Capitulo X. El sufrimiento del favorito.
19 de mayo de 2025, 2:04
Notas:
⚠️Advertencias⚠️
🐈⬛Acoso laboral y sexual
🐈⬛Capitulo corto.
🐈⬛Este capitulo toca temas emocionales, leer con precaución.
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El Prototipo había cambiado.
En las últimas reuniones, su voz, antes cargada de furia y promesas de destrucción, se tornaba distinta, casi desconcertante. Los juguetes se encontraban reunidos en esos rincones de los pasillos, donde se encontraban los ductos de ventilación, las cuales los minis juguetes poseían aquellas radios que difundían los mensajes de su dios, solo escuchaban en silencio mientras aquel ser abominable, su deidad y su salvador, mencionaba el inesperado trato que había hecho con Poppy. Provocando que sus seguidores quedaran sorprendidos y comenzaran a rumorar sobre aquel dichoso acuerdo.
Hasta llegaron a mencionar a Dogday quien en todo ese tiempo había comenzado agarrar una fuerte fama, gracias a que Poppy ordeno a sus pocos seguidores que difundieran la noticia sobre el perrito.
El aire en la sala se llenaba de tensión palpable, mientras las palabras del Prototipo resonaban entre el lugar, cayendo pesadamente sobre los oídos de sus seguidores. Algunos comenzaron a cuestionarse. Otros, quizá los más leales o desesperados, sentían esperanza en sus palabras, Era la primera vez que la salvación no parecía venir a través de la destrucción.
En medio de la multitud, Crafty destacaba como una mancha oscura de resentimiento. Su expresión, endurecida por la ira, revelaba lo que muchos otros callaban. Los ojos entrecerrados, la mandíbula apretada y la postura rígida mostraban que aquello no le gustaba. Mientras el Prototipo hablaba de sobre una tregua, sus propias emociones bullían, indomables, a punto de desbordarse. Algo dentro de ella se quebraba, cada palabra que escuchaba, cada promesa de cambio, solo añadía más leña al fuego que la consumía por dentro, haciendo que sus ojos preciosos brillaran con tanto veneno por desear tener la venganza que necesitaba.
Detrás de ella, Kickin la observaba en silencio, con una mezcla de preocupación y ternura. El ave no le gustaba ver a su pareja en ese estado, sabía perfectamente el sentimiento de ella, pero para él fue un halo liberador que por fin su amigo cumpliera sus palabras de un cambio verdadero. Sus brazos la envolvieron en un abrazo suave, protector, mientras susurraba cerca de su oído.
—Tranquila, Crafty... todo estará bien. Quizá esto sea lo que necesitamos. Tal vez... tal vez tengamos una oportunidad, ¿no lo crees?
Pero el resentimiento de Crafty no era algo que pudiera extinguirse con simples palabras. Había cicatrices profundas en su interior, heridas que no habían sanado, y la promesa de una solución pacífica solo las hacía sangrar más.
Sin embargo, no dijo nada. Solo permaneció inmóvil en los brazos de Kickin, su mirada perdida en algún rincón oscuro de la sala, donde sus pensamientos se enredaban con recuerdos que no podía dejar atrás. La idea de un futuro pacífico era tan ajena, tan extraña para ella, que no podía más que sentir desconfianza.
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Los jadeos lastimeros se escucharon en la habitación, Dogday se encontraba acostado en su cama acariciando su vientre mientras en sus gestos se veía el dolor que sufría por culpa de sus cólicos. El perrito solo se hizo bolita mientras sentía como desgarraban su vientre internamente, como si miles de cuchillas se enterraran en su piel, haciendo que hasta sus piernas dolieran.
Fue entonces que abrió sus ojos para ver un poco a su alrededor buscando algo, Dogday como pudo tuvo que levantarse de su cómoda cama dejando ver que de su vagina sobresalía un cordón, mostrando que estaba utilizando un tapón para sobrellevar su menstruación. El perrito estaba en esos días, ya llevaba 3 días en ese estado, la cual se encerró en su cuarto como era costumbre.
Tomo una pastilla de la cajita donde ayudaban a calmar sus dolores para tomarla con un vaso de agua, para volver acostarse en su cama agotado. Mirando el techo pensativo, recordando todo lo que paso.
Después de lo ocurrido con el prototipo Poppy aumento más su trabajo y gracias a eso ayudo bastante a las ganancias de la fábrica, los nuevos capítulos que Dogday dirigía, los juguetes nuevos que salían al mercado con los consejos del perrito, las nuevas reglas que implemento para los juguetes y no solo ellos si no también a los niños. Provoco que en todas esas semanas se ganaran el favor de Elliot por las fuertes ganancias que estaba teniendo, el fundador estaba muy feliz y con ello le concedió más derechos a los juguetes y, por ende, la fábrica cambio.
Ahora los juguetes estaban más felices que nunca, podían ir libremente sin temor a ser abusados, poseían sus descansos, horarios y hasta un pago en especial para los juguetes las cuales les pusieron una tienda en específicos para ellos, para que pudieran comprar con el dinero que les daban para que pudieran disfrutar más de su día a día, golosinas, ropas, accesorios, todo lo que deseaban mientras siguieran trabajando. Los trataban como personas y ya no más como objetos y todo eso gracias a la guía de Poppy que hizo que Dogday tomara la iniciativa para hacer de la fábrica un lugar seguro.
Esto ayudo bastante a que los juguetes aumentaran su productividad de trabajo, antes de que el perrito se diera cuenta el mes que el prototipo sentencio había llegado demasiado rápido, lo que había logrado calmar su plan. Poppy por su parte gracias a esto le demostró a ese ser el cambio y una nueva oportunidad de vida para los juguetes, por lo que estas mismas acciones ya no le dieron más motivos a 1006 para dudar sobre sus palabras y por ende se mantuvo bajo su trato. Lo que hizo que la hora de la alegría nunca llegara mientras todo siguiera bajo las nuevas reglas que impuso Poppy y Dogday.
Dogday sabía que Poppy tuvo el mayor trabajo, ya que era la que tenía que apaciguar a dos seres tercos, a Elliot que a veces podía ser complicado de tratar para el perrito cuando este se enojaba o no optimiza lo que quería y al prototipo que gracias a que tenía sus siervo que lo ayudaban a ver lo que pasaba, hacia que le diera a Poppy nuevas exigencias las cuales la muñeca tenía que tomar algunas para poder transmitirlas a Elliot manteniendo a Dogday como intermediario para que pudieran hacerse realidad. El perrito sabia lo difícil que se la pasaba su amiga, por eso gracias a esto ella tenía que ir constantemente a reuniones a solas con 1006 y a veces Dogday iba con ella cuando se le solicitaba.
No iba a negar que se sentía bastante incomodo cuando eso pasaba, ya que Poppy y 1006 solían tener a su alrededor cuando se reunían un ambiente bastante incomodo, como si quisieran matarse o hacer otra cosa, nunca podía saber qué es lo que pensaban mutuamente uno del otro y estaba demasiado aterrado para preguntar, por esa razón Poppy en su mayoría de las veces iba sola sin necesidad que Catnap la guiara, solo tomando un camino de un ducto como si ya lo conociera por años.
Definitivamente muchas cosas habían cambiado y Dogday estaba muy orgulloso por eso. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escucho el sonido de un toqueteo de la puerta, el perrito solar sonrió de emoción mientras hacía que su cola se movía delatando su felicidad al olfatear el aroma de lavanda, así que el perrito aun con dolor fue hacia la puerta para abrirla dejando ver a Catnap que poseía una charola llena de comida, este al ver a Dogday le sonrió entrando para dejar la comida en uno de los muebles a lado de la enorme cama. —Hola Kitty~, ¿No te metí en problemas con mi comida? —Pregunto divertido el cachorrito mientras volvía a la cama sentándose, mirando como Catnap un poco incomodo de estar en un espacio tan reducido, pero la verdad es que por alguna razón el felino se sentía muy cómodo, en confort y sobre todo protegido al estar al lado del cachorrito solar.
—Solo recibí los regaños de Piggy por llevarte más comida... tus antojos son extraños Doggy. —Dijo Catnap de forma burlona mientras se acomodaba en la cama detrás del perrito, lo que ayudo a Dogday que se recargaran su amigo como si fuera un tipo de almohada. Riendo por lo divertido que sonaba.
—Jaja perdona... solo... es así...—Este explico mientras miraba a su amigo de reojo, recordando que también su amistad con Catnap había evolucionado bastante. Después de lo ocurrido aun seguían manteniendo sus encuentros, por supuesto Dogday había pedido unas limitantes para eso, aun se sentía bastante tímido y el trauma sobre su sexo aun no desaparecía del todo, después de todo años de reprimirse y ahora que por fin explorara su placer, fue difícil para él la primera semana que Catnap intentaba volver a tocarlo sin forzarlo. Mientras tomaba un bocado de comida y lo llevaba a su boca saciando su hambre.
Era evidente que el felino lunar se disculpó por esa vez y Dogday lo perdono ambos iniciaron de nuevo su amistad, solo que esta vez no querían dejar de experimentar ese placer, Dogday no había pasado más que manoseo, a veces le permitía a Catnap lamer su coño y otras veces Catnap le enseñaba a utilizar su boca para darle placer a su pene. No iban más haya más que hacerse correr con sus bocas y lenguas, Dogday a veces podía ponerse muy sensible emocionalmente cuando ahora tenía que pensar a si mismo que estaba bien y que no debería rechazarse, pero aún le costaba bastante disfrutar del placer sin sentirse culpable por algo que ni siquiera entendía.
Pero a pesar de todo Catnap con bastante paciencia ayudaba como podía a Dogday a disfrutar de ese placer carnal, aunque por supuesto para el felino lunar se le volvía cada vez más difícil contenerse. No poder tomar el cuerpo del perrito como suyo.
Dogday por su parte cada día se sentía bastante confundido con la amistad que tenía con Catnap, no sabía que pensar y se sentía que su cabeza se llevaba de todo tipo de pensamientos que le daba un lio. Pero al menos agradecía que como ahora estaba en días rojos podía descansar un poco de los toqueteos, por supuesto que lo extrañaba un poco, pero prefería darse el tiempo para reflexionar un poco más. Además, gracias al favor de Poppy ayudo bastante para que Elliot o los enfermeros dejaran de ir, ya que al principio pidió que no quería visitas y Poppy ayudo a convencer al fundador de dejarlo en paz.
Así que podía descansar de visitas molestas, más solo de Catnap, aunque suponía que pronto tendría que contarles la verdad a sus amigos que ahora se habían puestos un poco intensos con sus preguntas, al ver que solo Catnap podía entrar. —¿Cómo te sientes? —Pregunto el felino mirando a su amigo curioso.
—Bueno aparte de los cólicos estoy bien jeje, solo que esta vez es diferente. —Contesto Dogday abrazando sus piernas con una sonrisa
—¿Por qué es diferente?
—Porque cada vez que estaba en mis días, Elliot me ordenaba aislarme y a diferencia de los juguetes femeninos, que al menos tenían compañía o a veces trabajaban mientras tengan sus protectores, pero yo no podía tener ese privilegio... cada semana me reducía a contacto cero con ustedes y a veces Elliot llegaba a acompañarme... pero...—Dogday al hablar de eso se veía incomodo y Catnap lo note sintiendo un poco de malestar tan solo escuchar el nombre de aquel hombre quien odiaba terriblemente. —Siempre me hacía sentir muy incómodo...
—¿Te decía algo o hacia algo? —Pregunto Catnap sintiendo una rabia ciega de tan solo pensar que Elliot quisiera lastimar a Dogday, como las científicas le hicieron a él.
Pero el perrito solo se abrazó queriendo hundirse un poco. —La verdad... no quiero hablar de eso... no me siento bien sinceramente. —Explico dulcemente a su amigo, que solo se calló y permitió que el cachorrito se recostara a su lado, queriendo sentir el calor ajeno. Por supuesto Catnap estaba indignado por las acciones del fundador, pero no podía hacer absolutamente nada en su posición.
La ira comenzaba acumularse en el estómago, pero solo se tuvo que aguanto para no explotar y volverse impulsivo. Después de todo esas acciones habían provocado consecuencias graves y su caja de voz es un ejemplo de ello. — Esta bien... entonces solo descansa. —Pronuncio el felino lunar con esa voz grave alzando su pata para comenzar acariciar suavemente la cabeza de su amigo, mimándolo un poco lo que provocó que Dogday sonriera y en su cola se viera su emoción al agitarla.
Pero el perrito al estar muy cerca de Catnap este pudo escuchar a la perfección como la irritación de su garganta lo lastimaba, con ese gruñido. Lo que hizo que el perrito dejara de mover su colita para ponerse en ese estado preocupado. —Sabes Kitty... ahora con mis privilegios, puedo hacer que al fin puedan reparar tu caja de voz. —Explico el perrito dulcemente.
Catnap al escuchar se sorprendió, siendo que tenía una leve esperanza de sus palabras ya que desde hace años deseaba que pudieran repararlo, porque vivir con eso lo hacía sentirse bastante miserable por el dolor terrible que lo sometía por tan solo hablar. —Me gustaría eso realmente Doggy. —Expreso con felicidad.
El nombrado le devolvió la sonrisa y ambos quedaron callados solo disfrutando de su compañía mutua. Después de todo ahora Dogday ya no estaba solo en sus días rojos, agradeciendo infinitamente haberse liberado de ese horrible secreto.
—Esta vez no estás solo Dogday. —Finalizo Catnap acorrucándose con el perrito provocando que el nombrado sintiera como sus ojos picaban por las lágrimas, ya que las palabras de Catnap lo habían conmovido que solo se dejó llevar por la alegría que le daba ese momento.
Dogday para ese punto no podía dejar de sentirse feliz a lado de Catnap en esas semanas, tanto que ya no sabía si solo era amistad u otra cosa, sea lo que sea después lo reflexionaría, pero ahora solo quería estar a su lado en esos momentos.
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Dogday estaba caminando por los pasillos después de un largo día de trabajo, deseaba poder llegar a la casa en especial porque necesitaba ver a Bobby, a esas alturas se arrepentía bastante de no haber acudido a su amiga hace mucho tiempo, mostrando que efectivamente necesitaba un psicólogo después de toda la mierda que había acumulado y aguantado a lo largo de los años.
Con Catnap que ayudaba a aliviar esa carga pesada que poseía en su corazón, hizo que se diera cuenta de bastantes cosas que habían jodido su mente. Aunque claro el gato no se salvaba de ser a veces toxico como aquella noche donde descubrió su secreto y que prácticamente tuvo contacto cero con él por dos semanas, por culpa de su maldita terquedad. Pero a pesar de las conductas cuestionables de su amigo, no podía culparlo porque también sufría de sus propias inseguridades y conductas toxicas, como minimizarse constantemente en sus sentimientos, dejarse en segundo plano y siempre priorizar a cualquiera que veía mal, sufriendo del síndrome del héroe.
Entre otras cosas, pero la razón principal para poder hablar seriamente con su amiga era sobre sus propios sentimientos con Catnap. Desde que comenzaron a tener ese tipo de interacciones, también sus sentimientos se habían vuelto bastantes confusos.
Lo que provocaba que se pusiera realmente nervioso, a veces se sentía muy avergonzado y la mayoría de las veces sentía una alegría incontrolable cada vez que estaba con Catnap, como si ese gato tonto pudiera ser el remedio de su tristeza. Estaba confundido, se supone que esos sentimientos no deberían tenerlo con un amigo, pero ya a estas alturas no sabía si seguían siéndolo después de volverse muy íntimos.
Dogday tenía que estar seguro de eso. —¡Bien!, Ya me decidí. —Este hablo consigo mismo mostrando un sonrojo en su cara, mientras alzaba su puño al aire y tenía una expresión determinada. — ¡Hoy le diré todo a Bobby! —Expreso bastante nervioso, porque por fin buscaría ayuda a sus problemas. Mientras su cola se movía con fuerza producto de su nerviosismo, así que antes de que cambiara de opinión rápidamente camino hacia su hogar.
Pero como si el mundo lo odiaría enfrente de él salió Elliot de la casa esta vez acompañado con una asistente, la cual era una de las cuidadoras de los niños. Estos estaban platicando amenamente mientras se retiraban, se detuvieron cuando vieron a Dogday.
El perrito solar al principio poseía una mirada sorprendida y en pánico, queriendo ocultarse e irse de inmediato, pero cuando el fundador lo miro fue demasiado tarde. Por lo que cambio a una sonrisa con un gesto forzando queriendo ver lo "alegre" que se encontraba. — ¡Dogday!, Ven aquí chico. —Elliot pronuncio con una sonrisa mientras hacia una señal con su mano para que viniera el cachorro.
Dogday trago en seco bastante incomodo por dentro que no tuvo más remedio que aceptarlo, caminando con muchas dudas en cada paso, tomando su brazo derecho con el izquierdo ya que comenzaba a temblar. — Elliot, jeje que gusto verte de nuevo. —Mintió, pero no tenia de otra si quería seguir manteniendo los privilegios que poseía.
—Si, de hecho, no te he podido ver estos días especiales que tenías muchacho jeje, una disculpa. Poppy dijo que querías un descanso aprovechando esos días. —Explico mientras le daba una señal a su asistente que se retirara cosa que así hizo dejándolos solos. —Pero bueno, acompáñame Dogday necesito hablar contigo de algo importante.
El nombrado miro el hombre ajeno que poseía un gesto calmado como si de verdad no tuviera ningún peso en sus hombros. Lo que hizo que el perrito gruñera internamente por lo hipócrita que es ese hombre. —P-por supuesto, jeje vamos. —Este contesto tratando de no sentirse presionado, pero no podía simplemente estar bien sabiendo que estaría a solas con el fundador, trataba de mover su cola cuando su instinto le obligaba ponerlo entre sus piernas, mostrando que estaba aterrado ante la idea, le desagradaba la idea de estar con Elliot.
Elliot guio a Dogday que estaba en silencio la mayor parte del tiempo, hacia su oficina donde al entrar el perrito miro a su alrededor observando cómo es un lugar bastante espacioso y grande, decorado y bien organizado de forma espectacular, enfrente suyo podía ver un gran escritorio con una computadora, papeles y muchas cosas más, pero detrás de ese escritorio se notaba el gran ventanal donde podía ver desde la distancia la fábrica que el creo.
Si no fuera porque estaba aterrado, Dogday disfrutaría más de la vista. Elliot por su parte cerró la puerta tras de él y comenzó a quitarse su propio chaleco para dejarlo en un parcero, dejando ver su estupendo conjunto de ropa como todo un empresario respetado y con gran peso en su aura. —Vamos Dogday, no te pongas incomodo ve y siéntate en uno de mis sillones, te prometo que están cómodos. —Respondió mientras sonreía mostrando su "amabilidad".
Pero para Dogday era como si estuviera en la cueva de ese lobo disfrazado de oveja, no podía confiar en Elliot del todo. Por esa misma razón solo lo obedeció aun mostrando una sonrisa, caminando ansioso hasta uno de los sillones que, por supuesto no era de su tamaño, pero aun así se sentó obviamente quedando muy pequeño, pero estaba realmente cómodo con lo acolchonado que estaba, dando un suspiro aliviado por su comodidad.
Elliot solo sonrió más al ver al perrito obediente, quería acercarse, pero de repente escucho la radio de su oficina, dejando ver que su asistente lo estaba llamando. — Señor Elliot, alguien quiere verlo. —Pronuncio la voz de una mujer suave, pero sonaba bastante adulta, a lo que el hombre solo chasqueo la lengua un poco irritada. Acercándose a su escritorio para hablar con su secretaria.
Dogday por su parte aprovecho esos momentos de distracción del fundador para ver más la oficina, sorprendiéndose por lo bien decorada que estaba, aun siguiendo escuchando la voz de la mujer de fondo, aunque no le prestaba atención. — Dijo que tenía cita con usted a esta hora.
—¿Quién es señorita Olivia? —Pregunto el fundador cansado apretando un botón para comunicarse.
—Es el señor P...—Pero un ruido bastante fuerte se escuchó como si algo golpeara con tanta fuerza los ductos de ventilación y al ser lugares vacíos, se podía producir un eco bastante horrible lo que hizo que Dogday se asustara y mostrara un gesto de miedo mientras tapaba sus orejas ya que también poseía sensibilidad al sonido, ni siquiera escucho el nombre de aquel trabajador.
—¡Ahg!, Otra vez ese ruido, tengo que mandar a alguien que repare lo que sea que este haciendo ese ruido. —Expreso molesto el hombre mientras miraba a Dogday que se le hizo un gesto muy tierno. — No te preocupes Dogday eso casi siempre pasa, es un problema de ventilación. Pronto lo mandare a reparar. —Dijo tratando de calmar al perrito.
—Oh... me alegro saber eso jeje. —Contesto el cachorro bastante nervioso bajando un poco la mirada y lo observaba de reojo.
—Señorita Olivia, has que pase el muchacho. Es bueno saber que viene. —Elliot tenía que esperar un poco más para hablar con el perrito y eso lo hizo ponerse un poco decepcionado, pero era más importante otro asunto. —Lo siento Dogday, ¿Podría esperar un poco más?, es un asunto importante prometo que no tardare nada.
—Claro Elliot, no tengo problemas. —Pronuncio Dogday, pero por dentro tenía más problemas solo quería acabar con todo de una vez.
Se escucho un toque en la puerta, el fundador fue abrir a quien sea que estuviera tocando, para dejar pasar a un hombre joven adulto. Dogday miro al invitado y sus ojos se iluminaron con curiosidad, dejando ver a un chico de cabello rubio semi corto, con una mandíbula muy marcada con una complexión semi delgada con un poco de músculo, pero lo que más destacaba de él son sus ojos de color esmeralda que poseía. Mientras poseía un porte firme acompañado con una sonrisa serena y ojos bastante compasivos, al mismo tiempo tenía su traje como empleador de la empresa.
Dogday maso o menos identificaba al chico, pero no podía recordar su nombre, por supuesto que lo había visto una que otras veces en la zona donde frecuentaba. Pero no podía recordar del todo como se llamaba. El chico miro de reojo a Dogday y le saludo con amabilidad y dulzura, lo que hizo que Dogday se sonrojara un poco por aquella sonrisa deslumbrante por lo que correspondiera el saludo.
—Qué bueno que llegas muchacho, me dijeron que terminaste de arreglar las máquinas y que tenías que hablar conmigo sobre eso. —Dijo Elliot con una sonrisa fingida.
—Si por supuesto señor Elliot... tengo que enseñarle unas cosas jeje. —Respondió ese chico con esa radiante aura que hacía que cualquiera que estuviera a su lado, se pegara de su positividad. Dogday tuvo que volver a desviar la mirada ya que no le importaba escuchar de una conversación aburrida.
Así pasaron solo unos 20 minutos hablando cuando por fin terminaron su platica. —Bueno eso fue bastante productivo, eres un chico brillante... juro que mi fabrica no sería lo mismo sin tu intelecto para mis maquinas. —Dijo Elliot bastante decepcionado por la partida de uno de sus valiosos trabajadores, mientras se acariciaba su cuello un poco adolorido.
—Jeje lo siento jefe, también me gustaría quedarme, pero tengo que terminar mi maestría. —Contesto el muchacho con una sonrisa alegre, lo que ambos hombres se rieran.
—Bueno, bueno entonces disfrutare de tus últimos días. Cuando termines tu maestría no dudes en regresar, mi fabrica te esperara con los brazos abiertos.
—Muchas gracias señor Elliot, es un gusto tenerlo como jefe. —Pronuncio aquel hombre mientras se retiraba y esas palabras ultimas hicieron que el perrito solo se asqueara al escucharlo, por el simple hecho que Elliot para nada es bueno como un jefe. —Adiós Dogday, bonito día. —Se despidió aquel hombre, que hizo que el perrito volviera a la realidad.
—Ah... adiós...—Ni siquiera pudo pronunciar su nombre cuando ni se acordaba y ni Elliot lo había mencionado. Por lo que se dio cuenta que estaban solos, fue entonces que volvió a sentir incomodidad en su ser.
—Bueno por fin estamos solos Dogday. Lamento la demora. —Dijo el fundador acercándose al cachorrito tenso. —Necesitaba hablar contigo de algo.
—Soy todo oídos Elliot.
Elliot sonrió camino hacia el perrito para poder acariciarlo suavemente en su cabeza, el perrito solar se mantuvo en calma a pesar de su incomodidad, se quedó en silencio solo forzando una sonrisa. —Dogday he estado muy preocupado por ti, veras cada vez que te visitaba veía cuanto sufrías en esos días...
Dogday al escuchar esas palabras se dio cuenta a que se refería y de nuevo tendrían esa horrible charla. —Bueno... podemos evitar eso... podrías solo... cambiar eso de mi...—Trato de nuevo de convencer, aunque a esas alturas no estaba tan seguro ahora que pasaba cosas con Catnap.
Elliot suspiro un poco cansado de lo mismo con el perrito. —Dogday, ya hablamos de eso no es posible, eso podría ponerte de riesgo a muerte y no voy a tomar esa decisión. No está a discusión. —Mintió y Dogday lo sabía, se veía en sus expresiones, pero el perrito no lo enfrento no iba a pelear por ello, no ahora.
—Entiendo...—Dogday comento en un suspiro decepcionado.
—Se que estas sufriendo por ese terrible error...—Cuando el perrito escucho eso sintió molestia, porque mientras Elliot le había jodido la mentalidad que siempre debía ocultarlo, que los científicos cometieron un error, que él no debía decirle a alguien, que esto debía ser su secreto, solo así Dogday podría ser feliz. Lo hizo despreciarse a sí mismo, odiarse y sentir repugnancia por su propio cuerpo. —Realmente te amo Dogday, eres muy importante para mí...y créeme que haría lo que fuera por ti, pero ponerte en riesgo de muerte eso jamás...—Decía amarlo, pero era todo lo contrario.
Dogday sentía mucho rencor ante su falso amor, porque si realmente lo amara no lo haría sentir tan miserable, despreciando sus amigos, manipulándolo, no lo haría sentirse como una mierda. A diferencia de Catnap él jamás lo hizo sentirse como basura y a diferencia de lo que Elliot declaraba sobre que lo despreciarían por lo que ocultaba, Catnap lo hizo sentir protegido, amado, a gusto con su propio cuerpo y hasta de disfrutar de un placer prohibido que jamás supo que podía suceder, pero llego un poco en donde cuando se miraba ahí abajo en vez de sentirse depresivo o resentido, lo reemplazo por una curiosidad sana deseando explorar un poco más de esa zona de su cuerpo.
Por esa misma razón ya no sabía que más sentir por Elliot, por supuesto también lo amaba, después de todo él es como su padre, es su creador hasta donde sabia, ese amor familiar ahí estaba, pero también lo odiaba, lo despreciaba porque desde hace tiempo Elliot lo hacía sentirse incomodo.
—Por esa misma razón, he decidido ayudarte con tu problema. —Respondió el fundador con suavidad mientras miraba al perrito esperando respuesta.
Dogday levanto el cabeza un poco curioso por su propuesta. — ¿Cómo podrías ayudarme, Elliot? —Pregunto sin entender como él haría eso.
—Bueno, sé que cuando después de esos días difíciles donde tienes tu periodo, pasas a otra etapa en donde te pones peor. Para no andar con indirectas, entras en tu celo y sé que sufres mucho con eso, a diferencia de los juguetes hembras. ¿No es verdad? —Explico Elliot.
El perrito se sonrojo bastante por la vergüenza, ya que no hablaba de eso tan fácilmente con él de esas cosas, por evidentes razones. —Lo es... pero... ¿Las demás?, ¿A qué te refieres? —Pregunto sin entender.
—Bueno Dogday, no me tomes por tonto... se perfectamente lo que pasa aquí. —Por un momento el nombrado sintió miedo de esas palabras. — Se que también lo sabes, ¿pero tu realmente crees que las hembras se quedan quietas en su celo? —Pregunto irónicamente el fundador, mientras se alejaba para servirse en un vaso de vidrio algo de su vino guardado. — Evidentemente tienen sexo, se satisfacen... ya sea con sus amigos "especiales" o quien sea que les ayude. —Dijo Elliot desinteresado mientras bebía del vaso.
Dogday se quedó helado, realmente no se esperó que Elliot soltara esa información como si nada, pero lo que más le aterraba, ¿Era que si sabía lo que hacía con Catnap?, ¿Hace cuanto que sabía de eso?, ¿Por qué no hacía nada?, muchas preguntas inundaron la cabeza del cachorrito que no podía parar de pensar, su corazón se sentía presionado en su pecho y juraba que le daría una taquicardia. —P-pero... ¿No se supones que eso está prohibido? —El nerviosismo inundo a Dogday que trataba de mantenerse en control.
—Lo está... lo prohibí, pero esas criaturas no lo entienden, por esa razón me he enterado de ciertos embarazos no deseados por ahí. ¡Ang!, A veces son molestos estos casos. —Explico mientras volvía a tomar de su bebida.
—¿P-pe, pero por qué?
Antes de que Dogday pudiera preguntar otra cosa Elliot se adelantó. — Mira Dogday, eso es bastante claro... el placer, la razón por la que no hago nada es muy simple Dogday, a mí me conviene de cierta manera, solo tengo que hacerme el ciego y ellos se mantienen tranquilos, ayudan en ser felices y aumentar más mi producción y bueno.... Harley se vuelve muy feliz al tener juguetes pequeñitos nuevos para sus experimentos, aparte de que ayuda bastante a nuestros registros. —Explico como si nada aquel creador como si fuera un juego, al mismo tiempo que se desacomodaba su corbata y desabrochaba uno de sus botones de la camisa, para sentirse más cómodo.
Dogday, al escuchar las palabras de Elliot, sintió que algo dentro de él se quebraba. El desconcierto en su mirada era evidente, pero su cuerpo comenzó a temblar, no solo de confusión, sino de una mezcla entre miedo, incredulidad y repulsión. ¿Cómo podía ser tan sencillo para Elliot hablar de aquello con tanta frialdad? El concepto del placer y lo que implicaba detrás de todo eso lo dejaba sin palabras, pero lo que más lo perturbaba era la indiferencia con la que Elliot admitía permitir semejantes actos.
Los ojos de Dogday se agrandaron, buscando alguna señal en el rostro de Elliot que desmintiera lo que acababa de decir, pero solo encontró una despreocupación inquietante. Elliot se veía demasiado cómodo, como si la confesión no fuera más importante que comentar el clima, y eso lo aterraba aún más. Su respiración se volvió más rápida, y sintió un nudo en el estómago. La idea de que todo estuviera controlado por un deseo de mantener una fachada de felicidad para aumentar la producción, que aquellos que él protegía no eran más que piezas de un juego cruel, lo hizo estremecer.
—P-pero... ¿los niños? —Dogday balbuceó, con la voz temblorosa—. ¿Cómo puedes...? ¿Cómo puedes permitirlo? ¡Ellos no son solo juguetes! ¡Son seres vivos!
El nudo en su garganta parecía ahogarlo, y su estómago se revolvía al pensar en las implicaciones de lo que Elliot estaba diciendo. Harley... experimentos... ¿era eso lo que había estado pasando todo este tiempo? ¿Y él simplemente no lo había visto? O peor aún, ¿lo había ignorado, como Elliot?
Elliot, por su parte, solo sonrió ligeramente, tomando otro sorbo como si fuera una charla trivial. Sus ojos mostraban una calma inquietante mientras continuaba.
—Oh, Dogday... —dijo Elliot, en tono condescendiente—. No es algo que deba preocuparte tanto. Mira, ellos están tranquilos, nosotros obtenemos lo que necesitamos y todos seguimos adelante. Es un trato justo, ¿no lo crees? Harley obtiene sus resultados y yo mantengo la producción alta, los juguetes están felices. Todos ganan. —Dicho esto esté bajo su bebida en su escritorio para poder volver con el perrito que a esas alturas estaba inquieto con toda esa información. — Y por esa razón me lleva a mi siguiente punto, Dogday estaba pensando seriamente ayudarte con tu problema de celo.
Pero lo que hizo que el corazón de Dogday se detuviera por un momento fue esa última frase. El problema de su celo.
El perrito solar se quedó inmóvil por unos segundos, su mente abrumada por el torrente de pensamientos e imágenes que ahora lo asaltaban. El problema del celo... algo que siempre había tratado de ignorar, de mantener bajo control, pero que Elliot había traído a la superficie como si fuera otra cuestión burocrática que necesitaba resolver, él no debía preocuparse por eso, Dogday lo tenía controlado.
Su cuerpo comenzó a temblar, no solo por la indignación, sino por la vergüenza. Elliot lo había reducido a una simple herramienta, alguien a quien manipular a conveniencia.
—¿Q-qu-qué...? —tartamudeó Dogday, su voz quebrándose—. ¿Mi celo...? ¿Qué tiene que ver con todo esto?
Se tenso mientras intentaba procesar la situación, pero cada vez se sentía más perdido. Elliot lo había observado todo este tiempo, lo había estudiado, y ahora quería "ayudarlo" con algo tan íntimo y vulnerable como eso, pero no parecía una oferta sincera, sino otro eslabón en la cadena de control que ejercía sobre él y los demás.
Dogday sintió el toque de los dedos de Elliot en sus orejas, acariciándolas con una suavidad que no le ofrecía ningún consuelo. Al contrario, se sentía inquietante, invasivo. Dogday se quedó congelado, sin saber qué hacer, su cuerpo paralizado entre el shock y el asco. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué Elliot estaba tocándolo así?, no debería tocarlo así se supone que es su creador, su padre, se sintió repulsivo y sucio que esos pensamientos lo gobernaran que corazón latía dolorosamente.
El perrito solar permaneció inmóvil, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos e imágenes que lo asaltaban sin piedad. Su cuerpo comenzó a temblar, no solo por la indignación, sino por la vergüenza, una vergüenza tan profunda que apenas podía soportarla. No podía comprenderlo, no quería comprenderlo. Su respiración se volvió errática, el aire apenas alcanzando sus pulmones.
Elliot sonrió, pero no era una sonrisa de consuelo, sino una sonrisa de alguien que sabía que tenía el control absoluto de la situación. Su mano, que antes acariciaba las orejas de Dogday, se deslizó con una lentitud calculada hacia su hombro, rozándolo con un toque casi imperceptible, pero cargado de significado. Era un gesto que pretendía ser tranquilizador, pero que solo aumentaba el asco y la incomodidad que Dogday sentía.
—Es simple, Dogday —dijo Elliot, mientras su mano descendía un poco más, rozando con deliberación la piel del perrito solar—. No deberías seguir negándote esa... satisfacción. Has sido muy bueno controlando tus impulsos, pero eso no es necesario. —Su tono se hizo más oscuro, más íntimo—. Yo puedo ayudarte a sobrellevar esto, a darte lo que has estado negando durante tanto tiempo. Solo imagina lo bien que te sentirías... sí simplemente te dejaras llevar.
Mientras hablaba, Elliot deslizó su mano más abajo, alcanzando el muslo de Dogday, acariciándolo con la misma lentitud perturbadora. El contacto, que debería haber sido reconfortante, se sintió como una invasión completa, como si estuviera reclamando algo que no le pertenecía.
Dogday quería apartarse, quería gritar, pero no podía. Estaba congelado, como si su cuerpo hubiera dejado de obedecerle. El peso de las palabras de Elliot, el tacto en su cuerpo, todo se sentía como una prisión invisible de la que no podía escapar. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pero no eran solo de tristeza, eran de humillación, de rabia, de impotencia.
—Solo piénsalo, Dogday —continuó Elliot, mientras su mano seguía trazando círculos lentos en su muslo—. Puede ser nuestro pequeño secreto. Nadie más tiene que saberlo. Solo tú y yo... como siempre.
Dogday no respondió, su cuerpo seguía temblando, sus pensamientos en un caos absoluto. Cada segundo que pasaba en esa habitación, cada palabra que Elliot decía, lo hundía más y más en una desesperación que no sabía cómo manejar.
En ese momento, Dogday finalmente reaccionó. Sus instintos animales, su necesidad de huir o luchar, tomaron el control. Se apartó de golpe, alejándose del toque de Elliot, respirando pesadamente, el corazón golpeándole con fuerza en el pecho. Su mirada estaba llena de pánico, de rechazo, pero también de una furia silenciosa, porque no quería que Elliot volviera a tocarlo, sentía tanto asco por él, tanto coraje que simplemente no podía continuar mirándolo, él ya lo había decidido, solo quería que Catnap fuera quien pasara su celo.
Solo el felino lunar podía compartir su cama, Catnap es el único sobre la tierra que amaba y tenía la confianza suficiente para entregarse a ese problema.
—No... —balbuceó Dogday, con una voz apenas audible. Apenas podía articular las palabras, como si su mente se hubiera apagado para protegerlo del horror de la situación. Porque no sería el fundador que le hiciera eso—. No... no quiero.
Elliot simplemente lo miró, su sonrisa no desapareció. Al contrario, parecía divertido ante la reacción de Dogday.
—Oh, Dogday —dijo, con esa misma voz calmada—. Estás siendo tan dramático. No tienes que decidirlo ahora... pero piensa en lo que te dije. Puede ser nuestro pequeño secreto. Además, te daré tiempo de pensar, por ahora puedes retirarte y descansar un poco.
—Elliot... y-yo quiero más tiempo por favor, no este celo quiero otra temporada quiero pensarlo. —No iba a decirle la verdad que fue Catnap con el que pasaría su temporada, si de por sí ya tenía una aberración fuerte por el gato no quería incrementar ese odio a su amigo.
—Adelante esperare pacientemente, ahora ve y descansa. —Por fin el fundador lo dejo ir y Dogday lo aprovecho, así que no dudo en ir corriendo a la salida, alejándose de ese lugar, sintiendo tanto asco mientras lloraba en silencio. No podía permitir más esa mierda, se sentía como si Moria por dentro, tanto asco le genero su propio cuerpo por los toques de Elliot. Que solo quería bañarse y lavarse en donde toco el hombre, corrió hacia la casa y cerro l puerta de golpe sintiendo por fin aliviado de llegar a su hogar.
Quería llorar y poder quitarse su piel, odiaba a Elliot cuando lo toco él jamás le había hecho eso, no entendía porque ahora lo hacía. Quería correr a su cuarto, pero al mismo tiempo quería ver a alguien y fue entonces que la imagen de Bobby se le vino a su mente.
Quería estar con su amiga en esos momentos, la única que podía hablar de este tema sin que perdiera la calma como Catnap.
Notas:
☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Comentario de la escritora☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚
Holaaaaa mis lindos lectores, les traigo otro capitulo mas de esta novela mexicana xd jajaj ok no es broma, pero si efectivamente este capitulo si que fue lo hice muy emocional, por supuesto quise aclarar como es que Dogday realmente le afecta el favoritismo de Elliot, como es que sufre a su lado y la verdad, no se si se han dado cuenta pero no es la primera vez que sufre de este tipo de acoso por parte del fundador.
Uff tiene su explicación esto, pero ya lo verán en los siguientes capítulos.
Espero que les haya gustado el cap, perdonen si es corto pero lo que viene definitivamente lo compensa es algo que muchos han estado jeje 7w7r, realmente espero que lo disfruten como yo al escribirlos, dicho esto me gustaría leer sus opiniones ante este nuevo capitulo uwu.
Psd: Subi un nuevo contenido de Catnap x Dogday, la cual se llama "Escritos Catday". Este escrito lo encontraran en mi perfil, básicamente es una recopilación de mis ideas, escritos, dibujos, HC y un enorme etc, de todo lo que se refiere al ship, espero que les guste pero no solo es un espacio que cree para mi si no también para ustedes, donde podrán participar activamente uwu, cuanto gusten.
Hace poco subi un dibujo nsfw de Catnap x Dogday 7w7r vayan a disfrutarlo jeje.
Bueno eso seria todo de mi parte, les deseo lomejor del mundo mis queridos lectores ¡¡¡lo amo!!! <3