Shishitoren's princess | Umemiya Hajime

El corazón de Ame late acelerado mientras camina por los callejones para atajar su camino hasta la base. Se siente acorralada, como si una mirada imponente estuviera sobre ella. Y en su mente solo puede pensar en una cosa: esto no es casualidad. Nada es por azar. Así que acelera sus pasos y llega a la base agitada, casi sin aire. El silencio denso que la recibe solo eriza su piel. Parece haber interrumpido algo, o eso puede leer en el ambiente cuando todos la miran. Togame tiene una mirada indescifrable mientras que Choji está serio, tan serio que es inquietante — ¿Interrumpo? — Pregunta Ame aun tensa. Tiene un mal presentimiento. — Ame-chan, no interrumpes. — Dice Kanuma inseguro. Y esa inseguridad la nota la chica. Comienza a atar cabos, como si la sensación de ser observada y este comportamiento no fueran hechos aislados. Da un par de pasos hacia Choji. — Tomiyama-san. ¿De verdad todo está bien? — Pregunta Ame mirando fijamente a los ojos castaños de Choji. Atenta a cualquier detalle que le ayude a percibir lo que pasa. Tomiyama asiente con la cabeza y trata de sonreír. Solo un amago de sonrisa que queda en una mueca preocupada al final. — Todo estará bien. — Es Togame esta vez. — ¿Y cómo lo sé si no me decís lo que pasa? — Pregunta Ame comenzando a frustrarse. El silencio dura unos segundos casi eternos. Ame aprieta las manos en puños y mira al suelo, sintiéndose mal, como si no fuera merecedora de la confianza de sus compañeros. — No es nada… grave. Solo es algo de la pandilla, algo en lo que no queremos involucrarte, por tu bien. — Dice con falsa calma Choji. Porque realmente Choji solo quiere golpear a los hombres que vigilan a Ame, pero no puede actuar sin un plan. Porque no sabe cuál es la magnitud del asunto. Y Ame se gira sobre sus talones dando la espalda a todos. Ame sabe que intentan aliviar su preocupación. Aunque en el fondo sabe que lo que callan es solo para protegerla. Pero es inútil, ella misma sabe lo que ocurre, que todo es parte de una sombra de la que no puede escapar. Cuando sale de la base, Togame la acompaña en silencio. No hay nada que puedan decir. La tensión se palpa en el ambiente. — No lo pienses demasiado y si te notas en peligro avísanos. — Dice Togame al dejarla en la puerta de la casa de la chica. Ame asiente y entra en su hogar. Observa unas plantas de plástico que decoran el recibidor. La melancolía y la soledad se asoman por su mente. Y entonces recuerda que pronto deberán crecer los primeros brotes de rosa en el huerto de la azotea. La idea de tener un lugar seguro allí le calienta el corazón. Parece hasta que recupera el aliento.

***

Un nuevo día comienza. Los rayos del sol se cuelan en la habitación, mientras Ame intenta apurar un poco más el tiempo. Solo necesita dormir. Quedarse un rato más en la cama. Hoy no quiere ir al entrenamiento, tampoco hacer algo más que chatear en el chat grupal de Shishitoren. Mentiría si dijera que no tiene miedo. Que sabe que esas miradas que la persiguen incluso en pesadillas no presagian nada bueno. Mentiría si dijera que no sigue recordando las frías garras de ese hombre.