Capítulo 3: La Colision de las Verdades
3 horas y 44 minutos hace
_ ¿Estás bien, cariño? _ Preguntó Emilie, su pulgar acariciando suavemente la sien de su hijo _ Nathalie nos informó de lo sucedido. Volamos tan pronto como pudimos _
_ Me duele un poco el costado, pero ahora que estas aquí no tanto_ Admitió Adrien, su voz todavía débil, sintiendo el peso de la preocupación de su madre. Pero el dolor físico era secundario a la vorágine de preguntas que seguían girando en su mente.
En la penumbra de la noche, las figuras de madre e hijo se disfrazaban con las sombras de la noche. Emilie esbozo una sonrisa fugaz, cálida, pero cargada de una melancolía que rara vez se veía en su rostro. Su pulgar siguió acariciando suavemente la piel de Adrien. Un consuelo casto
_ Me alegro que mi presencia te reconforte, hijo. Nunca es agradable recibir esta clase de noticias, y menos si se trata de ti _ Se aparto un poco, sus ojos verdes no se apartaros de los otros _ Tu padre se encargará de esto. Esta con Nathalie arreglando los últimos detalles _
Adrien se atraganto. La conversación que había evitado volvía a aparecer. No tenía dudas de que Nathalie ya había iniciado con los tramites con eficiencia y estaban a punto de volverse oficial, solo estaba esperando por su padre _ Mama, yo… no se que paso. Realmente no lo sé… _
_ No tienes que decir nada, Adrien _ Acuna el rostro angelical de su hijo _ No permitiremos que te vuelvan a lastimar _ Eran palabras de consuelo. Una promesa cálida, cargada con la determinación de una madre…Pero no era del todo lo que Adrien quería.
Con manos temblorosas, apartó las manos de su madre de su rostro. La incertidumbre se dibujó en el rostro de Emilie. La acción era anormal en su hijo; él nunca había sido el primero en terminar el contacto. Adrien, con lentitud y firmeza, se levantó de la cama y miró la hora en el reloj. Su espalda era lo único que podía ver Emilie, pero sintió como algo había cambiado en su hijo.
_ Padre está en su estudio, ¿verdad? _ Formuló Adrien, aun sin voltear.
Emilie ve como su hijo se pierde por la puerta. Todavía desconcertada en la oscuridad del cuarto, pensó que es la primera vez que ve a Adrien actuar así. Su hijo, siempre tan rebosante de alegría. El sol que ilumina todos sus días. El ser por el que daría la vida… Él…
_ Mmm Mmm _ Se sobresalto. Volteó sorprendida hacia Gorila. El imponente hombre se encuentra inclinado en su dirección. Sus grandes ojos escaneándola hasta donde alcanzaban, con una pregunta tacita escrita en ellos ¿Señora, está bien?
Adrien pasó junto a Gorila, no lo saludó, no le dirigió la mirada, solo pasó a su lado. Su propósito era otro. Gorila, desconcertado por la frialdad del chico, lo miró bajar con paso firme las escaleras. Le pareció ver por un momento al señor en Adrien. Sus ojos voltearon en la dirección de donde vino el rubio, esperando ver a otra cabeza rubia salir del lugar, pero no paso. Se acercó dubitativo al borde de la pueta. Sentada sobre la cama queen, Emilie permaneció con los ojos idos, mirando a un punto vacío, parece perdida.
El adolescente se detiene frente a la imponente puerta del estudio de su padre. En su mente pasó, como un eco distante, el sonido de las pisadas de su padre y los dedos agiles de Nathalie tecleando en el computador. Cerró los ojos. Respiró profundo. Y entró.
_ ¿Padre, podemos hablar? _ La voz de Adrien irrumpió el mutismo de la sala. Nathalie volteó ante la interrupción del chico. Gabriel se mantuvo concentrado en la pantalla táctil, sin levantar sus ojos _ ¿Tu madre y yo no te enseñamos a tocar antes de entrar?
_ Eso no es de lo que quiero hablar _ Ignoró Adrien. Su mirada no se apartó de su padre.
_ No sé a lo que te refieres, Adrien. Deberías estar en tu cuarto reposando _ Ante la frialdad de su padre, la sangre en el cuerpo de Adrien hirvió.
Nathalie se levantó, alisando las inexistentes arrugas en su traje, y se acercó al chico _ Adrien, deberías escuchar a tu padre y volver a tu habitación. No tienes que preocuparte, ya nos encargamos de esa chica _ dijo Nathalie de manera pausada y clara. Cree entender la preocupación del chico, pero está equivocada.
_ ¡Quiero que retiren la orden de alejamiento y la denuncia en contra de Marinette! _ No gritó, pero la convicción con la que dijo esa oración sonó ensordecedora para las otras personas en la habitación.
_ ¿Qué? _ Formuló Nathalie, como si la hubieran golpeado. Gabriel se limitó a mirar a su hijo; este se mantuvo firme, demostrando una actitud que nunca había visto _ Repítelo _ Retó Gabriel.
_ Retiren la orden de alejamiento y la denuncia a Marinette. No lo apruebo _
Ante la seriedad de su hijo, Gabriel se rio, una risa casta y ahogada _ ¿Quién te dijo que necesitaba de tu aprobación para decidir qué es lo mejor para ti? Todavía eres joven, no conoces la verdadera cara del mundo, ni siquiera cuando te golpea de frente _ La implicación hacia el incidente entre Marinette y Adrien era clara.
_ Ella no lo quería hacer. Me dijo que me alejara, pero no la escuché. Yo fui el culpable. Yo la provoqué _ Adrien comenzó a levantar la voz y a caminar hacia su padre.
_ Provocada o no provocada, ese comportamiento la convierte en un peligro en potencia. Atentó contra tu integridad física, Adrien _ Gabriel también comenzó a alzarla la voz.
_ Pero estoy bien. Ya me recuperé. Además, ¿No creíste que debías consultar conmigo antes de presentar una orden de alejamiento y una denuncia por un altercado en el que estuve implicado? _ La indignación era clara en las palabras de Adrien.
_ Fuiste una víctima de agresión, Adrien. Date cuenta que no puedo dejar que las cosas queden así _
_ No me importa. No quiero esto. Tú lo dijiste, soy la víctima. Si no lo deseo, no puedes concretarlo _ Adrien termina de hablar con la respiración alterada. Una chispa de ira encendida en su mirada.
_ ¿Por qué la defiendes tanto? ¿Tienes alguna relación con ella? _ Ante tanta negación Gabriel no pudo evitar preguntar en voz baja. Sus ojos se estrecharon analizando el comportar de su hijo.
_ No. Ni siquiera la conozco _ Adrien respondió con sinceridad, su corazón retumbaba en sus oídos, la adrenalina del momento comenzaba a enfriarse.
_ Entonces solo es un capricho _ Gabriel lo interrumpió con una frialdad cortante, su voz cargada de desdén _ Nunca pensé que mi propio hijo se atrevería a tener un arrebato de rebeldía en mi contra _
Adrien apretó los puños, la chispa de ira en sus ojos creció hasta convertirse en una llama incontrolable _ No es un capricho, tampoco un acto de rebeldía. Es lo justo _
Gabriel se levantó, parado frente a Adrien su figura engullo la del chico. Nathalie a su lado permaneció como una estatua, observando la escena con una neutralidad inquietante _ La justicia es un concepto muy complejo. Un niño no sabe que es justo o injusto. Los adultos si la comprendemos y aplicamos _ Mientras hablaba, Gabriel hizo un movimiento sigiloso con un mano, tocando el anillo en su dedo. Una caricia suave. Se acerco aún más a Adrien, a escasos centímetros, con una voz profunda y gélida pero firme _ Solo obedece y regresa a tu habitación _
_ ¡Detente! _ Emilie irrumpe en el estudio con un grito. Su voz cargada de urgencia, su porte era firme y su mirada no vacilaba. Camina hasta detenerse a un lado de padre e hijo, toma la mano de Adrien y lo coloca a su lado. El movimiento de Emilie pareció arrancarlo de un trance, sacándolo de ser el centro de la tensa confrontación con su padre _ Yo me encargo a partir de ahora _
Gabriel relaja un poco su postura ante la protectora mujer _ Emilie, sé que lo quieres, pero no es bueno que lo apoyes en todas sus locuras.
_ ¿Locuras? ¿Llamas locura a querer la verdad y a defender a alguien que él mismo admite no conocer, pero que injustamente estás perjudicando? _ Emilie lo interrumpió, su tono no dando paso a replicas _ Adrien también es mi hijo. Quiero apoyarlo en su decisión. Confía en mí.
Gabriel, parpadeó una vez, revelando una chispa de sorpresa ante la posición de Emilie en esta situación. Sus hombros bajan y suelta un suspiro profundo. Emilie no necesito más para tomar a Adrien de los hombros y guiarlo a la salida del estudio
_ Gabriel _ Emilie se detiene en el marco de la puerta, gira parcialmente su cuerpo, dedicándole una gélida mirada a su esposo _ Detén la denuncia y la orden de alejamiento _ Pronunciando esas palabras se voltea y continua su camino junto a su hijo.
Gabriel observo la puerta por la que su esposa e hijo desaparecieron. Su mirada se posó en el anillo en su dedo, el que había acariciado momentos antes. Un largo suspiro escapo de los labios de Gabriel. La orden de su esposa sonaba en su mente con contundencia fría: Detén la denuncia y la orden de alejamiento. Emilie también cuestionaba sus métodos. Por el momento, dejaría que ella lo manejara. No era la primera vez que Emilie tomaba las riendas de una situación delicada, y, para ser honesto, a veces su enfoque lograba resultados que su rigidez no conseguía.
Se permitió una sonrisa apenas imperceptible.
Mientras Emilie y Adrien se alejaban del estudio, el tenso silencio en el pasillo se sentía como un bálsamo en medio de la explosiva confrontación. Adrien siente la adrenalina finalmente ceder para dejar espacio a la fatiga. Las palabras de su padre sonaban como un eco en sus oídos, la frustración burbujeaba por salir. La mano de su madre, firme como un ancla lo guiaba escaleras arriba, era un recordatorio de que no estaba solo.
Emilie lo guio hasta la comodidad de su cuarto. En cuanto cerraron la puerta, Emilie se giró hacia él, sus ojos verdes brillaban con una mezcla de preocupación y determinación.
_ Adrien, ¿Estas bien? _ Pregunto, su voz suave pero firme, sus manos en sus hombros lo instaron a mirarla a los ojos.
_ Si, mama. Gracias por… por intervenir _ Adrien se veía aturdido, pensaba en la sensación que ataco su cuerpo cuando su padre le ordeno que obedeciera.
Emilie le dio una media sonrisa _ Siempre lo hare. Ahora, descansa. Debes recuperarte. Mañana hablamos _ Ella lo beso en la cabeza, acaricia su mejilla y se va del cuarto.
Adrien quedo solo. El cansancio lo golpeo con fuerza. Los moretones en su costado, que por un momento había olvidado, le recordaron su presencia con un pulso sordo. Decidió hacerle caso a su mamá. No valía la pena forzarse más en ese momento. Con un suspiro vacío los pulmones, se dejó caer en la cama, sintiendo como el peso de todo lo arrastraba al sueño. El alivio de la oscuridad lo envolvió casi de inmediato, prometiéndole un respiro de las complicaciones que le esperaban al siguiente día.
El insistente sonido del teléfono de Adrien taladraba los sueños de Adrien, la melodía estridente lo llamaba de vuelta a la conciencia. Se enrolló más en las sábanas, aferrándose al resquicio de tranquilidad que le ofrecía el sueño. No quería despertar.
Su mente, aun en un estado entre el sueño y conciencia, lo arrastro a una conversación reciente con su madre. La dulce voz de Emilie mezclada con franqueza sonó
_ Adrien ¿Por qué te comportaste así con tu padre? _
La respuesta de Adrien fue un susurro cansado.
_ Solo… Quiero que deje de controlar mi vida _
Emilie deja escapar un largo suspiro, como si supiera que esa conversación algún día llegaría. Meneo la cabeza.
_ Hablare con tu padre ¿Pero estas seguro de tu decisión, Adrien? no quiero que después te arrepientas _
_ Si, ella no tiene la culpa _
_ Sobre eso ¿A qué te referías con eso de que tu provocaste a esa chica? _
_ Es exactamente como suena. Ella me pidió que me alejara, que la dejara en paz, pero fui un necio. Solo pensaba en lograr que ella quisiera hacer el proyecto a cualquier costo _ Adrien no era capaz de ver a su madre a los ojos. Cuando lo decía en voz alta de verdad sonaba mal.
_ Es tan importante ese proyecto que quieres obligar a alguien a trabajar contigo _
_ Reprobare si no lo realizo _
_ Entiendo… _ Emilie se ve pensativa, analizando las palabras de su hijo. Había llegado a una conclusión, pero aún le quedaba una pregunta por hacerle a Adrien _ Y dime ¿Conoces a esa chica? _
_ No _
La amargura se extendió por su garganta. Habían pasado unos días desde esa conversación, estuvo reflexionando sobre su comportamiento, mientras más lo piensa peor se siente, no pensó antes de actuar, fue un egoísta. Todo se salió de control. Hoy tiene que volver a clases, pero ¿Cómo lo miraran sus compañeros? aún peor, ¿Cómo debe de sentirse Marinette? El teléfono volvió a sonar, y aun en contra de su deseo, se levantó.
Los golpes en su cuerpo casi no le duelen, a excepción de un dolor punzante en su estómago cuando hacia ciertos movimientos. Se siente cansado, pues estos días fueron muy pesados para él. Alguien está muy insistente en llamarlo porque su teléfono sonó otra vez.
Contesto la llamada y la voz de Alya se escuchó al otro lado, tan vibrante y llena de energía como siempre. Adrien deseo internamente tener un poco de esa vitalidad. Desde el incidente con Marinette, Alya y Adrien habían estado hablando continuamente. Eso era gratificante para el rubio, quien no había tenido comunicación con Nino desde que intento defenderlo en el salón de arte. Aunque no cree que este bien, seguramente no sabrá de él hasta más adelante.
_ ¡Adrien, hasta que me contestas! ¿Listo para volver a clases? _ Dijo Alya, risueña.
Adrien se froto la frente sintiendo el cansancio acumulado_ Uy, si, que emoción _ Expreso con sarcasmo.
_ ¿Estas bien? Se que no han sido unos días fáciles para ti, y mucho menos estando en el ojo del huracán. Pero no te preocupes, estaré junto a ti todo el día _ Lo consoló.
_ ¿Sabes, Alya? En este momento no tengo ánimos para seguirte la corriente _ Adrien suspiró.
_ No estarás pensando en seguirte escondiendo del mundo por… lo del salón de arte ¿Verdad? _ Adrien no necesito verla para saber que tiene una mano en la cadera y una ceja alzada.
Adrien se incorporó sintió una molestia en su estómago, un quejido se escapó de sus labios. Alya lo noto.
_ Adrien ¿Qué fue eso? ¿Te paso algo? _ Pregunto alarmada
_ Si, estoy bien. Solo… un dolor. No es nada _
_ Si no te sientes bien deberías quedarte en casa, tus padres lo resolverían en un chasquido _
_ No. Ya he descansado suficiente. Creo que me volveré loco si continúo viendo estas paredes _ Adrien se acercó al enorme ventanal de su habitación. La luz de la mañana parisina se filtraba a través del cristal. Reposo la palma de su mano derecha sobre el frio vidrio _ Alya, nos vemos en clases _ Y colgó.
Adrien permaneció reposando en el ventanal, desde allí la ciudad se veía como una postal animada; en la lejanía la Torre Eiffel se alza, su figura bañada por la luz del sol, los tejados salpicados por las chimeneas humeantes y algunas antenas. Las personas diminutas, desde ese lugar, se movían por las calles, absortas en su rutina diaria. Un hombre de traje corría para alcanzar el autobús, mientras una mujer paseaba a su perro, disfrutando de la tranquilidad de la hora temprana. En ese momento, Adrien sintió una desconexión y un anhelo como ningún otro, deseo ser alguna de esas personas allá abajo, disfrutar del olor del pan y café recién hecho mezclarse con el aire mañanero.
_ ¿En serio? Me colgaste _ Dijo Alya, su voz era un susurro cargado de un enfado que hizo a Adrien sentirse diminuto.
Adrien se encogió de hombros intentando disculparse, pero sin sonar demasiado culpable _ Lo siento, Alya. Es que… yo _
_ No, no me digas nada _ Lo interrumpió, pero su ceño se suavizo ligeramente. Alya tomo su brazo y lo guio hacia la entrada _ Entremos. Ya no tiene caso discutir.
Al cruzar la puerta de la institución, Adrien sintió una oleada de miradas caer sobre él. Los murmullos se callaron de golpe, pero el silencio fue tan ensordecedor como el ruido de los chismes. Algunos compañeros lo miraron fijamente, otros apartaron la mirada y otros trataban de disimular con poco éxito.
Adrien se tensó ante el cambio abrupto de ambiente. Alya notando la incomodidad del chico, le dio un apretón en el brazo _ Es normal. Para ellos es como si hubieras regresado de la tumba. Pero no te preocupes, esto pasara _
_ ¿Y qué está pasando? _ Adrien no pudo evitar preguntar.
Alya suspiro _ Pues… Un poco de todo. El Director Damocles no dio muchos detalles, ni ninguno de los profesores. Sabes que no estuve allí, pero Juleka y Rose me contaron que luego que te fuiste el collegue se volvió una colmena de chismes.
_ ¿Qué tipo de chismes? _ Inquirió Adrien.
—Oh, de todo tipo —dijo Alya, dejando escapar una risa corta y sin alegría. —Algunos dicen que ustedes dos se pelearon por un proyecto, otros que Marinette te odia desde siempre y que finalmente explotó. Y, bueno, mi teoría favorita es que fue un malentendido, que ella pensó que te estabas burlando de ella o algo así _
Adrien se sintió peor _ Eso es… _
_ Lo más loco de todo es que alguien subió el video de tu golpiza al blog de la escuela. Claro, el Director Damocles lo hizo quitar de inmediato, pero eso no evito que se crearan muchas teorías sobre el enfrentamiento. Te confieso que algunas de ellas me dieron risa _ Alya rio estridentemente.
Adrien se detuvo en medio del pasillo. La idea de que el momento más humillante y doloroso de su vida hubiera sido grabado y compartido por toda la escuela lo hizo sentirse expuesto. El peso de la culpa y la vergüenza cayó sobre el como una losa.
Alya paro de reír y lo miró preocupada _ Adrien, ¿estás bien? No te veas así, no es tu culpa. La culpa es de Marinette, por supuesto, pero…_
_ Alya, tengo que contarte algo _ la interrumpió Adrien, con la voz apenas un susurro. La amargura se extendió por su garganta de nuevo _ No es tan simple _
Alya permaneció callada, esperando que Adrien se dispusiera a hablar _ Marinette no tiene toda la culpa. Yo la provoque _
Alya comenzó a perder la paciencia _ ¿Qué quieres decir con que la provocaste? Marinette te ataco, te golpeo ¿Cómo podrías tener la culpa de algo así? _
_ No, Alya. En verdad. Lo que pasó en el salón de arte fue culpa mía _ insistió Adrien, su voz era una mezcla de frustración y convicción.
_ Ay, Adrien. Siempre buscando el lado bueno de las personas _ Alya suspiro, negando con la cabeza _ Se que te sientes mal, y no eres un mal tipo, pero no puedes defenderla. ¡Ella te ataco! _
_ ¡Te estoy diciendo que es mi culpa! _ Adrien comenzó a alzar la voz _ No se trata de defender. Se trata de la verdad _ Trago el nudo en su garganta _ Ella me pidió que la dejara en paz, que me fuera, pero no la escuche. La presione para que hiciera el proyecto. Fui un… egoísta _
Alya le puso una mano en el hombro, su mirada era de pena _ Mira, Adrien. Se que eres un alma noble, y estas buscando la bondad en todos, pero hay ocasiones en las que te encontraras con personas que no merecen de tu compasión. La violencia, no puede ser justificada, no importa el motivo _
Adrien se alejó un poco, sintiendo el peso de las palabras de su amiga. Tiene razón, pero… La mirada que le dirige le dice que Alya lo ve como una víctima perfecta y a Marinette como la villana, pero la realidad era más complicada.
Se dio cuenta de que no importaba lo que dijera, Alya ya había tomado una decisión. Su amiga, la defensora de la verdad, no quería ver la verdad en este caso.
_ Alya, escúchame. Lo que paso no lo puedo cambiar, pero quiero entenderlo _ Dijo Adrien con la voz firme _ Ya no quiero discutir. No quiero que me defiendas. Ya no me importa el proyecto, solo quiero saber la verdad _
Alya frunció el ceño, confundida por el tono que estaba utilizando el rubio _ No entiendo, Adrien ¿De que estas hablando? _
_ Me dijiste que había un video, que todos sacaron teorías. Quiero ver ese video y saber qué es lo que están diciendo _
_ Por las teorías no hace falta, ya te las dije _
_ Quiero escuchar lo que dicen los demás _ Alya lo vio hacer una mirada fría y calculadora, parece que no tiene otra opción.
Alya se sorprendió, sus ojos se abrieron un poco y su cuerpo comenzó a cosquillear, la periodista en ella se activó _ Si… espera, ¿en serio quieres verlo? ¿¡El video!? No te lo recomiendo _
_ Si, quiero. Quiero ver lo que los demás vieron _ Adrien hablo con convicción _ Quiero saber, porque cuando ella me miro, me hizo sentir como un monstruo _ Pensó.
Alya lo miró fijamente. Podía ver que la determinación de Adrien era real. Suspiró, sacando su teléfono del bolsillo.
_ Está bien, pero te lo advierto, es… perturbador. Lo descargue antes de que el director lo eliminara. Nos reunimos en el receso en un lugar discreto y te lo muestro. Mientras tanto debemos ir a clases. Quieres saber las teorías, te llevare con ellas _
Mientras caminaban hacia su salón, Adrien se sintió ligeramente más aliviado. Su amiga no había decidido restarle la culpa, pero al menos estaba dispuesta a colaborar en su causa.
Al igual que antes, cuando llego a su salón, el pesado silencio cayo en el aula. A diferencia de esta mañana, sus amigos se acercaron, y la preocupación fue lo primero que Adrien percibió.
La mayoría se agolpo a su alrededor, expresando su desconcierto, angustia y alegría por su regreso. Esa interacción calmo la zozobra en su interior. Sus amigos lo trataban como siempre. Desde uno de los lados, apareció Chloe apartando a Kim de un empujón. Se paro frente a Adrien, su mirada escaneándolo de arriba abajo. Se acerco un poco más, y sin que nadie se lo esperara, le dio una palmada en el estómago. El chico no pudo evitar hacer una mueca ante el toque de Chloe.
El resto de sus compañeros se quejaron de la acción de Chloe.
_ ¡Chloe, ¿Que te pasa?! _ Exclamo Mylene. Rose se llevó las manos a la boca horrorizada. Pero Chloe solo esbozo una casta sonrisa, satisfecha, ignoro los reclamos, se giró sobre sus talones y regreso a su asiento.
Adrien se quedó con una mano sobre el abdomen, sintiendo el dolor punzante en el lugar del golpe de Marinette que la palmada de Chloé había reactivado. Sin embargo, el gesto de Chloe y la preocupación de sus compañeros le hizo sentir cálido.
Alya, que se había quedado atrás, se acercó de inmediato, con una expresión de genuina preocupación.
_ Adrien, ¿estás bien? _ Preguntó Juleka, con una voz suave.
_ Sí, estoy bien. Es solo... la forma de Chloé de decir "hola" _ dijo Adrien, forzando una sonrisa.
_ ¡Ay, por favor! _ exclamó Alya _ Su "hola" parece más una agresión. Pero no te preocupes por ella. Ya está en su asiento _
_ No fue tan malo _ Dice Adrien sonriendo.
Mientras se dirigía a su asiento, Adrien sintió algunas miradas en su persona. Alya decidió sentarse a su lado, ocupando el lugar que es de Nino. La profesora Bustier todavía no llegaba, y el aula, por lo general bulliciosa, estaba cargada de murmullos amortiguados.
Alya con la discreción de una reportera “experimentada”, saca su teléfono, mandando un rápido mensaje. En unos instantes Rose, Nathaniel, Kim y Alix se acercaron a ellos rodeándolos. Sus miradas eran de preocupación y curiosidad. Adrien se preguntó que será lo que les dijo Alya.
_ Chicos, escúchenme con atención _ Susurro Alya, con la voz baja y conspiradora _ Tenemos curiosidad de saber qué es lo que opinan de… lo que paso _ Señala a Adrien _ Y cuáles son las teorías que han escuchado _
Adrien, se había mantenido en silencio, pero cuando Alya comenzó a hablar se tensó ¿Ese era su plan? ¿Dónde quedo la discreción? Alya ni siquiera le pregunto, no tuvo momento para protestar, solo pudo callar y seguirle el juego. Pero no cree que tenga una forma mejor de saber la opinión de sus amigos. Aunque solo fueran algunos.
Rose fue la primera en hablar, con la voz suave y temblorosa _ Yo… Juleka y yo estuvimos allí, nos quedamos viendo como Marinette te golpeaba, nunca antes la había visto así. Estaba aterrada, se veía fuera de control. Ella no convive mucho con nosotros, es distante y muy hostil, pero nunca antes había llegado al punto de agredir a alguien _ Su relato estaba cargado de angustia y arrepentimiento _ Lo siento, quería ayudarte, pero no me pude mover _
_ No creo que Marinette lo hiciera con intención _ Alix intervino _ Marinette, es esquiva y córtate, pero no ella reacciona así sin ningún motivo, puede que cambiara, pero antes era una persona que no actuaba sin motivo y ahora tampoco lo creo. No sabemos que hacían Adrien y Marinette en el mismo sitio _ Alix mira intensamente al mencionado _ Puede que sea un malentendido. Marinette no se ataca fácilmente _ Alix cruzo sus brazos, firme con su postura.
Nathaniel, que había permanecido con la cabeza gacha, hablo _ Yo la vi antes del incidente… _ Su voz era un murmullo _ Ella estaba en el salón de arte, se sentó sobre una mesa a dibujar, se veía tan absorta y concentrada…y luego, cuando volví al salón te estaba golpeando, no sé qué paso, pero había una hostilidad y furia en sus ojos que no había visto antes. Es como si, lo hubieras provocado… _ La descripción de Nathaniel se sentía como una patada en el estómago para Adrien. Hilarante siendo que estaban hablando de quien si lo había hecho.
Entonces hablo Kim, directo y sin rodeos _ Yo no estaba cuando ocurrió… ya sabes. Solo sé lo que se rumoreaba por el grupo de chat. Dicen que está loca, que deberían meterla a un reclusorio y que tu no hiciste nada… Aunque también hay otras teorías _ Se detuvo, como dudando.
_ ¿Qué clase de teorías? _ Lo insto Alya a hablar.
_ Bueno, un rumor dice que Marinette estaba pasando por un mal día, era una bomba de tiempo andante y Adrien, al intentar ayudarla, la acorralo sin querer, eso causo su reacción violenta. Muchos lo creen, y aun mas con los rumores que circulan de Marinette desde hace años _ Dijo Kim, rascándose el cuello
Luego su cara se ilumino al recordar algo.
_ El rumor más descabellado es que Marinette estaba enamorada de ti _ Señalo a Adrien, quien salto en su asiento _ Se te confeso, y tú la rechazaste, ella no lo pudo aceptar y termino por reaccionar así _
En ese momento, se escucha la risa burlesca nada disimulada de Chloe. El grupo que estaba absorto en su propio mundo, se percató que no estaban siendo para nada disimulados. Sus demás compañeros los mirabas con ojos llenos de curiosidad.
Adrien sintió la sangre agolparse en sus mejillas. La incomodidad y la vergüenza tomando paso.
Para su fortuna, la puerta del salón se abrió, la señorita Bustier apareció en el umbral con su sonrisa habitual. Los estudiantes se dispersaron de inmediato, regresando a sus asientos, aun así, la tensión permaneció. La profesora ignorante del drama que había pasado se dispone a comenzar con su clase.
Un pequeño pedazo de papel cayó sobre su escritorio. Adrien giro a ver a Alya y lo desdoblo con disimulo. El contenido era escrito con una caligrafía apresurada.
“Biblioteca, nos vemos al salir”
Al sonar las campanas una ola de estudiantes se lanzó a los pasillos, pero Adrien no tuvo esa suerte. En el instante que cruzo el umbral de la puerta, fue interceptado por un sequito de fans, cuyas caras demostraban una preocupación genuina. Lo rodearon por completo, era un muro humano impenetrable, preguntas tras otra eran lanzadas al rubio ¿Estas bien? ¿Tienes dolor? ¿Necesitas algo?
Adrien, abrumado por la atención, comenzó a sentirse incomodo. Agradecía su preocupación, pero en ese momento lo que quería era encontrarse con Alya, a quien veía a lo lejos tratando de llegar donde estaba. El mar de fans era denso. Desesperado, se le ocurrió una idea.
Puso una mano en su abdomen y forzó una mueca de dolor, inclinándose un poco. En ese instante, de miradas de compasión y murmullos bajos Adrien hablo _ Perdonen, chicos, en verdad lo aprecio. Pero debo ir a la enfermería _ La mención de su lesión funciono, el muro de estudiantes se abrió un poco, lo suficiente para que Alya fingiera ayudarlo a caminar. No le gusto utilizar una técnica tan rastrera, pero no tuvo alternativa. Antes de que alguien se diera cuenta, Alya y él se dirigieron a la biblioteca.
_ Esa escapada fue impresionante, Adrien _ Dijo Alya en cuanto cruzaron las puertas de la biblioteca _ Parece que viste un fantasma.
_ Casi _ Suspiro Adrien, siguiendo a Alya hasta una mesa en el fondo, rodeada de estanterías llenas de libros polvorientos _ A veces son muy… intensos _
_ Imagino. Pero Aquí estamos _ Su tono se volvió frio y profesional. Saco su teléfono y lo coloco entre ellos _ ¿Estás seguro de que quiere verlo? _
Adrien trago el nudo en su garganta _ Lo estoy _ Alya toco lo pantalla y el video comenzó a reproducirse.
El video comienza con la cámara temblorosa. Aparentemente, alguien afuera del salón de arte, la sostiene. Se escuchan golpes y un estruendo.
La cámara se estabiliza, mostrando una escena de caos. Pinceles, espátulas y pequeños botes de pigmentos salpican la pintura fresca en el suelo. Marinette lanza un bote de pintura azul intenso, que choca contra el pecho de Adrien, manchando su camisa blanca. Un grito gutural se escucha, y ella empuja una mesa alta. La mesa se vuelca con un estruendo, sus patas apuntando al techo como un esqueleto grotesco.
Adrien se tambalea hacia atrás, intentando esquivar el peligro. Marinette se lanza sobre él, como una bestia hambrienta. El audio se llena con los gritos ahogados de los estudiantes que miran desde la puerta, congelados por el miedo. Adrien cae al suelo.
La cámara se acerca para mostrar a Marinette encima de él, propinándole puñetazos en el torso. Adrien intenta protegerse con los brazos, pero los puños de ella son implacables. Por un breve segundo, la cámara enfoca los rostros de la multitud. Hay un horror palpable en los ojos de sus compañeros.
Marinette se levanta, con la respiración agitada y el pecho subiendo y bajando violentamente. Por un momento, parece que va a detenerse.
Pero en un instante, Marinette levanta su pierna y lanza una patada brutal al costado de Adrien. Él se encoge, soltando un gemido de dolor mientras se retuerce en el suelo.
La figura de Marinette se vuelve borrosa mientras gira sobre sus talones y sale corriendo del salón. El video termina con una toma inestable de la borrosa forma de Marinette corriendo por los pasillos.
Cuando el video termina, la pantalla se ilumina mostrando el icono de repetir y el silencio de la biblioteca regreso, ahora más pesado que antes. Adrien se quedó viendo la pantalla, se rostro distorsionado por la luz del celular. El sonido y las imágenes se volvían a repetir en su cabeza. No le sorprendía que dijeran todo todas esas cosas horribles de Marinette, desde esa perspectiva él se veía como la víctima y ella como un monstruo. Ahora entiende porque Alya lo defendía con tanto ahínco.
El sudor frio cubrió su frente. Se había visto a sí mismo: torpe, insistente, ingenuo, ciego a la furia desmedida que tenía Marinette en sus ojos. Él no había sido una víctima inocente, fue el detonante de una ira que no pudo ver.
Adrien sintió nauseas.
Alya a su lado, notando la palidez de su amigo dijo _ Adrien, ¿Te encuentras bien? _ Adrien se froto la frente _ Espera, iré por agua _
Alya se levantó con rapidez, su silla chillo apenas. Se alejo a paso rápido, perdiéndose entre las estanterías, dejando a Adrien solo con el silencio de la biblioteca y sus pensamientos turbulentos.
Adrien bajo la vista hacia sus manos, que temblaban ligeramente. El video no mentía, demostraba genuinamente la violencia, pero no mostraba el “porque”. Sus palabras insistentes, que habían llevado a Marinette al borde, habían quedado olvidadas. El mundo lo veía como el modelo perfecto, la víctima de una agresión sin motivos, por una compañera violenta.
_ Disculpa, Adrien ¿Te encuentras bien? _ Escucha a alguien preguntar.
Al voltear, se encuentra con un chico desconocido, este se veía genuinamente preocupado ¿Qué tan mal debía de verse? Se pregunto Adrien. El chico le extendió una botella de agua, y sin dudarlo, se la bebió de unos tragos.
Adrien lo observo, tiene un aire tímido a su alrededor. Parecía incomodo, jugando con el dobladillo de su chaqueta roja.
_ Gracias _ Dijo Adrien devolviéndole la botella.
_ De nada, Adrien _
_ ¿Nos conocemos? _ Se atreve a preguntar Adrien.
_ No, esta es la primera vez que hablamos. Soy Marc, de la otra clase _ Se presenta el chico, con una voz suave.
_ Pero ¿Como sabes mi nombre? _ Inquirió.
_ Eso es lo de menos. Te veo en todas partes. Eres la cara y el nombre de Paris, después de todo _ Responde Marc con una sonrisa tímida.
Adrien lo recordó con amargura, su rostro, la cara de la marca de su padre. Suspiro pesadamente, esto era otra cosa que no podía controlar.
El chirrido de una silla al moverse rompió la bruma de sus pensamientos. Marc se sentó frente a Adrien, sus ojos tímidos mirándolo fijamente.
_ Quería hablar contigo… Sobre el salón de arte _ Dijo Marc, su voz era apenas un susurro.
Al instante la amargura y el cansancio lo azoto de nuevo ¿Otro más? Ya estaba cansado, llevaba desde el día del incidente rememorando ese suceso, hoy fue sacudido hasta el borde, sabe que él fue quien busco la verdad, saber qué es lo que dicen y ver el video, pero ya no quería más. Ya no más.
Se preparo para la avalancha de preguntas, pero antes de eso, nació un impulso en su interior que no pudo frenar y vomito lo que creía.
_ ¡Ah! ¿Quieres saber cómo estoy? ¿Qué hicieron mis padres? ¿Qué fue lo que hice? ¿Si es verdad que Marinette está loca? o ¿Cómo me sentí? _ Adrien lanzo preguntas como una metralleta, la acidez marcando cada una de sus palabras, parecía un monologo ensayado _ La respuesta a la mayoría es: ¡No lo sé! No sé cómo sentirme. No sé qué fue lo que paso. No sé si ella es la que está loca o lo estoy yo. ¿Qué están haciendo mis padres? ¡No tengo idea! ¡No tengo control sobre esto y tampoco sobre nada en mi vida! Me golpea una chica que ni conozco, y el mundo lo que hace es divulgarlo y hacerlo chisme. Sale en las noticias, en foros de internet, hacen teorías locas, y sabes lo peor ¡Yo cause esto! fui un necio, no pensé en lo que ella quería, solo en lo que yo quería. Quería lograr ese estúpido proyecto a cualquier costo. Quiero ser todo lo que mis padres desean de su hijo: Un buen chico, alegre, excelente amigo, bueno en la escuela, exitoso, comprensivo. En estos días todo ha sido un caos. Si yo estoy así, no me quiero ni imaginar cómo debe estar Marinette; todos la creen un monstruo, pero también tengo la culpa _
El silencio absoluto lleno la biblioteca. Adrien agotado por su propio torrente de emociones, se quedó en silencio, esperando que Marc lo enjuiciara con lastima.
Pero Marc no lo juzgo. No le hizo ninguna de las preguntas que esperaba solo le sonrió con comprensión y respeto, era como si no estuviera viendo al famoso modelo, sino al adolescente que estaba cargando tantas cosas.
Después de un largo momento, Marc se inclinó hacia adelante, su voz apenas un susurro.
_ Entiendo lo que dices sobre no tener el control, a veces también me siento así, pero en esos momentos me apoyo de mis amigos, no guardo mis preocupaciones, las comparto _ Dijo Marc _ Pero lo cierto es que estoy aliviado _
Adrien se sorprendió ¿Aliviado?
_ No he sabido nada de Marinette desde ese día. No sé porque reacciono así, pero la conozco lo suficiente para saber que ella no atacaría a alguien solo porque si _ Al escuchar la mención de Marinette, Adrien se tensó, pero no interrumpió a Marc.
_ ¿Conoces a Marinette? _ Adrien salto.
_ Soy su amigo _ Admitió.
_ Pensaba que no tenía ningún amigo _ Admitió el rubio.
_ Ningún es multitud. Marinette es alguien que no deja que cualquiera entre en su vida, pero es una buena persona _ La descripción que dio Marc era completamente diferente a lo que había visto de la chica en sus pocas interacciones _ Ella vino al collège para encontrarse conmigo _
En ese momento, Alya regresó a la mesa con una botella de agua, y al ver la expresión seria en el rostro de ambos, se detuvo en seco.
_ ¿Qué... qué está pasando? _ Preguntó Alya, mirando a Marc y a Adrien.
_ Solo estábamos hablando _ Dijo Adrien, tomando la botella de agua que traía Alya y dándole un largo trago _ Él es Marc _ Este saludo tímidamente a la chica y ella le devolvió el saludo.
Alya se sentó a su lado, con el rostro ligeramente sonrojado.
_ Lo siento, de verdad. Es que Kim, por un reto de Alix, descompuso la máquina de gaseosas, y luego la cafetería estaba llena, así que tuve que buscar a Juleka para que me diera su agua, ¡y no estaba por ningún lado! _ Dijo todo tan deprisa que les costó un poco a los chicos entenderla.
Cuando finalmente tomó una bocanada de aire, se giró hacia Adrien con una expresión de genuina preocupación.
_ ¿Estás mejor? _
Adrien asintió, su mirada era mucho más tranquila que cuando ella se había ido.
Alya viendo el estado de Adrien se relajó, mirando sus manos, su mente la llevo por un viaje de imágenes, los recuerdos del video la golpearon y en sus ojos se vio una decisión clara.
_ Esta loca _ Murmulla.
_ ¿Qué? _ Articula Adrien.
_ ¡Marinette! ¡Es una loca! _ Dijo mirando a los ojos al ojimenta _ Es un monstruo. Te golpeó sin razón. Te tiró al suelo como si no fueras nada. Fue inhumana... estaba loca, fuera de sí. Nadie hace eso, nadie que sea una persona normal reacciona así. Es violenta, agresiva, no tiene control sobre sí misma... y es peligrosa. No te quiero cerca de Marinette, no debes acercarte a ese tipo de personas _
_ ¿Qué tipo de persona es Marinette? _ Pregunta Marc, su voz era fría.
_ Agresiva, desgarbada, impulsiva, inhumana. Nadie cuerdo se acercaría. No es de sorprender que este sola y no tenga ningún amigo.
Marc miro a Alya con una calma helada, la compasión que había tenido por Adrien antes. Alya tan metida en su ira no noto el cambio en el tono de Marc.
_ No te atrevas a hablar así de ella _ Dijo Marc, su voz tan baja que casi se perdía en el silencio de la biblioteca, pero llena de una firmeza que sorprendió a ambos. Alya se quedó sin aliento _ Marinette es mi amiga. No la conoces. Nadie la conoce. Tú solo has visto una parte de ella, y no tienes ni idea de por qué reaccionó así. No está sola, y tampoco loca. Ella es una persona destrozada _
Una risa fría escapo de los labios de Alya, llenando el aire tenso.
_ ¿Destrozada? _ Dijo Alya con su voz cargada de sarcasmo e ironía _ Lo que vi fue una persona desalmada que estaba golpeando y agrediendo a mi amigo _
_ Entiendo lo que dices, pero no debes adelantarte a los hechos. Tu conoces a Adrien, yo conozco a mi amiga, y sé que Marinette no reacciona así sin motivo _ Alya alza su mano, instando a Marc a callar.
_ Ya lo dijiste. Conozco a Adrien, y sé que él no provocaría a nadie _
Marc quería decir algo más, pero eso sería ignorar la privacidad de Adrien. Apretó los dientes y se fue del lugar. El silencio en la biblioteca se sintió pesado, el aire era denso. Alya temblaba de la ira, mientras Adrien permaneció con la mirada gacha, ahora más consciente del peso que ese video representaba para quienes solo lo habían visto.
_ Adrien… no entiendo porque actúa así, solo te estoy protegiendo _ Murmura, acercándose más a su amigo _ No puedo dejar que se te acerque alguien que te hizo daño _
_ Alya, no soy de cristal. No necesito que los demás decidan con quien me junto o no _ Adrien volteo mirando con fuego en sus ojos los de la morena _ Necesito de amigos que me ayuden a encontrar la verdad, no amigos sesgados por mi imagen _
El silencio creo un abismo entre Alya y Adrien. Por el resto del día no se hablaron. La distancia entre sus escritorios se volvió inmenso. Alya se mantuvo concentrada en sus apuntes, con los hombros tensos, sin voltear a verlo.
Las clases acabaron por el día. Las risas de sus compañeros reforzaban el vacío que sentía Adrien en ese momento. Su auto se estaciono frente a la escuela, con movimientos mecánicos el chico se dispone a subir, pero se detiene en la puerta.
_ Hola, cielo. Sube _ Dijo Emilie quien está tomando el lugar que habitualmente Nathalie ocupa.
_ Ah… Si _ Adrien respondió extrañado. No era para mal, le encanta pasar tiempo con su madre, pero esto era inesperado.
_ ¿Cómo te fue en tu día? _ Inquiere la rubia.
_ Bien... _ Su respuesta, tan vaga y carente de fuerza, le hizo saber a Emilie que algo no estaba bien. Una idea se encendió en la mente de la mujer. Acercándose a Gorila, quien conduce el auto, le susurro algo al oído. Adrien vio cómo se desvian de la ruta habitual. Su madre lo miro con una sonrisa y le dice _ Cuando tengo un mal día, suelo pasar la frustración comiendo algo delicioso _ Emilie se vio muy animada _ Y no me digas que no te pasa nada. Soy tu madre _
Adrien callo cualquier protesta que tuviera, su madre tiene razón, permaneció viendo por la ventanilla como el nuevo camino era bañado por las gotas de lluvia. El auto se detuvo frente a una panadería, y el sonido constante de las gotas golpeando el techo se intensificó.
Emilie se bajó del auto, abriendo se paraguas con un movimiento elegante. Adrien permaneció en el asiento trasero, el silencio del auto siendo solo roto por la respiración de Gorila, quien estaba escuchando con sus auriculares un podcast. La tranquilidad del espacio fue un bálsamo para el corazón y la mente de Adrien luego del caos del día.
A través del cristal, el mundo se veía borroso, difuso y tan ajeno. Recargándose sobre la ventana empañada por la lluvia, Adrien se perdió en sus pensamientos. La confrontación con Alya, las revelaciones de Marc, y el video de Marinette se repetían en su mente como una película sin fin.
Repentinamente una figura paso corriendo el espacio vacío de la acera, buscando refugio. Se resguardo bajo la marquesina del local. Adrien se irguió de golpe, su vista y sus pensamientos aclarándose. Sus ojos se abrieron, reconociendo a la figura. Era Marinette, con la ropa empapada, la capucha de su sudadera calada y su cabello oscuro pegado a su frente.
Un sinfín de pensamientos y emociones golpearon a Adrien. Esta era su oportunidad. El universo, en su retorcido sentido del humor, había alineado los planetas para que ellos hablaran.
Una nueva figura cubrió la luz del exterior y la forma de Marinette. La puerta se abrió, y Emilie se deslizo en su asiento, con una bolsa de papel en su mano que desprendía un delicioso aroma.
_ Encontré unos croissants que te encantarán _ Dijo, cerrando el paraguas.
Adrien no respondió. Miró a su madre, y luego de vuelta a Marinette. El recuerdo de la duda en el rostro de la chica, se volvió casi tangible en ese instante. Se dio cuenta de que no podía volver a casa, no sin haber intentado algo.
_ Mamá... _ Comenzó Adrien, con una voz que él mismo no reconoció.
Sin esperar respuesta, abrió la puerta del auto, pero la mano de su madre en su hombro lo detuvo. Volteo a verla y la mirada que ella le dirigió, le dijo un mundo de palabras. Adrien se quedó quieto en su lugar. Emilie lo deslizo a su asiento, volvió a salir del coche con su elegancia característica y cerró la puerta a sus espaldas. El chico vio como su madre se acercó a la empapada chica.
No entendió, ¿A dónde se había ido toda esa convicción que tuvo en un inicio? ¿Solo una mirada bastaba para que parara? ¿Qué estaba haciendo su madre?
Este día no fue el mejor. Pensó Marinette. Sus abuelos estaban preocupados desde que golpeo al hijo de los Agreste. No quiso hacerlo, solo… esos ojos. Sentía escalofríos cuando los miraba. Fue suspendida por un tiempo de la escuela, pero no es como si le afectara, nunca iba a clases de todos modos. Aunque recibió una demanda por agresión y una orden de alejamiento. No se sorprendió, pero sus abuelos fue un cuento diferente.
Su teléfono ha estado desde ese día lleno de amenazas de muerte e insultos que ya no le afectan. Pero era diferente cuando vandalizaban el local de sus abuelos. Esa mañana empezó limpiando la pintura y la basura en las paredes y suelo del exterior del local. Su abuelo tuvo una fuerte migraña de tanto gritarles a los policías cuando llegaron a la escena, ella decidió cubrir su lugar mientras descansaba.
El día fue particularmente tranquilo, no hubo mayor problema a parte de unos adolescentes, fans del ingenuo rubio, que llegaron a armar un alboroto, que su abuela supo controlar fácilmente.
Luego le toco hacer entregas en la tarde. Otra vez todo estuvo normal al principio, pero cuando te toco entregar el ultimo pedido, la dirección era un basurero alejado de su residencia, nadie vivía en ese lugar, y mucho menos alguien salió a recibir las cajas de croissants que traía en las manos. Cuando se disponía a regresar se encontró que habían espichado las llantas de su moto. Ya era tarde, por ese lugar no parecía que pasaran autobuses; le toco caminar unas calles hasta que consiguió señal para llamar a una motogrúa para su bella Ducati rosewood.
Y luego comenzó a llover. Marinette no pudo creer que el clima no esperara a avisar que llovería. Tomo su chamarra con fuerza y corrió buscando un lugar donde cubrirse. Una panadería le dio la bienvenida, debajo de la marquesina se permitió pensar en sus abuelos, seguramente están preocupados por ella, pero su teléfono se había apagado.
_ Ejem _ Marinette escucho, una suave tos a su lado, giro su mirada encontrándose con un elegante y sofisticado traje femenino _ Hola _ Dijo la mujer, con una voz tranquila y amable. Alzo la mirada. Vio sus ojos, del mismo verde intenso que los de Adrien, que la estudiaron con una calidez que Marinette no esperaba.
Ese color de ojos, era el mismo que le causaba escalofríos cuando lo veía en cualquiera, pero en Emilie era lo contrario, sintió una calidez desconocida pero familiar rodearla, era un sentimiento que tenía años sin sentir.
Marinette, con las manos temblando por el frío y la angustia, no supo qué responder. Su corazón se aceleró. La mujer parecía demasiado perfecta para estar en un lugar así, hablando con una chica que parecía haber pasado por una guerra.
_ Parece que has tenido un día bastante largo _ Dijo la mujer, su mirada bajó al teléfono apagado en la mano de Marinette y a su ropa empapada _ Y la lluvia no te está dando un respiro _
Marinette se encogió de hombros, defensiva _ ¿Y eso qué? _
La mujer sonrió con una suavidad que desarmó a la chica.
_ Nada _ Dijo sonriente, sentándose en una silla de una de las afortunadas mesas que no se mojaron por la lluvia _ Solo quiero disfrutar de mis croissants con compañía _ Levanto una bolsa de croissants calientes en su mano.
_ No me crea una tonta, se quién es usted y usted sabe quién soy yo _ Expresa con rudeza.
_ Mmm, ¿Y según tu quiénes somos? _ Inquiere la rubia, divertida.
_ Usted es Emilie Agreste, actriz y modelo famosa, esposa de Gabriel Agreste, un diseñador reconocido y madre de Adrien Agreste, el chico al cual agredí _
Respondió Marinette con brusquedad. Su tono era mordaz y sin una pizca de arrepentimiento.
Emilie la miró por un momento. No había ira en sus ojos, solo una calma tan profunda que desarmó por completo la animosidad de Marinette.
_ Vaya, no fui la única que investigo _ Dijo Emilie, con una suave sonrisa _ En efecto, soy yo. Y no tienes que decir la palabra "agredí" con tanta dureza. La escucho todo el tiempo. Ya sé lo que pasó _
Marinette se quedó sin palabras. Esperaba una confrontación, una amenaza, una demanda... pero solo recibió comprensión.
_ El problema es que, como dijiste, sé quién eres. Pero yo no te conozco. A diferencia de todo el mundo que está en internet y en la televisión, yo no te veo como una criminal. Veo a una chica que tuvo un día muy malo, y que ahora está sola, bajo la lluvia, con las manos temblando de frío _ Dijo Emilie, su voz más suave que la lluvia que caía. Abrió la bolsa de croissants y el dulce aroma se mezcló con el aire húmedo _ Me gustaría conocer a la verdadera tú.
Marinette, abrumada por la mezcla de amabilidad y comprensión, sintió que las lágrimas amenazaban con salir. Se mordió el labio inferior para contenerlas.
_ Te propongo un trato _ Continuó Emilie _ Puedes sentarte y hablar conmigo. Podemos comer estos deliciosos croissants y simplemente ser dos personas que buscan un poco de compañía, o puedes quedarte ahí sola y yo me iré. Pero te aseguro que, si te quedas conmigo, no haré ninguna pregunta sobre mi hijo. Te escucharé. No como la madre de la víctima, sino como una amiga _
Marinette se quedó mirando a Emilie, la mano extendida de ella ofreciendo un croissant. Después de todo el caos del día, la simple oferta de pan caliente y un oído atento fue demasiado para resistir. El estómago le rugió. Con un suspiro de derrota, se acercó a la mesa, se sentó en la silla frente a Emilie y aceptó el croissant que le ofreció.