Mi razón | Sakura Haruka

Los primeros momentos entre Haruka y Yuka comienzan con calma, con extrema dulzura. Con el sonrojo en las mejillas de ambos, con el rubor extendiéndose hasta las manos cuando se trata de mostrar afecto.  Afecto verbal, porque el físico es un largo camino por recorrer para Haruka. A Sakura Haruka le cuesta entender el amor. Pero que no lo entienda no implica que no lo sienta. Siente amor por Yuka en cada momento que pasa a su lado. Y cuando ella se aleja, invade sus pensamientos. Para que algo salga bien ambas partes deben involucrarse. Cuando Yuka cura las heridas de Haruka y este la mira como si fuera lo más hermoso que ha visto en su vida, todo cobra sentido. Porque Yuka siente su corazón en calma, en una paz cálida cuando Haruka está a su lado. Porque Yuka amaba robarle ropa a su amigo, porque aun no se atreven a ser novios. Y a Haruka le encanta verla modelar la ropa de su armario, que le queda enorme en comparación en como le queda a él. — Eres como un ángel. — Dijo Haruka en una ocasión. Lleno de vergüenza, porque casi lo gritó. Porque Suo dijo que no estaba bien no decirle nada bonito a su chica. Y mierda… ella no es su chica, pero desea que lo sea.¿Y quién dijo que no le dice cosas bonitas cuando sus amigos no están presentes? Entrometidos. Sakura respira profundamente y fija su mirada en el futuro que quiere para él. Un futuro en que sabe bien quiénes quiere que estén a su lado. Duda sobre si Yuka se quedará. Duda que se instala en su pecho. Porque nadie aguantará eternamente su lentitud. Lo que no sabe es que Yuka acepta a Haruka con eso y todo incluye sus tiempos para dar pasos nuevos. “Yuka es tan paciente que no la merezco. Pero incluso si no la merezco, la quiero a mi lado”.Piensa Sakura con el sonrojo invadiendo su cuerpo.

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Cuando han pasado dos años Sakura Haruka es el líder de Bofurin. Para este momento el instituto es mixto. Yuka convenció al director junto a los amigos de Haruka. Fue una reforma que no se esperaba, pero que tuvo una buena aceptación. Toca la hora del almuerzo y Yuka se encuentra en la azotea. Ahora es mucho más confiada, más alegre, y sin dudas sobre ser merecedora de amor. Ahora ya no escucha a Etsuko, pero puede decir que la siente en las pequeñas cosas. Yuka atesora cada recuerdo de Etsuko. Y, aunque suene como locura, está convencida de que este futuro lo trabajó desde algún lugar para ella. Porque cuando mira al cielo el día de su cumpleaños, las estrellas parecen brillar más. Ahora tiene dieciocho años y la extraña, echa de menos sus consejos, sin embargo, ya no duele tanto su pérdida. — Yuka-chan. — Nombra Nirei. — ¿Uhm? — Yuka se gira lentamente sin saber cuándo se perdió en sus pensamientos. — Es el momento de llevar a los de primero a su primer patrullaje por la ciudad. — Informa el chico que, secretamente, Yuka ve como un hermano menor. Yuka sonríe y se endereza. No le gusta tener un cargo importante en Bofurin, pero lo acepta por Haruka, por estar cerca de él. Además, llevan el uniforme a juego, eso sube su autoestima. Nirei y Yuka ven de reojo a Haruka, quien ya se encamina junto a Suo, Kiryu, Taiga y Sugishita. Oh, Sugishita, ese que odiaba a Haruka o realmente no aceptaba que le parecía “cool”, pero ahora trabajan mano a mano. Yuka sonríe al pensar en todo lo que ha conseguido Haruka en este tiempo. Lo único que no ha conseguido es declararse a Yuka, y ella tiene paciencia… Aunque se plantea seriamente dar ella el paso. No quiere morir sin un beso de Sakura Haruka.