ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
En progreso
1
¡Obra promocionada! 0
Fandom:
Tamaño:
planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Permitido en cualquier forma
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 1 Para la colección Descargar

Capitulo XIII. Pureza.

Ajustes de texto
Notas:
Link de una cancion si desean tener una gran experiencia: Poppy exhaló lentamente, abriendo los ojos con determinación mientras encaraba al Prototipo, quien la observaba con esa chispa inhumana y sádica en su único ojo rojo. Sabía que cualquier palabra mal colocada podría desatar el caos, pero había demasiado en juego como para ceder ante el miedo. El ambiente en la sala parecía volverse más opresivo con cada segundo que pasaba, el Prototipo aguardaba, y la presión era asfixiante. —Supongo, que ya te habrás enterado 1006. —Empezó ella tratando de mantenerse calmada, buscando que su porte se viera que no tenía miedo ante aquel ser. —Eso es evidente muñeca, pero lo que realmente me sorprende. Es que, en vez de delatar a Elliot como la sucia traidora que eres, sobre mi plan para evitar mi salvación, vienes aquí pensando que habrá una solución. —Expreso 1006, mostrando burla en sus palabras al mismo tiempo que su indiferencia crecía cada segundo, como si realmente esperara que Poppy delatara sus planes, lo que sea para evitar que pase la hora de la alegría. —¡No he roto el trato 1006! —Dijo ella interrumpiéndolo, dejando en claro su postura y al mismo tiempo sintió una rabia, por como pensaba así de ella. Lo que le hizo querer vomitar, aunque no le sorprendía en absoluto, después de todo no es secreto que el prototipo la odiaba terriblemente. —Como se te ha prometido, las reglas siguen en pie, los juguetes siguen con esta nueva modalidad de vida. —¿Y cuánto crees que va a durar esta "paz" a la que te aferras? —Pregunto el prototipo mientras giraba un poco su cabeza calaverita, mientras su ojo carmín observaba a Poppy, analizando su postura, su gesto e internamente sonrió al notar que ella estaba molesta, pero había una especie de deleite oscuro en la forma en que inclinaba ligeramente la cabeza, como si estuviera disfrutando de verla en esa posición vulnerable y desesperada. —Por eso vine a ti, para evitar que cambie esto y los juguetes puedan seguir manteniendo esta vida pacifica, porque si no hacemos algo... Elliot, realmente va a...—Ella comenzaba a sonar tan desesperada, al punto que comenzaba a bajar sus defensas y mostraba un poco de vulnerabilidad, al mismo tiempo que quería apelar a la ayuda del prototipo, que de inmediato noto este cambio y fue entonces que interrumpió, mostrando su propia indiferencia, aun queriendo que ella siguiera rogando, porque solo así para él , Poppy servía para algo. —¿Y por qué eso me importaría? —respondió él en un tono glacial, como si estuviera hablando de algo trivial, mientras su voz resonaba en la habitación, fuerte, contundente. — Si Elliot regresa a su antiguo modelo, me beneficiara a mí y a mis aliados. —Esa es la cuestión... —Poppy tragó saliva, esforzándose por mantenerse calmada bajo su mirada implacable, pero ella misma sabía que solo estaba fingiendo cuando estaba al borde del colapso—Tu salvación... solo causara un daño irremediable para todos, hasta con los que llamas hijos... a diferencia de ti, yo miro el bien para todos... —¡Error!, Solo miras por el bien de todos aquellos que pertenezcan a tu mundo ideal. No te atrevas a tratarme como un tonto Poppy, porque solo demuestra que eres una hipócrita sin remedio. —Interrumpió el prototipo, comenzando a contratar con sus palabras venosas, con un golpe seco, una de sus patas metálicas golpeó el suelo, haciendo eco en el silencio opresivo de la sala. Era una advertencia. Dejando en claro que no permitiría que ella siguiera fingiendo tener una superioridad moral cuando ella estaba siendo una doble cara en el proceso. los juguetes pequeños que se escondían en las sombras comenzaron a deslizarse hacia afuera, y empezaran a rodear a la muñeca, que al ver esto comenzó a sentirse nerviosa, al mismo que esto se sentía como una amenaza. Ya que sabía lo peligroso que son esas criaturas en grupo, lo que provocó que apretara sus puños, porque evidentemente 1006 había ordenado que salieran. —Estoy comenzando a cansarme de tu hipocresía muñeca, ¿Tienes alguna idea de lo afortunada que eres de que aún te permita venir aquí, de que sigas respirando, de que aún conserve la paciencia de escucharte? —Explico ya cansado de toda esta mierda. —Pude haberte matado en el momento que viniste con tu perro faldero, pude haberte aplastado en una de tus visitas para terminar con esta estupidez. Pero no lo hice, porque la verdad Poppy...—Este dio las señales a sus lacayos que comenzaran a correr en círculos, provocando que Poppy comenzara a ponerse más nerviosa y paranoica, porque no sabía que cosa estaba tratando de hacer aquel ser, ya ni siquiera sabía lo que pensaba como para predecir alguna acción a futura, solo sabía que tenía muchísimo miedo en esos momentos. Tragó saliva, intentando controlar el temblor de su cuerpo y tratar de retroceder mientras apretaba sus dientes y miraba a todas direcciones, buscando una salida, porque en esos momentos realmente tenía miedo de morir. No, más bien comenzaba a tenerle terror a 1006. —La verdad muñeca, —El Prototipo se inclinó aún más cerca, sus palabras impregnadas de un desprecio gélido— Es que me aburrí, Cuando llegaste, con tus grandes ilusiones de cambiar algo tan podrido, decidí darte una oportunidad. Me divertí contigo, reí cada vez que fallabas, disfruté de cada uno de tus intentos patéticos por controlar lo incontrolable. Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran en ella, regodeándose en su miedo. —Si estás aquí es porque yo lo decidí y lo permití. Cada momento en este juego lo he diseñado yo. Pero para ser sinceros, Poppy... ya me cansaste. Este juego terminó. —La voz del Prototipo se tornó cortante y fría, desprovista de toda emoción salvo una retorcida indiferencia. Poppy sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies, sus fuerzas desaparecían, y las palabras la abandonaban. Su vista se nubló y, por primera vez, sintió que no había escapatoria, que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Frente a ella, el Prototipo la miraba, sin un rastro de compasión, como si la condenara sin siquiera tener que pronunciar el veredicto final. Fue entonces que Poppy, sintió como su garganta se volvía un nudo y sus ojos se volvían cristalinos, entonces contesto en un momento de rabia. —¡Realmente eres un monstruo 1006! —Grito con coraje guardado. —¡Siempre pensaste que eras mejor que Elliot o el bastardo de Harley!, ¡Pero no lo eres!, ¡Eres igual o peor que ellos, manipulas, das esperanzas falsas y rompes esa visión!, ¡ERES UN MENTIROSO Y SUCIO BASTARDO! —Contesto aquella pequeña muñeca que, a pesar de estar acorralada, lo miraba con esa ira encendida que en su voz se notaba el coraje concentrado, como si de un veneno la ahogara. —No soy un monstruo por elección —respondió el prototipo, cargada de un profundo resentimiento, pero también de un dolor apenas reprimido— Y si lo soy ahora... es porque no me diste otra opción. —El brillo en su ojo rojizo parpadeó una vez más. — ¿Acaso esas serán tus últimas palabras? La muñeca entendió en ese momento, que realmente ya nada importaba, fue entonces que dejo salir sus lágrimas y permitió después de tanto tiempo, derrumbarse al llorar, el enojo se disipo y ella se permitió librarse de sus propias emociones, en sus ojos azulados se volvieron brillantes como una verdadera luna, y pronto esa luna desaparecería. Esta vez ya no hubo miedo, coraje, solo una profunda tristeza de no haber logrado más cosas, de no darle una vida digna a sus hijos, de no poder seguir con el ser que más amo en este mundo, de no poder defenderse de la basura de su creador. Así que la dulce muñeca con aroma amapola, solo cerro sus ojos aceptando que moriría con muchos arrepentimientos, pero para ella en esos momentos le gustó la idea, tal vez así podía descansar en paz y ya no tendría que seguir peleando, para ese punto mejor decidido dejarse morir. Poppy respiró hondo, intentando reunir lo poco de valentía que le quedaba. Sin apartar la vista de él, decidido antes de morir confesar por última vez, necesitaba liberar ese horrible clavo que su corazón tuvo por décadas. —Bueno, si voy a morir a hora 1006. Entonces te dedicare mis últimas palabras... solo a ti. —Su voz tembló, pero trató de mantener un tono firme mientras señalaba a los esbirros que la rodeaban. Aquello era lo único que le quedaba, su última voluntad. El Prototipo la miró en silencio, su ojo rojizo titilando como si considerara su solicitud. Finalmente, levantó una de sus patas metálicas y, con un simple gesto, dio la orden para que sus esbirros se retiraran. Las pequeñas criaturas retrocedieron, desapareciendo en las sombras, hasta que la sala quedó en un inquietante silencio. —¿Y ahora, Poppy? —preguntó él, en un tono cargado de frialdad—. ¿Qué te hace pensar que lo que tengas que decirme cambiará algo? —Aquel dios maquiavélico realmente pensaba que ella estaba utilizando otro de sus trucos, si algo aprendió a lo largo de las décadas es que jamás deben subestimarla, esa maldita muñeca podía dar vuelta a cualquier situación beneficiosa para ella. Por eso procedió con cautela. —Porque... porque quiero decirte la verdad sobre algo. Algo que he guardado durante décadas... sobre el porqué de nuestro final —dijo, su voz quebrándose al final. —¿Crees que me importa ahora, Poppy? —continuó, su voz temblando apenas con una emoción incontrolada— ¿Crees que voy a cambiar de opinión, solo porque al fin me dirás la razón del porque me abandonaste? Te has vuelto más ingenua de lo que recordaba... o simplemente desesperada. El Prototipo hizo una pausa, y sus engranajes chirriaron mientras daba un paso hacia ella. La veía en el suelo, rota, vulnerable, y por un momento, el eco de quien fue alguna vez pareció asomar en su mirada. Había una parte de él que todavía anhelaba aquella verdad, que necesitaba respuestas para llenar el vacío que había dejado su partida, un vacío que lo había consumido y transformado en lo que era ahora. —Pero... —su tono cambió ligeramente, tornándose más suave, casi como si el odio hubiera cedido solo un instante— Si es cierto que estás dispuesta a abrir esa herida, a contarme por fin por qué te fuiste... tal vez te escuche. Tal vez, por esa única verdad, esté dispuesto a tolerarte una última vez. Se inclinó hacia ella, su ojo rojo casi a la altura de su rostro, proyectando una sombra oscura y aterradora. Sus palabras salieron en un susurro helado: —Dime entonces, Poppy... ¿qué verdad es tan importante como para intentar detener a un monstruo que tú misma creaste? ¿Por qué ahora? Se enderezó, observándola con una mezcla de desprecio y curiosidad desgarradora. En el fondo, aún se debatía entre el odio y aquella chispa tenue de lo que alguna vez fue amor. No estaba dispuesto a ceder del todo, pero la idea de finalmente obtener una respuesta que había anhelado por décadas... lo mantenía en vilo. —Te escucho —añadió con una dureza resignada, aunque en sus palabras había un leve temblor que delataba cuánto le costaba mantenerse firme. —No lo hago para hacerte cambiar de opinión, lo hago para obtener un cierre... después de todo, esta será la última vez que nos veremos, que sabrás de mí. —Dijo esta vez con una sonrisa rota al estar tan cerca de él por última vez, lo miro directamente a su ojo metálico rojizo. Fue entonces que ella suspiro y como pudo se levantó para afrontar al prototipo, aun rota por toda esa pelea emocional, esta vez ya no había miedo, ni felicidad, ni siquiera enojo. No había nada, solo una simple muñeca hueca. Antes de que ella pudiera responder, Poppy cerro sus ojos y tomo un fuerte suspiro, porque sabía que no sería fácil confesar sus razones y los traumas que llevaron a eso, pero ella siempre quiso confesarle la verdad a 1006 y él merecía saberlo, después de todo ahora ya no le quedaba ya mas nada por que seguir peleando, cuando ya fue condenada a muerte. —Fue por Harley, él fue el causante de nuestra ruptura. —Dijo finalmente, la muñeca. El Prototipo la miró con un resplandor intenso en su ojo rojo, como si esa palabra —Harley— hubiera encendido algo oscuro y rabioso dentro de él. Sus engranajes chirriaron y sus dedos metálicos se tensaron, como si se resistiera a aplastarla en ese mismo instante. La rabia y el resentimiento se mezclaban con un profundo dolor, y por un momento, su voz sonó desgarradora. —¿Harley? —pronunció el nombre en un susurro afilado, lleno de veneno—Explícate. —Exigió esta vez 100% interesado ante esa verdad. —Nunca te lo dije, porque sabía que te volverías loco de celos. —Ella hizo una pausa lo que diría sería muy doloroso. — Como recordarás, Harley era el protegido de Elliot, el "nuevo talento" que él estaba moldeando. Mientras tú y yo... estábamos juntos, Harley comenzó a pasar más tiempo conmigo, haciéndose el amable... pero sus palabras se volvieron, extrañas. —Poppy estaba comenzando a ponerse nerviosa, lo que diría la hacía temblar. —Harley me insinuaba cosas o hacia comentarios bastante extraños que me incomodaban, quería decírtelo, pero sabia como actuarias y no quería que te castigaran... así que me lo guarde y preferí ignorar.... Fue mi error. —Dijo ella apagada. —Porque por alguna razón, Harley se enteró de lo nuestro y fue él quien nos delato. —Elliot al enterarse, me busco y bueno...—Ella de nuevo paro mientras miraba a la nada, con un vacío en sus ojos. — Casi me mata a golpes, su ira fue tan fuerte que no le importo que estuviera matando a lo que quedaba de su hija... me azoto tan fuerte contra las paredes y el suelo, que si no fuera por los trabajadores que nos acompañaban... digamos que ni siquiera estaría aquí mismo. —Pronuncio mientras sonreía de forma agotada, siendo irónico lo que decía. —Me llevaron en urgencias y curiosamente Harley me atendió... mi operación duro horas. Elliot me hizo realmente daño, tanto que reemplazaron alguno de mis órganos. —Explico la muñeca. — Por eso desaparecí un mes completo, sé que la viviste mal en ese mes que no te visite... ahora sabes la razón por la cual no lo hice. Mientras me debatía entre la vida y la muerte, Harley en una de esas me visito y me confeso que efectivamente él le conto sobre lo nuestro. El Prototipo no pronunció una palabra, pero su cuerpo parecía vibrar de ira contenida. Su ojo rojizo, normalmente frío y calculador, reflejaba ahora una tempestad de emociones que amenazaban con desbordarse. —Me dijo que todo era mi culpa..., que solo era una puta barata, que merecía lo que Elliot me había hecho y más, por haberme relacionado contigo... un ser que, según él, era peor que la basura... —Poppy recordaba muy bien aquellas palabras tan horribles que Harley le dedico, por supuesto solo lo resumió, porque evidentemente dijo cosas peores, pero ella solo quería terminar con ese relato de pesadilla de una vez por todas. —Fue entonces que ese despreciable monstruo, comenzó a confesarme su asqueroso amor... y que lo arruine todo al estar contigo...—La dulce muñeca no podía evitar hacer una mueca de asco total, al mismo tiempo que apretaba sus puños y tensaba su cuerpo, mostrando su desagrado al recordar esas horribles palabras. —En ese momento pensé mientras estaba en esa camilla recuperándome, si Elliot estaba por casi matarme a mi... a la que se supone que amaba como una hija, ¿qué te haría a ti... alguien que para él no era más que una herramienta desechable? —Confeso mientras esta vez lo volvía a mirar directamente mientras sus lagrimas bajaban por sus mejillas, dejando ver su total sinceridad. —Fue ahí que me di cuenta que debía protegerte de ese monstruo, porque un día borracho Elliot vino a buscarme. Rogándome perdón por haberme casi matado, que era lo único que tenía. Que solo lo perdonara, pero fue mi culpa por haberme involucrado contigo... así que Elliot ya había dado la orden de matarte, pero yo aproveche para rogarle a Elliot que por favor no te haga nada que yo fui quien te incito, que todo fue por mi culpa...—Poppy no mintió cuando dijo eso, ya que fue por ella misma que había hecho eso mismo que pronuncio. Ella fue la primera en dar en ese paso en la relación que se hizo con ellos dos. —Que tu no tenías la culpa de esto, así que le dije que, si te perdonaba la vida, entonces terminaría nuestra relación de inmediato. —Explico mientras volvía a vivir aquellas remembranzas traumáticas y se dio cuenta que realmente estaba muy jodida. —Elliot acepto esa condición, solo así te dejaría vivir... cuando me recupere, fui de inmediato a ti ...—Ella volvió a llorar de dolor de tan solo recordar cuán difícil fue esa decisión. — Fue el momento donde termine contigo... créeme que no hay día que no me arrepienta, te dije cosas horribles, te dije que no te amaba... pero es mentira... realmente te amo aun, pero no quería que murieras, tenía tanto miedo que te arrebataran de mi lado, que decidí dejarte ir por el bien de ambos... ¡YO REALMENTE LO LAMENTO TANTO! —Grito en un quiebre por completo, al mismo tiempo que comenzaba a llorar con descontrol y ella cubría su cara con sus manos, liberando sus lágrimas y mocos salir, mojando el suelo debajo de ella. Por fin podía confesar ese horrible secreto, la razón por la que termino su historia de amor. El Prototipo se mantuvo inmóvil, sin decir palabra. Observó el espectáculo de Poppy derrumbándose frente a él, su cuerpo temblando por las lágrimas. Pero, aunque la historia era trágica y convincente, el resentimiento y la desconfianza seguían ardiendo en su interior. Décadas de abandono y traición no se borraban fácilmente, y las palabras de Poppy aún resonaban como una posible manipulación calculada. Finalmente, con una voz tan fría como el acero, el Prototipo rompió el silencio: —¿Esperas que te crea después de todo este tiempo? —Su tono era gélido, cargado de sarcasmo y desprecio, pero en sus ojos se podía ver una pequeña chispa de duda, como si estuviera considerando la posibilidad, aunque mínima, de que ella estuviera diciendo la verdad. —Decías que me amabas, y luego me dejaste, como si todo hubiese sido un juego para ti. —Su mirada penetrante se mantuvo fija en ella, evaluando cada palabra, cada gesto. Él la seguía mirando con rabia, y aquel "corazón" aún le seguía doliendo al pensar en aquellos tiempos donde la amo tanto que podía haberle entregado el mundo entero, si ella se lo pidiera, su ojo rojo resplandeciendo con una mezcla de furia y confusión. —Dices que fue para protegerme, pero, ¿por qué debería creerte ahora? Al escuchar las palabras del Prototipo, Poppy sintió que su corazón se encogió, no solo por el dolor que había causado, sino por la desconfianza que aún lo envolvía. Las lágrimas seguían fluyendo, pero esta vez eran acompañadas de arrepentimientos, fue entonces que sabía que no podía ser perdonada después de años de abandono o tal vez la terquedad de ese ser no lo dejaba ver más allá de su propia rabia, así que decidido mostrarle otra verdad dolorosa. —Sabía que no me creerías...—Pronuncio ya cansada de todo, así que solo se levantó del suelo y comenzó a desabrochar el botón de su vestido. — No tengo más otra opción que mostrarte...—Dijo en un murmullo, mientras bajaba su cierre del vestido. El prototipo al ver esto comenzó a ponerse ansioso. —¿Qué tan patética debes ser, como para pensar que desnudarte de nuevo, podrás hacerme cambiar de...? —Pero el dios se calló. Poppy desaprovecho lo último y con un movimiento lento dejo caer aquella tela al suelo, para mostrar su cuerpo desnudo por completo. El cuerpo de la muñeca está segmentado en distintas partes, con uniones visibles en los hombros, codos, caderas y rodillas, lo que le da una apariencia de articulación similar a la de una marioneta o un muñeco clásico. Estas uniones parecen bolillas o esferas que permiten que las extremidades se muevan con flexibilidad. Pero a pesar de sus uniones, ella poseía un cuerpo bastante sensual, porque a pesar de poseer un torso pequeño, mostraba sus pechos redondos donde sobresalían sus pezones rosados, Sus muslos son redondeados y voluminosos, la cual conectaban hacia la pelvis que dejaba ver esa pequeña vagina por supuesto en la posición de ella no se podía ver más haya solo la parte de enfrente, pero El Prototipo sabía perfectamente que poseía unos labios tan tiernamente rosados, al mismo tiempo su cadera estaba bastante robusta, pero a pesar de estar muy curvilínea acentúa su apariencia tierna y frágil. Su piel tiene un acabado suave y lustroso que simula el material de una figura de porcelana, destacando su naturaleza de juguete, pero lo que ayudaba a destacar su preciosa piel "porcelana" son sus hermosas pecas que se mostraban en sus piernas, pecho, cadera en todo su cuerpo como si fueran hermosas estrellas o costelaciones. Ella siempre se le caracterizo por ser pura, con aquella piel parecida a la de una porcelana, a su personalidad tan dulce y tranquila similar a la misma luna. Pero a pesar de la belleza de su cuerpo realmente todo eso lo opacaba aquellas horribles cicatrices, una en su hombro, otra en su torso y una en su vientre, mientras que pequeñas cicatrices se veían por su espalda. Fue entonces que el prototipo vio ante sus ojos que Poppy no mentía, realmente esa fue la verdad por la cual su relación termino. El Prototipo sintió que la furia fría y calculadora que había sentido momentos antes comenzaba a tambalearse. Él la conocía, esa muñeca a pesar de su personalidad fuerte, ella realmente se cuidaba y admitía que podía ser un poco soberbia, pero al ver que, en ese hermoso cuerpo pequeño y frágil, aquellas cicatrices no podían ser falsas. Poppy no mentía. El Prototipo se quedó inmóvil, con su cuerpo deforme y retorcido proyectando sombras inquietantes en las paredes, iluminado por esa luz tenue y amarillenta que parecía realzar su monstruosidad. Su ojo rojizo, que antes destilaba desprecio, ahora se llenaba de una confusión dolorosa al observar las cicatrices en el cuerpo de Poppy. La forma en que esas marcas de su pasado desgarrador contrastaban con la delicadeza que él siempre había intentado ofrecerle lo llenó de una rabia incontrolable, no hacia ella, sino hacia Harley y Elliot. —¿Así que este es el legado que dejaron esos monstruos en ti? —Su voz resonó, grave y cargada de veneno. La angustia en sus palabras se mezclaba con la rabia. —Me hicieron dudar de ti, y mientras yo trataba de protegerte y amarte, ellos te destrozaron. Se acercó a ella, la ira brillando en su ojo metálico. Aunque el odio que sentía hacia ella había comenzado a desvanecerse, la amargura hacia sus agresores crecía como un fuego inextinguible. Recordaba con tanto cariño como cada vez que él la tocaba siempre buscaba ser lo más cuidadoso posible, siempre supo que la misma pureza de Poppy tenía que ser protegida y al mismo tiempo ser adorada, su belleza, su visión, todo de ella merecía ser adorado y apreciado, como una santa pura que él siempre vio a sus ojos, al igual que el amor de su vida, el siempre se aseguraba de que nunca sufriera daño, y ahora veía esas cicatrices, señales de que no había podido protegerla del sufrimiento, fue tantas remembranzas que sucedieron en su mente, que inconsciente levanto una de sus manos metálicas para tratar de tocar a Poppy, necesitaba saber si realmente es real todo lo que veía. —Bueno... ahora sabes la verdad...—Dijo ella tan agotada y humillada, porque aún no terminaba su historia. Se sentía tan miserable y sucia en esos momentos que no podía soportar seguir mostrando ese cuerpo manchado. —Sabes sol...—murmuró su apodo una vez más, como un eco de días pasados, cuando podía hablar sin sentir que caminaba sobre cáscaras de huevo. Se abrazó a sí misma, intentando proteger sus pechos redondeados del frío que la envolvía, mientras con la otra mano trataba de cubrir su pequeña vagina, expuesta y vulnerable. —Me das risa... El Prototipo estaba a punto de tocarla, pero se detuvo en seco al notar la desolación en su mirada. Poppy lo observó con una expresión vacía, mostrando su vulnerabilidad en un momento en el que su cuerpo parecía ser un recordatorio de todas sus heridas. —No sé si reír o llorar —respondió con una risa entrecortada, sintiendo la presión de su dolor, como si esa emoción se entrelazara con la tristeza que la consumía— A veces, parece que todo esto es un chiste cruel, ¿no?, porque te veo quejarte de tus maltratos de tus abusadores, pero.... Ella se detuvo un momento mientras suspiraba y bajaba su mirada. — Es patético...—Respondió con repudio, al mismo tiempo que alzaba su mirada para dejar ver sus ojos azulados, que mostraban su alma tan rota y desolada que jamás pensó 1006 verla de esa forma. — No sabes que estas en el paraíso. El Prototipo permaneció inmóvil, su ojo rojo centelleando con una mezcla de confusión y furia ante la osadía de Poppy. Cada palabra de ella era como un golpe, resonando en su ser desprovisto de humanidad. La tensión se hizo palpable, su figura deforme temblando levemente, como si los cables y las partes metálicas que lo conformaban vibraran en respuesta a su ira. —¿Cómo te atreves a minimizar mi dolor? —rugió, su voz retumbando con un eco profundo, lleno de desprecio. Sentía que la herida abierta en su corazón se expandía, incapaz de aceptar que ella pudiera comparar sus sufrimientos. No podía entender cómo Poppy, a pesar de su propio pasado lleno de cicatrices, se atrevía a juzgar el suyo. —¿Es estúpida esa maldita muñeca? —se burló, pero su risa fue amarga, carente de verdadero humor. El Prototipo se sintió atrapado entre su rabia y la imagen de la chica que tenía frente a él, cuya vulnerabilidad lo desarmaba. Había cuidado de ella, recordando cada instante de su tiempo juntos, cada toque, cada sonrisa. La ira que sentía no era solo hacia ella; se intensificaba hacia Harley y Elliot, los verdaderos monstruos en su mente. Aunque claro también sentía molestia que ella quisiera hacer que la mayor parte de su vida vivía una pesadilla, ante el dolor y la tortura a las manos de los humanos. — Jaja... no, lo que es patecito es que al fin te creo, pero... ¿decides insultarme? —respondió, dejando escapar un susurro de incredulidad. Pero al instante, sintió un nudo en su interior. La pena en sus ojos azulados lo desarmó, revelando una tristeza que él también conocía. — Poppy, realmente eres una idiota sin remedio... —No, prototipo... créeme tu ya te hubieras suicidado en mis zapatos. —Ella bajo sus manos esta vez para ponerlas en su vientre en especial, cuando sus dedos rozaron aquella cicatriz. — Porque no aguantarías que te violaran Elliot y Harley... Susurró ella, y esas palabras resonaron en la mente del Prototipo, llevándolo a un abismo de reflexión. Esa conexión con el dolor físico que ella había sufrido le hizo cuestionar sus propias experiencias de sufrimiento. El Prototipo se quedó inmóvil por unos instantes, incapaz de procesar las palabras de Poppy. Su ojo rojo, normalmente ardiente y lleno de odio, se apagó momentáneamente, como si aquel fragmento de humanidad que alguna vez tuvo intentara aflorar, luchando contra la furia mecánica que lo había consumido. Sus cables, tensos y cubiertos de desgarraduras de sus propias batallas, dejaron de vibrar. El silencio era opresivo, denso, y cada fibra de su ser parecía contenerse, conteniéndose de estallar. —Cuando me hicieron la operación, evidentemente Harley me salvo al remplazar mis órganos, pero lo que no sabias es que ese bastardo modifico mi útero y vagina, para hacerlos literalmente un juguete sexual. ¿Sabes lo enfermo que es eso? —Pregunto ella con ironía mientras sonreía de forma rota. — Después de terminar contigo, decidieron hacer más juguetes. Yo fui su primer "éxito", y experimentar contigo solo les dio nuevas ideas para crear cosas peores... —Pero, ¿sabes lo que realmente hicieron conmigo, ¿verdad? —continuó, cargando sus palabras con veneno, y con un toque de burla amarga. Sus manos se apretaron contra su vientre, y el Prototipo comenzó a comprender, el horror arrastrándolo como un remolino oscuro—¡Harley fue el primero en violarme!, ¡Jactándose de transformar mi vagina en un puto juguete sexual, la cual podía permitirme complacer a cualquier tamaño viril, sin que me rompa!, ¡Puede extenderse tan bien que Harley se aprovechó de eso!, ¡Aun teniendo el útero de una prostituta, no le importo inseminarme directamente, mientras yo sufría y el disfrutaba de mi pobre cuerpo! —Su voz se volvió más afilada y sus palabras más venenosas. —Me embarazó... fue un embarazo horrible, traumático. ¿Puedes imaginarlo? ¡Un experimento grotesco, intentando mezclar ADN humano con el de una muñeca! ¡De milagro sobreviví, si no fuera por la cesárea! — Ella señalo la cicatriz de su vientre. — ¡Y ESTA PUTA CICATRIZ ES MI RECORDATORIO DIARIO DE MI INFIERNO! —¡Vi como mi primer hijo, salió tan deforme que tuvieron que sacrificarlo, para solo quedarse con sus huesos y piel, lo demás se volvió inservible! —Poppy no iba a parar hasta que el prototipo supiera el verdadero dolor, no su estupidez cuando solo lo cortaban, quemaban o lo despedazaban. — ¡Después Elliot, me agarro más odio porque Harley me violo!, ¡ENTONCES SE LE OLVIDO QUE ME VEIA COMO HIJA Y ME HIZO SU JUGUETE SEXUAL! —¡Tuve a mi segundo después de que Elliot abuso de mí, día tras noche por semanas enteras!, ¡Mi segundo hijo cuando nació, tuvo el mismo destino que el primero!, ¡Mientras yo me volvía a debatir entre la vida y la muerte! —La muñeca apretó sus puños, al mismo tiempo que gruñía con tanta impotencia e ira, su vida es una mierda y ella ya no iba a seguir guardando aquel secreto. — ¡Entonces mucho tiempo después llego mi tercer hijo!, Jaja es tan estúpido e irónico, porque no fue de Elliot ni de Harley, fue un trabajador cualquiera borracho que me utilizo para su paja sin sentido...—Ella comenzó a reírse de forma irónica mientras comenzaba a llorar sin control, recordando aquellas escenas que la atormentaron cada noche de su existencia. —Cuando Elliot se enteró... me reprendió por permitirlo, como si tuviera alguna elección. —Contesto ella mientras sonreía de forma desquiciada, pues ya había llegado a un punto que no le importaba que su antiguo amante supiera lo que le hicieron. — ¡Solo así se dieron cuenta que cada embarazo me ponía un pie en la tumba!, ¡Solo así detuvieron mis embarazos y mejor encontraron una mejor manera de crear juguetes, sacar mis óvulos y experimentar con ellos de primera mano, para así ahorrarse tiempo y puedan ser más maleables! —¡Pero si crees que ellos dejaron de utilizarme como una muñeca sexual!, ¡ADIVINA, NO LO HICIERON! —Ella grito. —¡Solo me dejaron en paz después de que pasaran años y se aburrieran de mí, ... hasta que mi pureza, como ellos la llamaban, dejó de tener valor para ellos!, ¡Solo así termino mi sufrimiento!, ¡POR ESO ME DAS RISA!, ¡A TI SOLO TE CORTAN Y TE DESTROZAN!, ¡ESO ES MUCHO MEJOR QUE EL CASTIGO ME TOCO!, ¡SER VIOLADA POR HORAS, AL MISMO TIEMPO VEZ COMO MATAN A TUS HIJOS, Y HACEN MAS PARA EXPERIMENTAR CON ELLOS! —Cuando al fin termino de relatar su historia, no pudo soportarlo y se derrumbó volviendo a caer en el suelo, desnuda, vulnerable, humillada sin más. El Prototipo permaneció en un silencio cargado de tensión mientras las palabras de Poppy penetraban en lo más profundo de su ser. Por un momento, todo su odio, su furia, su sed de venganza y su resentimiento se desmoronaron, dejando un vacío oscuro y helado en su interior. Su único ojo rojo, ese símbolo de su tormento y su ira, parpadeó como si titubeara, y en lugar de irradiar su acostumbrado fulgor, parecía apagarse lentamente, absorbido por la sombría revelación de Poppy. Cada frase que ella pronunciaba era como un clavo que se hundía en su conciencia, hiriéndolo de una manera que jamás había experimentado. Cada vez que Poppy describía con detalle su sufrimiento, el Prototipo sentía una mezcla de repulsión y espanto que lo inmovilizaba. Su cuerpo, una amalgama de cables, metal y tejido inhumano, temblaba, incapaz de procesar lo que ella relataba. La cicatriz en el vientre de Poppy, que ella tocaba con sus delicadas manos, parecía quemarlo a la distancia, como si su propio ser se estremeciera ante la historia de violencia y abuso que ella había vivido en carne propia. Por primera vez, el Prototipo dudó de su propio sufrimiento. Los recuerdos de sus torturas, de las mutilaciones, del desmembramiento que había sufrido una y otra vez en manos de los humanos parecían insignificantes en comparación con el infierno que Poppy había soportado. Su obsesión con el dolor y la venganza, su odio hacia aquellos que lo habían transformado en un monstruo, comenzaron a palidecer ante el peso de lo que escuchaba. La crudeza de la realidad de Poppy le reveló una dimensión de sufrimiento que él, por más dolor que hubiese sentido, no podía comprender en su totalidad. Finalmente, dejó escapar un gruñido gutural, una mezcla de rabia y desesperación que resonó en la habitación. Su ojo rojo recuperó un destello, pero ya no era el brillo iracundo de antes; era una llama atormentada, reflejo de una confusión que lo desbordaba. —Yo... —Su voz sonó rota, vacilante. Jamás había mostrado vulnerabilidad, pero en ese momento, no podía evitarlo— No... no puedo imaginar... —Se detuvo, incapaz de seguir. La impotencia lo consumía, incapaz de expresar el horror que sentía ante la historia de Poppy. La rabia que lo había mantenido en pie se convertía en algo más sombrío, en una profunda desesperación que lo corroía. El Prototipo se acercó lentamente, sus movimientos rígidos y torpes. Las palabras apenas salían, pero esta vez con una voz suave replicando al de una mujer, resonando en un tono bajo y tembloroso: —Yo... he sido roto, destrozado, torturado... pero nunca... nunca he vivido algo así... —Su voz se quebró en un susurro, quería darle un poco de compasión a la muñeca, por ello utilizaba una voz diferente. Miró a Poppy, destrozada en el suelo, su cuerpo desnudo marcado por el pasado, por cicatrices que nunca sanarían. Sus pensamientos volaban a las ocasiones en que había soñado con venganza, con hacer sufrir a aquellos que lo habían destruido, que habían lastimado a los suyos, pero, frente a ella, esas fantasías parecían triviales, infantiles. El odio y la sed de venganza que lo habían definido se desmoronaban poco a poco, reemplazados por una angustia inexplicable, una compasión tan nueva y ajena que casi le resultaba repulsiva, muy natural cuando en esos momentos no sabía que sentir por la pequeña hembra. La imagen de Poppy derrumbándose ante él lo hizo sentir, por primera vez, como si el verdadero monstruo no fueran sólo los humanos, sino él mismo, incapaz de comprender el dolor ajeno. —Poppy, realmente... lo siento. —La dureza en su voz se suavizó, y algo parecido a una sombra de empatía cruzó por su rostro mecánico combinado con el hueso— Yo... he pasado todo este tiempo... ciego a tu dolor... ciego a lo que realmente sufriste... El Prototipo la miró derrumbada en el suelo, frágil y rota en cada sentido, mientras el eco de sus palabras seguía resonando en su interior, encendiendo en él una empatía que jamás creyó poder sentir. Sus cables y circuitos, habitualmente rígidos e impasibles, temblaban ante el peso de la revelación que Poppy le había arrojado. Por primera vez en décadas, no la veía como un simple fragmento de su pasado; en ese instante, Poppy era alguien tan herida y destruida como él. Respirando con dificultad, como si el mismo acto de existir en presencia de su dolor le costara, el Prototipo se inclinó hacia ella, extendiendo una mano vacilante. Sus dedos metálicos temblaban al acercarse, como si temiera que su toque pudiera fracturarla aún más. Finalmente, su fría mano tocó la mejilla de Poppy, limpiando las lágrimas que aún se aferraban a su piel, surcos de tristeza y trauma que parecían infinitos. Con torpeza, pero con un inusual cuidado, levantó su mentón, forzándola a mirarlo. Por primera vez en años sintió su piel y se dio cuenta de la sensación de frio en sus dedos metálicos, fue entonces que una remembranza se presentó ante sus ojos cuando la piel de ella, aun poseía tanta calidez cuando estaban juntos y supo que, a pesar de lo ocurrido, aunque odiara admitirlo aún la amaba y deseaba que volviera a él. A pesar que ella creyera que no poseía aquella pureza que tenía hace décadas, para 1006 fue lo contrario, lejos de las cicatrices o de maltratos, a pesar de lo fría que se sentía. Para él solo fue un deseo de tenerla de nuevo. La muñeca tenía los ojos inyectados en sangre, su expresión destrozada por el sufrimiento; las lágrimas le habían hinchado las mejillas y empapado el rostro, trazando un sendero de agonía silenciosa. Su voz, rota, se alzó entre susurros. —Hazlo rápido...—Pidió, con una vulnerabilidad desgarradora. El dios inclinó su cabeza, confuso por la petición. Ella, agotada de luchar, decidió continuar. —Esas fueron mis últimas palabras, por favor... solo que mi muerte sea indolora, es lo único que pido. Estoy cansada de seguir viviendo, solo hazlo rápido. —Volvió a rogar con clemencia, deseando que al fin su sufrimiento terminara. Aquel ser sintió como las palabras de Poppy se volvían dagas frías y sumamente dolorosas de escuchar, se culpó a si mismo de haberle hecho colapsar, así que solo bajo su mano, dejando de acariciarla solo paso de largo para tomar aquel vestido que ya hacía en el suelo sucio, al mismo tiempo que termino por cubrirla. Fue entonces que 1006 se alejó poco a poco hasta darle la espalda. Para 1006, cada palabra que salía de sus labios era como una daga fría y afilada que atravesaba su ser. Se sintió culpable, sorprendido por la intensidad del colapso de ella, como si todo el odio y la rabia que había guardado hacia ella le estuvieran siendo devueltos de golpe, dejando un hueco amargo y vacío. —No. —Contesto volviendo a poseer esa voz omnipresente, mientras la muñeca se quedaba perpleja al mismo tiempo que se encontraba en el piso arrodillada con sus manos en el suelo, mientras que su vestido le cubría su cabeza, ella alzo su mirada sin entender ese cambio de decisión. —¿No?, ¿Por qué?, ¿Por qué cuando te lo pido te niegas? —Pregunto sin entender la muñeca sin entender las decisiones de aquel ser, ese dios que solo deseaba su propia opción, era tan extraño porque al deshacerse de ella podría por fin hacer su salvación. Así que Poppy solo bajo la mirada realmente deprimida, sin saber lo que deseaba su ex amante, al mismo tiempo que con su propio vestido se tapó para tratar de calmar el frio que le daba esa horrible sala tan tétrica. —Porque me sirves más viva que muerta. —Explico el ser mientras alzaba su mirada al techo, observando aquellos ventanales donde podían verlo, lo analizo un poco buscando no tener ningún intruso. — He descubierto algo interesante...—Este volvió a observarla directamente esta vez metros a distancia. Finalmente se volvió hacia ella, y su mirada carmesí, brillante como una brasa encendida, se posó en la muñeca que temblaba frente a él, desnuda y vulnerable, un espectro de quien solía ser. La observaba con una intensidad casi calculadora, despojando su figura de cualquier capa de orgullo o dignidad que pudiera quedarle. —No somos totalmente diferentes, luna. —Murmuro su antiguo apodo dejando en claro que esta vez ya no había rencor u odio, no hacia ella. — Ambos sufrimos a manos de los mismos hombres. Ambos fuimos piezas en su juego... utilizados, separados, torturados. Nos negaron nuestra felicidad... nos arrebataron nuestro amor. —El prototipo avanzó, sus pasos metálicos resonando hasta que quedó frente a ella a un metro de distancia, sus enormes dedos curvados con una extraña reverencia hacia el pequeño cuerpo que alguna vez había querido destruir. Poppy lo miró, sintiendo cómo la frialdad de aquella sala parecía suavizarse ante sus palabras, que parecían quemar con el deseo de venganza que brotaba desde el fondo de su ser. —Tenemos enemigos en común Poppy, no es justo que mi ira caiga en ti cuando solo fuiste un peón para ellos. Además... —Con su ojo brillante de ese carmín que mostraba un deseo enorme de venganza y sangre ante esos dos bastardos, que la dañaron, que la separaron de su lado, que le provocaron a Poppy ese horrible trauma a ser sometida a tales bajezas. —Si tuvimos algo hermoso alguna vez... pero independiente hiciste un daño y uno que aun en fecha lo sufro, así que debes pagarlo con tu vida... la muerte solo será un perdón y un descanso para ti, Luna. Así que me asegurare que sufras conmigo el nuevo comienzo de esta nueva era, no te libraras tan fácilmente de mí, me asegurare de que estes a mi lado para que veas el infierno que creare para Elliot y Harley. —Pronuncio el prototipo con esa variedad de voces, al mismo tiempo que dejaba claro sus intenciones, probablemente era una forma rara y enferma de perdón o de aceptación. Era como si una propuesta perversa y enloquecida se hubiera colado en sus palabras, y, aun así, algo dentro de Poppy halló consuelo en ello. Era una promesa, oscura y enferma, pero una promesa al fin. Ella levantó la cabeza, y una sonrisa torcida empezó a formarse en su rostro mientras la emoción se agitaba en su pecho. —Jajaja...—Ella comenzó a reírse esta vez con una nueva energía renovada, levantándose poco a poco mientras presionaba su vestido contra su cuerpo con una sola mano. — De verdad... eres un terco y necio, jamás cambiaras eso... pero si este es la forma que me dices que ahora somos compañeros, en este nuevo inicio... entonces me quedare a tu lado, sol. Para ver como tus llamas quemas a esos bastardos. —Ella con cierto rencor y felicidad en sus palabras, deseando ver ese momento en el que Elliot y Harley caigan por lo que le hicieron, en especial por todos sus queridos hijos. Para la muñeca fui irónico la situación, hace tan solo unos minutos él prototipo la odiaba a muerte y ahora, la deseaba viva y a su lado. No sabía que tipo de propuesta retorcida es esa, pero por alguna razón en vez de sentir miedo o asco, pero en realidad le había gustado escucharlo, probablemente porque al fin tendría una oportunidad de pagar sus errores y sus pecados. —Después de todo... el enemigo de mi enemigo es mi amigo...—Dicho esto ella estiro su mano, para sellar un nuevo trato en donde esta vez habría ayuda de verdad. El prototipo sonrió internamente a pesar que no podía hacerlo por la falta de piel, pero aun así este bajo su mano para estrellarla con la de la muñeca. Poppy sin poder contener su emoción dio un paso hacia adelante, pero en el momento sintió como su cabeza daba vueltas y un vuelco en su corazón se sintió tan duro, que comenzó a ver borroso y su cuerpo comenzaba a volverse tan débil, que perdió la fuerza de sus piernas y se sintió tan ligera que se dejó caer. —"¿Qué me pasa?" —Se pregunto internamente mientras miraba como la imagen del prototipo se volvía borra y oscura, al mismo tiempo que notaba como este parecía extremadamente preocupado, aunque claro probablemente lo imagino. El Prototipo observó horrorizado cómo el cuerpo de Poppy, frágil y agotado, comenzó a desplomarse. Sin perder un segundo, su mano metálica se movió con precisión para atraparla antes de que tocara el suelo. Sus dedos se cerraron con extrema suavidad alrededor de ella, cuidando de no herirla, mientras la colocaba con delicadeza sobre su palma abierta. —¡Poppy! — Exclamó, la desesperación asomando en su voz artificial, con una voz que, por primera vez, traicionaba su aparente indiferencia, como si, por un instante, volviera a ser aquel ser que alguna vez se preocupó genuinamente por ella, y temor que él mismo no reconocía como suya. La muñeca yacía ahora en su palma abierta, sus ojos cerrados y su respiración ligera. No había rastros de agonía en su rostro, solo un cansancio profundo, como si el peso de sus traumas y largas noches sin dormir la hubieran finalmente vencido, aunque probablemente la gota que derramo el vaso fue aquella explosión emocional. El Prototipo, aún agitado, observó el delicado rostro de la muñeca, notando cómo el vestido apenas cubría su cuerpo frágil y expuesto. La preocupación comenzó a desvanecerse lentamente al comprender la causa de su colapso: no era una enfermedad mortal, ni un daño irreparable, sino simplemente agotamiento. Él sabía que ella había estado trabajando sin descanso, en jornadas interminables y con la presión de encontrar algo, cualquier cosa, que le permitiera enfrentarse a quienes la habían traicionado. El Prototipo ya había conocido sus intenciones, pues había enviado a sus "juguetes pequeños" a observar cada uno de sus movimientos, a informarle sobre sus decisiones y fracasos. Con esa certeza, dejó escapar una risa seca, llena de amarga ironía, como si se burlara de la situación que los había reunido nuevamente en circunstancias tan extrañas, Era irónico, casi poético, cómo su obsesión y dedicación la habían llevado a este estado, y cómo ahora él, el mismo ser al que ella había traicionado, era quien debía velar por ella. —Luna... —murmuró, utilizando el apodo que solía emplear en tiempos menos oscuros. "Luna" era su luz, su consuelo en medio de la oscuridad. Ahora, esa luz parecía rota, apagada por la crueldad de sus propios captores y por la carga que él mismo le había impuesto. Su tono era suave, casi íntimo, un eco de una conexión que una vez compartieron. Al pronunciarlo, sintió una punzada de emociones complejas: rabia, nostalgia y una extraña ternura que no recordaba haber experimentado en mucho tiempo.— Sigues siendo tan obstinada... persiguiendo tus propios ideales sin pensar en las consecuencias. Aun cuando nos encontramos en lados opuestos, todavía te esfuerzas... ¿por qué? La tenue respiración de Poppy se alzaba y caía lentamente mientras yacía en su mano, su pequeño cuerpo tembloroso aún cargado de las marcas de un sufrimiento profundo. La imagen despertó en él un impulso casi olvidado, algo que llevaba siglos sofocando: compasión. Era una emoción extraña, algo que se mezclaba con su rencor y su propio deseo de venganza. La ironía de la situación no le era ajena; ella, pidiendo morir y él, negándoselo, porque incluso en su cruel determinación, no deseaba perderla, no de esta manera. Había sufrido por ella y, en su retorcido corazón, quería que compartieran el infierno que él mismo estaba por desatar. Pero que ahora le hacía acariciar su mejilla suavemente con la punta de uno de sus dedos metálicos, siendo más cuidadoso de lo que jamás lo había sido, disfrutando de su piel fría falta de calor, suave como cuando la recordaba, admirando sus pecas y sus pestañas tan finas, un gesto casi tierno, aunque carente de vida, observando cómo su rostro relajado reflejaba esa paz temporal que el sueño le había concedido. —Es irónico, ¿no? —dijo, hablando tanto para ella como para sí mismo—. Quieres entregarte a la muerte, pero me niego en dártelo. Y yo... me empeño en odiarte, pero aquí estoy, sosteniéndote como si fueras lo único valioso que me queda. Prototipo sintió una mezcla de satisfacción y algo más profundo, una emoción que se resistía a definir, mientras miraba el cuerpo vulnerable de la muñeca descansando en su mano. La sola visión de ella, envuelta en su vestido, apenas cubriendo su piel desnuda, era un recordatorio de las veces que la había deseado destruir... y de las veces en las que había sentido algo distinto. Algo que ahora, entre la bruma de su rencor y deseos de venganza, reconocía como una sombra de afecto retorcido. Con una última mirada a la muñeca que había compartido tanto con él, incluso en su sufrimiento, el Prototipo habló en un murmullo bajo, más para sí mismo que para ella: —Descansa ahora, pequeña Luna. Te necesito fuerte para lo que viene. No podrás escapar de mí... ni de la venganza que juntos desataremos. Y aunque sabía que ella no podía escucharlo, sintió un oscuro consuelo al saber que esta vez, ella estaría a su lado, tal y como lo había deseado, aunque solo fuera para presenciar el fin de aquellos que les habían arrebatado la paz y el amor que una vez creyeron tener. Fue entonces que con un fuerte pisotón llamo a sus esbirros, que volvieron a salir de las penumbras, aquellos juguetes pequeños afelpados. Quienes solo se sentaron y reverenciaron a su dios esperando una nueva orden. Mientras 1006 se encontraba parado estoico, sin quitar la mirada de aquella muñeca semi desnuda acostada en la palma de su mano. —Traigan almohadas y cobijas, de inmediato y díganle a mi pequeña oyente que venga en seguida. —Pronuncio su nuevo mandato a lo que los mini peluches asintieron y fueron a traer las cosas que necesitaba. Solo pasaron unos minutos cuando trajeron las almohadas las cuales apilaron para que se hiciera una cama, así que el prototipo con mucho cuidado deposito a Poppy en aquella suavidad que le esperaba, no sabía de donde lo habían sacado pero lo importante es que son demasiadas cómodas para la muñeca que de inmediato movió un poco su cuerpo para acomodarse. El prototipo antes de hacer otra acción tomo el vestido de la muñeca y con el cuidado que merecía, comenzó a ponérselo a Poppy, pero antes de eso se detuvo. Para poder observar las cicatrices que poseía aquella muñeca dormilona, primero con uno de sus dedos rozo la cicatriz del hombro, dejando ver que se veía bastante profunda para notar que le faltaba un poco de piel, lo que hizo que 1006 se sintiera molesto y enfurecido al pensar que clase de tortura la sometieron, para que se quedara así esa horrible marca, después bajo recorriendo su precioso cuerpo desnudo, hasta pasar por sus diminutos y redondos pechos, lo que provocó que un roce en uno de sus pezones fuera suficiente para que ella soltara un gemido casi silencioso, 1006 rápidamente aparto su mano, un poco impactado de esa reacción, pero al ver que no había más reacciones noto que de alguna forma extraño escuchar ese sonido. Le gusto y un pequeño recuerdo se hizo presento que le hizo sonreír internamente, ya por último hecho un vistazo rápido a sus piernas para ver si tenía otra cicatriz, pero al subir su vista no pudo evitar observar la intimidad de la muñeca. Se pregunto seriamente, ¿Por qué Poppy no tenia nada debajo de su vestido? Realmente le desagrado terriblemente esa idea de que ella caminara por toda la fábrica, sin cubrir su coño y pechos con un sostén o un calzón. ¿Quería ponerlo provocarlo? 1006 no dudo en gruñir ante esa idea, pero por esta vez no quiso averiguar nada más. Pero tampoco iba a seguir explorando más esas zonas, después de todo no era como Elliot o Harley, así que volvió a bajar su mano para rozar las cicatrices de Poppy, queriendo ver el daño provocado, el costado de la muñeca a pesar de tener otra marca no se veía tan dolorosa como las otras dos, por ultimo vio y analizo la cicatriz del vientre de la muñeca, sabiendo que esa es la que probablemente más dolor le causaba a Poppy por el trauma que le dejo, así que sin dudarlo comenzó a rozar y acariciarla un poco, como si deseara aliviar su dolor psicológico. Mostrando esa preocupación e incremento la ira hacia esos dos bastardos, sin más remedio comenzó a vestir a Poppy dejando de lado sus curiosidades, después solo la arropo con las sábanas que trajeron sus esbirros. Hasta que escucho la voz de alguien más, interrumpiendo la forma en la que admiraba y velaba los sueños de la muñeca. —¿Me buscabas mi señor? —Pregunto una voz femenina. El prototipo se volteo para observar el juguete que llego, aquella solo era un tipo murciélago humanoide de pelaje blanco y rosado, con un collar con la forma de una gota de sangre, orejas largas y rosadas, con un cuerpo curvilíneo dejando ver que es una hembra y una gran pelusa similar a la de Bobby para cubrir sus pechos. Ella le dedicó una sonrisa tétrica y siniestra, pero al llegar ante su dios, se arrodilló en señal de respeto. Alzó la vista, y sus ojos captaron algo que la hizo fruncir el ceño: sobre una improvisada cama, descansaba la muñeca. Poppy yacía tranquila, respirando con suavidad, como si fuera ajena a la hostilidad que la rodeaba. La mirada del murciélago se oscureció, sus pupilas se estrecharon, y una chispa de disgusto se encendió en su expresión al ver a la enemiga jurada de su dios tan cerca de él, reposando como si todo estuviera en calma. —Es bueno que llegaras, hija mía —pronunció, mientras se inclinaba ligeramente hacia la muñeca dormida y tiraba de la cobija, cubriéndola con suavidad. Luego, se enderezó y dirigió su atención a la recién llegada—. ¿Reconoces a Poppy? El murciélago asintió, aunque su confusión era evidente. —Por supuesto mi señor, ella es su enemiga... pero no entiendo mi señor, ¿Por qué su enemiga, la persona que odia está aquí en esa condición? — preguntó, la incredulidad teñida de molestia en su voz. Poppy era, después de todo, la misma figura que su dios había despreciado y advertido que evitaran. La muñeca era, según sus enseñanzas, un mero peón de Elliot, alguien de quien debía desconfiarse y mantenerse a distancia. —Curiosamente Poppy y yo tenemos el mismo enemigo, así que podría decirse que por ahora somos aliados. Aunque claro... después de enterarme de ciertas cosas, deberías comenzar a tratarla también con algo de respeto hija mía...—Menciono mientras se alejaba de la muñeca y se dirigía a Rabie Baby, la cual el murciélago rápidamente levantó su mirada y sin poder entender su cambio pidió una explicación. —Pero mi señor ella...— El murciélago, a quien llamaban Rabie Baby, abrió los ojos aún más, confundida y, en el fondo, herida por la orden que sentía traicionaba las advertencias que su dios mismo había impuesto. Iba a protestar, pero 1006 levanto su mano, mostrando que no permitiría que continuara. No estaba molesto, ni iba a regañarla; él comprendía sus emociones. Al fin y al cabo, él mismo había alimentado ese desprecio hacia Poppy, incitando a sus seguidores a desconfiar de ella. Pero ahora, las circunstancias habían cambiado, y si su plan debía cumplirse, tendría que desenterrar algunas verdades dolorosas, aunque incompletas. Él la miró con una severidad que contenía una revelación cargada de intenciones. —Es tu madre. —Respondió directamente esta vez revelando ese secreto como si nada, tenía un plan en mente y para eso los juguetes debían saber de dónde venían. Por supuesto guardaría ciertas cosas para sí, ya que no era momento de revelar toda la verdad, así que por ahora solo se conformaría en hacer que la imagen de Poppy cambiara porque sentía que debía compensarla, al arruinar parte de su imagen entre los suyos. El aire en la sala se volvió denso, casi irrespirable. Rabie Baby quedó inmóvil, como si esas palabras fueran un golpe directo. Sus ojos, antes llenos de desprecio, ahora reflejaban incredulidad pura. La idea la repelía y la atraía al mismo tiempo, un torbellino de emociones que desbarataba todas las lecciones que había aprendido de su dios. —¿Mi... madre? —La voz de Rabie Baby salió entrecortada, como si esa palabra quemara en su lengua. —Sí, Poppy es tu madre, y no solo tuya —continuó 1006, su voz cargada de una frialdad calculada que hacía temblar incluso a sus seguidores más leales—. Cada juguete aquí... cada uno de ustedes nació gracias a ella. Fue de sus propios óvulos que Elliot extrajo la esencia que les dio vida. Así que, en el sentido más literal, Poppy es la madre de todos los juguetes de esta instalación. Rabie Baby intentó procesar sus palabras, mirando a la muñeca dormida con una mezcla de confusión y repulsión. Siempre había visto a Poppy como una enemiga, una traidora, alguien indigna de respeto, pero ahora... ¿cómo encajaba esta revelación con todo lo que creía saber? —Pero... ella siempre fue un peón de Elliot, mi señor. Siempre ha estado al servicio de él —intentó protestar, aunque su voz temblaba. El prototipo se acercó, sus ojos como dos pozos insondables de poder y autoridad. —Y quizás eso fue lo que te hice creer, hija mía, lo que todos ustedes creyeron —replicó, sin perder el control de su tono—. Pero las circunstancias han cambiado. Todos ustedes, los juguetes... en cierta forma, nacieron de ella. Poppy no es solo un enemigo al que despreciar, ni una simple creación de Elliot. En cada uno de ustedes corre un fragmento de su esencia. Extractos de sus células, de su vida, fueron utilizados para darles forma, para darles alma. Poppy es más que un peón de Elliot... es la madre de todos los juguetes. Rabie Baby apretó los puños, sus garras de pelaje blanco y rosado temblando ligeramente mientras luchaba contra la rabia y el desconcierto. A pesar de su apariencia tierna y juguetona, todos sabían que ella era la espía más eficaz del prototipo, siempre en busca de secretos, su afilado oído escuchando los rumores y chismes que circulaban entre los juguetes. Su reputación como chismosa y recolectora de información le había ganado la confianza de su señor, y lo que ella dijera pronto se extendería como el fuego entre sus compañeros. El prototipo lo sabía. Sabía que Rabie Baby, con su lengua afilada y su habilidad para sembrar ideas, era la pieza clave en esta revelación. —Por eso te necesito, Rabie —dijo, su voz ahora un susurro en la penumbra de la sala— Tu habilidad nos ayudara a crear un nuevo plan, por esto te pido que trabajes para ella, desde hoy en adelante, deberás tratarla con el respeto que le corresponde. Rabie Baby bajó la mirada, sin atreverse a mirarlo a los ojos, luchando con el torbellino de emociones que giraban en su interior. Había aprendido a temer y respetar al prototipo, a obedecer sus órdenes sin cuestionarlas, pero esto... esto era demasiado. —Lo haré, mi señor —dijo finalmente, su voz apenas un susurro lleno de resignación y una pizca de desconcierto. El prototipo asintió, complacido. Sabía que su espía cumplía su deber con diligencia y lealtad. Sabía que sus palabras, una vez pronunciadas por ella, se extenderían entre los juguetes como una verdad ineludible. —Eso espero, Rabie. —concluyó, antes de volver la vista hacia la muñeca dormida, sus pensamientos tan insondables como siempre. Rabie Baby dio un último vistazo a Poppy, su expresión una mezcla de odio contenido y extraña curiosidad, antes de retirarse, dejando que su mente procesara esta revelación monumental. El Prototipo se volvió hacia los demás juguetes pequeños, sus ojos oscuros y profundos fijos en ellos. El silencio era palpable, cargado de una tensión que pulsaba en el aire. Cada juguete sentía la magnitud de lo que estaba a punto de suceder, pero ninguno se atrevía a interrumpir el momento. —Déjenlos solos —ordenó con un tono firme, y su voz resonó como un eco en la vasta sala. Los juguetes, aunque reticentes, obedecieron. Se retiraron, sintiendo la gravedad de la situación, y el Prototipo supo que ahora estaban realmente solos. Cuando ellos se retiraron por los ductos de ventilación, un silencio reverente se apoderó del espacio. El Prototipo se acercó a Poppy, cuyas facciones estaban tranquilas en su sueño. La muñeca, tan hermosa como en su recuerdo, emanaba una fragilidad que contrastaba con el caos que la rodeaba. Con delicadeza, el Prototipo se arrodilló a su lado, colocando su mano grande y metálica sobre su cabeza, por supuesto con sus dedos tuvo que acariciarla. Mientras contemplaba su rostro, un torrente de emociones lo atravesó. Había sido un tiempo desde que sentía algo así, y aunque la venganza ardía en su interior por las injusticias sufridas, el deseo de proteger a Poppy creció con fuerza, después de todo no podía enojarse con ella cuando supo la verdad sobre su separación. Se recostó a su alrededor, formando un círculo a su alrededor, una muralla de acero y sombra que prometía defensa y seguridad. —Esta vez, las cosas serán diferentes —murmuró, su voz un susurro lleno de determinación. Aunque sabía que el camino no sería fácil y que las cicatrices del pasado seguirían allí, había una nueva esperanza que comenzaba a brotar. Poppy tenía planes, y él estaba decidido a ayudarla en su búsqueda de venganza contra Elliot y Harley, no solo por los hijos maltratados de Poppy y suyos, sino también por como ellos los habían separado. La rabia se transformó en un fuego renovado dentro de él. En su corazón, una nueva resolución tomó forma: si Poppy quería destruir a aquellos que habían causado tanto daño, él le ayudaría a que se cumpliera, comenzar a regresar los golpes poco a poco y aun sabiendo que probablemente fracasaría, su hora de la alegría seria su golpe final. La sombra del pasado podría haber dejado su marca, pero ahora estaban en terrenos desconocidos, donde podrían reescribir su historia. Mirando a Poppy, el Prototipo sintió que estaba tomando la decisión correcta. Aunque no había una resolución clara en ese momento, sí había un nuevo comienzo. La oscuridad que los rodeaba no podría consumirlos, no mientras él estuviera a su lado. Mientras su mirada se posaba en la muñeca, una promesa silenciosa se formó en su mente. "Hare que paguen por lo que nos hicieron". Y así, rodeados por las sombras de lo que alguna vez fueron, el Prototipo y Poppy se sumieron en un sueño compartido, donde la venganza y la protección se entrelazaban, preparándose para el enfrentamiento inevitable que vendría. Era un nuevo capítulo, y esta vez, no estaban solos. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Comentario de la escritora☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ¡Hola mis queridos lectores, soy yo Kiara! ¡¡Hola de nuevo!!, Jejej aquí estamos otra semanita mas. Espero que les haya gustado este capitulo. Si que estuvo fuerte, bueno personalmente para mi lo fue ya que bueno... quise hacer que al escribir como lector se pudiera sentir las emociones de Poppy al confesar que sufrió de varias violaciones por parte de Elliot y Harley. Cosa que reflejara el trauma ante lo ocurrido, espero haberlo logrado, personalmente me siento satisfecha, pero me gustaría saber la opinión de ustedes, ¿Les gusto?, ¿Qué piensan del capítulo?, realmente amo leer cada comentario y hago lo posible para siempre responderles uwu, a si que no duen en dejas sus comentarios. La cancion que puse que se llama "pure", basicamente refleja a Poppy hace decadas cuando estaba enamorada del prototipo y vicebersa, a pesar que ella no siente pura, 1006 es todo lo contrario y mas, porque para él, ella sigue siendo alguien pura y toda una santa, alguien a quien adorar y amar. Ahora si pasemos a lo siguiente, ahora bien... como vez esta historia esta tomando mas lore y esta comenzando ya a tocar temas como el suceso de cosas mas oscuros, cosa que como adverti aun seguirá pasando realmente grotescas. Asi que se considera discresion al seguir leyendo. Dicho esto dios mio... he estado atrasada a la hora de escribir el arco, mas que nada la vida personal me ha mantenido ocupada TwT. Solo quedan 5 capitulos y ya me alcanzarían jaja, asi que ya tengo que meterle turbo para terminar los últimos capítulos si o si, no quiero dejar mi arte botado o ya dejarlo como otros. Pero en fin jeje supongo que continuare escrienbo los siguientes capítulos después de hecharme una siestecita. Bueno eso seria todo, los amo a todos y los veo en los comentarios muack~,<3
1 Me gusta 0 Comentarios 1 Para la colección Descargar
Comentarios (0)