ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
En progreso
1
¡Obra promocionada! 0
Fandom:
Tamaño:
planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Permitido en cualquier forma
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 1 Para la colección Descargar

Capitulo VII. Los secretos duelen.

Ajustes de texto
Notas:
Solo se escuchaba el sonido de las manecillas del reloj la cual a estas alturas parecía hipnótico, ya que en ese silencio un tanto intenso se encontraban los involucrados. Dogday estaba sentado enfrente de Poppy que seguía en su asiento tomando su te como si no fuera nada, al mismo tiempo el perrito solar se sentía ansioso por la situación, mientras que Kickin parecía más tranquilo. —Kickin me dijo que tu podías ayudarme...—Dogday menciono finalmente rompiendo el silencio tan incómodo para él. A lo que Poppy solo volvió a sorber su taza. —Así es... de hecho podemos ayudarnos mutuamente. Creo que a estas alturas sabes lo que está pasando en esta fábrica. —Respondió la muñeca mientras bajaba la taza de porcelana y miraba con seriedad al perrito solar, que al escuchar sus palabras se tensó dejando en claro lo que sabia. —No estoy seguro del todo... sigo confundido por muchas cosas, han pasado tantas situaciones que simplemente todo a mi alrededor parece un caos, siento que nunca conocí a mi mejor amigo, tampoco conocí a mis demás amigos... ni siquiera el lugar donde vivo... todo parece una farsa, que solo viví una mentira estructurada... que no puedo pensar en otra cosa más que estoy perdido, no sé qué hacer con mi vida... no sé cómo ayudar a los demás ni siquiera mi mejor amiga... so-solo, no puedo más. —Contesto desesperadamente el canino dejando en claro su agobio por toda la información adquirida a lo largo de los días, y al estar en soledad solo había empeorado su estado de salud al punto que ya solo quería terminar con su propia vida, por todo el estrés generado por todos los acontecimientos pasados. Poppy al escuchar al contrario hablar tan quebrado y hecho una mierda ya que su propio aspecto delataba aquella afirmación, hizo que la muñeca se levantara de su asiento para caminar por la mesa hasta acercarse al perrito, que cubrió su cara con sus manos para tratar de contener su llanto ante su agonía. A lo que Poppy al ser tan pequeña solo alcanzo a tocar su pierna, para transmitirle aquel apoyo que necesitaba con desesperación, Dogday bajo sus manos solo para encontrarse con la mirada maternal de Poppy y una sonrisa cálida deseando que parara su sufrimiento, pero su mismo toque ayudo bastante a sentirse apoyado y en compañía ante su dolor. Kickin por su parte miraba con el rabillo de su ojo igual con tristeza y cansancio ante su misma situación. — Dogday... te juro que no estás solo en esto, también hay más juguetes que pasan por el mismo dolor que experimentas. Créeme querido, aunque veas que todo está perdido, siempre hay esa esperanza que te hace levantarte. —Dijo la muñeca acariciando suavemente el pelaje del perrito, que al escuchar esas palabras no dudo en sentir paz y alivio, tanto que su cola delato su estado al moverla un poco. Poppy al mirar esto solo sonrió estando más tranquila al calmarlo, al contrario, así que retrocedió para poder seguir hablando. — Empezamos desde principio cariño, sé que tienes preguntas que aun estas confundido. Supongo que quieres sabe sobre el prototipo, ¿No es así? —Pregunto la muñequita esperando una respuesta por el invitado. Dogday asintió de inmediato, poniendo sus manos en sus muslos mientras contraía sus hombros. — ¿Quién es realmente?, ¿Cómo es que jamás supe de su existencia?, ¿realmente ese cuento de terror es de verdad su historia?, ¿Cómo puedo salvar a Catnap de él? —EL perrito comenzó a hablar rápidamente, a lo que Poppy levanto su mano para que parara, haciendo que el perrito obedeciera. Poppy respiro un poco. —1006, ese es su verdadero nombre o es como fue identificado por los científicos. Por supuesto el cuento que cuentan los niños o los trabajadores no es del todo falso. —Explico la muñeca mientras miraba al perrito más confundido que nunca. —Como sabes yo fui la primera creación de Elliot, con la llegada de Harley ambos crearon a 1006. Él es un experimento como nosotros... pero a diferencia de nosotros fue un defecto o un error. Su misma existencia dieron frutos a las creaciones de juguetes perfectos, se podría decir que él y yo somos los padres de los juguetes. —Dijo Poppy de forma serie con un pequeño tono de melancolía. —Mientras yo soy tratada como un gran éxito, él se llevó todo lo malo de Elliot y Harley. Por esa misma razón creo su propia religión, porque sabe perfectamente las atrocidades que hacen los humanos con nosotros, se hizo un dios para ellos un salvador, manipulo y atrajo a los juguetes que necesitaban esa esperanza o luz para su agonía, él les dio esa ilusión por un mejor futuro...—Ella solo se calló unos segundos notando que se veía decaída. — Se que suena perfecto y que realmente parece que quiere salvarlos a todos... pero la realidad no es así. Él no salvara a todos, él matara a todos aquellos que no sigan su ideología, quemara todo lo que considere malo, ya sea aquellos humanos que jamás nos hicieron nada, niños y hasta juguetes que no sigan su ideología... El prototipo nos llevara con él hasta el más profundo infierno, la cual él llama salvación. —Poppy por fin termino de explicar lo que era aquel ser, mientras se veía como se tensaba y apretaba sus manos mostrando su pesar. Dogday estaba sorprendido y no podía creer lo que escuchaba, realmente estaba estupefacto por lo que rápidamente se levantó alterado. —¡¿Qué?!, ¡Entonces tengo que sacar a Catnap de ahí! —Alzo la voz exaltada queriendo irse, pero Kissy se interpuso en su camino. Haciendo que el perrito retrocediera un poco confundido. —Sobre Catnap... eso será muy difícil cariño. —Menciono Poppy aun sin parar de relatar. — Kickin... ¿Acaso no le has dicho? —Pregunto la muñeca interrogando al ave que ante todo estaba callado, también se veía bastante decaído, pero al escuchar a la de ojos azulados. Este solo desvío su mirada un poco avergonzado. —Yo... no sabía cómo decírselo. —Se defendió el de pelaje amarillo, lo que hizo que el perrito se desesperara un poco. —¡¿A qué te refieres Kickin?!, ¡¿Qué no puedes decirme?! —Volvió a preguntar el canino esta vez acercándose a su amigo, aun sin entender del todo cuando solo quería estar con Catnap, lo necesitaba tanto en esos momentos, pero estaba tan ansioso y molesto que no sabía que más le ocultaban. Poppy volvió a suspirar agotada. —Catnap es la mano derecha del prototipo. —Dijo sin más, haciendo que Dogday se quedara congelado ante su confesión. Este solo volteo a mirarla estando en shock. —¿Qué? —Lo que escuchaste Dogday... Catnap es como el apóstol de 1006, su más fiel seguidor, el que ayudo a que los demás juguetes se unieran a su religión. Él de todos es que más odio a los humanos... sin importar que le digas él seguirá siendo fiel al prototipo. —Menciono la muñeca mientras mostraba desanimada ante sus palabras. — Créeme lo intente muchas veces... hable tanto que mi voz nunca fue escuchada por él, para que convenciera a 1006 de que parara su plan. —Dijo esta vez mirando al perrito que estaba callado con los ojos abiertos aun en ese estado conmocionado. —No... no... ustedes mienten, Catnap jamás seguiría a un posible genocida. —Dijo el perrito solar retrocediendo mientras en su mirada se encontraba en esa negación, de pensar que Catnap realmente fuera así. — ¡Catnap jamás haría algo malo!, ¡Él es tan bueno!, ¡Siempre me protege, me cuida!, ¡Cuida de los niños y solo a veces es un perezoso!, ¡PERO JAMAS MATARIA A ALGUIEN POR ORDENES DE ALGUIEN MAS! —Esta vez no dudo en gritar dejando ver su desesperación por defender a su amigo, la cual aún confiaba ciegamente. A lo que Poppy solo se quedó callado mirándolo con conmiseración. Pero Kickin no pudo aguantarlo más por lo que este se levantó de golpe para afrontarlo. —¡MENTIRA!, ¡Eso significa que ni siquiera conoces a ese gato! —Grito esta vez el ave mostrando su molestia mientras gruñía ante sus palabras. — ¡Si realmente fuera alguien tan bueno como dices, ni siquiera tendríamos esta conversación!, ¡NI SIQUIERA LO CONOCES TAN BIEN, NO SE COMO ERES TAN CIEGO ANTE SUS ACTOS VILES! —Esta fue el turno del ave rugir de expresar todo el resentimiento acumulado por tantos años. —¡¿Tu porque crees que no nos hablamos casi nada?!, ¡ES PORQUE ÉL FUE QUIEN RECLUTO A MI CRAFTY A SU MALDITA SECTA!, ¡LE LAVO SU CEREBRO CON TANTA MIERDA QUE LA VOLVIO EN CONTRA MIA MUCHAS VECES POR CULPA DE SU PROPIA IDEOLOGIA MALDITA!, ¡SI TANTO CONFIARA EN TI NI SIQUIERA ESTARIAS CON NOSOTROS EN ESTOS MOMENTOS!, ¡PERO ESTAS AQUÍ POR ESE IMBECIL TE MANDO A LA MIERDA! —Termino por explotar mientras lo señalaba acusándolo de crueles verdades. Dogday escuchaba las palabras de Kickin con una mezcla de confusión y dolor. Cada acusación lanzada por el ave era como un golpe directo a su corazón. El perrito solar retrocedió, sintiendo que su mundo entero se tambaleaba bajo sus patas. Todo lo que había creído, todo en lo que había confiado, se estaba desmoronando en cuestión de segundos. —No... no puede ser... —murmuró Dogday, con la voz quebrada. Sus grandes ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba a Kickin, esperando encontrar alguna señal de que todo esto no era más que una cruel mentira, una pesadilla de la que despertaría en cualquier momento. Pero la intensidad en los ojos de Kickin, la rabia mezclada con dolor, le dijo lo contrario. Dogday sintió un nudo en la garganta, uno que no se podía deshacer, y su pequeña cola, que siempre había estado moviéndose alegremente, quedó completamente inmóvil. —Yo... yo solo... —sus palabras eran apenas audibles, susurros temblorosos que apenas podían salir de su boca. Dogday estaba paralizado, incapaz de procesar que su querido amigo, aquel en quien confiaba ciegamente, pudiera estar relacionado con algo tan oscuro y vil. Finalmente, incapaz de soportar más, se dejó caer al suelo, cubriendo su cara con sus patas delanteras. Todo lo que había creído, todo lo que había defendido con tanto fervor, estaba siendo destrozado frente a él. La realidad se hacía cada vez más clara, y con ella, una tristeza abrumadora comenzó a envolver su pequeño cuerpo. Poppy escucho los lamentos de aquel cachorro que había perdido su ilusión de su amigo quien confiaba, pero con justa razón entendía su dolor, sintiendo que su corazón punzara por el mismo sentimiento que sintió hace tantas décadas. La muñeca bajo de la mesa para caminar hacia el perrito que no paraba de lloriquear en el suelo, dejando ver que su mundo se destrozaba, Kickin por su parte solo desvió su mirada estando ya estresado ya agotado emocionalmente por todo. Fue entonces que la muñeca se puso a lado del cachorro para poder acariciarlo. —Dogday... tranquilo, no todo está perdido cariño. —Dijo la pequeña muñeca dándole esperanza al cachorro que al escucharla alzo su mirada que se veía la suciedad de sus lágrimas y mocos, la agonía se reflejaba en su rostro. —Por eso estas aquí, yo lo intente muchas veces y fracase, pero sé que contigo todo puede ser diferente y con esto podríamos poner a Catnap de nuestro lado. —Explico con dulzura tratando de calmarlo, ayudando un poco al perrito que solo sollozaba para poder mirarla esperando una respuesta. —Si tu no pudiste, ¿Qué te hace pensar que yo lo lograre? —Pregunto sin entender a lo que se refería la muñeca, el pobre perrito estaba agotado con toda la información obtenida, al punto que solo quería volver a encerrarse en su cuarto. —Porque tú tienes algo que me hace falta, aunque suene horrible de decirlo. Eres el favorito de Elliot, he visto cómo te trata y te consciente en algunas cosas, si logramos explotar eso podremos cambiar la fábrica. Además... también aun tienes acceso a Catnap si logras hablar con él, nos hará llegar al prototipo, se nos abrirá una puerta para llegar a un acuerdo y poder detener esta locura. —Explico su plan Poppy mientras seguía acariciando al perrito que estaba confundido ante sus palabras. —¿Pero porque yo?, Tu eres la mano derecha de Elliot, ¿Por qué piensas que me hará caso a mi cuando estas en una aposición bastante alta? —Pregunto el perrito sin entender a lo que respondió de inmediato. —Porque a pesar que Elliot me confié para ciertas cosas en la fábrica, no es la misma confianza que me tiene a mí que contigo. Además, tú eres el único que puede llegar a él o tratar de convencerlo sin que se ponga hostil... sé que tienes una buena relación con él, a pesar del problema actual que tienen. —Menciono la muñeca, explicando sus razones las cuales consideraba bastantes importantes. — Se que para ti en estos momentos es difícil de pensar, pero créeme Dogday, eres la persona perfecta que puede ayudarnos... evitar el infierno que viene. —Poppy rogo realmente desesperada por hacer que Dogday se uniera a ellos. A lo que el perrito lo pensó seriamente. — Con esto... ¿Realmente puedo recuperar a Catnap? —Ya a esas alturas Dogday ya no le importaba lo demás, estaba cansado y drenado físicamente como emocionalmente, pero no quería perder a su mejor amigo, no quería que la única persona que ayudaba a calmar su depresión y le daba seguridad ante el infierno que Vivian lo perdiera para siempre. —Cariño... eso no depende de mí. Si realmente deseas recuperar a tu amigo, podemos construir un puente para que podamos todos estar de acuerdo y tal vez de ahí puedas recuperar su amistad. —Dijo la muñeca dulcemente tratando de calmarlo y darle un consejo que también se adaptara a su plan. —No sé muy bien que como es que ustedes dos pelearon, pero te aseguro que una buena comunicación soluciona las cosas. Tal vez empezando con una disculpa por algo que hayas hecho, hará que se sienta mejor. —Comento dándole su apoyo, lo que hizo que Dogday moviera su colita mostrando que sus palabras habían hecho efecto en tranquilizarlo. —Está bien... ¿Qué es lo que quieres que haga? —Pregunto el perrito sola mirando esperando la respuesta de la muñeca. —Bueno... quiero que Catnap nos lleve a 1006, es el único que puede hacer que el prototipo acceda a nuestros pedidos. —Platico Poppy ya manteniendo el ambiente más calmado, para ese punto Kickin y Missy miraban a los dos juguetes que parecían llegar un acuerdo. —Entiendo... Poppy en ese caso te ayudare a contactar con 1006, pero a cambio de eso... necesito primero volver a conectarme a Catnap y la segunda esperar un tiempo antes de intentar implementar nuestro plan. Ese tiempo haremos que Elliot cambie algunas leyes para hacer prueba de lo que quieres hacer. —Explico el perrito, lo que hizo que Poppy fuera su turno de sorprenderse. Se veía en Dogday un gesto determinado para detener la mierda que sucedía y en especial salvar a Catnap. Fue entonces que la muñeca sonrió. —Hecho, no te preocupes Dogday en todo momento estaré contigo te asesorare y guiare cuando estemos con Elliot. Pero mientras tanto esto será nuestro secreto. —Pronuncio extendiendo su mano queriendo sellar un tipo de contrato. A lo que el cachorro a sitio acercando su mano, pero como evidentemente al ser más grande que Poppy ella tomo uno de sus dedos para sellar el trato. Kickin al ver esto solo se acercó a los dos juguetes. —Supongo que ahora eres parte de nosotros. —Dijo el ave mostrando que estaba un poco más tranquilo y a la vez se sentía culpa por haberle gritado a su amigo. El cachorro solo se levantó un poco tambaleante tomando a Poppy entre sus manos, la cual Kissy se adelantó para tomar a su amiga. La muñeca solo miro un poco mal a Kickin y le hizo una señal con sus ojos. —Dogday... yo... lo siento. No quise gritarte. —Pronuncio mientras levantaba su mano y acariciaba su propia nuca. El nombrado solo sonrió un poco mientras se abrazaba a sí mismo. —Está bien amigo... la verdad es que necesitaba que me digieran la verdad. Lamento lo de Crafty... de verdad lo lamento mucho... perdóname por no haberte apoyado. —El perrito se acercó a su amigo mostrando su apoyo ante su dolor, a lo que el ave solo sonrió mientras sus ojos mostraban esa felicidad de al fin sentirse apoyado. — Debí saber que estabas muy mal o lo que pasaba con Crafty, la verdad es que me siento mal por no haberte buscado. Cuando pude haberte ayudado en algo. —Pronuncio el can mostrando mucha angustia y a esas alturas volvía a lagrimear. —No te culpes... escucha... no es tu culpa, es mía por no haber buscado ayuda, por no decirte nada aun sabiendo que eres también mi mejor amigo. Sufrí en silencio porque tenía tanto miedo de que me quitaran más cosas... que me perdí en el abismo de mi propia depresión...—Explico el pollo mientras sentía que también lloraba, a lo que Dogday no pudo más y se apresuró en abrazarlo con tanta fuerza que simplemente no iba a soltarlo. Kickin no pudo contener sus lágrimas fuertemente mientras abrazaba con fuerza a su amigo, ambos lloraban y se acompañaban mutuamente ante sus propias tragedias. — ¡L-lo siento tanto no habértelo dicho! —N-no, no... está bien ya paso... esta vez no dudes que siempre te estaré apoyando Kickin. —Dijo el líder mientras abrazaba a su mejor amigo, para el ave fue lo más cálido que provo en tantos años. Después de todo estaba tan roto que necesitaba liberarse de ese peso tanto que ni siquiera se lo dijo a Bobby, pero ahora podía sentir el peso de sus hombros caer para sentirse más liberado de las cadenas de su culpa y depresión que sufrió por años en silencio. Se permitió llorar en el hombro de su amigo y fue entonces que Dogday lo abrazo más fuerte permitiendo que Kickin se desahogara. Cuando al fin pudieron calmarse se separaron esta vez ya más tranquilos, mientras Poppy miraba con dulzura aquella escena conmemorable, fue entonces que el líder se acercó. — Poppy gracias por escucharme... ahora es momento de actuar. —Menciono firmemente el líder de los Smalling Critters determinado en hacer que sea escuchado para cambiar las leyes en esa fábrica del infierno, ya que de eso dependían las vidas de los inocentes que no tenían la culpa de la agonía de los juguetes que sufrían. La escena cambia, Dogday y Kickin caminaban por los pasillos de la casona para ir a sus habitaciones, ambos estaban callados, pero estaban bien con eso, ya habían dicho muchas cosas entre buenas y malas. Pero gracias a eso ambos habían cerrado ciertas cosas del pasado. Dogday llego primero a su cuarto el ave lo acompaño, por lo que el perrito miro a Kickin con una sonrisa tranquila y agotada. —Bueno... gracias por acompañarme a bestie... supongo que mañana nos veremos. —Dijo el perrito solar un poco nervioso, a lo que Kickin asintió y le dio una suave palmada en su hombro. —Si hasta mañana, necesitamos descansar. —Dicho esto Kickin se fue dejando completamente solo a Dogday, el can solo entro a su cuarto para poder tumbarse en su cama mirando el reloj que ya daban las 4 de la madrugada. Notando que habían tardado horas y ni siquiera se habían topado con Catnap en su patrullaje, cuando volvían probablemente él estaba con el prototipo. Lo que hizo que el perrito solo suspirara agotado físicamente como emocionalmente. A partir de ahora las cosas cambiarían y Dogday no estaba dispuesto a poder en este camino, fue entonces que termino por quedarse dormido dejándose llevar por su agotamiento. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Habían pasado unos 2 días después de lo ocurrido Dogday aprovecho para poder recuperarse lo más posible, por fin había salido del cuarto y volver a su normatividad, por supuesto los demás Smalling Critters estaban muy felices de volver a tener a su líder, en especial porque ahora Dogday poseía una vibra diferente que los hacía sentirse sorprendidos y curiosos de donde había tenido su nueva energía. Dogday por su parte estaba feliz de volver, pero aún se sentía triste porque no había visto a Catnap, por lo mismo este siempre le decía a los demás que estaba ocupado y a veces no lo veían volver. Los únicos que tenían noticias de él eran Crafty y Bubba que solo se limitaban a decir que estaba a bien a Dogday cuando este preguntaba, por lo que el perrito tuvo que seguir esperando para poder hablar con él ya que nunca en su vida se había alejado tanto de Catnap algo que mataba a Dogday. En esos momentos se encontraba caminando por los pasillos de la fábrica, porque ahora estaba determinado en buscar a Elliot. Gracias a que Poppy le había dejado una radio para poder comunicarse con ella, ambos plañeron perfectamente como convencer a Elliot para evitar el infierno que venía por sus acciones. Dogday vio a lo lejos al fundador que hablaba amenamente con sus trabajadores, por lo que rápidamente camino hacia él para poder hablar. —¡Elliot! —Llamo haciendo que el nombrado volteara. —¡Dogday!, ¡Mi lindo Smalling Critters !, ¿Qué te trae por aquí? —Menciono el hombre super feliz al ver a su lindo perrito dejando en claro que para Elliot es evidente su favoritismo y el aprecio que le tenía, haciendo que Dogday al ver esta reacción moviera su cola dejando en claro que al ver su gesto fue una señal positiva. Los demás trabajadores se hicieron de lado un poco para que el fundador pudiera hablar con su favorito. —Es que te estaba buscando Elliot. —Confeso el perrito un poco nervioso haciendo que la mirada del hombre se iluminara. —¿Eh?, me alegra saber que me estabas buscando Dogday, jaja ¿Para qué me buscabas? —Pregunto en una sonrisa aquel hombre mientras ponía sus manos en sus caderas dejando en claro que estaba feliz de escuchar. —Veras Elliot yo...—Dogday estaba a punto de decir algo cuando de repente miro hacia atrás para darse cuenta que a distancia Catnap estaba ahí mismo. El felino miraba con tanta rabia a Dogday que simplemente en sus ojos se notaba el veneno tan corrosivo que hacía temblar al perrito, juraba que si las miradas mataban ya estuviera muerto. El can se puso ansioso hace tanto tiempo que no había visto a Catnap y cuando por fin lo encontró este lo miraba como si fuera una escoria total, lo que provoca que Dogday se sienta bastante perturbado tanto que Elliot lo nota y se preocupa. —¿Dogday?, ¿Pasa algo? —Cuando el fundador lo llamo Dogday de inmediato reacciona y desvía la mirada rápidamente, para volver actuar tranquilo, aunque por dentro quería llorar y romperse. —Oh si, si perdona es solo que me perdí por unos segundos. Lo que pasa que la razón por lo que te buscaba... es que estaba pensando... que deseaba poder ayudarte más. Quiero decir amo estar con los niños, pero la verdad es que me sentía un poco inútil cuando te esfuerzas por nosotros y por mí para darnos un lugar seguro que me gustaría poder ayudar aún más, para poder al menos ser más útil para ti y regresarte toda esta amabilidad que nos das. —Explico Dogday pronunciando aquellas palabras ensayadas que Poppy lo hizo memorizar. Estaba nervioso por muchas cosas, pero no sabía que más le temía si la negativa de Elliot o que Catnap lo odie terriblemente. Elliot por su parte se le quedo mirando extrañado, pero al ver que Dogday no tenía dudas con eso solo soltó una risita. — Owww Dogday me enternece saber que tu corazón es tan bondadoso para ofrecerte de esa forma, eso me hace tenerte más aprecio lindo perrito. Pero no debes preocuparte lo hago por amor no necesito que quieras compensarlo cuando lo hago con mucho gusto, además con lo que haces es más que suficiente, sé que a veces puedes sentirte inútil, pero créeme que no lo eres, por lo contrario. Así que no te preocupes. —Pronuncio Elliot mientras se acercaba y hacia una señal para que el can bajara para acariciar su cabeza como común mente lo hacía, lo que el nombrado sumisamente hizo, esta vez mirando de reojo para ver a Catnap la cual este se había ido. En ese momento Dogday se sintió bastante ansioso porque esperaba una respuesta diferente, pero no perdió la esperanza porque de alguna forma Poppy había mencionado que probablemente no funcionaría a menos que pasara otra situación. — Tal vez tu no lo veas necesario, pero a mis ojos es una oportunidad perfecta. —Una voz femenina resonó por el pasillo, lo que hizo que Elliot y sus trabajadores que lo acompañaban voltearan para ver que Poppy se acercaba mientras estaba siendo cargada por Kissy. La muñeca se veía bastante serena y muy bien cuidada, mostrando un gesto tranquilo pero serio cuando quedo enfrente de Elliot ya que Kissy le ayudaba a estar a la altura del fundador, ella continúo hablando. —Las ganancias han bajado Elliot, tus estrategias no están funcionando, ni siquiera el sector de marketing está ayudando en nada. —Menciono Poppy mientras en sus manos poseía unos papeles donde se mostraba los resultados de las ventas. — Los peluches no se venden, ni siquiera los episodios nuevos de los Smalling Critters son vistos, son tan repetitivos que hasta los mismos niños terminaron odiando. —Explico aquella muñeca con frialdad mientras enumeraba los errores y fallos que ya estaba teniendo la fábrica. — Las ganancias bajan y nos estamos quedando sin dinero y digamos eso sería muy terrible para ti Elliot, porque sin dinero no hay trabajadores, sin trabajadores no hay más nuevos proyectos y eso significa adiós a todo lo que has trabajado. Por obvias razones es evidente que no querrías eso, ¿Verdad? —Pregunto con ironía Poppy mientras le entregaba los papeles a su jefe, como se había demostrado la muñeca no solo un simple juguete si no que también estaba a cargo de muchas cosas. Ella también se aseguraba que la fábrica progresara, poseía un cargo importante era la única de todos los juguetes que la trataban como una persona y respetaban por su propio trabajo al ser una mano derecha de Elliot. EL fundador al escuchar como Poppy se expresaba y le hablaba solo hacía que se tensara, al mismo tiempo que comenzara apretar sus puños de molestia, dejando en claro que odiaba escuchar cómo es que la muñeca hablaba sobre su evidente fracaso. Pero se mantuvo en su compostura en especial porque sus trabajadores lo miraban con curiosidad, esperando una reacción porque era un secreto a voces que la fábrica estaba teniendo problemas por eso los trabajadores estaban volviéndose más agresivos con los juguetes. Así que este solo respiro hondo. — ¿Y qué sugieres Poppy?, ¿Qué te hace pensar que un perrito tan lindo e inútil como Dogday nos ayudaría a nuestro problema ahora mismo? —Pregunto con un leve resentimiento. Dejando en claro que no estaba para chistes, ya que se sentía bastante furioso con la muñeca que hablara de forma tan expresiva sobre sus problemas, lo que llevaría a rumores y varias renuncias si se enteraban que se estaban quedando sin dinero. Poppy por su parte estaba feliz porque es lo que ella estaba buscando, pero el nombrado se sintió ansioso porque escuchar como Elliot se expresaba de esa forma de su persona, hacia que Dogday se sintiera un poco miserable. —Bueno, me alegro que lo preguntes. Este mi querido fundador, este perrito es totalmente útil para nuestros planes, si ponemos a Dogday en un cargo importante nos ayudara muchísimo a subir las ventas. Veras es una persona que convive bastante con los niños por lo tanto sabe perfectamente lo que quieren los pequeños, si lo dejamos a cargo de los guiones y los nuevos productos en venta ayudara bastante con su experiencia a que los niños compren y consuman nuestros productos. Además, Dogday es un símbolo para los juguetes, si ven los demás como es que Dogday está teniendo un reconocimiento sano los demás comenzaran a imitarlo, por lo que comenzara a subir la producción y lo que significa...—Poppy explico su plan como si ya lo hubiera tenido planeado, ella mismo escribió su guion conocía tan bien a Elliot para saber que palabras elegir. Por lo que ella movía un poco sus manos y hasta ordeno a Kissy que caminara hasta quedar enfrente de unos trabajadores, para señalarlo para que terminara de completar su palabra. El trabajador se quedó nervioso pero manipulado por la muñeca este contesto. — ¿E-el dinero...? —Pregunto un poco dudoso. —¡Bingo!, ¡Tendríamos más dinero! —Poppy comenzó a aplaudir por esa respuesta, por lo que volvió a mirar a Elliot. —Así que si me querido fundador, Dogday es muy útil ahora mismo, en especial en nuestro tiempo de crisis. Necesitamos su experiencia no solo para ayudar a la producción, si no para controlar ciertos problemas que hemos llevado entre trabajadores y juguetes. —Dijo finalmente Poppy mientras cruzaba sus brazos esperando la respuesta de Elliot. Ambos se miraban con ferocidad y seriedad dejando en claro que compartían algo similar. Elliot por su parte estaba muy sorprendido por el plan de Poppy nunca en su vida había imaginado algo así. — Primeramente, ¿Cómo es que llegaste tan rápido?, además... ¿Acaso escuchaste todo lo que dijo Dogday? —Obviamente el fundador estaba dudoso intuía que Poppy ya tenía planeado algo así, después de todo no por algo habían convivido décadas juntos. —Estaba caminando por este pasillo en tu búsqueda, ya que quería comunicarte los problemas cuando escuche a lo lejos como Dogday quería ayudar, así que aproveche esta oportunidad para darte una solución para estos problemas. —Explico Poppy como si nada dejando en claro que ella ensayo cada pregunta y respuesta, fue lo suficientemente honesta para convencer al fundador. —Ok perfecto, tienes un punto muñequita, aunque claro me hubiera encantado que habláramos de esto en privado y no enfrente donde hay muchos oídos. —Dijo Elliot recuperando la compostura, analizando l información dada haciéndolo pensar seriamente. Lo que menciono Poppy tenía mucho sentido, estaba tan desesperado por una solución que iba a contactar una junta para ver esta situación, pero Poppy llego a su rescate con esta solución muy interesante, por lo que esta vez decidido confiar en la propuesta de la muñeca. — Muy bien Poppy me convenciste. —Dicho esto él se volteo hacia el can. — Dogday, a partir de ahora estarás trabajando con Poppy, dejaras de ser niñero, trabajaras con ella, te mostrara todo lo necesario para que puedas darme resultados. Empezaras hoy mismo. —Ordeno Elliot aun tranquilo y serio. Por lo que miro esta vez a ambos juguetes. —Esta semana quiero resultados. Definitivamente con eso habían convencido a Elliot, lo que fue una gran victoria para Dogday y Poppy, el perrito solar movió su cola delatando su felicidad por lograr convencer al hombre, pero aún faltaba algo más. Mientras Poppy internamente gritaba de emoción de haber logrado manipular a Elliot. —¿Puedes hacerlo Poppy? —Considéralo hecho, esta semana te mostraremos resultados favorables. —Pronuncio la muñeca decidida a que se cumpliera, mientras hacia una reverencia de respeto sellando su trato. Como es costumbre en ella. —Bueno si eso es todo, ahora mismo tengo que irme...—Elliot iba a retirarse, pero fue detenido por Dogday que aún no había terminado. —¡Elliot espera! —Paro el perrito haciendo que el nombrado parara mirándolo con intriga. — Hay otra cosa que quiero pedirte. —Fue entonces que Dogday tomo aire para agarrar valor para hablar. — Quería pedirte que como ahora trabajare y daré todo de mi para hacerte ganar más dinero, quisiera que les dieras a los juguetes el respeto que se merecen. —Pronuncio fuertemente y en claro haciendo que Elliot y los trabajadores quedaran sorprendidos. A excepción de Poppy que se mantenía seria ante su propuesta. —Jaja, ¿Espera que?, ¿Hablas en serio? —Esta vez fue un trabajador x que acompañaba a Elliot quien hablo al escuchar esa absurda propuesta. Pero el fundador lo mando a callar. —¿A qué te refieres Dogday? —Pregunto estoicamente el fundador mirando pidiendo una explicación. —Q-quiero decir... que pongas una nueva ley que los juguetes deben ser tratados con respeto y tolerancia como ustedes los humanos, también nosotros somos personas Elliot. A cambio de eso te ayudare a subir las ganancias. —Expreso el perrito siendo muy claro en su postura, mostrándose seguro y tenso sin perder la vista al fundador. Elliot por su parte no pudo evitar resoplar en una risita. —Pff jaja... vamos Dogday, ¿NO crees que me estas pidiendo mucho? —pregunto burlesco. —A mí me parece una petición bastante justa. —Repitió Poppy haciendo que se ganara miradas desagradables por los demás. —Piénsalo de esta forma Elliot, si le das un ambiente sano a los trabajadores aumentaran más su producción, al mismo tiempo evitaremos más conflictos entre los otros trabajadores. Es una petición bastante justa. —Explico la muñeca haciendo dudar a Elliot. EL fundador solo suspiro cansado pensando en lo dicho siendo que se veía bastante pensativo. — ¿De verdad lo está pensando jefe?, solo son juguetes. —Expreso un trabajador molesto por tales palabras. —¡No solo somos juguetes señor, somos personas, tenemos vida, merecemos ser tratados con respeto por el mero hecho de tener vida propia! —Dijo Poppy bastante enojada por tal osadía. Haciendo callar al trabajador. Pero Elliot solo suspiro derrotado dejando en claro que la muñeca tenía razón, necesitaba acudir a medidas desesperadas para poder salvarse de esta crisis. — Esta bien, si logran hacer algo esta semana lo considerare. —Dijo mostrando un poco de sensates. Pero para Poppy no fue suficiente. —¡No!, Quiero que lo apliques hoy mismo Elliot, si quieres avances para tu dinero, quiero que des a conocer la nueva ley. Necesitamos esos juguetes felices para aumentar la producción. —Sentencio Poppy seria y enojada, no iba a retroceder. Dogday sintió miedo por el temperamento de la muñeca, hasta estaba sorprendido por como manejaba las cosas, pero estaba también feliz que ella se pusiera enfrente para enfrentarse al fundador. Elliot estaba molesto odiaba que Poppy hiciera eso, pero no podía negarles a estas alturas nada cuando le estaba ofreciendo una solución muy buena. — ¡Smith!, Quiero que des un comunicado oficial. A partir de ahora es una nueva ley que todo trabajador que maltrate o abuse de cualquier forma a un juguete viviente será sancionado o castigado severamente. Que los juguetes serán intocables ahora mismo. —Ordeno el fundador seriamente. —¡¿Pero señor?! — EL nombrado se sorprendió por la orden del fundador. —¡Solo hazlo! —Sentencio Elliot no teniendo paciencia para poder discutir, a lo que el trabajador asintió de inmediato para irse corriendo. Elliot por su parte volvió a mirar a Poppy y a Dogday. —Bien ya está hecho, quiero resultados en esta semana. Porque si no llego a ver ninguno me asegurare de quitar la ley de inmediato. —Dicho esto Elliot no estaba en condiciones para seguir tratándolos por lo que se fue. Cuando el fundador los dejo, Poppy no pudo evitar soltar un gemido de alivio poniendo su mano en su boca mostrando que se estaba aguantando el aire. Dogday por su parte no pudo evitarlo más que chillar de emoción dando saltitos emocionados mientras su cola se movía erráticamente. —¡Poppy!, ¡Poppy lo logramos! —Alzo la voz el can solo para voltearse y ver como ella lloraba en silencio, mientras que Kissy igual lo hacía, provocando que Dogday se preocupara. —Ah. ah, Poppy, ¿Qué pasa? —Pregunto mientras se acercaba a ella que aún estaba en las manos de Kissy. La nombrada negó de inmediato para solo sonreírle. —No. Dogday, no te preocupes estoy bien, es solo que...—Ella se quedó callada unos segundos. — Por muchos años, he tratado y perdí la cuenta de mis intentos para poder convencer a Elliot que diera lugar a esa regla, pero tú lo lograste cariño. ¡Al fin lograste darnos un poco de libertad y el respeto que merecemos! —Estallo en felicidad la muñeca mientras volvía a llorar al pensar que al fin podrían cambiar las cosas. Dogday por su parte se impactó y no dudo también en llorar un poco, porque también deseaba con todas sus fuerzas que algo cambiara para los demás. Pero ahora que lograron una meta que pensaron que sería imposible, ahí estaba el resultado. — Si... lo logre...—Esta vez se limpió las lágrimas para dedicarle una sonrisa determinada a Poppy. — Pero aún falta lo demás. —Pronuncio el líder preparado para enfrentarse a los nuevos retos que tenía sus planes. Ese mismo día en la tarde se anunció la nueva regla, lo que provocó una euforia en los juguetes, se escucharon sus canticos, sus risas, sus sollozos, sus gritos felices de que al fin los liberaran del abuso que sufrían. En los pasillos podían verse como los juguetes festejaban, mientras tanto Dogday al fin se encontraba en casa disfrutando de cuidar de los niños con Hoppy y Kickin que se encontraban juntos. — Vaya quien lo diría Dogday, realmente lograste un enorme avance. —Dijo el ave mientras cargaba a una niña que jugaba con su pelaje. —Si, si lo hiciste. Nunca pensé que de verdad al fin nos dejarían en paz de esa forma. —Pronuncio Hoppy feliz mente, estaba totalmente emocionada de la noticia pronto se uniría a los festejos de los demás juguetes. Dogday por su parte estaba contento por su logro y ahora que había tenido avances quería buscar a Catnap para contarle, deseaba con tanta desesperación poder hacerlo. Su imagen se le quedo grabado en su memoria, lo que hacía temblar al cachorro porque odiaba que su amigo pensara tan mal de él. —Lo se... cambiando de tema un poco... ¿Han visto a Catnap?, necesito hablar con él. —Explico el can haciendo que los dos contrarios se miraran extrañados. —Hace poco lo vi salir, pero no sé a dónde. —Respondió el ave, lo que hizo que Dogday solo bajara la cabeza bastante triste. Por lo que desvió su mirada hacia la ventana solo para ver como una mancha morada se elijaba a velocidad, lo que hizo que el can reaccionara y rápidamente se levantara de su asiento y esquivaba a los niños. — ¡Lo siento tengo que irme! —Dijo en voz alta saliendo de la casa, dejando a Hoppy y a Kickin bastante extrañados. El perrito corrió tratando de seguir a Catnap que se había alejado. — ¡CATNAP! —Grito el perrito, pero el felino ni siquiera lo volteo a ver cuándo dio un brinco y se perdió en la oscuridad de los tubos de los techos, ignorándolo por completo. Provocando que el líder solo respirara agitado por correr y dejándose caer, mostrando su decepción y tristeza por tales acciones. Al menos se dijo que lo haría mañana e intentaría hablar con el gato. Pero ese día no llego. Porque en toda la semana que Dogday se esforzaba para trabajar con Poppy también buscaba tan desesperadamente a Catnap, hablo con Crafty y Bubba quienes convivían más con el felino, pero negaban saber dónde estaban, aunque el perrito intuía que mentían. A pesar de dejarle recados con ellos, parecía que el felino siempre lo evitaba, porque cuando quería acercarse a él, Catnap siempre se alejaba y cuando pensaba que tenía una oportunidad alguien interrumpía en especial los juguetes que llegaban a felicitarlo. Ya que Poppy había dicho que gracias al logro de Dogday ella difundió la noticia que fue él, que hizo que Elliot cambiara sus reglas. Provocando que Dogday ganara más popularidad de lo que ya tenía, pero para el perrito era un poco fastidioso porque ese tiempo que tenía libre para buscar a Catnap, pero por culpa de esa fama lo interrumpían. Por lo que sentía más miserable porque ya ni siquiera tenía el tiempo para poder hablar con sus amigos, Poppy le enseñaba de todo para poder subir la productividad, cambiaba guiones, daba ideas, miraba los nuevos productos. Todo eso lo materia tan ocupado que cuando llegaba al orfanato solo terminaba por caer rendido en su cama. Ni siquiera se dio cuenta que ya había pasado una semana, Elliot por su parte felicito a Dogday y Poppy porque incrementaron la productividad de sus trabajadores en general. Lo que hizo que mantuviera las reglas, además de que efectivamente habían bajado los abusos hacia los juguetes, Dogday tuvo que confirmarlo con Bobby quien es una psicóloga para los juguetes y a veces para los humanos en especial para los niños, ella confirmo que efectivamente en la actualidad ninguno de sus pacientes había tenido una queja con un trabajador, pero si hubo un accidente con uno de ellos que evidentemente se negó a seguir la ley, pero de inmediato fue castigado y suspendido por lo que dejaba en claro que no iban a tolerar más maltratos hacia los juguetes. Pero aún no podía hablar con Catnap ya que era imposible y más cuando ni siquiera lo dejaban en paz. El pobre perrito llegaba de una larga jornada de trabajo, estaba tan agotado que solo quería dormir, pero no podía quedarse sin hacer nada ya que Poppy le había advertido que este es su oportunidad de convencer al felino, pero el perrito se estaba esforzando lo más que podía, pero ese tonto gato no le daba ni siquiera una oportunidad para poder expresar al menos sus disculpas. Pero esta vez sí o sí hablaría con su amigo, aunque él no quisiera. Este al entrar a la casa miro a Bobby que estaba en la sala leyendo un libro con un café, lo que sorprendió a Dogday. — ¿Bobby?, ¿Por qué no te has dormido? —Pregunto el líder preocupado. La osa levanto su mirada y sonrió. — Te estaba esperando a ti. —Menciono dulcemente mientras miraba como su amigo se acercaba y se sentaba enfrente de ella luciendo bastante cansado. — Veo que Poppy si te hizo trabajar. —Pronuncio divertida. —Como no tienes idea... solo quiero dormir un poco... pero aún tengo un pendiente. —Dijo bastante frustrado el can mientras levantaba sus manos y tapaba su cara. Bobby por su parte suspiro triste por ver a su amigo en ese estado, ella entendía perfectamente lo que sentía. Después de todo la osa miraba como ambos amigos estaban totalmente destrozados a su modo. — Si es por Catnap, escuche por ahí que hoy es su descanso, gracias a tus acciones y el trato con Elliot nos han dado un poco más de libertad y que mejor que días libres. —Explico orgullosa la osita mientras se levantaba y se sentaba al lado del can para abrazarlo, haciendo que el perrito se dejara caer contra su pecho para poder dejarse llevar por la calidez tan maternal que sentía en esos momentos. Pero cuando escucho esa noticia él se separó con emoción dejando ver como su cola se agitaba delatando sus sentimientos. — ¿Hablas enserio? —Pregunto ansioso, a lo que Bobby asintió. —Si vas a su cuarto y lo esperas no tardara en aparecer. Vamos Dogday yo sé que ambos necesitan hablar seriamente. —Dicho esto el perrito asintió mientras volvió abrazar a su amiga y esta vez se fue corriendo a una habitación en concreto. Mientras su amiga se despedía de él con una sonrisa cómplice. El líder de los Smalling Critters, estaba nervioso pero muy ansioso por volver a convivir con su amigo, con el corazón en su mano él corrió hacia la habitación de Catnap. Sabía que esta vez el felino no lo iba a ignorar, se aseguraría que no lo hiciera. Llegando a la puerta este la abrió agradeciendo infinitamente que no tuviera seguro, cuando entro se dio cuenta que Catnap aun mantenía limpio su cuarto, este olfateo un poco olisqueando el delicioso olor de lavanda fresca dejando en claro que el felino había salido recientemente pero como dijo Bobby el regresaría. Así que el perrito cerró la puerta detrás de él para poder adentrarse y sentarse en la cama, donde muchas veces había pasado la noche y con su mano acaricio el colchón junto con las sábanas, soltando un suspiro nostálgico ya que extrañaba muchísimo compartir cama con su amigo. Este sintió como su corazón volvía a latir con tanta fuerza cuando escucho unos pasos pesados y el olor de la lavanda se intensificaba, porque significaba que Catnap ya estaba llegando. Por lo que Dogday trago en seco, esperándolo impacientemente tanto que su cola se movía ansiosa por como reaccionara su amigo. Catnap por su parte caminaba de nuevo a su habitación, había salido a hacer del baño. Tuvo un día libre algo bastante extraño, pero agradecía infinitamente que terminara, ya que al igual que Dogday tuvo un día bastante pesado al ayudar al cuidado de los niños. Pero cuando regreso se dio cuenta que alguien había entrado a su habitación, se notaba porque al estar cerca había otro hedor acompañado el pasillo que no eran solo los niños, le fue tan familiar que sintió una oleada de molestia al darse cuenta de quien era. Así que harto un poco de todo decidido confrontar al intruso de olor vainilla que estaba dentro de su habitación. Abriendo la puerta de golpe, observo con resentimiento a Dogday que estaba sentado en su cama, notando que había cambiado bastante, se veía poco arreglado, acompañándolo unas pequeñas ojeras, pero al menos mantenía su peso, a diferencia de él. La expresión del canino parecía sorprendida y nerviosa, pero a pesar de todo se mostraba serio. Dogday por su parte estaba impactado de ver a Catnap por fin de cerca, aun tenía es altura enorme, pero lo que más le llamo la atención fue ver como este poseía ojeras provenientes más que él, además de que se veía más flaco de lo que recordaba, Catnap siempre poseyó un cuerpo delgado, pero en este caso estaba mucho más y eso alarmo al perrito. — ¿Qué haces aquí? —Pronuncio el felino con esa voz grave que lo caracterizaba, sonando molesto por la presencia ajena. —Vine hablar contigo Kitty...—Respondió Dogday pronunciando con una voz suave, buscando calmar a su amigo que parecía irritado, era una forma que siempre funcionaba cuando Catnap estaba enojado solo con decir su apodo y sonar meloso calmaba al felino, pero quería saber si funcionaria al menos cuando su enojo es hacia él. Catnap por su parte solo chasqueo su lengua con fastidio mientras entraba en su cuarto, y dejaba libre la puerta para después solo observarle con resentimiento. — Mis acciones dejaron en claro que no quiero hablar contigo. —Dijo con severidad lo que hizo que Dogday bajara la cabeza y se tensara queriéndose hacer más chiquito, sintiendo como su corazón dolía por tales palabras. —¡Pero yo sí! —Alzo la voz el líder determinado en hablar con él. — Por favor Catnap, solo quiero hablar contigo. Te lo ruego, solo escucha lo que tengo que decirte. —Pidió entre ruegos el cachorro solar mientras miraba a su amigo buscando una oportunidad de explicarse. Catnap por su parte estaba herido, cansado, agobiado y un gran etc., Dogday no era el único que sufría por el contacto cero que tuvieron, el felino estaba afectado, no dormía por las noches sin pensar en el cachorro, tenía tanto miedo e inseguridad que lo hacían llorar a veces, pensando que tal vez él estaba equivocado, pero no podía evitar sentirse traicionado por el golpe que le dio Dogday, algo que hace a que su corazón doliera a horrores. Tanto que muchas veces rezaba más de lo normal a 1006 para que calmara su ansiedad o hasta hablaba con él sobre sus problemas buscando una solución, pero las respuestas que obtenía no eran de todas gratas en esos momentos. Pero ahora mirar la carita de Dogday que parecía querer llorar de nuevo, deseando ser escuchado hicieron que Catnap bajara la guardia, así que estiro su cola y cerró la puerta de su cuarto. — Tienes 5 minutos para explicar lo que quieras y luego te iras de aquí. —Estallo Catnap dándole esa oportunidad. Dogday al tener esa ventaja no dudo en aprovecharla. —Escucha... quiero decirte que de verdad lo siento tanto, discúlpame por haberte dado esa cachetada no debí de reaccionar de esa forma. Realmente estaba tan mal en ese momento que me dolió bastante que me digieras esas cosas, en especial cuando desconfiabas de mi o que preferiría a Elliot sobre ti. Catnap yo...—El can comenzó a expresarse finalmente, no iba a desaprovecharlo estaba herido y muy angustiado por todo. — De verdad lo arruine, perdóname por favor... estaba desesperado porque me entere de tantas cosas ese día que no pude evitar sentirme enojado cuando me insultaste. Se que estuvo muy mal de mi parte y no quiero perderte por mi error. —Todo este tiempo me sentí bastante miserable, pasamos dos semanas sin hablarnos Catnap y créeme que nunca me había sentido tan horrible, tanto que ya no quería continuar con esto...—Explico Dogday mientras se abrazaba a si mismo al mismo tiempo que Catnap se mantenía estoico, pero no iba a negar que se sentía más calmado al saber que Dogday también estaba sufriendo por su pelea. Aparte de que se sentía culpable de haber hecho pasar ese horrible trago al perrito. —Pero cuando pensé que lo perdí todo... Kickin llego y me llevo con Poppy para poder al menos saber lo que pasaba a mi alrededor... Entonces ella y yo...—El can iba a explicarle toda la situación a Catnap no solo se disculpaba. Pero Catnap lo interrumpió de inmediato, ya que al escuchar ese nombre hizo que su tranquilidad fuera rota. — ¡¿Qué?!, ¡¿Hablaste con esa maldita muñeca?! —Pregunto lleno de ira mientras se acercaba de forma amenazante a Dogday que para ese punto ya estaba levantando y caminando de aun lado para otro explicando su situación, lo que hizo que el perrito se asustara un poco por la reacción del felino, por lo que retrocedió un poco. —¿Maldita?, Y-yo... por supuesto que hable con ella, fue la única que realmente me dio respuestas. —Expreso el perrito solar mientras trataba de mantenerse calmado, cuando la realidad se sentía temeroso nunca había visto a su amigo tan enojado. EN especial cuando este gruñía y se tensaba al punto que su pelaje se erizaba. —Oh... ya veo, entonces dime mi querido y estúpido amigo que se deja llevar por tonterías, ¿Qué clase de veneno te dijo? —Pregunto con ironía el gato mientras se reía suavemente burlándose del perro mientras lo rodeaba, su garganta comenzaba a doler ese grito había hecho que se hiciera daño. SU voz se volvía más grave y agresiva con cada vez que el contrario hablaba. Dogday se quedó sorprendido de nuevo al escuchar ese insulto, pero esta vez no se iba a quedar callado en especial cuando hablaba tan mal de Poppy, la única que de verdad le estaba ayudando a dar un cambio. — Lo suficiente para saber los planes de esa cosa que sigues, dime la verdad Catnap.... ¿Es cierto que planean matarlos a todos? —Pregunto seriamente el can esta vez sin retroceder para dar un paso adelante, hasta confrontar cara a cara al felino lunar que se quedó estático al escuchar esas afirmaciones. — ¡Por favor dime que no es cierto que sigues aun posible genocida! —Casi rogo el perrito queriendo respuestas, aun estando en negación de como pensaba su amigo. El felino se quedó callado unos segundos mientras bajaba su mirada sin responder. — Él nos salvara...—Fue lo único que dijo, pero esas palabras bastaron para que Dogday abriera su boca con enorme sorpresa y en vez de sentirse culpable, la ira lo inundo tanto que apretó sus puños y sus ojos se volvieron cristalinos por el coraje, fue tanto que su propio pelaje también se erizo. Dejando en claro que efectivamente su amigo pensaba de una forma tan horripilante. —¡ES ENSERIO CATNAP!, ¡¿CÓMO ES QUE PUEDES SEGUIR CON UN MALDITO GENOCIDA?!, ¡¿CÓMO PUEDES PENSAR IGUAL?!, ¡TÚ NO ERES ASI! —Grito el can sin poder controlarse mientras dejaba que pequeñas lagrimas bajaran por sus mejillas. —¡NO TE ATREVAS A DECIRLE ASI!, ¡ÉL FUE EL UNICO QUE REALMENTE SE PREOCUPO POR NOSOTROS LOS JUGUETES!, ¡ESA ES SU SALVACION! —Rugió de vuelta Catnap aun sintiendo como su garganta dolía a horrores, pero no se quedaría callado ante los gritos patéticos del can. —¡NO SEAS ESTUPIDO CATNAP!, ¡¿CÓMO PUEDES LLAMAR SALVACION A ALGO COMO MATAR, ASESINAR, ¡¿A PERSONAS INOCENTES?! —Respondió de vuelta el perro. —¡SOLO SERAN SALVADOS AQUELLOS QUE LO MEREZCAN! —¡NO SEAS TERCO CATNAP!, ¡¿QUÉ DEMONIOS TE HACE PENSAR QUE ESA COSA SE LLEVARA A TODOS CONSIGO MISMO?!, ¡ESTAMOS HABLANDO DE VIDAS INOCENTES!, ¡NIÑOS CATNAP! —Dogday estaba tan furioso que no iba a callarse iba a ser escuchado y mantendría su postura al mismo tiempo lo que hizo que Catnap solo se quedara callado mientras gruñía y se erizaba más, dejando en claro que le molestaba las palabras del perro. — ¡Pensé... que eras diferente!, ¡te defendí y negué que fueras así!, es más pensé que yo cometí el error al reaccionar de esa forma tan agresiva contigo. ¡Pero no!, ¡me alegro de enterarme de quien de verdad eres Catnap!, y yo pensé que realmente somos amigos...—Dijo cachorro esa última frase bastante triste y decepcionado, mientras se secaba las lágrimas. — Pero ya vi que nunca lo fuimos... los amigos nunca se mienten... y tú me has mentido todos estos años. —El can fue un poco hipócrita al decir eso, a esas alturas no supo si a quien se lo dijo a él mismo o a Catnap. Pero ya a ese punto todo lo que hizo para llegar a Catnap fue en vano, ahora solo quedaba continuar con su plan y llegar al prototipo de otra forma. Estaba a punto de irse para dejarlo en paz, pero antes de que pudiera retirarse el brazo de Catnap lo interrumpió su paso al poner su brazo enfrente suyo, pero al hacerlo la fuerza con la que puso enfrente su mano hizo que agrietara la pared de lado donde estaba la puerta. Lo que hizo que el canino retrocediera bastante asustado ya que Catnap en su vida jamás le había tratado con tal agresividad. —¿Mentiras dices?, ¡Ja! —Este se rio sarcásticamente mientras se volteaba hacia él dejando ver sus ojos con esa mirada asesina que hace días no veía, poseyendo una rabia tan ciega que parecía querer hacer una locura. Mientras se acercaba peligrosamente al canino que comenzaba a alejarse, estaba muy asustado a ese punto. No quería terminar como esa pared, la fuerza de Catnap es por mucho superior a la suya, no por nada si se levantaba mediría sus 5 metros. — ¿Qué los amigos no se mienten?, ¡Eres tan descarado que me sorprende tu cinismo! —Contesto molesto mientras lo miraba con recelo, al mismo tiempo que gruñía. —¡¿De qué demonios hablas?!, ¡¿En qué te he mentido?! —Pregunto sin entender el perrito mientras se mantenía alerta. —¿Crees que no lose?, Se que me has estado mintiendo todo este tiempo, cuando te ocultabas de todos por cierto tiempo del mes, que solo Elliot podía pasar a visitarte o los doctores, nunca me decías nada... y pensé mal de ti... —La garganta de Catnap ya comenzaba a doler como el mismísimo infierno tanto que comenzaba a toser gas rojo, si seguía así iba a terminar por sangrar. —Pero tú me disté la razón al pensar de esa forma... pensé que solo eran mis inseguridades, pero nunca pensé que realmente seas la perrita de Elliot y ahora me entero de que ahora eres la de Poppy. —Respondió de forma tan vulgar de forma que hizo que el cachorro se sorprendiera y gruñera de coraje por tales insultos. — Los secretos duelen Dogday, no eres nadie para decirme lo que es ser un amigo. Dogday volvía a lagrimear mientras esta vez gruñía sentía que no iba a poder controlarse, estaba tan furioso de escuchar algo tan asqueroso. —¡No digas tonterías!, ¡Tu ni siquiera sabes lo que me pasa o loque he hecho! — Se defendió. —¡Oh vaya gracias por decir lo obvio!, ¡De al menos yo con Poppy logre un poco de libertad con los juguetes!, ¡¿y tu dios que ha hecho por ti?! —Grito molesto indignado. Pero su mayor error, porque Catnap ya harto de todo, se lanzó contra Dogday. El felino enfurecido estaba tan molesto que cada fibra de su ser parecía vibrar con una furia contenida, como un veneno corrosivo que burbujeaba bajo su piel. Los ojos de Catnap, normalmente juguetones y relajados, ahora brillaban con una ira feroz e implacable. Catnap se abalanzó sobre Dogday sin compasión, su cuerpo vibrando con una mezcla de ira y frustración. Su cola, firme como una serpiente, envolvía las manos de Dogday, sujetándolo con una fuerza descomunal mientras sus brazos mantenían el cuerpo de su amigo completamente inmovilizado contra la cama, el perrito se quejó de dolor por como el felino lo sometía y su peso lo aplastaba. Su respiración era pesada, entrecortada por la ira que lo consumía, el calor irradiando de su cuerpo en oleadas de tensión. Sus garras apenas se contenían de desgarrar el pelaje de Dogday. La rabia que sentía era un fuego ardiente que lo devoraba por dentro, cada pensamiento, cada emoción, teñida con el veneno de la traición que percibía en el actuar de su amigo. Dogday estaba completamente paralizado, el miedo retorciéndose en su pecho como un nudo que lo ahogaba. Sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, ahora estaban dilatados, reflejando puro terror. Sentía el peso de Catnap sobre él, su furia palpable como un manto oscuro que lo envolvía, y su corazón latía tan rápido que apenas podía respirar. Cada tirón de la cola que ataba sus manos le recordaba lo impotente que estaba. El dolor en sus muñecas se mezclaba con el escalofrío que recorría su espalda, pero lo peor era la mirada de Catnap: esos ojos, llenos de furia incontrolable, lo miraban como si fuera un enemigo, como si no quedara rastro del amigo que conocía. —Ca-Catnap... —tartamudeó Dogday, su voz apenas un susurro tembloroso—. Yo no... no quise... Pero las palabras se ahogaron en su garganta. Su cuerpo temblaba, y el peso aplastante de la situación lo abrumaba. Estaba acorralado, incapaz de escapar, su mente inundada de imágenes de lo que Catnap podría hacerle. La presión en su pecho aumentaba, el terror apoderándose de cada fibra de su ser mientras miraba a los ojos del felino, sabiendo que cualquier súplica podría no ser suficiente para detener la tormenta de ira que se cernía sobre él. —¡Basta!, ya te escuché, ahora vas a escucharme... te mostrare la verdadera libertad de lo que seres tan asquerosos como Elliot nos negaron, te dejare solo una pizca de lo que podemos hacer sin esos humanos endemoniados. —Pronuncio mientras apretaba el agarre de Dogday, haciendo que su humo comenzara a salir de su boca, volviéndose una escena pesadillezca, ojos negros, con el iris afilado que con ese humo rojo parecía que tenía el color de la sangre brillante y con una sed terrible de acabar con el can. Fue entonces que Dogday supo realmente a que se refería con esas palabras. Los secretos duelen...
Notas:
1 Me gusta 0 Comentarios 1 Para la colección Descargar
Comentarios (0)