ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
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planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
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Capitulo XXIII. Lo Que Nos Arrebataron

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Notas:
El sonido rítmico de la respiración de Catnap y Dogday llenaba la habitación en un vaivén acompasado. La luz artificial de la fábrica filtraba un resplandor tenue a través de la rendija de la puerta, iluminando con tonos dorados el pelaje de ambos. Dogday estaba acostado en la cama mientras gemía con dulzura disfrutando se ser abrazado por Catnap, ambos se encontraban enroscados en aquellas sabanas suaves que servían para su nido de amor, el cachorrito permitió que Catnap pasara su lengua áspera por su oreja con la paciencia felina que lo caracterizaba. Cada lamida era precisa, meticulosa, un acto de instinto tanto como de afecto. El perro cerró los ojos un instante, disfrutando del gesto con una sonrisa leve, su cola moviéndose con suavidad contra la cama. —Te ves nervioso —murmuró Catnap entre lamidas, su voz ronca por el uso limitado de sus cuerdas vocales, el felino para por unos segundos dejando de acicalar a su pareja. Dejando ver a un perrito solar bastante sonrojado pues disfrutaba mucho que el felino lunar, lamiera sus orejas y lo acicalara, dejando en claro que se había vuelto adicto a su amor. Dogday abrió los ojos y giró el rostro, su hocico rozando el mentón del felino antes de devolverle la cortesía, deslizando su lengua sobre la suave pelusa de su mejilla, haciendo que Catnap ronroneara con gusto, porque este solo pego su cachete contra el de Dogday, ambos acariciándose mutuamente. —Lose... es solo que al fin nos concedieron visitas para ver a Poppy... estoy ansioso, hay tanto que quiero hablar con ella... y tengo miedo de muchas cosas. —respondió el perrito dejando en claro su nerviosismo mientras su cola se movía un poco más, dejando ver que estaba ansioso por el resultado. Hace dos días que Poppy había salido de operación y Jane ni las otras doctoras como enfermeras que la vigilaban les habían permitido visita. El único que podía solo era Elliot, aunque claro él es el fundador por lo que tenía mucha lógica. Algo que cada vez que Dogday lo veía lo aterraba de sobre manera, pues hace tan solo 4 días había sufrido de una agresión sexual por parte de Elliot. Lo que hacía que el perrito entrara en pánico y llorara con tan solo verlo, haciendo que sus amigos no dejaran solo a Dogday, dejando en claro que nunca permitirían que el fundador se acercara. Por supuesto todos sus amigos estaban furiosos con Elliot, pero en especial Catnap que había dejado en claro que lo mataría si lo volvía a ver, haciendo que los Smalling Critters se asusten porque sabían que Catnap es capaz de cumplir con su palabra, por lo que rápidamente lo persuadieron para desistiera de la idea y que esperaran a que se lo contaran a Poppy. Cosa que el felino a mala gana acepto en especial porque Dogday tuvo que suplicarle que no lo hiciera, ya que aún tenía muchísimo miedo de que Elliot tomara de nuevo represarías contra Catnap. La sola idea de perderlo hacia que el perrito entrara en una depresión fuerte. Por supuesto ya habían pasados 4 días desde que Poppy sufrió el ataque de Harley, gracias la llegada de 1006 que había vuelto, habían calmado las cosas pues al menos los juguetes volvían a tener un líder en el que podían apoyarse y guiarse, aunque claro eso involucraba traer nuevos problemas, aunque era más en el apartado sobre el origen de todos. Algunos juguetes aun seguían deprimidos por la noticia de lo que eran y otros les importaba muy poco, mientras que unos simplemente se dejaron morir por la misma incertidumbre de todo. Cuando Dogday se enteró de esa noticia simplemente lloro por no ser un mejor líder, porque 3 de los suyos habían acabado con sus propias vidas. Lo único que pudo hacer por ellos fue un funeral y no olvidar sus nombres. Dogday apenas había estado cuerdo en esos días, si no fuera por sus amigos y novio la presión de ser un buen líder y no entrar en pánico cada vez que dormía porque el terror que le sentía a Elliot, había aumentado de forma alarmante. Lo estaba volviendo loco si no fuera por ellos en esos momentos seria el cuarto el que debía tener un funeral. Además de que los empleados hace dos días habían vuelto a trabajar haciendo que de alguna manera fuera un milagro para los juguetes, aparte de que al fin ayer el niño del orfanato había vuelto con ellos, haciendo que los juguetes se volvieran más felices pues cuidar a los pequeños hizo que tuvieran un respiro ante esos horribles momentos, porque el trabajo extra hacia que los juguetes se distrajeran y trataran de olvidar la pesadilla que se volvió esos días sin aquella madre pelirroja. Además de que ahora la sala de espera donde estaba la habitación de Poppy casi siempre estaba lleno por los juguetes fieles a ella y otros pocos del Prototipo. Pues querían ser también los primeros en saber cómo se encontraba. Todo se había vuelto un caos en esos días. Pero ahora mismo el perrito estaba muy a gusto dejando de lado su ansiedad, ser mimado por su novio hacia que el canino sonriera y chillara de emoción. Catnap se acomodó, esta vez enroscando la cola alrededor del can con un gesto protector. —Probablemente ella también este ansiosa de verte y de ver a los demás. —Pronuncio el felino mientras miraba a su novio que solo se quedaba quieto acorrucándose en su pecho, mientras movía su cola suavemente. —Tal vez... aunque conociéndola... ella estará tranquila y querrá volver a poner orden. —Dijo el perrito reconociendo que Poppy podía ser muy activa en su trabajo, en especial cuando se trataba de organizar la fábrica para los juguetes, sus hijos. —Jeje... definitivamente jamás podría tener la fuerza que ella tiene...—Murmuro para sí mismo realmente inseguro. Mientras recordaba todas esas veces cuando trabajaba con Poppy y como ella realmente se destacaba como líder y jefa, haciendo que tanto empleados y juguetes la vieran con respeto y autoridad. O como cuando estaban solos en la oficina de ella, la muñeca con calma le enseñaba como hacer cosas de administración y aconsejaba que haces en ciertos casos. Cierta imagen se formó en la mente del perrito cuando recordó esa escena, cuando estaban sentados en la sala de Poppy, mientras Kissy preparaba unas galletas y ellos reían por algo curioso que había pasado, mientras Dogday tenía unos documentos en sus manos y Poppy solo sujetaba su estómago por el ataque de risa que tuvo, aun sabiendo que tenían mucho trabajo con esa pila de papeles, aun así, ellos tomaron un descanso entre risas. La extrañaba. Catnap se quedó callado unos segundos al notar que su lindo novio parecía afligido, así que el felino lo que hizo fue abrazarlo aún más. —Ella es fuerte... tanto que mi señor la vio como su enemiga y aliada. —Esas palabras fueron bastante fuerte para ambos, en especial con el peso que cargaban. No eran simples frases. —Si tienes razón jeje...bueno tengo que irme... nuestros amigos nos están esperando. —Dijo mientras se separaba de su novio, aunque no quería. — ¡iras al rato? —pregunto al perrito, cosa que el felino también se sentó moviendo su cola con un ritmo lento. —Por supuesto... primero iré a visitar a Bubba. —Explico el felino, haciendo que Dogday se quedara quieto unos segundos, ya que el tema de Bubba aún estaba pendiente para él. Por supuesto Dogday no le había dirigido la palabra desde que volvió, de hecho, casi a nadie le hablo, ya que el elefante solo se fue directo a su cuarto y se encerró, ya que cuando volvió se veía agotado, demacrado y flaco solo se quedó en su cuarto estos dos días que pasaron desde que volvió, solo Piggy era la única que permitía visitarlo ya que en sus palabras. "No tengo ganas de hablar con alguien más". Por parte de Piggy solo se habían enterado de que Bubba estaba cansado que solo quería recomponerse, ya que había trabajado por dos días sin comer o dormir para operar a los niños y reducir sus órganos, para prepararlos para Poppy, un trabajo extremadamente agotador. Piggy era la única que podía decirles algo sobre él, pero Catnap intentaría hablar con el elefante, ya que los demás también estaban preocupados. Pero Dogday de todos, estaba más ansioso porque necesitaba hablar con él y disculparse seriamente, después de todo Bubba también es una víctima más de ese maldito infierno. —Ya veo...—Dijo Dogday mientras bajaba la mirada y Catnap lo noto. —¿Todo bien amor? —Pregunto el felino preocupado notando que Dogday estaba decaído. Así que tomo con cuidado las mejillas del perrito haciendo que levantara su mirada para conectar con la suya. —Es solo que... fui tan injusto con Bubba... quiero disculparme. —Menciono el cachorro mientras sus ojos se cristalizaban a lo que Catnap solo sonrió, pues su lindo perrito tiene un enorme corazón tan cálida. —A su debido tiempo, Doggy... —murmuró Catnap, su voz un ronroneo cargado de promesa. Antes de que su pareja pudiera responder, el felino inclinó su rostro y, con una suavidad casi felina, capturó sus labios en un beso pausado pero intenso. Dogday no dudó en corresponder, sus dedos subiendo con necesidad hasta enredarse en la nuca de Catnap, atrayéndolo más cerca. El calor de sus cuerpos se entremezcló, y lo que comenzó como un roce contenido pronto se transformó en algo más profundo, más hambriento. Los labios de Catnap se movían con una precisión deliciosa, jugando entre dulzura y demanda, mientras sus manos recorrían la espalda de su novio, deslizándose con lentitud, sintiendo cada estremecimiento que provocaba en él. Dogday suspiró contra su boca, entreabriendo los labios apenas un instante, lo suficiente para que Catnap tomara la oportunidad y profundizara el beso con una pasión arrolladora. Sus respiraciones se volvieron erráticas, entremezcladas en un vaivén de deseo y necesidad. Pero el perrito tuvo que separase haciendo que ambos jadearan por la falta de aire, mirándose mutuamente con tanto amor y deseo que, si seguían así, podrían terminar en una ronda sexual. Dogday con la boca abierta mientras jadeaba y su carita estaba roja de la excitación y un poco de vergüenza, con su corazón latiendo con fuerza. —Es-espera... si continuamos, tu sabes...—Doggy estaba nervioso y súper tímido, necesitaba parar su vientre comenzaba a cosquillear al mismo tiempo sentía que se estaba mojando. —Terminaremos por romper las reglas de nuevo ~. Catnap al ver la imagen de su novio tan sumiso y tímido, lo volvió loco en especial cuando comenzó a liberar ese aroma vainilla. Fue tanto su deseo que sintió que poco a poco la punta de su falo comenzó a salir de su bolsa, también liberando su aroma lavanda, necesitado y deseoso de probar a Dogday. Pero por esta vez lo tuvo que dejar ir, ya que sabía que Dogday no se perdonaría si no visitaba a Poppy. —Mmm tu ganas... ve rápido perrito o terminare devorándote de nuevo. —Pronuncio un poco ansioso, cosa que Dogday solo sonrió y le dio un beso de piquito en sus labios. —Te veo al rato Kitty... te amo~♡—Dicho esto el perrito rápidamente se levantó y se retiró, dejando al felino caliente que solo sonrió suavemente ante la partida de su novio. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Dogday estaba corriendo, sentía un poco ansioso en especial porque estaba llegando tarde, se supone que la hora de las visitas ya había comenzado hace 20 minutos, por lo que cuando llego se sorprendió al ver que la sala de espera estaba llena, de varios juguetes y una que otra persona, muchos hablan al mismo tiempo y todos estaban ahí por un solo motivo. Querían ver a Poppy. —¡Dogday! —Alguien lo llamo y para su sorpresa fue ArcoRabbit, aquel juguete que al verlo lo saludo y camino hacia él junto con King y Bu que lo acompañaban. —Vaya amigo, ¿Tú también vienes a ver a Poppy? —Pregunto Bu mientras miraba al perrito curioso. —Hola chicos jeje... am si, solo que wou hay muchos juguetes. —Menciono el nombrado mientras miraba la multitud. —Nosotros también, le hice unas flores de papel. —Dicho Rabbit mostrando unas flores pintadas hechas de papel, al mismo tiempo que el muchacho sonreía. — Poppy ha sido muy buena conmigo desde que entre a la fábrica. —Explico Jason, haciendo que Dogday solo sonriera con calidez, pues al menos gracias a las nuevas normas, Jason no le toco vivir el infierno que ellos pasaron. —Si nosotros también le trajimos algo. —Esta vez fue King el que hablo con alegría. Dogday por su parte estaba contento con todo esto, realmente se notaba que muchos de ellos tenían cariño aquella muñeca, aunque no dudaba que estaba algo preocupado. Hasta que volvió escuchar su nombre. —¡Dogday! —Esta vez fue Bobby quien lo llamo, haciendo que el perrito se volteara solo para a encontrarse con su mejor amiga quien parecía molesta ella camino hacia él, al mismo tiempo que se abría paso entre los juguetes y las personas. —¿Dónde estabas? —Pregunto la osa mientras cruzaba sus brazos. —Ah. b-bueno... me entretuve un poco. —Dijo el perrito nervioso mientras juntaba sus dedos, pero Bobby no lo permitió. —Bueno pues tardas, Poppy quiere verte enseguida. —Menciono mientras tomaba la mano de su amigo y lo jalaba para luego llevárselo ambos despidiéndose en el proceso. Dogday al escuchar lo de Poppy sintió como su corazón latía con nerviosismo y emoción. Él también quería verla, necesitaba ver a su madre. Dogday camino junto con Bobby hasta llegar a la habitación, Bobby abrió aquella puerta y lo que el corazón de Dogday paro, cuando vio a Poppy por primera vez después de 4 días de suspenso, ella estaba en la cama reposando, su cara tenía unas cicatrice, una en su mejilla izquierda, una en su ojo derecho y otra que parecía de su frente hasta la oreja, como si le hubieran operado la cara. Su cabello, ese mar de fuego que siempre había cuidado con esmero, ahora caía libremente sobre sus hombros y la sábana, enredado y descuidado, como si el dolor hubiera sido demasiado para preocuparse por ello. A lado de Poppy estaban sus queridos amigos, Hoppy que estaba hablando con ella, mientras Crafty y Kickin estaban en el otro lado, platicando amenamente con la muñeca también. Kissy y Piggy se encontraban apartadas, en un rincón, ambas cortando las manzanas que habían traído, para compartirlos con los demás, enfocadas en su conversación. Dogday sintió una punzada de vacío en su pecho. Cuatro días. Cuatro días sin ella. Cuatro días sintiéndose perdido, sin rumbo en especial a la hora de liderar. Y ahora que la tenía frente a él, su cuerpo reaccionó antes de que su mente pudiera asimilarlo. —P-Poppy... —su voz apenas fue un susurro antes de quebrarse por completo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y, sin pensarlo dos veces, corrió hasta la cama. Sus piernas casi tropezaron en su desesperación por alcanzarla, y cuando finalmente llegó a su lado, se dejó caer de rodillas junto a ella, sin importarle nada más que sentir su calor otra vez. Poppy abrió los ojos con lentitud al escucharlo, y en cuanto su mirada se encontró con la de él, toda la contención que intentaba mantener se hizo añicos. Pues al ver a Dogday ahí llamándola entre una voz rota, los ojos azulados de la muñeca se cristalizaron, y el corazón de aquella madre tembló por ver a su hijo llamarla. Sus ojos comenzaron a arder con lágrimas que no pudo contener, aunque no sería la primera vez en ese día que había llorado. Levantó los brazos con torpeza, aún adolorida, y Dogday no dudó en inclinarse hasta ella, enterrando su rostro contra su pecho, permitiendo que el diminuto cuerpo de Poppy abrazara su cabeza mientras sollozaba con fuerza, aliviado de verla y saber que estaba bien. —Poppy, yo... yo no sabía qué hacer sin ti... —murmuró entre sollozos, aferrándose a su ropa con desesperación, como si no pudiera creer que la tenía allí de nuevo. —¡Te extrañe tanto...! Poppy temblaba también, sus propias lágrimas cayendo sin control sobre el pelaje de Dogday mientras lo sostenía con fuerza. En ese abrazo, ambos se dejaron llevar por la tormenta de emociones que se desbordaba de sus corazones, el dolor, la angustia y el alivio fusionándose en algo profundamente humano, profundamente real. —Yo también te extrañe mucho mi querido niño. —Pronuncio aquella muñeca mientras lo abrazaba con fuerza permitiendo que llorara y disfrutara de aquel calor. Los demás miraron aquella escena emocionados, Kissy no negó que se le salió una lagrimita, después de todo ella también hace poco había llorado cuando se reencontró con su amiga. Bobby y Hoppy solo sonrieron, mientras se alejaban para darle espacio a sus amigos, Crafty y Kickin también se veían felices ante aquel encuentro. —Lose... lo siento, realmente debió ser muy difícil para ti manejar todo esto tu solo. —Menciono Poppy mientras sollozaba un poco, al mismo tiempo que acariciaba la cabeza del cachorro. —Realmente lamento haberte dejado así Dogday... El nombrado rápidamente negó con la cabeza mientras comenzaba a calmarse poco a poco, mirándola con tanta ternura y cariño. — No... quiero decir, si fue muy difícil... han pasado tantas cosas Poppy... que... mierda, no sé cómo debo decirlas. Solo que...—Dogday hacia bastantes pausas mientras sentía que volvía a llorar. Pero Poppy levanto su mano para limpiar el ojo de su hijo. — Me hacías mucha falta... no solo a mi... a todos nosotros. —Lo siento de verdad... no te preocupes cariño, esta vez no tendrás que seguir con mi carga. Es hora que descanses y me platiques todo lo que ha pasado. —Menciono Poppy mientras esta vez levantaba su cabeza y se limpiaba sus lágrimas, pues ahora que había vuelto no iba a seguir descansando cuando podía seguir trabajando para mantener el orden. Así que miro a los demás que se habían quedado callados, pero al ver la mirada determinada de la muñeca todos sintieron que estaban de nuevos protegidos de lo que sea que les esperaba. Con ellos eso provoco que los demás se miraran entre si dejando ver que no sería fácil, decir lo que, ocurrido en esos 4 días, realmente todo se volvió una pesadilla cuando ella se fue. —Amy... Poppy... no será fácil lo que te vamos a decir. —Esta vez fue Kickin el que hablo, mientras se acercaba a la muñeca que seguía acariciando a Dogday y el perrito solo recostaba su cabeza. La nombrada intuyo que lo que vendría no sería fácil escuchar las noticias, fue entonces que Dogday tuvo que levantarse para encarar a su amiga. —Poppy... necesitas saber la verdad sobre lo que ha pasado y que fue lo que hizo El Prototipo. Comento haciendo que la muñeca entrara en pánico con esa última frase, sintiendo como se volvía más pálida de lo que ya era. Fue entonces que se enteró de la mierda que se envolvió la fábrica y sobre todo lo que dijo 1006. —¡Voy a matarlo! —Gruño Poppy con furia, casi escupiendo las palabras. Sus pequeños puños se cerraron con fuerza sobre las sábanas, arrugándolas bajo su agarre. Sus mejillas, normalmente pálidas, ahora estaban teñidas de un rojo intenso, no por vergüenza, sino por una ira abrasadora que hervía en su interior. Su respiración se volvió errática, cada inhalación se sentía como si intentara contener un volcán a punto de hacer erupción. No podía creerlo. No, no podía ser verdad. Hace tan solo poco lo había visto y ese bastardo había fingido no saber nada. La misma muñeca se regañó a si mismo por dejarse llevar por las palabras de ese bastardo, que la había envuelto en su burbuja cálida. Se esforzó en mantener la compostura, en no gritar, en no maldecir como realmente quería hacerlo. Pero el hecho de que 1006 hubiera revelado su secreto, el único que debía permanecer enterrado, hacía que la rabia la consumiera desde dentro. Durante todo este tiempo, había hecho todo lo posible para mantener su origen en la sombra, para que sus hijos nunca descubrieran la verdad. Era una parte de su pasado que jamás debía salir a la luz. Por ello, siempre evitó los rumores y chismes que se propagaban como un fuego descontrolado por la fábrica. Sabía bien de qué hablaban, pero nunca había logrado dar con la fuente, ni siquiera Dogday, que había invertido tiempo y esfuerzo en investigar el asunto. Al final, Poppy optó por callar, por ignorar, con la esperanza de que los juguetes olvidaran ese detalle incómodo, y todo continuara como si nada hubiera sucedido. —¿Cómo se atrevió? —murmuró entre dientes, con una voz tan afilada como una navaja. Había mantenido ese secreto por años. Años en los que se había esforzado por protegerlos, en los que había soportado el peso sola. Había callado, había observado desde las sombras, había sufrido en silencio para que nadie más tuviera que hacerlo. Y ahora, en un solo movimiento, 1006 había destrozado todo. Su pecho subía y bajaba con fuerza, y sus ojos se nublaron por el enojo. —Ese maldito... —su voz se apagó en su garganta por la pura frustración, su cuerpo temblaba. Los demás miraron a la muñeca y supieron que de verdad le había afectado. —Poppy... —Crafty la llamó con cautela, ella de los demás se atrevió a llamarla, ya que ahora necesitaba respuestas. Provocando que la muñeca solo comenzara a respirar con ejercicios, en busca de calmar su molestia, solo para mirar al unicornio que la miraba temosa de tan solo preguntar. —¿Si?, ¿Qué pasa querida? —Pregunto Poppy mientras ya se estaba calmando, claro aún en su interior quería gritar. El unicornio se quedó callada un poco mientras se acercaba, al mismo tiempo que jugaba con sus propios dedos, buscando tener la valentía para hablar, pero sentía que se iba a sofocar. —Por favor dime... es mentira, lo que dijo mi señor. —Crafty por fin hablo, en su mirada parecía rogar que fuera mentira. Sus manos se apretaron contra las sábanas mientras tomaba aire profundamente, obligándose a mantener la compostura. Pero cuando habló, su voz fue apenas un susurro, uno que, a pesar de su suavidad, se sintió como un trueno entre los demás. —No... no es mentira. El silencio que cayó sobre la habitación fue abrumador. Los ojos de Crafty se agrandaron, y la respiración del unicornio se volvió errática. Movió los labios varias veces, intentando formar palabras, pero ninguna llegaba a salir. Detrás de ella, los demás juguetes intercambiaron miradas llenas de incredulidad, pero al final todos compartieron el mismo dolor de saber la verdad. Dogday bajó la cabeza, como si ya hubiera sabido la respuesta, pero aun así le doliera oírla. Aunque ya lo sabía, confirmar el hecho y sobre todo que al fin se estaba enfrentando a la verdad que tanto deseaba negar, solo le hizo sentirse más enfermo, en especial porque a pesar de saber el hecho, se sentía más culpable porque no por eso iba a dejar a Catnap. ¿Acaso eso también lo hacía ser un enfermo mental? —Así que... es verdad... nosotros cometimos incesto. —Esta vez hablo Kickin, mientras miraba hacia abajo realmente derrotado. Bobby desvió la mirada como si el peso de la verdad también lo estuviera aplastándola. Hoppy por su parte solo suspiro sabiendo que tarde o temprano se confirmaría, aunque claro ella ya no se sentía culpable ni nada, solo le importo muy poco, solo deseaba poder estar con Bobby sin que nadie más podía molestarlas. Piggy por su parte miro a sus amistades las cuales parecían descontentas y tristes, lo que hizo que la cerdita se sintiera mal por ellos, pero una parte de ella tan profunda sintió envidia. Como si realmente deseara poder sentir lo mismo o tan solo compartir algo, se sintió ajena ante la situación, no entendía por lo que pasaban ellos. Después de todo, ella jamás compartió intimidad con Bubba ni con nadie. Al final de todo solo sintió lastima por sus amigos. Pero Crafty fue quien reaccionó con más intensidad. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, su cuerpo temblaba con una mezcla de emociones que no podía controlar. Negó con la cabeza varias veces, su respiración volviéndose errática hasta que, finalmente, su voz se rompió en un sollozo ahogado. —No... —su voz fue un simple murmullo, apenas audible. Unas lágrimas rebeldes comenzaron a acumularse en sus ojos—. No puede ser... Poppy quiso moverse, quiso decir algo para calmarla, pero antes de que pudiera hacerlo, Crafty dio un paso atrás, negando con la cabeza con tanta fuerza que su melena hermosa vibró con el movimiento. —¡No, no, no! —su voz se quebró—. Esto está mal... ¡esto no debió pasar! ¡ESTO NO TIENE QUE SER ASÍ! Las lágrimas ya caían libremente por su rostro, y su pecho subía y bajaba con desesperación. —¿Crafty? —Hoppy intentó acercarse, pero el unicornio la ignoró por completo. Cubriéndose el rostro con sus manos mientras murmuraba, temblorosa y destrozada. —Entonces... entonces mi relación con Kickin... —su voz se cortó con un sollozo. Todos se quedaron callados, Kissy solo desvió la mirada sin saber cómo ayudar al unicornio que le había afectado tanto. Pero Poppy se sintió fatal, porque sabía que, si sus hijos se enteraban de esto, sabía que terminarían afectados como lo estaba viendo ahora, incluso Dogday aquel sol radiante que solía estar orgullosa, ahora parecía decaído y apagado porque también veía que el perrito estaba afectado por todo e incluso por su propia relación, fue entonces que Poppy tuvo que contarles la verdad a sus pequeños aun sabiendo que probablemente los destrozaría aún más. —Crafty querida. —Poppy la llamo haciendo que el unicornio levantara su cara dejando ver sus mejillas empapadas de lágrimas y en sus ojos inyectados en sangre, dejando ver su agonía al estar tan rota. — Tu relación no es un error...—Finalmente confeso la muñeca, para luego suspirar y mirar a los demás con compasión. —De hecho, ninguna lo es. —Explico para luego mirar de nuevo a Dogday que también estaba sorprendido. Así que la muñeca un poco mejor comenzó acomodarse sobre su almohada para poder sentarse y estar un poco levantada, para poder mirar seriamente a sus hijos. — Supongo que, si van a saber la verdad, deben tener todo el panorama. Dicho esto, la muñeca hizo una señal para que se acercaran, haciendo que los Smalling obedecieran, rodeando la cama de Poppy. A diferencia de Kissy que solo se quedó en aquel Rincon en silencio, mientras poseía una mirada perdida solo enfocada en cortar aquella manzana. —Lo único que tienen de mí, es solo su cuerpo... pero los órganos son humanos. —Explico, pero luego desvió su mirada. —Oh bueno... más bien fueron órganos humanos. Con esas palabras los juguetes se quedaron en silencio, no por sorpresa más bien de desconcierto. Dogday entendía un poco, pero los demás estaban más perdidos ante esa explicación. —No entiendo... El Prototipo nos dijo que estamos hechos con el cuerpo de los niños y las personas que han matado para darnos vida, que tu fuiste el que nos dio el cuerpo. —Fue Hoppy sin poder comprender muy bien, todo se había explicado de forma ambigua, que no entendía absolutamente nada. Poppy solo suspiro, era obvio que no todos lo entenderían más que sus dos amigos, Kissy y Dogday. —Es comprensible... verán para que entiendan, porque no será fácil de explicar términos científicos. Yo soy la creación perfecta de Elliot. —Tengo la habilidad de concebir a pesar de tener los órganos de una mujer extraña en mí, ya dejé de ser humana y mis órganos igual. Elliot no solo cambio mi apariencia cambio mi genética... y ese fue un pecado. —Explico mientras trataba de mantenerse fuerte al relatar algo tan horrible. — Por ciertas circunstancias quede embarazada después de una violación, de ahí salió el primer producto de la investigación para la creación de ustedes. Mi primer hijo salió tan deformado que no estaba hecho para vivir...—Ella solo suspiro cansada de contar aquella historia tan horrible. —Partes humanas... y partes de algo nuevo... como si fuera un humano unido a un juguete... simplemente aberrante. No tenía forma solo una masa convulsionando...—Poppy comenzó a sentir que su corazón dolía, pero no podía parar. —Lo tuvieron que sacrificar, pero utilizaron su cuerpo, vaciaron sus órganos y reconstruyeron el cuerpo para darle una nueva apariencia... solo faltaba volver a llenarlo, con órganos que realmente funcionen. —Realmente no me está gustando esta historia Poppy. —Fue Piggy quien interrumpió, al verse que ya estaba llorando en silencio, ella de verdad parecía muy afectada. Por supuesto sabia cosas, pero al mismo descubrir nuevas que hacían que su ignorancia parecía más una bendición que una maldición, sintiéndose cada vez más enferma. Lo que hizo que sus amigos solo desviaran la cabeza porque cada uno de ellos paso por la misma situación. —La mentó que tengas que enterarte de esta forma Piggy...—Menciono Poppy triste por aquella cerdita. — ¿Entonces sobre nosotros? —Pregunto esta vez Kickin deseando saber la respuesta de Poppy- —Como dije... ustedes solo tienen el cuerpo de mis hijos, pero los órganos son diferentes... a lo que quiero llegar. —Ella hizo una pausa. — Ustedes no son hijos biológicos míos... prácticamente pueden tener hijos sin temor a la endogamia... después de todo sus órganos son diferentes. —por fin confeso Poppy. El silencio que siguió fue ensordecedor, pero en él se percibió un sutil cambio en el ambiente. Los Smalling sintieron algo que no habían esperado: alivio. Un alivio profundo y abrumador, como si el peso de un pecado invisible se disipara de sus hombros. ¿Significaba eso que sus relaciones eran válidas? ¿Que sus sentimientos no estaban manchados por algo prohibido? Dogday sintió su corazón latir con fuerza, demasiado rápido para mantenerse en calma. Su garganta se secó y sus manos temblaron, intentando procesar lo que acababa de escuchar. —Espera, Poppy... —su voz era un susurro al principio, pero fue cobrando fuerza—. ¿Eso significa que... nuestros hijos nacerán bien? ¿O... podrían salir mal? Había incredulidad en su pregunta, pero también algo más. Una chispa de esperanza que temía dejar salir por completo. Y entonces lo sintió. Un calor nuevo, diferente, brotando en su pecho como un fuego suave pero imparable. No solo estaba aliviado... estaba feliz. Tan feliz que le dolía el pecho. La culpa que había cargado en silencio durante tanto tiempo desaparecía poco a poco, y en su lugar, una emoción pura y brillante lo llenaba por completo. Podía amar a Catnap sin temor. Sin dudas. Sin la sombra de una prohibición acechando sobre ellos. Su cola comenzó a moverse de forma involuntaria, reflejando la alegría contenida en su corazón, pero cuando su mirada se posó en Poppy, el calor se mezcló con una punzada de preocupación. Sabía que ella debía estar devastada. Sabía cuánto había sufrido, cuánto había luchado por mantener ese secreto. Pero aun así... el pensamiento de un futuro, de una familia con Catnap, hacía que su corazón temblara de felicidad. —La verdad es que no lo sé con certeza...—Ella llevo una de sus manos para recargar su palma en su mejilla. —Harley sabía que mis óvulos no serían suficientes para los nuevos cuerpos... así que tuvo que utilizar los de los nuevos juguetes. —¿Nacieron mal? —Pregunto Bobby esta vez curiosa interrumpiendo a Poppy. La muñeca solo negó. —Por lo contrario, fue un éxito... pero no nacieron juguetes. Nacieron humanos. Dogday sintió que su corazón se detenía por un segundo, su mente incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Los demás tampoco reaccionaban. Era como si sus cuerpos se hubieran quedado congelados en el tiempo, atrapados en una revelación demasiado grande, demasiado imposible de asimilar. Crafty llevó una mano temblorosa a su pecho, sintiendo su propio corazón latir con fuerza desbocada, mientras Bobby, siempre inquisitiva, solo pudo quedarse con la boca entreabierta, sus palabras atascadas en su garganta. Hoppy por su parte solo se tensó con los ojos abiertos sin poder creerlo, Kickin por su parte abrió su boca con sorpresa no supo que decir y Piggy solo se abrazó dejando en claro que se enfermaba cada vez más con cada verdad revelada. —¡QUE!, ¡ESO ES IMPOSIBLE! —Grito Hoppy alarmada y asustada lo que eso significaba. —Lo es y es posible. —Corrigió la pelirroja de forma tranquila, pero en su interior no se la estaba pasando bien. —Como dije... los órganos se remplazan por los de un humano, Harley lo que hizo en las primeras generaciones fue una reducción de tamaño o incrementarlos, pero seguían siendo humanos... fue entonces que ocurrieron los primeros casos de embarazo, unos fueron por violación y otros por los mismos juguetes... —Poppy levanto un poco la mirada dejando ver lo cansada que estaba. —Todos nacieron humanos, sin ningún tipo de mutación, solo bebes sanos... por mucho tiempo fue así... y el orfanato se llenó... —¿Es por eso que Elliot prohibió las relaciones? —Pregunto Dogday directamente, recordando aquella pelea que tuvo con Elliot donde confesaba ciertas cosas. La pelirroja solo asintió. —Así es... Elliot puso las reglas y las violaciones, solo pararon masivamente...Pero para Harley no fue suficiente... él no quería bebes, él quería juguetes. Fue entonces que comenzó un nuevo proyecto... altero los juguetes para quitarles esa humanidad. —Confeso. —Gracias a Elliot que me creo de forma perfecta estudiaron mi ADN para mejorar y juntarlo con otros tipos de ADN, incluyendo animales... fue entonces que unas cuantas generaciones sufrieron los cambios y para mal... deformaciones, sin vida... aberraciones... —Harley trabajo mucho en eso, tuve que dejar de ver los expedientes cuando no pude contar más de 30 de mis nietos que fueron usados... lo último que supe fue que una generación antes que la de ustedes habían tenido unos avances significativos a palabras de Harley. —Ella se detuvo unos segundos para pensar sus siguientes palabras. —La generación de ustedes perfeccionaron la nueva genética... aunque... bueno para descubrirlo. —Poppy miro a Crafty con tristeza sabiendo que pronto el unicornio sabría la verdad. —Tuvieron que estudiar a tu cachorro... Crafty sintió que el aire abandonaba sus pulmones. Su corazón, que ya latía con fuerza, se detuvo por un breve instante antes de desbocarse con una intensidad dolorosa. —¿Q-qué...? —Su voz fue apenas un susurro, tembloroso, incrédulo. La mirada de Poppy se suavizó con tristeza, pero no con duda. Era la verdad. —Lo siento, Crafty... —dijo en un tono bajo, como si sus palabras pudieran amortiguar el golpe que acababa de darle. Pero no había forma de suavizarlo. No había manera de hacer que doliera menos. El unicornio sintió que sus patas temblaban, que su pecho se oprimía de una manera sofocante. La mención de su cachorro, de su pequeño, hizo que su estómago se revolviera, sufrió muchísimo cuando se lo arrebataron y ahora que Poppy sabia y el hecho y sobre todo lo que había pasado eso la hundió más. —No... no, no, no... —comenzó a murmurar, sacudiendo la cabeza con negación—. Tú... t-tienes que estar equivocada... mi bebé... él... él no... Pero Poppy no apartó la mirada, y eso fue lo que la hizo entender. Era cierto. Todo era cierto. Los ojos de Crafty se llenaron de lágrimas, pero no eran lágrimas de tristeza. Eran lágrimas de rabia. —¡¿QUÉ LE HICIERON?! —No fue Crafty la que rugió con ira, fue el mismísimo Kickin quien al enterarse de lo sucedido exploto, ya no iba a quedarse callado, él también fue el padre de ese cachorro que jamás pudo conocer, con una desesperación desgarradora, sus pupilas dilatadas, su cuerpo entero temblando por la furia y el miedo que la carcomían. Su cuerpo entero se tensó, su respiración se volvió errática. Sus ojos, normalmente siempre confiado y llenos de vida, estaban ahora completamente desquiciados por la ira. Un fuego oscuro ardía en su mirada, uno que no podía ni quería contener. Kickin sintió cómo la sangre hervía en sus venas, cómo la furia le carcomía desde adentro. Se suponía que debían tenerlo entre sus brazos con Crafty, era su hijo, su cachorro y se lo arrebataron. Pero le habían robado incluso la oportunidad de ser padre. Le habían arrebatado algo que jamás podría recuperar. Mientras los demás solo se quedaban callados, ni siquiera Kissy pudo seguir con su tarea de cortar las manzanas a ese punto ella también parecía afectada por el ambiente. Dogday por su parte solo miraba aquella escena con tristeza sus amigos les habían quitado algo tan valioso, que no se podía explicar, pero también se mantenía alerta estando a lado de Poppy sin separarse de ella, buscando protegerla si es que Kickin o Crafty llegaban a descontrolarse. —Experimento p-1930 ese fue el nombre que le pusieron... nacido con 8 meses, una hermosa niña...—Poppy cerro sus ojos mientras sentía que sus lágrimas caían de nuevo por sus mejillas. —Un ave amarilla con un pequeño cuerno sobresaliendo de su cabeza y unas alas en su espalda. El primer caso y ultimo registrado de que pueden concebir con la nueva genética modificada. —Ellos merecían saber la verdad y Poppy se las daría. —Murió... no sobrevivió... —¡¿Cómo es que sabes eso?!, ¡¿Por qué no hiciste nada?! —Exigió saber Crafty acercándose peligrosamente a Poppy lo que provoco que Dogday rápidamente se levantara poniéndose enfrente del unicornio, para evitar que pasara algo. Bobby y Hoppy también se metieron buscando calmar a su amiga que ya para ese apunto, solo lloraba y su mente se rompía cada vez más. Piggy por su parte solo se quedó mirando en silencio, a diferencia de Kissy que dejo las manzanas para ir rápidamente a lado de Poppy. Nadie permitiría que volvieran a serle daño aquella muñeca maternal. —Cuando me entere lo que habían hecho, fue demasiado tarde...—Poppy no tenía cara para mirar a Crafty. —Harley me llamo porque tenía problemas con los juguetes, por supuesto ayudaría a mis hijos cuando me entere del caso de mi nieta. Para ese momento Harley me confeso que tu hijo al extraértelo no se había desarrollado bien, por lo que necesitaba extremo cuidado y las científicas que eran sus ayudantes no ayudaban a cuidarlo. Fue entonces que pedí que me lo concedieran... —Estaba mal... desnutrida y demasiado débil, Harley se había rendido al cometer un error al sacarla de ti, pero fue más su desesperación por saber si había tenido éxito. Por eso me la dio sin pelear, tanto Kissy y yo la cuidamos lo más que pudimos... pero no resistió. —Dijo Poppy mientras recordaba aquella beba con tanto cariño, su dulce nieta que había perecido en sus manos. — Sabia lo que estaban sufriendo... y tome la decisión de no decirles nada... porque sabía que Harley lo utilizaría en su contra y mía... —¿Qué hiciste con su cuerpo? —Kickin pregunto, realmente sitiando que su corazón se rompía con cada palabra, también estaba llorando y le dolía tanto, que sentía que se desmayaría. Poppy cerró los ojos por un momento, tomando aire antes de responder. Su voz, aunque firme, tembló con un matiz de pesar. —La cremamos. —Confesó en voz baja—. No podía dejar que Harley la tocara de nuevo, ni que la convirtiera en otro de sus experimentos. Su cuerpecito ya había sufrido demasiado... así que Kissy y yo tomamos la decisión de darle descanso. Ella fue la numero 30... El silencio que siguió fue insoportable. Crafty sintió cómo el aire abandonaba sus pulmones, ya había sufrido y vivido el duelo y ahora se volvia a enterar que su hija, su niña, la bebe que nunca pudo ver, ni cargar, ni siquiera amamantar. Jamás pudo conocer, ahora volvía a revivir el dolor de saber de qué murió y Poppy lo confirmo, solo se calló mientras lloraba, ya no podía. Ya ni siquiera sabía cómo podía continuar con esto. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, pero no caían. Estaba paralizada, en estado de shock, incapaz de procesar completamente lo que acababa de escuchar. La sensación de vacío y anhelo la invadió, un dolor físico que la hacía sentirse enferma, débil. Era como si su cuerpo no pudiera soportar el peso de la tristeza que la consumía. A su lado, Kickin, mostraba una expresión de furia contenida. Sus manos estaban apretadas en puños, y su mandíbula tensa delataba la ira que luchaba por controlar. La injusticia de la situación lo carcomía por dentro, y el dolor de no haber podido proteger a su hija lo consumía. Sentía una mezcla de rabia, culpa y una profunda tristeza que lo dejaba sin aliento. Crafty, finalmente, rompió el silencio. Su voz era un susurro quebrado, lleno de dolor. —¿Do-donde esta?, ¿do...don-donde pusiste su urna? —Sus lágrimas finalmente comenzaron a caer, silenciosas pero abundantes. El dolor de la pérdida, aunque conocido, ahora se sentía más real, más presente. Volvía a revivir la pérdida de su hija. Poppy solo asintió al mismo tiempo que limpiaba sus lágrimas con sus manos, ya no podía hacer más nada, solo darle a Crafty y Kickin el cuerpo de su hija para que pudieran despedirse y tener el cierre que necesitaban. —Kissy... llévalos a mi jardín personal. —Pidió la muñeca a lo que la nombrado asintió de inmediato, para luego levantarse y dirigirse a Crafty y Kickin que solo estaban paralizados por el dolor. Ella se acercó a ellos con mucha cautela alzando sus manos para hablar en su lenguaje de señas. —"Crafty, Kickin... por favor vengan conmigo" —Pidió tímidamente el juguete rosada a lo que Crafty solo levanto la mirada llena de un vacío que simplemente mirarla, era como observar el fondo del mismísimo abismo. No había vida en esos ojos. Kickin solo bajo la mirada sin decir nada, camino hacia Crafty para tomar a los hombros de su pareja. —Vamos amor... solo... vamos. —Ni siquiera tenía palabras para poder apoyarla o hacerla sentir mejor, cuando él no tenía la fuerza para hacerlo. Ambos caminaron detrás de Kissy pasando por los demás, sin hablarles, sin mirarlos. Dogday quería decirles algo realmente no soportaba la idea de ver a sus amigos en ese estado tan deprimidos. Pero solo se calló ya que no sabía que decir para ayudarlos. Crafty antes de salir de la habitación paro unos segundos a sus amigos, dejando ver que también estaban afectados y tristes ante esta noticia, y en un susurro tan suave pronuncio. —Hare que sientan mi dolor...—Volviéndose una promesa para ella que nadie pudo escuchar, solo se retiró dejando a los Smalling Critters con Poppy. Dejando la sala en un silencio sepultarte. Dogday, quien ya había presenciado horrores inimaginables dentro de esas paredes, sintió cómo su estómago se hundía en una espiral de desesperanza. Había creído que nada podía sorprenderlo después de todo lo que había visto, después de todas las atrocidades que había presenciado. Pero esta maldita fábrica... esta maldita fábrica siempre encontraba la manera de destrozarlo un poco más. Cada secreto revelado era como una daga más en su espalda, una prueba irrefutable de que aquel lugar solo existía para sembrar sufrimiento. Se llevó una mano al rostro, intentando ocultar su expresión de agotamiento y asco. Ya estaba harto de esa esta fábrica y sus secretos. —¿Y ahora que pasara Poppy? —Pregunto esta vez Piggy queriendo saber lo que ocurrirá, mostrándose preocupada y alterada, sabía que las cosas en la fábrica volverían a cambiar y estaba asustada por el cambio, porque no sabía si sería algo positivo o negativo. Poppy respiró hondo, recomponiéndose con una serenidad casi impenetrable. Su mirada recorrió a cada uno de sus hijos, ahora más firmes, más determinada que nunca. —Ahora... —su voz era suave pero firme, llena de convicción mientras observaba a los presentes— debemos restaurar el orden. Sus ojos se posaron en Dogday, quien aún parecía afectado por todo lo ocurrido. Aun así, ella le dedicó una cálida sonrisa, buscando calmarlo, darle fuerzas. —Dogday, tú y Kissy serán mis manos en esto. Me ayudarán a guiar a los demás mientras me recupero. Esta vez, bajo mi dirección, todo será más sencillo. Volvió su atención al resto de los presentes, su postura irradiando autoridad y confianza. —El resto de ustedes, necesito que esparzan mi palabra entre los juguetes. Díganles que la calma volverá, que las cosas mejorarán. Pronto convocaré una conferencia para disipar sus dudas y poner fin a la paranoia. Su tono no dejaba lugar a dudas: seguía siendo su líder, y no tenía intención de permitir que el caos reinara por más tiempo. Los Smalling al escuchar eso no dudaron en sonreír y sentir un gran alivio que hace mucho no tenían. Tanto que comenzaron a festejar entre ellos, a excepción de Dogday que parecía un poco más perdido, porque necesitaba decirle la verdad a Poppy. Fue entonces que el perrito solo tosió un poco fingido, haciendo que Bobby y Hoppy lo escucharan y pararan, para mira a Dogday ya que conocían ese sonido, fue entonces que el perrito les hizo una señal a sus amigas, para que pudieran entender la indirecta y los dejaran solos. Cosa que la osa y la coneja aceptaron ya que habían hablado de eso anteriormente. —Bueno... supongo que debemos irnos ahora, jeje debemos comunicarles tu mensaje Poppy. —Dijo la coneja un poco nerviosa. —Nos vemos luego Poppy, recupérate pronto. —Esta vez fue Bobby para luego tomar a Piggy de sus hombros. —Vamos Piggy, necesitamos tu ayuda amiga. La cerdita se sorprendió, pero al sentir la calidez de su amiga asintió, no sin antes separarse y entregarle a Poppy las manzanas cortadas. —Toma Poppy, es para ti, recupérate. —Pidió la cerdita mientras se retiraba con sus amigas, que la abrazaban. Dejando finalmente a Dogday y a Poppy solos. —¿Y bien? —Pregunto la muñeca, quien levanto su mirada preocupada, ya que ella no es tonta sabía que Dogday había hecho eso a propósito. —¿Pasa algo cariño? Dogday se quedó en silencio por unos segundos, observando cómo la puerta se cerraba tras los demás. Sus orejas temblaban levemente, su cola, usualmente inquieta, estaba inmóvil. Sus manos se cerraron en puños sobre sus rodillas, y sus ojos, cargados de algo indescriptible, se clavaron en el suelo. —Poppy... —su voz salió baja, temblorosa. Ella extendió la mano y la posó sobre la suya con suavidad, como dándole permiso para hablar. El perrito cerró los ojos con fuerza, como si le doliera lo que estaba a punto de decir. —Es... —dijo él, con un susurro, pero sus labios temblaron al intentar continuar. —Es algo que... Elliot... me hizo. Poppy parpadeó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, una punzada de inquietud que creció rápidamente en su pecho. Aquellas palabras eran como una advertencia silenciosa, algo que le hacía entender que lo que estaba por escuchar cambiaría todo lo que creía saber. El pánico la envolvía, y, por un instante, Poppy sintió que ya no podía respirar, que todo lo que había construido a lo largo de los años podría desmoronarse en un abrir y cerrar de ojos. Si Elliot había cruzado esa línea, si había herido a su hijo, entonces desataría el infierno sobre él. No habría misericordia, no habría perdón. Poppy se convertiría en su peor pesadilla, y no importaría cuánto le costara. Ella desataría el mismísimo infierno. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Comentario de la escritora☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* ¡Holaaaaaaaaaaaaa mis queridos lectores! ¡Hoy es el dia de la actualización! Aajajajajaj Aquí les traigo otro capitulo nuevo espero que les haya gustado, personalmente para mi fue un capitulo liviano ya que solo fue un hermoso reencuentro tan esperado y al mismo tiempo se dio mas información del lore, asi que al escribirlo fue bastante rápido para mi al hacerlo. Aunque no puedo decir lo mismo de los que siguen TwT pipiipi En fin se viene mas drama en el siguien uwu, y uff se van a quedar con la boca abierta cuando Poppy confronte a Elliot 7w7r. ¿Qué les parecio?, ¿Qué opininan de este capitulo? Quisiera leer sus comentarios uwu, bueno ahora si pasemos a la siguiente nota. Sobre las votaciones, digamos que lei bastantes comentarios que se confundieron con las votaciones xd y pensaron que la historia de BitchDay es una de las historias que serian las que votarian xdxdxd jajajajajaja, la verdad me disculpo con ustedes, yo no fui clara en explicar. Pero para aclarar las cosas las historias que quería que votaran eran las ideas del ship Poppy x 1006 uwu. Pero no se preocupen ahora si puedo compartir la información de los votos, aun sigue abierto la votación asi que hay tiempo para que los que no pudieron sigan votando. Y estos son los resultados: Proyecto Poppy 2 Voto El amor es la muerte de la paz mental. 3 Votos Obsecion en el abismo 4 voto En esta fabrica sere la alfa 2 votos Siendo que el fanfic de "Obsecion en el abismo" se llevo la mayoría de votos, como aun estoy trabajando en los últimos capítulos de lejos de tus ideales. Aun no he hecho ninguna cronología de los otros que ya tengo seleccionados. Por lo que como dije aun esta abierto las votaciones a si que no duden uwu en votar y tal vez cambie el resultado... quien sabe jeje Bueno eso seria todo de mi parte. ¡Losamo!, ¡cuidense muchísimo y los veo en el siguiente capitulo!
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