ID de la obra: 1457

Shishitoren's princess | Umemiya Hajime

Het
NC-17
Finalizada
2
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
46 páginas, 13.440 palabras, 22 capítulos
Descripción:
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Podía notar los latidos de su corazón directamente en sus oídos. Sus párpados se sentían pesados y todo lo que podía ver era oscuridad dentro de la inconsciencia. Poco a poco notaba como su cuerpo luchaba por reaccionar. Ame sentía la necesidad de quedarse “dormida” más tiempo, sin embargo, sabía que no era la mejor de las ideas. Así que su ser volvió a la realidad, a un mundo que la dejó helada. Su cabeza aún dolía y sus ojos entrecerrados no lograban adaptarse a la luz del nuevo día que se colaba a través de las cortinas. Se detuvo a observar el lugar en el que estaba. Era una habitación con lo básico, con un ventanal con sus cortinas y ella estaba en la cama que se situaba en el centro. No estaba segura de dónde estaba realmente, podría decir que estaba en algún lugar donde Hanzo había ordenado que la llevaran. Pero cabía la posibilidad de que solo estuviera en malas manos, no necesariamente con ese hombre. Se incorporó en la cama abrazando sus piernas. Solo quería regresar a un lugar seguro, quería ir con las plantitas del huerto y con Umemiya. Quería ir con sus amigos de Shishitoren, quería practicar peleas y reírse con las bromas de Arima, quería sentir la protección de Choji y quería conversar con Togame y Sako. Quería los abrazos de Kanuma. Quería a esos “hermanos” sobre protectores que obtuvo de casualidad. Pero ahora estaba sola. Y lo había decidido. Porque esta era la única opción en que sus amigos se salvaran del caos. Porque sacrificarse a sí misma sonaba bien si los mantenía libres. Aunque estaba segura de que la estarían buscando, a pesar de no saber cuánto tiempo ha pasado realmente. Todo le resultaba incierto mientras apoyaba su cabeza en sus rodillas. Pero todo lo que pudiera pensar se esfumó cuando la puerta de la habitación se abrió dejando ver al hombre de sus pesadillas. Dejando ver esa mirada oscura con un brillo de maldad. En pocos pasos Hanzo estaba frente a la cama. Agachándose a su altura parecía disfrutar de la mirada asustada de Ame. El hombre en que alguna vez confió trató de acariciar su mejilla, recibiendo un manotazo de Ame. No sabía de dónde sacaba el valor, pero ella no estaba ahí para someterse ante él, estaba allí para terminar con un ciclo de terror que la acorrala y le hace temblar. La estruendosa risa de Hanzo resonó en la habitación. Y sin más se fue. Por el momento Ame podía respirar.

***

La ropa cómoda de Ame fue sustituida por un vestido. En palabras de Hanzo “tendrían una cita”. Y a la chica le parecía un juego ridículo para captar su atención o tirarla al borde de la locura. Y aun así, sabía que no podía negarse. Dos hombres fueron por ella una vez estuvo lista. Llegó al salón donde había una mesa con velas y cena para dos. Si Ame tuviera que decir la verdad, solo sentía ganas de vomitar. La sonrisa casi siniestra de Hanzo la invitaba a querer escapar. No tenía ni idea de cómo llevar a cabo su plan, ni siquiera tenía un plan. Se odiaba a sí misma por actuar impulsivamente, pero ya era tarde para lamentarse. Ame tomó asiento frente a Hanzo, evitando todo contacto visual. Hanzo hizo una señal para que los dejaran solos, aunque estaba segura de que esos hombres seguirían custodiando el lugar para evitar cualquier escape. — No esperaba que me buscaras. — Comenzó a hablar Hanzo. Ame frunció el ceño. No es que hubiera querido buscarlo, realmente preferiría tenerlo tan lejos como fuera posible. — ¿Es que me vigilas? — Contraatacó con una pregunta ella. Aunque no necesitaba respuesta, sabía que era así. — Me gusta que mis cosas estén en buenas manos. — Dijo con simpleza Hanzo. — No soy una cosa, y mucho menos tuya. — Replicó Ame, porque realmente no pensaba ser sumisa con él. No pensaba doblegarse. Y porque estaba segura de que ella no le pertenece. Hanzo soltó una carcajada. — Eso crees. — Dijo. — Pero eres mía desde hace mucho, así que pórtate bien. — Añadió con voz sombría. Lejos de asustarse, Ame sintió una furia intensa en su interior. — Solo vine a ti porque hay algo importante que debes hacer. — Dijo ella haciendo una pausa. — Debes dejar tranquilos a mis amigos, debes dejar de destruir Makochi. — Exigió con seriedad. Hanzo la miró. Estaba maravillado con la fuerza que expedía la chica. Que no fuera tan fácil manipularla esta vez resultaba interesante. — Entonces deberás quedarte conmigo. — Sentenció. Y aunque Ame no estaba segura del próximo paso, y aunque sentía ganas desmedidas de huir en ese instante, solo pudo asentir con la cabeza cerrando un trato no escrito. Porque si su vida era el precio que pagar por la libertad de los que quiere, entonces estaba dispuesta a pagar. Fue bonito soñar que podía escapar. Fue bonito pensar que podía quedarse con Ume más tiempo.
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