Capítulo 2
4 de diciembre de 2025, 23:14
—¿Jax?—
La voz quebradiza de Ragatha se hizo presente en la habitación mientras está misma poco a poco se levantaba, quedando sentada.
—¿No?—Respondió el conejo tratando de pasar desapercibido por la muñeca.
—¿Que haces...? ¡Hip!...¿...aquí?—La pelirroja pregunto entre una especie de hipo provocado por el consumo en exceso de la salsa "mágica".
—Cuidando tu trasero.—Jax rodó los ojos y se cruzó de brazos tratando de verse ofendido ante la "responsabilidad" (la cual el mismo se implantó) de cuidar a la muñeca.
—¿Por qué tendrías que cuidar mi trasero?—Se miró sus posaderas, de forma ingenua, Ragatha seguía borracha y su voz distorsionada lo reflejaba.—Parece que el está bien.—
—No me refiero a eso, idiota. Estás borracha y haces cosas inútiles, por eso te traje hasta aquí.—
Ragatha se quedó pensativa un momento, mirando hacia la nada mientras lo hacía, hasta que de pronto abrió su único ojo por completo, como si estuviera sorprendida.
—¿Me estás cuidando, Jax?—Le preguntó con una cara de sorpresa, pues estaba incrédula de que Jax, aquel que todos los días procuraba hacerla sufrir, ahora mismo estuviera cuidando de ella.
—No.—Tartamudeó aquella respuesta para continuar con un ligero toque de nervios en su voz.-Simplemente te hice un favor.—Posicionó sus manos en su cintura tratando de verse seguro de sus palabras.—Ahora duérmete muñeca, necesitas hacerlo.—
Estaba a punto de irse cuando recordó el motivo inicial del porque había tomado en brazos a Ragatha, preguntar ¿Que más pensaba de él?.
Se detuvo y se giró sobre sus pies nuevamente, lo que provocó una mirada de confusión en Ragatha.
—Raggy.—Menciono el apodo que, sin el saberlo, hacia estremecer a la muñeca, con lo cual tuvo toda su atención a pesar de seguir en estado de ebriedad. Jax continúo.—Me preguntaba si...—Se acercó lentamente a ella con una sonrisa descarada que reflejaba sus planes malvados.—...podríamos hablar ¿un poco?—Quedó frente a ella, estando a un costado de la cama, la pelirroja lo miró extrañada ante su actitud.
—¿De que quieres hablar? Yo no tengo nada de que hablar.—Contesto con su voz débil y emborrachada.
—¡Vamos Ragatha! ¡Tienes mucho de lo que hablar! Cuéntame todo.—El conejo, sin permiso de nadie, se sentó en la cama de la muñeca, muy cerca de ella.
Posteriormente, después de sus palabras, le guiño un ojo para tratar de convencer a Ragatha.
—Bueno...—Empezó.—Me parece raro que quieras hablar conmigo, porque siempre estás criticando lo que hago o lo que digo, también siempre estás molestando con tu broma de los cienpiés, que no es para nada graciosa.—Se quejó de esto último haciendo un leve puchero.—Siempre me molestas, me lastimas y yo simplemente quiero ser...—Hizo una pausa para mirar a Jax de reojo, sus mejillas se volvieron de un tono rojo, casi imperceptible, pero siendo observado por Jax, Ragatha continúo.—...quiero ser tu amiga.—Finalmente sentenció lo que sentía, aunque en el fondo sabía que no era verdad.
—¿Mi amiga, Raggy?—Jax, que ahora estaba frente de su rostro, la observo con una sonrisa pícara, acercándose un poco a la pelirroja.—Eso no es lo que me dijeron tus lindas mejillas.—
—Ah...no...¡Si! Tu amiga ¡Y ya!—La pelirroja se encontraba nerviosa ante las actitudes del conejo y tartamudeo cada una de las palabras dichas.
—¡Ja!—Rio burlón Jax ante la actitud de Ragatha.—No creerás que voy a creerme eso, ¿Cierto?—Levanto una ceja con curiosidad, pues era notorio que la muñeca ocultaba algo.
—¡Si! ¡Por qué es la verdad!—Gritó para después, poner una mano en el rostro de Jax y aventarlo hacia atrás, con el objetivo de alejarlo de sí.
El conejo se quejo ante este movimiento y se volvió a incorporar en su posición anterior.
—Dime, muñeca...—Continuo cómo si nada hubiera pasado, la curiosidad de saber que pensaba la cabeza de la pelirroja era más grande que su orgullo.—¿Que piensas de mí?—
—¿Que pienso de ti?—Pregunto incrédula hacia Jax, aún con su voz borracha, el conejo asintió desesperado, sin dejar de sonreír.—Pienso que eres un idiota.—Al seguir drogada por la salsa, al fin diría todo lo que sentía, dejando de lado la poca cordura que le restaba ese día.—Pienso que eres insensible y que no te importo yo, mas bien no te importa nadie ni nada. Yo quisiera que al menos me notaras un poco...—Se quejó ante él, agachando su mirada notoriamente triste, diriguendola hacia sus manos de trapo mientras jugaba con ellas.
Jax la miró confuso, cambio su mirada sonriente a una extrañada, tratando de procesar lo que Ragatha había dicho.
—Pero yo si te noto, me parece absurdo que digas eso cuando me la paso molestándote, para mí eso es mucho notarte.—La miró con un semblante ciertamente inocente y curioso.
—¡No de esa manera!—Nuevamente hizo un puchero ante la respuesta del contrario.—Me refiero a que quisiera importarte más...—Hizo un pausa para mirarlo directamente a sus ojos amarillos, que estaban sorprendidos.—A veces me pregunto por qué ni siquiera los Npc's me coquetean. ¡A Pomni si! E incluso ella les puede coquetear a ellos...—Empezó a llorar ligeramente y continúo.—Da igual, de todas maneras, estamos atrapados aquí y nunca podré volver a sentir amor por algo.—Concluyo su gran discurso, dejando a Jax terriblemente confundido.
—¿Por qué de repente estamos hablando de Pomni?—Preguntó el conejo, mirando a Ragatha, estaba tratando de entender la conversación de la muñeca.
—¿No lo entiendes Jax? Quiero que alguien me coquetee.—Admitio al fin la pelirroja.
—¿Que insunuas Ragatha?—Jax la miró, ahora curioso sobre sus sentimientos.—¿Quién quieres que te coquetee?—
Ragatha suspiro exhausta de la conversación, rápidamente su mente se perdió en un abismo mental, pues, seguía ebria.
—¿Porqué todo tiene que ser tan complicado?—Dijo con su voz distorsionada por la intoxicación previa, mientras miraba a Jax—¿Por qué tenemos que hacer esto Jax?—
—¿A qué te refieres?—Pregunto Jax ante el cambio repentino de tema.
—¡A todo! En este estúpido circo digital, todo es horrible, todo es confuso, no podemos ser felices Jax.—Bajo nuevamente su mirada hacia sus manos, a punto de llorar nuevamente.
Jax suspiró, Ragatha tenía razón, era jodidamente complicado permanecer así, ni siquiera se explicaba así mismo como podía seguir sin abstraerse aún, con tanto que ha vivido, y más aún, con el pensamiento constante del nunca poder lograr salir de ahí.
—No lo sé Raggy...—Miro hacía un punto fijo y continuó.—Es lo que tenemos que hacer, supongo.—
—Eso es lo que odio, tener que hacerlo para poder sobrevivir.—Ragtha apretó sus puños, empezando a sentir una enorme furia, ya no podía más viviendo en ese lugar.
—Ya lo sé muñeca...—La miró una vez más para después continuar.—...opino lo mismo que tú.—
El lugar permaneció en un silencio desolador por bastantes minutos, Jax había obtenido de cierta manera lo que deseaba pero, el mirar a Ragatha, la muñeca que siempre se encontraba optimista y animosa, estar completamente harta del lugar y escuchar su sinceridad sobre sus emociones, ciertamente lo desconcertó.
Ragatha rompió el silencio de pronto.
—No te odio...—Hizo una leve pausa para mirarlo con una ligera sonrisa.—Eres divertido, pero a veces algo molesto...—Concluyó para posteriormente, bostezar dos veces continuas, reflejando su cansancio después de un día bastante complicado y largo. Con cuidado, se recostó, posicionando su espalda en la cabecera de su cama, permaneciendo aún sentada. Lentamente cerró los ojos, hasta quedarse dormida nuevamente.
Jax se quedó atónito, pues, nunca espero que al final, la muñeca fuera un poco más sincera de lo que ya había sido minutos atrás.
La miró una vez más y sonrió levemente, se levantó de la cama para dejar a Ragatha descansar, se dirigió a la puerta, apagó las luces de la habitación y salió de esta, sin tener cuidado de hacer ruido pues ya no le importaba en lo más mínimo despertar o no a Ragatha.
————————💫————————
Era un nuevo día, el sol se asomaba por las ventanas de los apartamentos de cada integrante. Jax salió de su apartamento ya con su vestuario habitual, se estiró y sonrió ante el amanecer, estaba desesperado por salir ya de ese lugar.
A su lado, de forma repentina, se abrió la puerta de su vecina, quien salió con un semblante agotado, si de por sí sus cabellos eran desordenados, estaban aún peor, tenía ojeras y tenía una extrema migraña insoportable.
—¡Te ves horrible Raggy!—Se burló de su compañera, y sin tener algún tipo de consideración por ella, empezó a carcajear sin parar por verla.
—Callate Jax.—Le ordenó la pelirroja, sin ánimos pues casi ni podía hablar debido a la jaqueca que tenía.
—Tu bien sabes que jamás hago eso, Raggy.—La miró y sonrió en grande aún manteniendo su semblante burlesco.
—Me voy, no aguanto este lugar.—Ragatha cerró la puerta que se encontraba detrás de ella y se dirigió a la salida del edificio, bajando los escalones.
—¡Wow! ¿Tu? ¿Siendo sincera? Me sorprendes cada día más muñeca.—
Cada quien se dirigió a sus respectivos autos, aunque Ragatha tenía un problema.
—¡¿Y mi auto?!—
—Oh Ragatha, anoche estabas tan borracha que no recuerdas nada ¿Cierto?—Se acercó el conejo a la pelirroja con su característica sonrisa, continuó.—Ayer yo te traje hasta aquí, así que te tendrá que llevar alguien más.—
—¿¡Anoche tu q..que!?—Gritó Ragatha muy molesta y muy confundida pues, no recordaba a ciencia cierta los detalles de como había llegado a su apartamento.
—Lidia con eso muñeca. No fue una maravilla traerte en ese estado para mí, por cierto.—Cruzo los brazos y entrecerró los ojos tratando de lucir molesto al recordar su travesía de un día antes.
—¿Ah? Con que... ¿No fue una maravilla, Jax?—Preguntó Zooble, quien estaba a su lado, metiéndose en la conversación.—Me parece raro... Siendo tu el que casi me ruega por traerla hasta aquí.—
—¿¡QUÉ?!—Ragatha cada vez más se confundía pues le estaba llegando mucha información en poco tiempo.
—¡CÁLLATE ZOOBLE!—Jax, evidentemente nervioso, empezó a discutir con Zooble sin parar, teniendo a la muñeca de trapo en medio de los dos aturdida ante los comentarios que escuchaba.
—¡Chicos! ¡Paren!—La voz de Pomni se hizo presente, la cual iba saliendo de su apartamento.—Solo están aturdiendo a Ragatha.—Y así era pues, la pelirroja tenía sus ojos puestos hacia la nada, su dolor de cabeza se intensificó aún más.
—¡Es culpa de Zooble!—Gritó enojado Jax que, no quería que todos se enteraran de su comportamiento "raro" hacia Ragatha.
—Ven Ragatha.—Le hablo a la distancia la bufón.—Yo te llevaré hasta la oficina de Caine.—Le extendió una mano, dándole a entender a la muñeca que podía confiar en ella, lo cual Ragatha no dudo ni dos veces y fue hacia su dirección, tomando su mano con suavidad.
—¿A dónde cree que la lleva?—Pregunto al aire con molestia el conejo, pues, le irritaba la gran cercanía que tenían Pomni y Ragatha, sin tener en cuenta que Zooble lo escuchaba.
Las dos amigas subieron al auto de Pomni y lo pusieron en marcha, en camino a la oficina de aquella IA, pronto, se perdieron de la vista de los dos presentes.
—Escucha, Jax.—Hablo Zooble rompiendo el silencio.—Eres un desquiciado, un insoportable y un insensible, ni siquiera se porque le importas a Ragatha...—Se vio interrumpida por el conejo.
—¿Le importo a Ragatha?—Preguntó con un rostro serio y sorprendido ante el comentario de Zooble.
Está suspiró, cansada de Jax, y continúo.
—Como decía.—Carraspeo.—Pero... si planeas hacer algo, hazlo ya. Pronto lograrás colmar la paciencia de Ragatha.—Sentenció, para después dirigirse hacia su auto y evadir cualquier respuesta de Jax, dejándolo parado y sin palabras ante los comentarios de esta.
Jax, con muchas dudas en su mente, logró, al fin, decidirse por un camino. Ese día, después de regresar al circo, enfrentaría sin excusas, a Ragatha.