dexus soltó una risa corta, húmeda de la misma malicia metálica. Nexus se asombró de cuán parecido era este chico a Lokar, le producía la misma sensación de rechazo y desagrado que su creador.
—¿Intentas ofenderme, Nexus? —ronroneó el ciborg amarillo, sin inmutarse— ¿Diciéndome que soy el mayor y más experimentado? Porque si es así... no lo estás logrando. Yo llevo todo este tiempo colonizando planetas, recogiendo el kairu que no cayó aquí. Mientras ustedes jugaban a ser héroes, yo hacía el trabajo real. Mis misiones han sido mejores y más épicas que las de ustedes. Lokar lo sabía y buscó darme ventaja sobre ustedes para observar dentro de su sala mental.
Nexus se irguió con tensión en los hombros y, sin dejar de observar a su interlocutor, ofreció la mano a Maya. Ella aceptó sin una palabra, incorporándose con dificultad. Se llevaba una mano al antebrazo, donde el golpe había dejado una marca, pero no se quejó. Ky, en cambio, ya se había plantado frente al cristal, los puños apretados contra la superficie helada.
—Muy bonito tu numerito, Dexus —espetó, el cristal se empañó ante sus palabras—. Pero se acabó. Nos sacas de aquí ahora mismo y todos seguimos con nuestro día. De lo contrario, te juro que te vamos a desarmar pieza por pieza a base de golpes. Y con suerte Lokar recicla lo que quede de ti…
El brillo arrogante en sus ojos azules dejaba claro que lo decía en serio y que ya estaba pensando cómo romper el cristal si hacía falta.
—Cuánta violencia... —bufó Dexus, aunque su sonrisa se desvaneció lentamente—. No me parece que tengas mucho margen para amenazas, Ky. Lo único que puedes hacer desde ahí es sacudirte el polvo antes de que yo me encargue de ustedes.
Su expresión se tornó sombría, la intensidad de su mirada recrudeciéndose y fijándose en su hermano azul. Los ojos amarillos chispearon y una luz brillante se encendió en ellos desde el centro con un parpadeo ominoso.
—Les prometo que lo que viene no les va a gustar.
Arriba, Boomer desenganchó con cuidado la pala del borde y se deslizó hacia las sombras. Al parecer, Dexus no lo había notado. Demasiado concentrado en saborear su jugada contra Nexus. El rubio levantó una mano y dejó ver una seña rápida. Abajo, Ky alzó apenas el rostro y asintió con disimulo.
Boomer era ahora su carta oculta. Solo tenían que saber cuándo jugarla.
—¿Cómo…? —titubeó Maya, haciendo un esfuerzo visible por ignorar el dolor que sentía en el brazo—. ¿Cómo nos encontraste?
Dexus se quitó una mota de polvo imaginaria del guante derecho, sin molestarse siquiera en mirarla directamente.
—Cuando Nexus intentó asesinar a Ky —explicó con tono casual, casi distraído—, Lokar comprendió que había sido un error darles tanta libertad. Así que, cuando Nexus fue exiliado de la sala mental de Hiverax y yo fui incorporado, el maestro me otorgó una llave maestra para acceder a las mentes de Vexus y Hexus. Además, yo mismo hice una modificación para poder leer sus pensamientos más íntimos y escuchar y ver lo que ellos veían.
Levantó levemente el mentón al decirlo, hablaba de alguna forma de una herencia bien ganada y de un ingenio que lo llenaba de orgullo y altanería.
—Mi tarea era recopilar cada pensamiento, cada conversación, cada mínima vibración de duda que compartieran entre ellos. Así descubrí que se arrepentían de haberte apartado del equipo... y que construyeron un nuevo chip para reactivar el vínculo mental y urdir un plan. Creyeron que me habían dejado fuera de juego cuando hicieron que me hirieran en la misión, para que yo no les estorbara para contactarse con los Stax y hacer este plan... pero lo único que hice fue fingir estar herido y silenciar mis emociones y pensamientos. Desde entonces, fui un espectador silencioso, paciente y preciso.
Nexus avanzó hasta quedar frente al vidrio. Su aliento dejó una huella de condensación en la superficie mientras él clavaba la mirada en el hermano traidor. Dexus siempre le había parecido una figura extraña y diferente a ellos tres, pero ahora veía, y sentía, que era todavía más malvado de lo que él mismo fue.
El sistema de enfriamiento de Nexus trabajaba a presión con la furia que se extendía en sus venas como lava liquida. Traicionar a Vexus y Hexus era una bajeza que no podía concebir siquiera en sus peores días y eso era lo que Dexus había hecho. Y que lo hubiera hecho con tanta calma, el experimento reciclado con el cual lo habían reemplazado, a Nexus le revolvía los engranajes por dentro.
—Puedo sentir tu ira, Nex —Dexus sonrió, disfrutando del desorden emocional ajeno, y sus ojos brillaron con cinismo—. Y es lo único en lo que tú y yo nos parecemos. Mi ira es semejante a la tuya, pero lo que tú sientes tiene otro sabor. Es una ira extraña, contaminada con deseo de justicia, algo que no te llevará a nada bueno, de eso puedes estar seguro. Es casi tan intenso como eso que estás empezando a sentir por ella.
Maya se quedó inmóvil cuando Dexus la señaló con desinterés. Ella se quedó unos segundos sorprendida, boquiabierta, su rostro reflejaba más sorpresa que vergüenza, pero sus ojos buscaron a Nexus. Este no la miró, pero su expresión perdió dureza antes de desviarse levemente al suelo. Luego apretó la mandíbula y desvió los ojos hacia el suelo, y un tenue color involuntario apareció en sus mejillas.
Dexus no lo pasó por alto. La sensación metálica y húmeda regresó a la sala mental que compartían, de alguna forma, Dexus era el único que Nexus podía sentir.
—El maestro estaría encantado de ver cuánto has evolucionado —añadió, con la voz llena de burla, inclinándose hacia delante con delectación cruel—. Aunque sea a expensas de una intoxicación con kairu azul.
—Ya me hartaste, Dexus —soltó Ky, dando un golpe al vidrio con el puño—. ¿Porqué no terminamos esto como guerreros reales? Desafío kairu.
Ky se puso en posición para lanzar el reto y a pesar de todo, Maya lo siguió como su líder y acompañó el reto juntando los puños y haciendo la reverencia. Boomer arriba había desaparecido, por lo que Nexus se ubicó al lado de ellos y repitió la postura, uniéndose a los Stax momentáneamente.
El ciborg amarillo volvió a sonreír. Y se puso en pie. Antes de que los tres pudieran hacer algo, un golpe de energía los desestabilizó haciéndolos caer de rodillas.
Notas:
Habitualmente me detengo en ciertos puntos de la historia, la mayoría de las veces es por cosas personales como mi depresión y demás, pero puedo asegurar que nunca abandono de verdad una historia. Y menos una que de verdad me gusta. A pesar de eso, este capitulo lo inicié el primero de Junio del 2025, y lo estoy publicando en noviembre 25.
Había perdido parte de mi interés por estas historias al ver el nulo recibimiento del fandom, pero es comprensible. Leer el fic de @Kairu girl en fanfiction, "LEGENDS OF KAIRU", me dio ánimos de volver a escribir como antes.
https://www.fanfiction.net/s/14515657/1/LEGENDS-OF-KAIRU
Les dejo el link, si no han leído esa increíble historia, no sé qué están esperando. Se las recomiendo un mundo, ojalá puedan darle a favoritos, comentar cosas bonitas y seguir a su autora que seguro más adelante publicará más cosas sobre Redakai.
Gracias por leer, en serio, es un gusto escribir para ustedes ❤😊