ID de la obra: 1457

Shishitoren's princess | Umemiya Hajime

Het
NC-17
Finalizada
2
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
46 páginas, 13.440 palabras, 22 capítulos
Descripción:
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6

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Los rayos del sol son increíbles. ¿No? Llegan incluso a los rincones más recónditos del mundo. Llegan hasta los corazones más desorientados e iluminan el lugar incluso si el olor que se aspira allí es detestable. Hanzo. Un hombre sin apellido, sin remordimientos y sin piedad. Alguien que se divierte jugando con los hilos de las personas a las que él llama “títeres”. Incluso para Hanzo llega la luz. Incluso para alguien como él, el sol le dedica su saludo. Y no hay nada que pueda fastidiarle más. La oscuridad es mucho mejor. Una noche sin luna es una noche perfecta. O al menos eso es lo que él opina. Oculto en las sombras él no tiene nada que temer, son los demás los que deberían. Aun produce un sabor amargo recordar que fue apartado de su “presa favorita” por uno de esos chicos que se cree justiciero, o bueno, uno deShishitoren. ¿Cómo no reconocería el estúpido logo de león en esa chaqueta? Solo ha dejado que Ame siga con su vida porque incluso él puede ser considerado.Já.No lo es ni una pizca. — Hanzo-San, traigo el informe semanal. — Habla uno de sus secuaces. Apenas ha comenzado el día, pero eso no significa que haya que ser lento en sus movimientos. Observa el sobre que es dejado junto a su café. Abre el sobre pasando todas las hojas y algunas fotos por sus dedos, leyendo con detenimiento. Pronto una mueca de desagrado se coloca en su rostro. — ¿Es esto en serio? — Cuestiona, aunque más para sí mismo. Hace un gesto para que lo dejen solo en el pequeño despacho improvisado en un edificio abandonado. Una vez está solo observa con más detalle las fotos. Fijándose sobre todo en como su presa sonríe demasiado a ese idiota del líder deBofurin. Hanzo siente la sangre hervir, la ira rugiendo en su interior. La taza de café acaba estampada contra el suelo. Y aunque algunos de sus secuaces se estremecen ante el sonido, nadie se atreve a irrumpir otra vez en su zona. ¿Por qué no puede mirarlo así a él? ¿Por qué lo único que obtuvo él fueron gritos y miras de pánico? ¿Por qué él tiene que arrancarle todo lo que necesita de ella y alguien más simplemente aparece y puede estar bien? Suspira. Una vez. Y otra vez. Pero nada sirve para calmar su odio ante la felicidad ajena. Tiene que aplastar a cada uno de los que mantienen a su querida lejos de él.

***

El viento se ha desatado durante la tarde. Es como si el sol quisiera esconderse. Y, aun así, con el tiempo que parece que va a llover, Ame toma las bolsitas con galletas que ha preparado, su bolso, el móvil, el paraguas, se mira una última vez en el gran espejo del pasillo y sale de casa Mientras avisa de que llegará un poco antes esta vez a la base de Shishitoren- sin mencionar que es porque quiere pasar por Furin después – no espera a la respuesta de Tomiyama y simplemente guarda el móvil otra vez en el bolso. Corre por las calles con gran ilusión. Cruzando un callejón solo por atajar el camino. Tal vez fue una mala opción, pues en cuánto lo hace siente la ciudad más oscura. Siente ojos puestos en ella y ahora ya no corre solo por prisa, sino por tener cierta inseguridad. Corre tan deprisa que no se da cuenta de a quién tiene en frente. Y choca. — ¿Estás bien? — Pregunta una voz conocida cuando casi cae al suelo. El chico la sujeta y por suerte, se trata de Togame. Ame lo mira como si fuera la primera vez. Porque está aterrada y ni siquiera sabe si se ha inventado esa sensación de ser vigilada, porque ahora no se siente así. — Sí…— Contesta ella. Para Togame parece ser evidente que no, no está bien. Acaricia su cabello con una mano mientras que le indica que vayan juntos a la base. — Te estaba buscando. — Dijo Togame. —Tomiyama no quiere que vayas sola por aquí. — Dice como una obviedad. Y por enésima vez, Ame se alegra de tener a unos “hermanos mayores” tan protectores. Un escalofrío obliga a Ame a tensar su cuerpo. Otra vez esa sensación de una mirada sobre ella. Y Togame parece notar algo también. Togame rodea con su brazo de forma protectora a Ame y la guía. En pocos minutos han llegado a la base. Él con un semblante serio, que solo se suaviza al mirar a Ame, y ella con un miedo que reconoce como familiar. Ame suspira. Deja salir el aire como si le pesara dentro. Y entonces sonríe otra vez, porque seguro que solo se lo ha imaginado. Entrega las bolsitas de galletas a cada uno de sus más cercanos en Shishitoren. — No sabía que cocinabas, Ame-chan. — Habló Choji con una sonrisa enorme. — Esto está riquísimo. — Sigue diciendo. — Mastica bien antes de hablar. — Regaña Togame a su capitán. Ame ríe mientras que se sienta al lado de Sako, quién disfruta del dulce sabor de las galletas. — ¿Por qué hay más? ¿Para quién son? — Oye preguntar a Kanuma. Y de inmediato Ame se apresura a guardar en su bolsa esa bolsa de galletas restante. — Son para un amigo. — Murmura, porque le da vergüenza admitir su plan. Grave error. Llamó la atención de sus amigos que estaban dispuestos a hacer muchas preguntas que ella no quería responder. Nunca les ha mencionado sus interacciones con Umemiya. ¿Se lo tomarían bien? —Díiiiimelo. — Suplica de modo adorable Choji. Pero Ame niega con la cabeza repetidas veces. Lo que hace que la curiosidad solo crezca. Aunque tal vez ni conozcan a esa persona, piensan algunos. Pero Choji quiere saberlo a toda costa. Nadie nota cuando Togame de forma silenciosa sale de la base.
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