Shishitoren's princess | Umemiya Hajime

En la fría noche sus ojos podían vislumbrar una figura aterradora. Alguien tras la sombra que la hacía temblar. No podía ocultar el peso de su miedo ni siquiera en sueños. Y es así como las figuras distorsionadas se agrupaban contra ella. Se sentía tan real que incluso podría asegurar que estaba temblando en la realidad. Cuando los ojos del demonio se posaron en ella sintió el mundo cae en un pozo profundo. Un pozo tan oscuro como los ojos de ese ser. Su sonrisa inquietante mientras se aproximaba a ella… Y entonces la luz se filtró. Con angustia Ame despertó de esa pesadilla sintiendo que nada había cambiado en estas semanas. Sintiendo que seguía siendo tan débil como siempre. Tan vulnerable ante la idea de caer presa de ese hombre que más que un hombre es un demonio. Ame se recostó en su cama, con la respiración agitada y limpiando con la manga de su pijama el sudor de su frente. Tragó agua como si su vida dependiera de ello y poco a poco la respiración pareció volver a su ritmo normal Odiaba sentirse así: agitada, débil y asustada. Todo por alguien que le hizo daño en el pasado. Pero… ¿Qué más daba? Tal vez ella se lo merecía, a veces lo pensaba. Un mal que te acecha es por algo, y no sabía qué había hecho ella, pero se culpaba. Solo con recordar la mirada de ese hombre volvía a temblar. La hora en el reloj marcaba las cuatro de la madrugada. Demasiado tarde para hacer cualquier cosa. Demasiado tarde para pedir ayuda. ¿Ayuda de qué? Si no hay un peligro inminente, no importaba. Tal vez ni ella misma importaba.

***

El dolor de cabeza la persiguió toda la mañana. Atender en clase nunca había sido considerado un reto para ella, sin embargo, el dolor agudo en su sien era insoportable. Por suerte pudo tomar una pastilla para el dolor y se calmó. No tan rápido como ella quisiera, pero se calmó. Por la tarde debería entrenar con Choji. Solo de pensarlo sonreía, porque era agradable estar con sus amigos. Porque sí, era fácil considerarlos sus amigos y casi hermanos cuando siempre estaban pendientes de ella y la hacían reír de forma genuina. — ¡Hola Ame-chan! — Exclamó Tomiyama a la entrada del instituto. Era habitual que alguno de ellos fuera a verla y acompañarla hasta la base de Shishitoren. — Hola Tomiyama-san. — Saludó Ame. Su tono más monótono de lo habitual. — ¿Hmm? ¿Qué te pasa? — Preguntó Choji sin perder su entusiasmo, acercándose más a Ame. — Solo me duele algo la cabeza. — Dijo porque el malestar no se había pasado del todo. Y no era del todo mentira, aunque estaba ocultando parte de la verdad. Porque decir que estaba mal por una pesadilla que sabe que puede hacerse realidad, sonaba muy absurdo. — Bueno... — Dijo Choji deseando insistir más, pero Togame apareció para captar su atención. — Vamos. Hay que ir a la base o se hará demasiado tarde para entrenar. — Dijo Togame para arrastrar consigo a su líder mientras que Ame los seguía. Con el entrenamiento y algunas bromas de sus compañeros, Ame consiguió distraerse lo suficiente para olvidar sus problemas por un momento. No tenía sentido preocuparse por alguien que no ha aparecido en su vida desde que fue espantado por Choji. Aunque estaba segura de que volvería a aparecer, y debía admitir que no le agradaba la sensación de estar alerta. Tenía gente fuerte a su lado y además ella misma estaba aprendiendo a defenderse. Nada podía salir demasiado mal.