ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
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planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
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Capitulo IX. El pasado duele.

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☆*゚ ゜゚*☆*゚゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ Era una mañana maravillosa desde que Dogday había comenzado a trabajar mano a mano con Elliot muchas cosas habían cambiado, primordial mente los juguetes ahora podían respirar en paz sin temor a ser abusados constantemente, ahora había castigos severos a aquellas personas que se atrevían a molestarlos, por lo que el índice de acoso laboral en juguetes por mucho bajaron las cifras y por ende aumento la producción. Además de que habían dado días de descanso como los humanos, dándoles ahora un horario fijo para que pudieran descansar. Por supuesto solo fueron dos cosas en esa semana y media desde que Dogday hablo con Elliot, Poppy cumplió con su cometido al asesorarlo y guiarlo para que esos cambios siguieran perdurando. A pesar de ser el solo unos días es un comienzo favorable para todos, en especial para los juguetes. En esos momentos Dogday se encontraba en la sala de juegos con los niños, la cual era un patio enorme donde todos los niños disfrutaban de su recreo con sus juguetes y hasta juegos mecánicos. El líder de los Smalling Critters estaba sentado en una de las bancas mirando a los niños con una sonrisa, mientras a su lado estaba Kickin que ambos estaban descansando mientras Hoppy se encontraba jugando con ellos como es costumbre en ella. Pero no eran los únicos que se encontraban, de hecho, otros juguetes los acompañaban, como Kissy Missy que estaba sentada en el otro lado de la banca, mientras Poppy estaba alejada leyéndoles un cuento a un grupo de niños. Pero lo que realmente destacaba es la apariencia de Poppy que parecía un poco descuidada, con el pelo un poco revuelto y unas ojeras preminentes debajo de sus ojos producto de malas noches. Por fin habían podido concretar una reunión específicamente los 4 para poder hablar de los avances, pero esos días se habían vuelto muy complicados dentro del trabajo por lo que se notaban que todos estaban agotados de alguna forma. Poppy por su parte termino de leer y bajo el libro mientras los niños aplaudían con emoción ante su hermosa voz al narrar, la muñeca solo sonrió con dulzura ante sus suaves voces y su encanto al aplaudir. — ¡Otra!, ¡Otra! —Gritaron los niños mientras sonreían energéticos. No queriendo dejar ir a Poppy quien se limitaba a reír con ellos. —Oh~ tan lindos son que no duraría en que se quedarían todo el día escuchando mis cuentos... pero pequeños ya es hora que estiren sus piernas. —Dijo la muñeca tratando de que los niños se calmaran, pero parecía que eso no funcionaba. —Pe-pero queremos... un cuento... ¡Por favor! —Rogo uno de ellos lo que hizo que Poppy quisiera morir de ternura. —Bueno está bien, les leeré un cuento más si y solo si ustedes juegan algo con Hoppy. —Contesto la mayor mientras alzaba su dedo declarando su trato, algo que los niños se miraron y aceptaron inmediatamente, así que estos se fueron corriendo hacia la coneja verde que estaban con otro grupo de niños jugando, cuando miro a los demás pequeños no dudo en recibirlos con los brazos abiertos. Mientras Poppy los miraba con orgullo y ternura aquellos pequeños tan adorables, la muñeca solo volvió a caminar hacia sus demás compañeros que la esperaban. Kissy bajo una de sus largas manos para recoger a su amiga quien la deposito en la mesita enfrente de ellos. Dogday miraba la escena curiosa y más al ver como Poppy no dejaba de mirar a los niños, con una felicidad y nostalgia tan extraña. — Se nota que disfrutas estar con ellos. —Fue el líder de los Smalling quien hablo primero. Poppy por su parte miro de reojo a su ahora amigo y le dedico una sonrisa suave, para volver dirigir su mirada a los niños. — Bastante... hace tantos años que no recordaba este sentimiento al convivir con ellos. Pensé... que ya no haría. —Pronuncio con un poco de desanimo sintiendo como su corazón se partía a la mitad cuando recordó aquellos momentos, antes de volverse lo que era. —Wou, wou, ¡Espera!, ¿Tú antes trabajabas al cuidado de los niños? —Pregunto curioso esta vez Kickin bastante sorprendido, ya que siempre conoció a Poppy como una muñeca siempre ocupada con las ocupaciones de la empresa a lado de Elliot, como si fuera alguien ajena a todos ellos. La muñeca al escuchar eso solo suspiro un poco con tristeza. —Si losé... es difícil de creer, pero antes de que ustedes nacieran... yo fui la primera cuidadora de los primeros niños que llegaron a la fábrica, cuando Harley y Elliot dieron la autorización de crear el proyecto Home Sweet me asignaron como su niñera... estuve con la primera generación por años... vi crecer a algunos, otros se fueron y otros...—Poppy se calló mientras sentía como una lagrima bajando su mejilla. Mientras miraba aquellos niños con tanta aflicción. —Bueno... solo los vi crecer. Los demás se quedaron callados al ver la reacción de la mayor se notaba que había pasado algo en su pasado, para que se viera en ese estado. — ¿Fueron buenos tiempos? —Pregunto el perrito tratando de ayudar a que Poppy volviera a sonreír. —Oh sí que lo fueron, en esos tiempos no tenía que preocuparme casi por nada... solo los cuidaba, los veía felices... —Ella soltó una respiración más calmada. —A veces sueño volver a esa época con ellos y con él... pero...—La muñeca soltó una información curiosa que hizo que el Dogday se quedó pensando a quien se refería. —No me lo tomen a mal queridos... pero... antes de que los demás juguetes nacieran fueron las mejores épocas. —Explico siendo muy directa y cruel en sus palabras. Haciendo estremecer a Dogday y a Kickin, mientras Missy solo bajaba la mirada triste. —Eso suena bastante horrible...—Menciono el ave un poco decepcionada de sus palabras, mientras cruzaba sus brazos. —Créeme hay cosas peores que mis palabras no son nada...—Dicho esto Poppy esta vez volvió a concentrarse a su grupo. —Suena... como si realmente... no te gustara nuestra existencia. —Dogday sin pensar realmente un poco triste al pensar las palabras de su amiga, ya que de verdad había indicado indirectamente que ellos no debían estar ahí. —Realmente lamento que sonara así querido... es solo que...—Poppy no podía dejar de mirar a los pequeños niños que jugaban alegremente con la coneja. Fue entonces que ella bajo sus manos y los llevo a su vientre, donde lo precio no, mostrando en sus ojos el dolor y la culpa, pero solo el perrito solar se dio cuenta de esta, solo al ver por un breve segundo reflejo de sus emociones. — Me gustaría que ustedes mis niños, pudieran tener una vida digna, que vivieran felices... que fueran libres, que tan solo... no fueran juguetes. Porque cada día que los veo seguir viviendo en esta pesadilla, solo... me hace sentir terrible... como si no pudiera hacer absolutamente nada, por darles lo mejor... por esa razón. Atesoro aquellos recuerdos cuando ustedes mis niños aun no nacían. —Explico mientras termino por dejar ver aquellos pequeños, para mirar a Kickin, Dogday y a Kissy que parecía sentirse muy distante. —Lo siento tanto que mis palabras sean duras y horribles, pero... deseaba poder decirlo... y ustedes tienen ese aire que me da la confianza para poder respirar ante todo esta locura. Kickin se quedó callado, realmente entendiendo a que se refería Poppy. Después de todo ella el juguete más viejo, la primera era evidente que se sintiera así. Ver a su propia raza sufrir, no es nada agradable, por esa misma razón el ave sintió más admiración por la muñeca que a pesar de todo se esforzaba para darle a los suyos lo mejor del mundo. Mientras por parte de Dogday realmente se quedó mudo, sintiendo como las palabras de su amiga, tenían más peso de lo que decía, pero no podía descifrar el mensaje detrás de sus palabras. —No te preocupes Poppy, supongo que es genial que nos tengas esa confianza. —Dijo de nuevo el ave tratando de suavizar el ambiente. —Bueno. Cambiemos de tema... Dogday, dijiste que hablaste con Catnap, ¿Qué ocurrió? —La muñeca cambio de tema, guardando secretos que dejo un sabor a amargo a Dogday y a Kickin, pero no iban a hablar de su pasado no ahora cuando necesitaba planear el siguiente paso. El perrito aprovecho para platicarle todo lo que hablaron con Catnap, pero emitiendo lo que hizo íntimamente con ese felino, Poppy estaba seria y escuchando con atención ante las palabras de aquel juguete. — Hablará con el prototipo... pronto nos dirá cuando podemos ir con él. —Termino por decir el can. Poppy se quedó callada mirando a la nada con una mirada bastante fría y al mismo tiempo en su iris dejaba ver un poco de miedo o tal vez lo imagino el perrito. —Esperaremos su respuesta, mientras tanto solo... hay que esperar y seguir asegurándonos a que mantengamos el orden, para tener las pruebas de que nuestro plan está funcionando. —Dijo dejando ver esa determinación. Dogday por su parte estaba bastante nervioso, pero aun tenía ese coraje para continuar con el plan. Mientras que Kickin al notar se sintió bastante agotado no sabía que pasaría después, pero se sentía bastante preocupado cuando pensaba en Crafty y como esto probablemente cambie un poco su relación. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Después de hablar con Poppy, Dogday tuvo que retirarse unos momentos ya que tenía que arreglar unas cosas para el trabajo de mañana. Cuando termino ya estaba anocheciendo o eso lo veía por la hora de los relojes que marcaban una hora determinada de la noche, significando que ya era hora de la cena y la verdad en ese momento ya quería ver a sus amigos, después de haberse reconciliado con Catnap y sentirse más liviano consigo mismo, tenía una nueva energía rebozando a su alrededor sintiendo que al fin podía con todo lo que se proponga. Por esa razón el perrito solar caminaba lo más rápido que podía a la casa donde los demás Smalling Critters lo esperaban, cuando entro a la casa se dirigió al comedor, donde varios niños junto con los Smalling Critters se servían de comer con risas y conversaciones animosas, pero lo que de verdad llamo su atención fue ver a Catnap sentado a lo lejos con una silla a lado suyo sola, era evidente que su amigo le había apartado un asiento. Cuando el felino levanto su mirada observo a Dogday llegar ambos conectaron miradas y no duraron en sonreírse, como si realmente esperaban con locura volver a verse. —¡DOGDAY! —Gritaron los demás Smalling Critters junto los niños al ver a su líder volver, recibieron al perrito con abrazos dulces y palabras hermosas por su llegada, fue uno de los niños que lo guio a lado del asiento de Catnap, que con su cola ayudo a hacer para atrás la silla para que el can se sentara. —Jeje hola a todos amigos. —Contesto el perrito saludando, al estar junto con su amigo estos se miraron y volvieron a sonreír. —Hola Kitty~...—Pronuncio dulcemente mientras movía su cola demostrando su felicidad al verlo. —Hola Doggy~...—Contesto aquel felino lunar mirándolo con suma atención. Se veía que todo estaba bien entre ellos, los demás Smalling estaban felices por sus amigos. Después de todo ya sabían que se habían reconciliado y hasta los niños festejaron. —Dios Dogday, sí que te ocupas mucho con Elliot. Lo bueno es que cumpliste en llegar para cenar amigo. —Hablo la cerdita amablemente mientras ponía el plato de comida enfrente del perrito solar que no podía parar de agitar su cola con emoción. —Si lose jaja, es algo complicado, pero al menos termine rápido las cosas, para que el fundador ya no nos de problemas. —Explico el líder alzando sus hombros como si nada, haciendo que los demás comprendieran y es anoticia fuera emocionante para ellos. —Jeje nuestro líder está haciendo un excelente trabajo. —Dijo Crafty felizmente juntando sus manos y dedicándole una sonrisa halagando el duro esfuerzo de su amigo. —Digo lo mismo, desde que hiciste ese trato con Elliot mis pacientes han hablado maravillas sobre su estancia en la fábrica de estos días. Ohh Dogday no sé cómo se te ocurrió, pero eres un genio y un amor de persona, te mereces un abrazo muy fuerte de mi parte. —Explico Bobby mientras comía un bocadillo de su comida, disfrutando del momento. —Habla por ti... mi vida no ha cambiado mucho. —Exclamo Bubba con ojeras provenientes, mientras se dedicaba comer su comida. —Pero estoy feliz por los demás... —Bubba no seas amargado, mejor come necesitas recuperarte jeje~—Expreso Piggy dándole más comida a su amigo que agradeció infinitamente. —Si amigo eres demasiado cool lo que estás haciendo. —Dijo Kickin acomodándose sus lentes de sol divertido, haciendo que la sala riera. —Yo no entiendo mucho de lo que hablan, pero estoy de acuerdo que Dogday es muy cool. —Menciono con una voz tan melodiosa uno de los niños tan adorables que miraban al perrito con mucha admiración, lo que provocó que todos esos halagos hicieron que el perrito se sonrojara bastante por lo emocionado que se sentía ante sus esfuerzos. Cuando estaba a punto de contestar sintió como alguien rozaba su cintura de forma tentadora, que lo hizo estremecerse y sonrojarse más, pero nadie se daría cuenta ya que pensarían que son por sus halagos. Dogday miro hacia abajo notando que la cola de Catnap se encargaba de rodear la cadera de él. — Mmm pienso lo mismo... estás haciendo un buen trabajo Doggy, desde que empezaste a trabajar con Elliot. Ese maniaco de Harley me ha estado dejando en paz. —Expreso el gato bajando una de su mano para colarse debajo de la mesa y comenzar a tocar la pierna del perrito que lo hizo sentir bastante nervioso y avergonzado. Crafty noto ese movimiento sencillo y miro extrañada a sus amigos. Desde que tuvieron su primer encuentro intimo por alguna razón no habían podido dejar de tocarse, por parte de Catnap se dedicaba a acariciar sus caderas, piernas y espalda mientras que el perrito solar le gustaba tocar sus brazos, pecho y cola. El perrito solo sonrió bastante sonrojado. —Aww jeje basta chicos me chivean jeje. —Pidió el perrito mientras disfrutaba un poco de las caricias de su amigo. —Vaya, me alegro saber que hayas tenido un día laboral productivo Dogday. — Dijo una voz bastante conocida por todos, los niños se quedaron callados, los Smalling Critters congelados. El ambiente cambio de repente a algo tan sano y animado a uno bastante oficiante y muy tenso. Elliot junto con Harley y algunos asistentes habían llegado al hogar, el fundador tenía una suave sonrisa mirando a los demás esperando una grata bienvenida, pero no llego más que una forzada. — El-Elliot, que grato de verte... es una sorpresa que estes aquí. —Fue el líder que dio la bienvenida, haciendo que los demás trataran de acompañar sus palabras. A excepción de algunos niños que tan solo la presencia de Elliot los hacia ponerse muy incomodos y al mismo tiempo el miedo en sus miradas se notaba, pero no por el fundador más bien por su compañero, Harley. —¿De verdad?, y yo que pensaba que no me querían. —Pronuncio divertido el fundador entrando a la sala junto con sus trabajadores, los Smalling Critters a excepción de Catnap y Bubba rieron incomodos. Mientras algunos niños no entendían del todo la situación. —Bueno al menos debo felicitar a Dogday por hacer un buen trabajo, ¿No es así Catnap?, si no fuera por él ahora mismo seguirías ayudándome con mi trabajo. —Esta vez no fue Elliot que hablo si no el mismísimo Harley que caminaba alrededor de la gran mesa, notando su voz burlona y molesta, al mismo tiempo que se quedaba a lado del enorme gato morado, que para ese momento quito su cola de la cintura de Dogday. El nombrado gruño con desprecio, no era secreto que los dos se odiaban y se detestaban, Catnap lo despreciaba a muerte ya que Harley es el principal torturador de los juguetes en especial con él, uno de sus experimentos más rebeldes y tercos en existencia, no por nada Catnap en su mayoría terminaba lastimado o con nuevas cicatrices a manos de ese científico en jefe, creador de la mayoría de los juguetes. —¿Qué es lo que necesitan? —Pregunto Bubba esta vez poniéndose firme, estaba cansado y miraba a sus dos jefes. Harley solo alzo sus hombros ignorando a Catnap. — Vine por algunos niños, hoy toca inspeccionar la salud. Elliot quiso visitarlos. —Pronuncio el científico como si nada, realmente le importaba tan poco los demás. Él fue firme a que venía, mientras Elliot solo rio un poco. —No pude evitarlo, cuando Harley me dijo a qué venia quise acompañarlo y poder ver de mis niños además de convivir un poco con ustedes. —Explico el fundador manteniéndose sereno mientras acariciaba la cabeza de una de las niñas que sonrió ya que se encontraba muy ajena a ese ambiente, pero algunos pequeños comenzaron a temblar y sollozar los mismo que habían sido elegidos para poder experimentar. —P-pero estamos comiendo. —Dijo uno de los pequeños tímidos tapando sus brazos con su manga larga, queriendo ocultar los horribles moretones de las agujas que le dejaron en su brazo pequeño, quería llorar por el miedo que tenia que se lo llevaran. —Da igual, llamare a unos niños y prepárense terminemos con esto. —Pronuncio el científico en jefe dando una señal a su asistente que sacaba una lista y nombraba a los niños que se llevarían. Los pequeños chillaban y temblaban, mientras unos lloraban en silencio una escena realmente trágica que hizo que los Smalling Critters se tensaran. Hoppy sin poder soportarlo se levantó de golpe. — ¡No puedes llevártelos Harley! —Alzo la voz sin aguantar su ira, ya no podía seguir viendo que se llevaran a sus niños, ella los cuidaba con tanto amor y tiempo, no soportaba que les hicieran algo. La coneja estaba temblorosa por haber explotado, Bobby se quedó sorprendida de la reacción de su amiga y se asustó por haber hecho eso. —Hoppy... no. —Murmuro la osa para después levantarse junto con ella tomando sus hombros, queriendo calmarla y no empeorara la situación. — P-por favor... no le hagan caso... Hoppy solo está cansada. —Explico la osita tratando de salvar la situación, aterrada de que se lleven a Hoppy, pero la coneja la aparto alejándola para mirar a Harley desafiante pero temerosa. —N-no te los lleves Harley, los niños están cansados y heridos ellos...—La coneja trato de defender su postura queriendo evitar que se los llevaran. Crafty se sentía bastante mal al ver tal escena, aunque entendía que su amiga diera todo por los niños, no podía evitar sentirse ansiosa de pensar que castigarían a su amiga enfrente de todos. —Hoppy... cálmate. —Susurro Crafty tratando de calmar la situación en especial al notar que Elliot miraba con molestia a la coneja. Kickin se tensó y tomo la mano de Crafty debajo de la mesa, para evitar que su pareja hiciera una locura como sus amigos. Buba por su parte miraba el desenlace y no pudo evitar sentirse decepcionado como sus amigos aun seguían llevándose por sus emociones, sintiéndose distante ante ellos y triste de que ahora Hoppy podría ser castigada. Piggy por su parte se sentía incomoda y muy asustada como para hablar, solo se quedó quieta mirando a otro lado, no queriendo meterse ni siquiera los niños que se sentían temerosos por la nueva situación. —Hoppy, ¿Por qué no quieres que se lleven a los niños? —Pregunto Elliot serio interrogando a la coneja que, al escuchar la voz del fundador, sus orejas bajaron asustadas, porque estaba aterrada por las consecuencias, pero su amor por esos niños le daba la valentía para actuar. —Po-porque... —Porque aún no terminan de comer, Elliot. —Esta vez fue Dogday el que hablo interrumpiendo en la conversación, fue imprudente, pero tenía que hacer algo o su amiga podría estar en serios problemas fuertes. Elliot miro con intriga a las palabras del perrito solar. —Quiero decir... que los niños no han comido nada... necesitan energía para sus pruebas jeje, ¿no lo crees? —Dogday trato de sonar lo más inocente posible, para no dar ninguna sospecha. Catnap miraba a su amiga bastante preocupado por el simple hecho de que pudieran meterse con el perrito solar. Elliot se le quede mirando un poco curioso, pero luego lo pensó un momento. — Tienes razón. Supongo que esperaremos que terminen de comer para que les hagan sus chequeos médicos. —Explico mientras alzaba sus manos y se acercaba a los pequeños para bajar a su altura y acariciar suavemente su cabeza, haciendo que los niños rieran un poco. Harley al ver esto solo bufo molesto. —¿No puedes estar hablando enserio, ¿verdad?, Elliot... solo quiere retrasar...—El científico en jefe iba a seguir hablando, pero el fundador levanto su mano para que parara. Elliot dejo a los pequeños para caminar hacia Dogday que seguía sentado en su asiento a lado de Catnap, que se mantenía en alerta por si pasaba algo, realmente en su mirada se veía y el rencor que poseía por esos dos hombres, pero se mantenía callado y quieto para no alterar las cosas. Cuando el fundador paso de largo a Catnap y se pudo al lado del perrito solar, este no dudo en acariciar la cabeza de Dogday suavemente. —Dogday solo quiere lo mejor para estos niños, ellos son nuestro futuro. Sin ellos no podríamos tener grandes trabajadores a futuro y entre otras cosas. —Elliot seguí siendo condescendiente a la hora de expresarse. Su mano bajo lentamente tomando una de las orejas del perrito, haciendo que Dogday se tensara y se pusiera más nervioso como ansioso, era bien sabido que las orejas del perrito son zonas muy sensibles, por lo que Elliot las acariciara como si nada para el líder fue un movimiento muy intrusivo y lo puso bastante incomodo, reflejando a que apretaba sus puños sobre sus piernas, con una mueca tensa queriendo apartarse cuando lo hacía sentir mal que tocara sus orejas, no le gustaba sentirse estimulado por Elliot y menos por él. —Por esa razón lo permito. —Dicho esto Elliot lo dejo sin notar la reacción de Dogday, después volvió a colocar sus manos atrás de su espalda para retirarse. Harley por su parte solo soltó un chasquido con desagrado, pues estaba irritado de que constantemente Elliot consintiera a Dogday y se reflejó cuando el científico en jefe miro con ira al perrito, que al notarlo se encogió de hombros queriendo volverse chiquito para no sufrir la molestia del hombre, pero Catnap no se lo permitió y puso su mano la mano de su amigo, para después hacerse un poco para adelante tapando la imagen de Dogday y devolverle la misma mirada con desprecio a Harley. Dejando en claro que no permitiría que molestara a Dogday, Harley sin iniciar una pelea desvió su mirada con rabia y camino junto con Elliot sin decir nada más. El fundador por parte dio una señal para que se retiraran. —Bueno ya es hora de irnos, fue un gusto verlo a todos. Pero es hora de descansar...—El fundador iba a retirarse cuando de repente se paró y miro de reojo al perrito solar. — Dogday... mañana saldrá el nuevo capítulo que grabaste con las ideas que tenías, estoy ansioso de ver los resultados ante tus nuevas normas con el público. Así que espero que no me hayas decepcionado. —Dicho esto Elliot se fue con los demás trabajadores, haciendo que el nombrado temblara por el miedo por culpa de esas palabras, bajando un poco la cabeza. Cuando se fueron gobernó de nuevo el silencio, fue entonces que uno de los niños lloro. —¡Wuaaaa!, ¡N-no quiero que me lleven! —Dijo el pequeño de 6 años que lloraba a moco tendido mientras tallaba sus ojos, los Smalling Critters que se encontraban en silencio viendo el espectáculo no duraron en reacción, siendo primero Hoppy que estaba en alerta en todo momento, rápidamente yendo hacia el pequeño para acariciarlo y tranquilizarlo. —Ya~, ya todo estará bien Julian. Todo estará bien. — Dijo la conejita tratando de calmarlo, poniéndose a su altura. Los demás niños comenzaron a tensarse. —¿Volverán a llevarnos? —Pregunto uno. —¡No quiero que me lleven! —Dijo otro. Los niños comenzaron a hablar y a rumorear, los Smalling se quedaron preocupados al ver el pánico en los pequeños. Dogday aún seguía tratando de calmarse por lo ocurrido, pero al ver que se estaba extendiendo el pánico, rápidamente tuvo que recuperarse apartando un poco a Catnap de su lado para levantarse. — Niños tranquilos, todo estará bien, no se los llevaran así que por favor coman con tranquilidad. —Dijo tratando que calmar la situación sonriéndoles. — Además si no comen, entonces no jugaremos. —Pronuncio mientras movía su cola y volvía a tener esa actitud infantil y animada que lo caracterizaba, haciendo que los niños rieran y hablaran sobre los juegos. —Jeje supongo que hoy tendremos una noche de juegos. —Dijo Bobby uniéndose a la plática haciendo que los pequeños chillaran de emoción al escuchar esas palabras mágicas. Gracias a Dogday que rescato ese ambiente tuvieron una cena pacifica, pero los Smalling Critters en silencio se sentían presionados por la interrupción de Elliot y de Harley. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Dogday limpiaba la mesa llevándose los platos sucios al fregadero, mientras Catnap, Crafty y Piggy ayudaban también en limpiar el lugar. Bubba y Kickin tuvieron que retirarse primero por lo cansados que estaban, dejando a los demás la limpieza por esa vez. Catnap aprovecho para acercarse a Dogday que se veía bastante decaído, ambos pusieron los platos sucios en el fregadero. — Catnap...—Llamo el perrito haciendo que el felino lo mirara ya que también deseaba hablarle. — ¿Cuándo podemos ver al prototipo?, después de lo de hoy... es un hecho que no puedo darme el lujo de bajar la guardia... tenemos que detener esta...—Iba a seguir hablando, pero el felino solo levanto su pata para que se detuviera, haciendo que el perrito lo mirara curioso y aun vulnerable. —Hoy se hará en la noche después de que toque la hora de los guardias. Yo me encargo de la limpieza, ve ahora mismo con Poppy y avísale. —Dijo sin más el felino seriamente, sabiendo que ese tiempo es valioso. Dogday se quedó en shock y un poco enojado que no le avisara desde antes. —¿Por qué no me dijiste antes? —Pregunto molesto. —Porque mi señor me lo dijo apenas ayer... en mi hora de trabajo, no hubo tiempo para decírtelo hoy por el trabajo de ambos. —Explico el felino. Fue entonces que Dogday asintió, era su única oportunidad y tenía que aprovecharlo de inmediato. Por lo que tomo la mano de Catnap y sonrió mientras movía con energía su cola. —Entendido, gracias amigo~. —Dicho esto Dogday se fue corriendo saliendo del lugar, disculpándose con las chicas de que tenía que irse de inmediato. Catnap sonrió para sus adentros, sin darse cuenta de que Crafty entraba a la cocina con una expresión bastante seria. —Sabes... estoy en contra que hayas llevado a Dogday con nuestro señor. En especial que hayan involucrado a Kickin. —Dijo el unicornio mientras llevaba más platos sucios y los ponía en su lugar, observando con molestia ante sus palabras. —No importa lo que él haga, no evitara ese día Catnap... ¿Por qué le das esperanzas? —Pregunto ella queriendo respuestas. El felino solo miro agotado a su amiga entendiendo sus preocupaciones. — Porque yo tengo la esperanza que cambie las cosas. —Explico sin más, haciendo que Crafty solo se tensara y apretara sus puños. —No deberías meterte, solo deja que paguen sus pecados esos demonios. —Expreso el unicornio con rabia cargada, entre cerrando sus ojos mostrando su negatividad. —¿Eso involucra inocentes Crafty? —La voz de aquella osa resonó fuerte y claro, en la entrada de la cocina se veía a Bobby con una mirada decepcionada y seria observando ambos juguetes, ella entro para confrontarlos. — ¿O es que no te importa los niños?, eso suena bastante mal lo que dices Crafty... La nombrada solo desvió su mirada avergonzada, no queriendo confrontar a Bobby. Por lo que la osa solo suspiro y observo a Catnap. — Yo también tengo la esperanza de que con Dogday cambie las cosas... —Dijo finalmente más tranquila. —¿Cómo esta Hoppy? —Catnap tuvo que cambiar el tema ya que estaba preocupado por la coneja, la cual cuando terminaron de comer ella se sintió tan mal que Bobby la llevo con los niños a dormir, ya que iban a tener pijamada con ellos. Por lo que la osa se aseguró de calmarla después de lo ocurrido. —Por fortuna ya más calmada, pero solo espero que las reglas cambien para bien, como lo han hecho estos días. —Pronuncio Bobby cruzando sus brazos. —Eso si es que logran convencer a nuestro señor. —Sentencio Crafty fríamente. Bobby y Catnap se quedaron callados sintiendo un mal sabor de boca ante esas palabras, sin siquiera darse cuenta de la presencia de Piggy que solo escucho el final de todo, muy ajena a todo el tema ella entro a la cocina con los platos faltantes y el trapo sucio que utilizo para limpiar. —¿A que señor te refieres Crafty? —Pregunto la cerdita inocente y muy curiosa, sonriéndole a sus amigos. Los demás Smalling Critters se quedaron congelados, al escuchar la voz de su amiga, los tres voltearon para confrontarla. Después de todo Piggy ahora era la única Smalling que no tenía conocimiento de 1006 y deseaban que se quedara así, ya que tuvieron un voto en silencio al aceptar que no quería involucrar a más juguetes ante esta situación, sabiendo que servirle al 1006 terminarías dando tu propia inocencia en el proceso. —Oh jaja... a nada nada, estábamos... hablando de...—Bobby trato de pensar en una mentira creíble para que Peggy no hiciera preguntas. —Elliot, quiero decir que estábamos hablando que Dogday debe convencer a Elliot para mejorar las cosas jejeje... de eso hablamos. —Rápidamente Crafty salvo a los tres haciendo que fuera realmente creíble. Piggy al escucharlo supo de inmediato que ellos ocultaban algo, lo que provocó que la cerdita bajara sus orejas un poco tristes sabiendo que prefieren mentirle a unirla, haciendo que se sintiera aislada de ellos. —Oh... ya veo, no sabía que le decían señor a Elliot. —Dijo sin creerlo del todo, pero tampoco los obligaría a contarles la verdad. —Es un decir... en fin tengo que irme, pronto iniciare mi turno nocturno. Buenas noches—Pronuncio el felino ya más calmado y sin importarle lo demás, retirándose la cocina para prepararse para la reunión de hoy, dejando a las tres hembras. —Supongo que yo también, iré con los niños y Hoppy para cuidarlos, descansen chicas. —Se despidió la osa retirándose de inmediato. —Iré como esta Kickin. Adiós Piggy—Se dijo Crafty sonando tímida también saliendo del lugar, dejando a la cerdita completamente sola. Piggy por su parte solo se despidió con su mano, mirando a sus amigos alejarse de ella. Haciendo que su corazón se presionara y sintiera un terrible vacío, últimamente todos se habían alejado, haciéndola sentir como si no la quisieran cerca, apartándola de algunos temas que callaban cuando estaba, pensaba que estaba alucinando, pero desde que Dogday cambio de trabajo esto fue intensificándose tanto que sus inseguridades la albergaron. Se sentía un poco envidiosa de los demás, porque parecían estar más unidos y en especial cuando tenían a sus amigos especiales que compartían el infierno, todos tenían uno y era raro y extraño que los juguetes no lo tuvieran, ya que se consideraba un caso horrible, ya que nadie deseaba estar solo en ese infierno. Pero Piggy es un caso bastante raro, porque mientras los demás tenían a sus amigos especiales como Dogday tenía a Catnap, Hoppy a Bobby y Crafty a Kickin, Piggy a pesar de ser amiga especial de Bubba, ella se sentía más como si fueran conocidos. Ambos hace años se volvieron amigos especiales, aquellos amigos que se apoyaban, se cuidaban entre sí y se protegían para sobrevivir al infierno que son sometidos. Pero Bubba se distancio de ella, se encerraba en su trabajo, casi no hablaban, casi no se veían, eran como desconocidos, provocando que Piggy se sintiera bastante abandonada y desprotegida, sufriendo en silencio ella sola los abusos de los humanos y hasta comentarios despectivos de otros juguetes por decir que ya no tenía un amigo especial. Porque a pesar de tener a Bubba, con él se sentía aún más sola que acompañada, ni siquiera como compañeros podía compararse. La pobre cerdita se volvió más triste y depresiva al ver que sus amigos, ni siquiera le podían brindar ese sentimiento de sentirse en un grupo, porque pareciera que la alejaban como hace poco. Piggy sintió el peso de la soledad y el dolor gobernó su corazón, sintiendo un nudo en la garganta pensando que sus amigos ya no la querían, fue entonces que sintió como sus lágrimas bajaban por sus mejillas, sintiéndose abandonada y deseando tener a un amigo especial donde pudiera llorar en sus brazos. Fue entonces que fue a una estantería y saco una manzana para comenzar a comérsela, la comida era la única cosa que le ayudaba a sentirse llena y ese vacío la hacía desaparecer con el sabor de la comida, aunque no curaba su corazón abandonado, solo comer le daba satisfacción y un poco de seguridad. —Comida... es lo único que me queda. —Murmuro la cerdita bastante deprimida mirando a la nada con sus ojos vacíos, tristes y añorando a alguien que la salvara de ahogarse ante el vacío que le provocaba esa soledad, al ser excluida por aquellos que consideraba amigos. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Dogday estaba realmente nervioso, su corazón palpitaba con bastante ansiedad. Estaba en uno de los pasillos prohibidos de la fábrica junto con Poppy, Kissy y Kickin, se veía un ambiente bastante tenso y lleno de inquietud por lo que vendría. El perrito hace una hora fue hacia Poppy para hablarle sobre la oportunidad, la muñeca por supuesto se tuvo que preparar de inmediato poniéndose su mejor ropa, poniéndose un poco de maquillaje después de todo tenía que verse presentable para aquel líder que gobernaba a otros juguetes. Todos se veían inquietos, Dogday no era el único que parecía colapsar del nerviosismo, se veía a Poppy que a pesar de estar tranquila en sus ojos se notaba su intranquilidad, apretaba su vestido debajo de sus dedos, parecía pensar y al mismo estar asustada, entendía porque se sentía de esa forma. Dogday al fin vería la cara de ese dictador que deseaba un genocidio la cual lo pintaba como una salvación absoluta. Kickin por su parte parecía el más tranquilo de todos, ya que solo los acompañaría hasta ahí ya que no iría con ellos para hablar con el prototipo, solo Dogday y Poppy irían. Kissy y Kickin se quedarían a vigilar. Catnap los había llevado a un pasillo prohibido donde los dejo esperando para que él pudiera reunirse primero. —Dogday. —La muñeca lo llamo, haciendo que el nombrado la mirara con curiosidad. —¿Estas bien? —Yo... no lo creo... tengo miedo Poppy... ¿Cómo puedo estar bien con alguien que piensa que matar es una solución? —Pregunto realmente angustiado por sus palabras. Poppy solo lo miro con empatía y señalo a Kissy que se acercara, ya que estaba en sus manos para que pudiera acariciar el hombro del can. —Si te sirve de consuelo, yo también estoy asustada... hace... años... que no lo veía, digamos que no estamos en buenas condiciones. —Confeso algo que solo Kissy sabia, provocando que Kickin y Dogday se sorprendieran muchísimo, aunque probablemente ya lo hubieran visto venir, después de todo Poppy es el juguete más viejo que existe, la primera, la madre de todos. —¿Ya se conocían? —Pregunto Kickin queriendo respuestas a lo que Poppy asintió. —Si... pero no tuvimos una buena relación que digamos. —Explico sin dar muchos detalles. Cuando de repente se comenzaron a escuchar unos pasos, lo que hizo que los juguetes levantaran su vista y miraran a Catnap, que se dirigía a ellos con una seriedad en su aura, quedando enfrente de los demás. —Ya es hora. —Pronuncio esperando que Dogday y Poppy lo siguieran. —Déjame hablar a mi primero Dogday, como lo ensayamos. —Dijo Poppy mientras el can extendía sus manos y Poppy se posaba en ellas, ya que solo ellos dos irían. La muñeca miro a Kickin y Kissy. — Vigilen chicos, esperemos no tardar mucho. —Explico antes de darle la señal a Dogday para que fueran. Kissy y Kickin se despidieron mientras miraban a los juguetes partir con Catnap. —Mucha suerte...—Susurro el ave preocupada. Catnap los guiaba a un lugar bastante recóndito, Dogday miraba alrededor notando que estaban en las zonzas prohibidas donde solo los científicos tenían acceso a estas áreas, salas extrañas, cuartos más tenebrosos, artefactos que le daban malestar de ver al perrito, pero lo más curioso es que no había ningún guardia en el lugar. — ¿Qué pasa con los humanos? —Pregunto el perrito nervioso. —Solo los juguetes selectos tienen permitido vigilar esta área, los humanos tienen prohibido entrar a la fábrica de noche, a menos que seas Elliot o Harley. —Explico el felino, sin importarle el lugar, después de todo se sabía de memoria todo esto, llegaron a unas escaleras donde bajaban a la profundidad, ahí estaban las cárceles, Dogday se puso más tenso al notar la poca luz de las escaleras, Poppy se veía más tranquila como si ya hubiera estado aquí tantas veces, pero el perrito sentía que cada paso que daba se veía más afectado. Fue entonces que llegaron a un nuevo pasillo con puertas de metal con números, se veía un lugar bastante lúgubre pasillo lleno de suciedad, en las paredes se veía marcas de pelea viejas y otras nuevas, Dogday olfateaba un poco notando que olía bastante mal, sangre, mierda, químicos y suciedad, provocaba que tragara en seco y deseara morir al tener un olfato tan fino, hasta que Catnap los guio a una puerta enorme imponente, más gruesa que las anteriores con un numero en medio. 1006 La cola de Catnap sujetaba una tarjeta la cual la hizo pasar por un detector de tarjetas, donde se escuchó un sonido de un pitido y una luz verde se encendió provocando que la puerta de metal, comenzara a abrirse con un ruido bastante terrible, el perrito comenzara a temblar y deseaba querer gemir del miedo, pero se aguantó, en su cola se veía lo aterrado que estaba, mientras que Poppy poseía una mueca nerviosa y una gota de sudor bajaba por su mejilla dejando en claro que estaba alerta. Pero la muñeca sujeto el dedo de Dogday para darle calma. —Tranquilo cariño, todo estará bien... te prometo que saldrá bien. —Pronuncio con dulzura, mirándole directamente a los ojos de Dogday que gracias a sus palabras se calmó un poco. Cuando la puerta se abrió por completo se vio enfrente de ellos una oscuridad perpetua, la cual los tres juguetes se quedaban quietos y en calma. — Mi Señor... ya los he traído. —Dijo Catnap fuerte y claro esperando la orden de su señor, el silencio gobernó el lugar solo por unos segundos. —Hazlos pasar. —Una voz... no varias voces como si fueran onminicentes retumbo por todo el pasillo, se escuchó tan claro que hizo que Dogday erizara su pelaje al sentir como la profundidad de esas palabras albergaba un peso bastante maquiavélico, pero al mismo tiempo bastante respetable, sintió tanto miedo porque aquel ser que se encontraba adentro poseía una fuerza para hacer que una ráfaga de aire saliera por esa puerta al hablar, fue entonces que su instinto se activó y algo le gritaba con tanta fuerza que huyera, que no mirara atrás y solo corriera por su vida. Ni siquiera podía moverse de lo temeroso que estaba, pero Catnap lo llamo sacándolo de su trance. —Entren. —Dijo mientras esperaba que el perrito diera el primer paso, cosa que Dogday como pudo camino sintiendo que por primera vez al caminar se le volvía tan difícil y oficiante. Cuando entro aquella habitación oscura Catnap lo siguió, solo con la luz de la puerta de la entrada iluminando el lugar. Dogday forzaba su mirada para ver dentro de la propia oscuridad, pero no veía casi nada, mientras Poppy miraba un punto fijo estando congelada sintiendo que se quedaba sin aire. —Espera. —Poppy pronuncio haciendo que Dogday parara aun miedoso. Fue entonces que una luz se encendió, fue tenue y color amarillento y fue cuando se vio aquel ser monstruoso que tanto el cuento de terror, que los juguetes seguían, aquella deidad deforme en una pesadilla terrorífica. De repente, una luz tenue y amarillenta iluminó el lugar, proyectando sombras largas y distorsionadas en las paredes. Y allí, en el centro de esa luz opaca, apareció aquello que solo había sido contado en murmullos y leyendas oscuras. Una masa abominable de extremidades retorcidas y cables enredados se erguía ante ellos, su figura deforme retorciéndose como si estuviera compuesta por diferentes seres ensamblados de forma antinatural. El ser que se alzaba ante ellos no era una criatura común, sino la encarnación misma de la pesadilla. Una cabeza de calavera, con la mandíbula desencajada y dientes irregulares, coronaba esa monstruosidad. Desde una de las cuencas vacías, un ojo rojizo, metálico, brillaba intensamente, observando tanto a Poppy como a Dogday. Aquella mirada no era simplemente aterradora; era perturbadora, fría y analítica, como si estuviera escaneando cada aspecto de sus cuerpos, midiendo sus miedos, examinando sus almas. Cada movimiento de aquella abominación generaba un sonido agudo, como si los cables y las partes metálicas crujieran al unísono. La figura parecía cambiar, su silueta constantemente fluctuando, y de ella emanaba un aura de poder inhumano. En la penumbra, solo su ojo rojo, brillante como una llama, seguía fijo en ellos, desnudando sus miedos más profundos. Dogday casi se desmaya del espanto, se quedó helada y sintió como si toda su sangre se iba, nunca imagino ver un ser de esa forma, tan terrible que su corazón latía con tanta fuerza que juraba que estaba a punto de tener una taquicardia. El perrito sentía un escalofrío recorrer su cuerpo mientras contemplaba aquella deidad deforme, incapaz de comprender si estaba ante un dios o un monstruo que debía ser temido por todos. Poppy no reaccionó como Dogday. Mientras él temblaba, paralizado por el terror, ella permanecía inmóvil, pero no era el miedo lo que dominaba su expresión. Era algo mucho más profundo, algo teñido de una tristeza antigua. Su pequeño cuerpo, habitualmente vivaz, ahora parecía pesado, como si una carga invisible le cayera sobre los hombros. No era sorpresa lo que la invadía al ver al Prototipo; era nostalgia, un recuerdo amargo enterrado bajo capas de miedo. Sus ojos azules, grandes y expresivos, no mostraban el pánico de su compañero. En su lugar, había un brillo extraño, una mezcla de temor contenido y algo que bordeaba la familiaridad. Poppy ya lo conocía, mucho antes de este momento, antes de que la oscuridad y los cuentos de terror convirtieran al Prototipo en una deidad retorcida. Ellos habían compartido algo, algo que ahora solo existía como un eco difuso en su memoria. Pero no podía, o no quería, recordar exactamente qué había sido. Miró el rostro de Dogday, quien no dejaba de temblar, sus ojos reflejando el horror puro de enfrentarse a la monstruosidad. Pero Poppy... Poppy no podía temerle de la misma manera. Por un instante, una imagen fugaz cruzó su mente: el Prototipo antes de ser lo que ahora es, antes de convertirse en este amasijo de cables y huesos deformes, cuando todavía quedaba algo bueno, algo reconocible. Mientras Catnap lo miraba con admiración y adoración, por lo contrario de Dogday este camino a lado del prototipo para poder sentarse como un fiel ciervo esperando a ser ordenado. La nostalgia la asfixiaba, no podía permitirse quebrarse frente a Dogday, no podía mostrar debilidad. Y, sin embargo, allí estaba, enfrentando algo que no podía comprender del todo, pero que la había marcado mucho antes de que este monstruo existiera en la forma que ahora tomaba. Dogday, aturdido, la miró, incapaz de entender por qué Poppy no reaccionaba como él. Pero ella lo sentía en lo profundo: ese monstruo frente a ellos no era solo una amenaza, era un fantasma de su pasado, uno que le recordaba que había cosas en su propia historia que preferiría olvidar, pero que nunca podría borrar del todo. —Fui bastante claro contigo Poppy que no quería volver a verte. —Dijo aquella criatura con la misma voz de Poppy imitándola, sonando molesta y seria, como si su sola presencia lo irritara. Un nudo se formó la garganta de Poppy mientras la culpa y la confusión latían dentro de su pecho. Sus palabras taladraron muy dentro de sí, ¿Qué había sido de aquello? ¿Qué era lo que ella había compartido con esta entidad que ahora los amenazaba? Y, sobre todo, ¿qué parte de ella aún lo recordaba con una mezcla de dolor y añoranza? — Las circunstancias nos unieron de nuevo 1006. —Dijo con su voz bastante tranquila sin necesidad de alterarse, mostrando cual determinada estaba en hablar con él. —¿Qué tipo de circunstancias seria esas para que vinieras a mi territorio aun sabiendo que no eres bienvenida? —Pregunto el ser queriendo saber su motivo, aunque ya lo intuía después de todo tenía ojos y oídos en todos lados. —El futuro de esta fábrica 1006, vine a darte una solución sin necesidad de derramar sangre. —Dijo finalmente la muñeca sin dejar de mirar el ojo metálico de la criatura. — Una que no podrás rechazar. —Eres demasiado valiente o muy tonta para afirmar tales cosas, pero intuyo que realmente es algo valioso para que vinieras aquí tu misma para poder sugerirlo. A sí que te daré la oportunidad de hablarlo, en especial y considérate afortunado que mi leal apóstol me rogara para darte esta coyuntura. Habla y no me decepciones. —Sentencio el prototipo sin más mirándola con suma frialdad esperando su respuesta, queriendo saber el verdadero motivo del porque Catnap pidió esta reunión. Poppy solo suspiro tratando de tomar aire para que sus pequeños pulmones soportaran el peso de ese ser abismal que la aplastada con su aura peligrosa. —Te presento a nuestro boleto de salida, a alguien que de verdad hará algo por nosotros. —Sentencio Poppy sin querer ofenderlo, pero bastante directa con sus palabras, dejando en claro sus ideologías. Ella se hizo a un lado para señala con su mano al perrito solar que estaba demasiado temeroso y temblando, para poder contestar. 1006 al verlo pensó que era una burla por como un juguete que parecía una cucaracha inservible, Poppy lo presentaba con esa valentía y esperanza que podía verla en sus ojos, conocía perfectamente esa mirada. Por eso cayo y espero que haya hablara. —Por alguna razón desconocida, Dogday tiene el poder para controlar a Elliot. Esto lo descubrí hace poco, pero gracias a la habilidad de Dogday me di cuenta que puedo cambiar las reglas de la fabricar, hacer que los juguetes sean totalmente libres de la tiranía del fundador. Para esto hice una prueba, gracias a mi guía Dogday hizo que Elliot les diera respeto, días libres y un descanso a los juguetes. Tú mismo debiste saberlo con tus seguidores o como pasaban las cosas, esa fue una muestra y una prueba de que mi plan está funcionando. —Poppy siguió hablando, mientras se mantenía firme sin dejar de observarlo. —Vengo aquí para proponerte algo 1006, te pido que declines tu idea de salvación y a cambio cooperes conmigo para hacer de esta fábrica un lugar realmente feliz, seguro y sobre todo un lugar libre para los juguetes y también para la gente inocente que no tiene nada que ver con esto. Sera un beneficio mutuo. —Pidió a ruegos la muñeca tratando de convencerlo, dando la mejor solución. Queriendo que todo salga bajo su plan sin lastimar a nadie. EL lugar se quedó en silencio unos segundos, que parecían eternos ya que El perrito y la muñeca esperaban una respuesta por parte del ser. — Supongamos que te doy mi ayuda, ¿Qué te hace pensar que Elliot seguirá con esto?, él es un ser repugnante que solo se mueve por su placer, ¿Qué te hace pensar que ese perro será una salvación permanente?, ¿Si se aburre de él como lo ha hecho en el pasado?, ¿Qué nos dará seguridad de que vuelva la tiranía al lugar? —Pregunto seriamente de forma analítica el prototipo dudando de las razones de Poppy, siendo terco ante su propuesta que veía huecos, como si realmente pensara que esto es una mala idea. —Porque cuando eso pase tendremos firmemente nuestros acuerdos, que Elliot no podrá cambiarlos por más que quiera, me asegurare de que nunca en su vida toque esos acuerdos sagrados... por esa razón pido de tu...—Poppy siguió hablando queriendo convencerlo, pero 1006 tuvo suficiente y fue su turno hablar. —Tú no lo sabes, Elliot es un dominio traicionero, somos tan poca cosa para esa basura, no se puede confiar en él, la única verdad es que seremos libres cuando él no este más aquí. Tu solución solo es una falsa realidad, donde solo nos tienes en jaulas de oro, eso no es libertad muñeca tonta, solo es un delirio de magnanimidad, viniste aquí porque te lo permití pensando que tendrías un mejor plan que esto... pero solo traes falsas esperanzas, una ideología irrealista. —Pronuncio de forma cruel y fría, sus voces incrementaron el prototipo escucho suficiente y odio cada parte. —Y si así fuera, es mejor de lo que propones tu maldito terco que piensa que matar es una solución factible. —Respondió Poppy sin dejarse intimidar, atacando con una lengua afilada. — Si crees que eso es una solución, lamento decirte y romper tu burbuja, pero no eres mejor que ellos si no eres igual que ellos al pensar que es la respuesta. —Dijo con veneno en su voz sabía que no podía evitar reprenderlo, detestaba su ideología no podía continuar fingiendo que le creía. Pero necesitaba hacerlo entender, a pesar de que el la pisoteara ella no se lo permitiría. 1006 se sintió enojado y la molestia lo infundio al levantarse dejando ver su tamaño monumental más de 8 metros estirando sus garras y esos huesos unidos a tendones como si se erizara. —Tuve suficiente de ti, lárgate ahora mismo insolente muñeca. Tu idea solo nos hundirá más en la miseria. —¡Tu no lo sabes si no lo intentas! —Se defendió Poppy. —Lo sé perfectamente para saber que no funcionara. —No, no lo sabes te da miedo saber que podría ser una solución. —Volvió a contradecir la muñeca volviendo ese ambiente más tenso, Catnap estaba impresionado jamás pensó en su santo juicio que existiera un juguete con el poder suficiente para ponerse el tu por tu contra su señor, su dios, su deidad que veneraba y pensaba en su salvación. Dogday por su parte estaba más aterrado porque sabía que si seguían con esto no llegarían a nada, necesitaba detener esa pelea, necesitaba hacer algo de inmediato, no quería irse con las manos vacías. Este miro a Catnap y sintió ese coraje que necesitaba su corazón atemorizado para poder tener la valentía de interrumpir esa absurda pelea. — ¡BASTA! —Grito el líder de los Smalling Critters. Provocando que voz se escuchara por todo el lugar, callando a Poppy y a 1006 que lo miraron esperando una respuesta, Poppy y Catnap estaban sorprendidos pero el prototipo estaba enojado por tal falta de respeto. Dogday supo en lo que se metió, pero no iba a detenerse. —Quiero decir... p-por favor deténganse... no venimos aquí a pelear... queremos una solución para nuestro problema. Por favor señor 1006, se lo ruego que considere nuestro plan, tengo esperanza que puedo darles un futuro mejor, no solo para ustedes los juguetes si para los niños que dependen de nosotros. —Explico el perrito sonando pasivo, nervioso pero determinado, como si su valentía lo controlara, aunque por dentro muriera del miedo. Poppy al mirar la determinación de su amigo, ella se sintió bastante avergonzada y molesta consigo misma. —Dogday...—Ella lo llamo, haciendo que él le prestara atención. — Bájame por favor. —Pidió, esta vez no dejaría que su orgullo la gobernara tenía que ser ese ejemplo de fortaleza que el perrito necesitaba, haciendo que el perrito la siguiera al depositarla suavemente en el piso. La muñeca al estar en el suelo camino hacia el prototipo sin temerle, pero esa mirada enojada que tenía había desaparecido por una esperanzadora, cuando estaba cerca de un metro de distancia ella se arrodillo y junto sus manos como si rezara. Mirándolo esta vez con añoranza y nostalgia. — Dogday tiene razón, perdón por haberte insultado en tu lugar... reconozco mi error, tus palabras me hirieron en lo profundo cuando deseo una salvación para todos, incluyéndote... por esa razón, te lo ruego también, considera por favor... pensar en nuestro plan, danos la oportunidad de demostrarte este cambio... dame la oportunidad de mostrártelo, juzga por ti si lo estamos logrando... por favor...—Ella rogo a 1006 pidiendo ese deseo que sea escuchada y tomada para llegar a una solución, pero por si las dudas aunque odiara hacerlo tuvo que tomar su carta maestra, algo que jamás pensó que haría pero en esa situación no tenia de otra más que intentarlo. — Te pido este favor, no como la Poppy de ahora... si no por los viejos tiempos... te lo ruego de nuevo... sol. —Esas últimas palabras las susurro tan cerca del prototipo que hizo que se estremeciera al escucharla. Catnap la miro con recelo sin entender lo último que dijo, pero Dogday se quedó anonadado por aquella palabra ya que sus orejas captaron lo que menciono, muchas preguntas se juntaron en su mente, queriendo saber cómo es que Poppy ocultaba bastante cosas, preguntándose seriamente, ¿Qué relación tenía Poppy con esa deidad oscura? El ojo rojizo brillaba intensamente del prototipo, siguiendo cada uno de sus movimientos con una frialdad perturbadora, como si la analizara, evaluando cada uno de sus gestos y palabras. Para él, las súplicas eran comunes, algo a lo que había estado expuesto durante demasiado tiempo. Las promesas de redención y salvación se le hacían vacías, incomprensibles para una entidad cuyo propósito había sido deformado por la oscuridad que lo rodeaba. Por un instante, el ojo rojizo del Prototipo dejó de emitir su luz inquietante para parpadear, analizándola no como un enemigo, sino como algo más. La mirada que le lanzó a Poppy fue penetrante, pero diferente de la que le había dirigido a Dogday. En ese intercambio silencioso, la mente del Prototipo retrocedía, evocando recuerdos lejanos que él mismo había suprimido con el paso del tiempo. "Sol". Aquella palabra, una vez familiar, ahora traía consigo una sensación que lo desconcertaba. 1006 finalmente habló, su voz resonando no desde una boca, sino desde el interior de su cuerpo, como un eco que vibraba en el aire. Era una voz grave, retorcida, con matices metálicos y rotos, pero también, por debajo de toda esa deformidad, una voz reconocible. —Te daré solo una oportunidad. —Contesto finalmente provocando que Poppy y Dogday alzaran la mirada sorprendidos por aquellas palabras, hasta el mismo Catnap quedo hackeado, pero no dijo nada después de todo solo es un fiel siervo. —Sin duda tu plan tiene fallos Poppy, pero viendo que tienes la esperanza ciega en hacer un cambio, me gustaría entretenerme viendo cómo es que llegas a solucionar un problema de abuso que ha estado por décadas. Así que te daré esa oportunidad que tanto anhelas. — Al escuchar esas palabras Poppy se levantó con una sonrisa esperanzadora y cuando iba a agradecerle, 1006 interrumpió. —Si embargo te daré dos condiciones, tienen un mes para demostrar un cambio profundo en la liberación de los juguetes, si no logras absolutamente nada... —La hora de la alegría se hará sin importar que. —Sentencio sin dudar haciendo que la muñeca se congelara y se pusiera seria, tensándose en el acto. Dogday comprendido una cosa a pesar de ser muy ajeno a muchas cosas y eso era, que al fin sabia el nombre para ese horrible futuro. —La segunda condición, si es que no logras cambiar nada y llega el momento de mi plan, tú Poppy estarás en la primera fila para ver mi verdadera salvación, te obligare a quedarte a mi lado mientras miras con tus propios ojos como es que resuelvo las cosas, lo que se debió hacer un principio. Serás testigo de cómo los juguetes se alzan contra aquellos demonios, que nos mantuvieron bajo sus pies, entre abusos, sangre y agonía. Serás consciente que todo lo que trabajaste para salvarlos a todos se volverá una arruina y como será tu propio error al no poder lograr nada. Solo así te daré el tiempo que necesitas, demuéstrame que puedes cambiarlo, pelea como lo hiciste antes y cállame la boca con tu plan o si no... me asegurare de que seas espectadora de la hora de la alegría. —El Prototipo, tras conceder esa pequeña tregua, mantuvo su figura colosal inmóvil, observando a Poppy como si la estuviera estudiando de nuevo, evaluando cada palabra, cada gesto. El brillo de su ojo rojizo seguía perturbador, pero la furia que antes lo caracterizaba había menguado, dando paso a algo más indecible: una mezcla de curiosidad y resistencia, como si se debatiera internamente entre ceder a la oscuridad o permitir una chispa de esperanza. Dogday observaba todo desde el rincón, con el miedo todavía apretando su pecho. No podía entender completamente lo que estaba sucediendo entre Poppy y el Prototipo. Las palabras crípticas que ella había pronunciado y la reacción de la abominable entidad... era demasiado para su mente simple y optimista. Pero algo en su instinto le decía que no debía intervenir, que lo que estaba sucediendo era delicado, un equilibrio que podría romperse con la mínima interferencia. Catnap por su parte se mantenía inmóvil mirando todo mientras su mente se decía que su señor es bastante benevolente. Poppy permanecía inmóvil, con la mirada fija en el Prototipo mientras él pronunciaba esas palabras terribles. El aire en la sala se tornaba aún más pesado con cada declaración, cada sentencia que la condenaba a ser testigo del fin que él planeaba, si ella fallaba en su intento de cambiar las cosas. La amenaza de presenciar la destrucción de todo lo que había intentado salvar, la condena de estar atada a ese destino, era suficiente para hacer temblar a cualquiera. Pero Poppy no temblaba. Su rostro permanecía sereno, pero detrás de esa calma, una tormenta de emociones se arremolinaba en su interior. Había dolor, sí, y un profundo miedo, pero también había algo más. Algo más fuerte. Determinación. Una ira contenida, no hacia el Prototipo, sino hacia sí misma y el mundo que había permitido que todo llegara a ese punto. Sabía que la sombra de su propio pasado y sus errores siempre la perseguiría, pero lo que el Prototipo no comprendía completamente era que ella ya había aprendido a cargar con ese peso. Poppy era consciente de su fracaso, del abandono, de las promesas rotas. Sabía lo que significaba estar sola y ver cómo todo lo que amabas caía a pedazos ante tus ojos. Pero esta vez no iba a ser lo mismo. Levantó la cabeza, y sus ojos, esos ojos de muñeca aparentemente frágiles y pequeños, se encontraron con el brillo perturbador del ojo rojizo del Prototipo. Había una tristeza en ellos, pero también un fuego que no se había extinguido. —Si ese es el precio que debo pagar, entonces lo aceptaré —dijo, su voz suave pero firme. No hubo duda ni vacilación en sus palabras—. Estaré allí, en la primera fila, si es que fracaso. Seré testigo de tu "hora de la alegría", si es que llegamos a ese punto. —Hizo una pausa, respirando hondo—. Pero no pienses ni por un segundo que voy a quedarme de brazos cruzados. Ya me subestimaste una vez, 1006. No lo hagas de nuevo. Las palabras de Poppy resonaban con una fuerza que incluso ella no esperaba. Había miedo en su corazón, claro, pero ese miedo la impulsaba hacia adelante. La idea de ver cómo todo se desmoronaba ante ella era dolorosa, pero más doloroso sería no intentarlo. No intentarlo todo. Ya no había más ese apodo de nuevo volvió a decir su número, ese nombre maldito para el mismo prototipo y fue entonces que supo que cayó en su trampa, la muñeca apelo a su pasado para darle esa oportunidad. El Prototipo permaneció en silencio, analizando cada palabra, cada mirada de Poppy. La batalla interna que libraba era evidente, pero su naturaleza calculadora y fría aún prevalecía. Su ojo rojo brillaba levemente, como si meditara sobre su próxima jugada. —Eres terca, como siempre lo fuiste —murmuró el Prototipo, casi con una sombra de lo que podría haberse parecido a una sonrisa torcida. —Veremos cuánto dura tu determinación cuando llegue el momento. —Su tono era desafiante, pero también cargado de una oscura expectación. Poppy cerró los ojos un momento, respirando profundamente. Luego, volvió a abrirlos, y su expresión había cambiado. Ya no era la muñeca rota, ni la figura nostálgica que había caminado hacia el Prototipo momentos antes. Era una guerrera, una líder. Alguien que ya había aprendido lo que significaba el sacrificio, y que esta vez estaba dispuesta a pelear hasta el último segundo. —Lo haré. Lo cambiaré. —Sus palabras resonaban con una convicción inquebrantable—. Y si no lo logro, entonces estaré allí para ver el fin de todo. Pero no me iré sin pelear. El Prototipo no respondió de inmediato, pero la mirada perturbadora de su ojo rojizo no abandonaba la de Poppy. Era como si ambos estuvieran midiendo la fuerza del otro, como si en ese intercambio silencioso estuvieran trazando las líneas de una guerra que apenas comenzaba. —Entonces que comience el juego, muñeca —susurró al final. — Catnap, guíalos a sus aposentos. —Ordeno por última vez el Prototipo antes de que la oscuridad en la sala volviera a rodearlos y como si la presencia oscura que poseía el lugar, como algo oficiante de la nada esta desapareció, dejando a Poppy y Dogday en una penumbra inquietante. Pero el gato morado ya estaba acostumbrado a eso, así que solo siguió la orden de su amo. Caminando hacia los dos juguetes que estaban en diferentes mundos, mientras el perrito estaba lleno de miedos, la muñeca estaba llena de fortalezas. Poppy se levantó lentamente, sintiendo el peso de la conversación, pero no permitió que la incertidumbre la aplastara. Sabía que el Prototipo no le daría una segunda oportunidad, que esto era todo o nada. Y estaba dispuesta a apostar todo. Mientras se daba la vuelta, Dogday la miraba en silencio, sus ojos llenos de confusión y miedo. Poppy lo notó, y aunque estaba cargada de emociones, le dedicó una pequeña sonrisa, más para tranquilizarlo que porque realmente se sintiera en paz. —No te preocupes, Dogday —dijo con suavidad, aunque la resolución seguía firme en su tono. —Lo lograremos. —Estoy sorprendido lo que han logrado. —Confeso el gato morado mientras los guiaba a la salida, cuando los tres salieron, Catnap cerró la puerta y volvió a guiar a ambos juguetes esta vez a sus hogares. — Mi señor fue muy benevolente con su idea. Dogday aún se sentía bastante confuso y temeroso, pero no dijo casi nada después hablaría con Catnap sobre lo que pensaba. —Me alegro que pudiéramos llegar a un acuerdo... supongo. —Dijo el perrito solar mientras cargaba a Poppy que aún se mantenía tranquila. —Apenas es el principio de una nueva era Dogday, tenemos mucho que trabajar y debemos actuar. —Explico la muñeca mientras miraba a la nada, ya que por dentro deseaba poder colapsar y llorar, hace tantos años que no lo veía y cuando al fin se encontraban había sido una batalla emocional bastante agotadora. Catnap y Dogday se quedaron callados pensando en las palabras que se digieren, fue bastante confuso absolutamente todo en especial cuando mencionaron el pasado de ellos dos, no se dijo nada comprometedor, pero ambos sabían y estuvieron en silencio que algo muy fuerte paso. Algo que 1006 y Poppy les afecto bastante por su reacción. —¿Qué le dijiste a mi señor al final?, para que lo convencieras completamente. —Fue Catnap que quiso saber la razón, a diferencia de su contrario él si investigaría las cosas y no se andaría con rodeos. Poppy se tensó y sintió como se ponía nerviosa, pensar en su pasado le dolía en su pobre corazón, aun no podía superarlo y sinceramente ella aun lloraba en soledad cuando lo recordaba. —Un antiguo apodo que tenía, cuando éramos tan unidos. —Respondió sin ocultar la verdad, de nada servía hacerlo. Catnap y Dogday se sorprendieron increíblemente, intuían que antes se conocían, pero jamás pensaron que tipo de relación poseían y ahora tenían más preguntas que respuestas. —Supongo que debió suceder algo bastante horrible... para que se dejaran de hablar. —Murmuro el perrito comprendido un poco la situación, sintiéndose bastante triste por su amiga que se veía bajoneada. —Lo fue...—Contesto ella directamente mostrando un poco de debilidad en su voz. — Fueron otros tiempos... y si me permiten... quisiera darles un consejo a ambos. —Poppy esta vez se volteo para confrontar directamente al perro y gato, la cual Dogday y Catnap pararon su caminata para mirarla. — No permitan que su hermosa amistad, la relación que tienen, esa confianza que han forjado... de verdad y escuchen muy bien... jamás permitan que el miedo dicte su relación. Ustedes tienen lo que muchos juguetes deseamos tener... la libertad de escoger nuestra compañía, ya sea como su amistad u otra cosa... ustedes se eligieron, por esa razón deben protegerse y seguir fortaleciendo su relación, no hagan que por cosas externas termine el amor que se tienen. —Pronuncio Poppy bastante serio, sus palabras tenían un peso bastante melancólico y muy deprimente, pero al mismo tiempo poseía esperanza y añoranza de ver a otros no sufrir su misma tragedia. —Porque... podrán arrepentirse por el resto de sus vidas. —Fue lo último que dijo esta vez dándoles la espalda, sintiendo que sus ojos se volvían cristalinos, un nudo se hacía en su garganta, asfixiándola un poco y su pobre corazón pesaba por el dolor de las remembranzas donde guardaba con mucho amor. Dogday y Catnap se quedaron realmente quietos por aquellas palabras, ese conejo fue muy bien bienvenido y ambos se sintieron avergonzados porque hace poco por esas mismas razones estaban a punto de fracturar su amistad. Avergonzados, pero al mismo tiempo aliviados de recibir esas palabras valiosas, se juraron internamente que lo seguirían, porque como dijo Poppy el sol y la luna realmente no podían vivir sin estar del uno para el otro. EL perrito solar se sintió bastante triste por su amiga que parecía sufrir muchísimo, por lo que decidió murmurar unas palabras. — Lamento que hayas perdido a ese ser tan importante Poppy, se ve que realmente fue muy importante para ti. —Lo es... —Volvió a contestar la muñeca. —Aunque él no lo sepa... lo sigue siendo. Por esa razón hago esto... no solo por ustedes mis niños, hay cosas que aún no saben... pero si permito que haga su voluntad, no solo los inocentes saldrán lastimados... todos seremos lastimados, incluyéndolo a él... por esa razón. Tengo que evitar que pase... —La muñeca no dio muchos detalles y tampoco deseaba hablar de eso, por esa razón hablo como pudo aun sintiendo que se rompería. —¿Como es que terminaron de esta forma? —Fue Catnap que pregunto sin poder creer toda la información que le dieron. Jamás pensó que su señor tuviera un pasado con alguien, ni mucho menos con Poppy. La muñeca se quedó congelada, no sabía que decir ante eso sabiendo que pasaron muchas cosas que le dolían recordar. Pero si podía decir algo que podían entender a la perfección sin que pudieran hacerla hablar de más. — Elliot. — Ese nombre fue lo suficiente para saber la respuesta de todo. Catnap y Dogday no preguntaron entendieron perfectamente a que se refería y ambos internamente sufrieron un pensamiento diferente, Catnap aumento más su odio y rencor, pero Dogday solo se entristeció y se decepciono de Elliot. Poppy solo pidió que la dejaran a su hogar, cosa que en silencio ambos juguetes hicieron, no tardaron mucho más que unos minutos para que dejaran a Poppy en su cuarto asignado, donde Kissy la estaba esperando. La muñeca se despidió de ellos, ambos necesitaban estar solos por esa razón no iba a estar más con ellos, requerían su espacio y ella también. La muñeca decidió ir a su cuarto donde estaban sus pequeñas cosas, un tocador, una cama, unos muebles de muñeca donde guardaba sus cosas, algunas cosas en miniatura y sobre todo una cajita musical muy bien cuidada. Poppy se sentó frente a su tocador, mirando su reflejo en el espejo. Su imagen parecía tan perfecta, tan cuidada, como siempre lo había sido, pero en sus ojos brillaba una tristeza profunda, una soledad tan abrumadora que apenas podía sostener su propia mirada. Su labio tembló, y por un momento trató de controlar lo que se avecinaba, pero el dolor era demasiado. Se quedó allí, inmóvil, con las manos apoyadas en sus rodillas, sintiendo cómo el peso de cada palabra que el Prototipo le había dicho comenzaba a aplastarla. Las memorias del pasado, las promesas rotas, el vínculo que una vez compartieron, todo se agolpaba en su mente, como una tormenta que había estado reprimida durante años y que finalmente la alcanzaba. Poppy trató de mantenerse fuerte, trató de resistir, pero el nudo en su garganta creció tanto que ya no pudo contenerlo más. Primero fue un sollozo, uno pequeño, casi inaudible. Luego vino otro, y otro. Antes de que pudiera detenerse, estaba llorando desconsoladamente, las lágrimas cayendo por su rostro de porcelana mientras sus pequeños hombros temblaban de angustia. —Sol... —susurró, apenas audible, mientras las palabras se escapaban entre sus labios temblorosos. Ese apodo, ese nombre que una vez había sido tan importante para ella, tan lleno de calidez y amor, ahora se sentía como un puñal en su pecho. No había dicho ese nombre en tanto tiempo, y al hacerlo, todo lo que había reprimido durante años volvió con una fuerza devastadora. Su cuerpo frágil se inclinó sobre el tocador, sus manos aferrándose al borde del mueble mientras sentía que el dolor era demasiado para soportar. No había nadie allí para verla, para consolarla. Estaba sola, completamente sola, con el reflejo de una muñeca rota que ya no podía sostener la fachada. —Te extraño... —murmuró entre sollozos, su voz quebrada por el llanto. Era la primera vez que admitía lo que realmente sentía. La verdad era que nunca había podido superarlo, nunca había podido dejar atrás lo que significaba el Prototipo para ella, lo que significaba "Sol". Mientras las lágrimas continuaban cayendo, miró su propio reflejo en el espejo, y lo que vio no fue a la muñeca perfecta que todos conocían. Vio a una niña rota, una figura frágil que había soportado más de lo que debería. Sus ojos estaban rojos por el llanto, su rostro manchado de lágrimas, y aunque su apariencia seguía siendo la de una muñeca impecable, por dentro se sentía destruida, emocional y mentalmente. —Lo siento tanto... —gimió, sus manos temblando mientras las levantaba para cubrirse el rostro. Era como si todo el mundo se hubiera derrumbado a su alrededor, y ya no quedara nada. Ni siquiera podía enfrentarse a su propio reflejo. Todo lo que quería en ese momento era retroceder, encontrar una manera de cambiar las cosas. Pero sabía que era imposible. Con los ojos cerrados y su respiración entrecortada, se permitió llorar, dejando que el dolor fluyera libremente, sin intentar detenerlo ni reprimirlo como lo había hecho tantas veces antes. Había mantenido esa fachada durante tanto tiempo, pero en ese momento, en la soledad de su cuarto, ya no había nadie que viera su debilidad, su sufrimiento. Al final, Poppy se dejó caer al suelo, abrazando sus rodillas mientras su cuerpo temblaba con cada sollozo. En la habitación, la pequeña cajita musical seguía en silencio, intacta, al igual que todo lo demás en su vida. Pero ella... ella estaba lejos de estar intacta. Estaba rota, por dentro y por fuera, y en ese momento, en ese cuarto vacío, se permitió reconocerlo por primera vez. La muñeca perfecta ya no existía. Se abrazó a sí misma, temblando, sintiendo cómo cada latido de su corazón resonaba con el eco de lo que había perdido. Los sollozos la sacudieron con fuerza, y el silencio de la habitación solo acentuaba la desolación que sentía en su interior. Y mientras las últimas lágrimas caían, mientras sus susurros se desvanecían en la oscuridad, una única verdad emergió de todo su dolor, una verdad que nunca podría escapar, por más que lo intentara. El pasado duele. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Comentario de la escritora☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ Hola a todos mis queridos lectores, que alegría subir otro capitulo mas de este fanfic tan emocionante que he escrito jeje. Bueno realmente tengo mucho que decir entre cosas buenas y malas, pero primero mencionare sobre mi opinión al escribir este capítulo. La verdad me gusto bastante este nuevo ship que me saque del culo Poppy x 1006, ¿Por qué?, bueno es que siento que estos dos son literalmente la definición de la frase "Son la misma moneda pero con diferentes caras", son tan parecidos pero tan diferentes, tanto que cuando estaba haciendo la cronología me hice una pregunta. ¿Y si hago que estos dos tengan un pasado? Con eso comencé a crear un desarrollo y como es que el pasado de estos dos afecta el presente y el futuro de la fábrica, y con ello también sea el reflejo de la relación actual que están teniendo Dogday y Catnap, al mismo tiempo dije que con ello ayudara mucho a esos dos a evolicionar como personajes. Me gustaría contarles mucho mas, pero seria darles spoilers TwT, a si que tendrán que verlos ustedes mis queridos lectores como evolucionan el gatito y el perrito y como sus desiciones van cambiando por culpa de las circunstancias. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Anón dice☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ Ahora pasemos con la siguiente dinámica uwu, la cual se llama, " Anon dice". ¿En que consiste?, básicamente como dije en los anteriores comentarios uwu, mis queridos lectores entran a mi cuenta de Zaqa me dejan una pregunta respecto al fanfic o algo similar del ship Catnap x Dogday y yo contesto, al mismo tiempo que les comparto su pregunta y la respuesta a ustedes mis queridos lectores. La cual es la siguiente:<br /> Anon dice: Harás más historias de dogday y canapt pero está vez omegaverse o otro universo(tema) Respuesta mía: Holi querida anon mucho gusto, uy me sorprendio leer tu comentario jeje y la verdad me emociona contestarte, bueno ahora si respondiendo a tu pregunta. Pero por supuesto que si uwu, tengo dos fanfic que estoy planeando hacer con Catnap y Dogday, obviamente los dos tematica Dead Dove, uno con el titulo BitchDay y el otro con el titulo Cuidado con Catnap, en este caso no seran tan largos como Lejos de tus ideales, que hasta ahora es uno de mis proyectos mas ambiciosos (Ya que contara con 3 arcos, y apenas estoy terminando de estructurar el primer arco, porque ya el arco dos aun me falta terminar su cronologia), aunque claro cuando termine la creacion de los capitulos faltantes de mi fanfic Lejos de tus ideales comenzare con la creacion de BitchDay uwu, por momento me gusta la idea de crear un omegaverse dentro de Poppy Playtime, si tengo una idea sobre eso te lo hare saber enseguida. Muchas gracias por tu comentario me hiciste el día uwu A parte de lo que conteste, también quería comentarles para actualizar sobre mis futuros trabajos para el ship Dogday x Catnap, efectivamente gracias Anon, me dio la idea que meter omegaverse u///u, por lo tanto ya tengo una historia y la idea de como será ese fanfic omegaverse Catnap x Dogday, pero no será dead Dover, será una trama ligera pero obviamente tendrá porno xd (eso es un hecho en mis escritos), la cual se llamara "El ex novio problemático de Dogday". Probablemente lo hare como tipo novela ligera, donde habrá mucha drama y accion 7w7 jeje. Se vienen cosas super increíbles con este ship uwu, ya Ancio poder escribirlas. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Aviso para los futuros lectores : ( ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ En fin, ahora vamos con una situación que tuve con cierto comentario. Miren no me gusta generalizar ni nada y jamás lo hare, pero creo que no esta de mas darle un comunicado para mis futuros lectores. Esto es un copia y pega de Facebook. "Los fics no se escriben para ti. Se escriben, en primer lugar y sobre todo, para el autor, porque él quería que este fanfic existiera. Estas leyendo su creación, respétala. Ellos pueden escribir lo que les de la gana. Si no te gusta, no lo leas. Los autores no escriben para ti." Miren hago esto y con toda la pena porque no quiero de nuevo, ese tipo de comentarios. Yo me he mantenido siempre amable y respetosa de verdad pido lo mismo, en especial cuando a mi fanfic le he puesto advertencias sobre lo que va a tratar (Temas muy cuestionables, turbios y que pueden dañar la sensibilidad del lector), además en cada capitulo ya sea en mis notas siempre detallo que este fanfic aumentara de grado Dead Dove, además de las advertencias al principio del capitulo, aun sabiendo eso y aun asi haya alguien que a pesar de todo sabiendo en lo que se mete, deje ese tipo de comentarios. No es justo y no se vale. Porque primeramente ya deje una advertencia sobre ello, por eso siempre he dicho, si desean criticar mi trabajo les doy todo el derecho del mundo mientras sean critica constructivas y no haya faltas de respeto, también pueden opinar y escribirme lo que quieran mientras quede el respeto, creo que mis lectores que escriben sus lindos comentarios saben que yo siempre contesto, de verdad nunca jamás les contestare con faltas de respeto o pasivo-agresividad, porque ustedes mis lectores me traen mucha alegría y emoción a mi vida, cuando leen mi historia o me dejan sus opiniones uwu. Pero tampoco voy a tolerar que dejen comentarios pasivo-agresivos o negativos o faltas de respeto. Bueno eso seria todo de este tema.
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