ID de la obra: 1458

Un pasado, un presente y un futuro | SuoSaku

Slash
R
Finalizada
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
10 páginas, 3.300 palabras, 5 capítulos
Descripción:
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Makochi se encontraba decorada por luces de navidad. El ambiente festivo impregnaba toda la ciudad y sencillamente, era el mejor momento para una cita. Los chicos de Fuurin recorrían la ciudad. Un gran mercadillo artesanal estaba ocupando las calles mostrando dulces deliciosos y decoraciones o regalos perfectos para hacer un detalle a un ser querido. Sakura Haruka miraba todo maravillado. Nunca había celebrado la navidad con alguien, porque estaba solo. Nunca pensó que ahora se vería rodeado de personas que lo aprecian, lo valoran y lo cuidan. Nunca fue fácil ser un omega y estar tan solo. Sabía defenderse, claro que sabía, pero algo en su corazón le decía que eso no era suficiente. Que se estaba engañando a sí mismo. Porque él quería ser amado, quería ser reconocido como alguien digno… Miró de reojo a su acompañante. Suo Hayato se veía tan hermoso ese día, de hecho siempre se veía perfecto. Él era un alfa que había llegado a su corazón. Es que ante su mirada se sentía alguien que valía la pena, sentía que Suo sí lo veía a él, más allá de su casta. Suo podía ser un bromista y un tonto, sobre sus sentimientos no sabía mucho y tampoco entendía sus intenciones. Algo le decía que no corría ningún peligro a su lado. Amaba estar a su lado y eso era suficiente. Sakura no sabía si aquello era una cita, solo sabía que se habían alejado del resto, que sus manos se rozaban tentando a entrelazar sus dedos con los de Suo, solo sabía que su corazón latía con fuerza. — ¿Sakura, quieres esas galletas de mazapán? — Preguntó Suou señalando unas galletas en forma de árbol navideño. Sakura se sonrojó ante la suave mirada del alfa. Sintió sus mejillas arder y apartó la mirada a la vez que susurraba un “sí”. Suo sonrió de forma encantadora. Adoraba esas reacciones del omega y deseaba que solo fuera así con él. Deseaba tenerlo a su lado por siempre. Para el del parche, aquello era una cita, una torpe e inesperada cita. Se trataba de un momento que guardaría en su memoria por siempre, que nunca borraría. Compró las galletas y dos vasos de chocolate caliente.  Ambos chicos se alejaron de la multitud y se sentaron en un pequeño parque improvisando un picnic. Sakura seguía sonrojado, pero al menos se sentía más relajado. Suo lo miraba de reojo, tentado a hacer algún tipo de acercamiento, pero conteniéndose para no ahuyentar a su “amigo”. La brisa besaba sus mejillas. Ambos disfrutaban del chocolate caliente que tanto bien hacía en esa época del año. Sin embargo, la calma no duró mucho cuando el viento comenzó a enturbiarse y una luz cegadora comenzó a llenar el espacio. Suo se colocó delante de Sakura a modo de protección. Esperaba ver muchas cosas, pero no eso que vio cuando se disipó la luz. Grande fue su sorpresa cuando vio a una chica de aspecto delicado, ojos que mostraban tristeza, pero más aún, esos ojos eran tan parecidos a los de Sakura y ese cabello blanco… ambos chicos la miraban intentando entender quién era. Mía que trató de mantener la calma ya no pudo más. Notó sus lágrimas acumularse en sus ojos y los sollozos no tardaron en sonar. Tenía frente a ella a los dos seres que más quería en el mundo. Los veía llenos de vida y no podía dejar de pensar que era una mentira. Se llevó las manos a la boca en un intento de calmarse, pero la mirada de sus padres no ayudaba. Los tenía enfrente y ahora no sabía qué hacer. ¿Realmente estaba en el pasado? Sí, ellos eran reales. Sin dar tiempo a más se abalanzó sobre ambos y se mantuvo llorando durante un buen rato. Suo y Sakura llevados al suelo junto a la chica se miraron incrédulos. No obstante, esa sensación amarga en sus corazones no les dejaba tranquilos. A cada sollozo de la chica ellos se sentían más dolidos. Nacía en ellos la necesidad de cuidarla. No lo entendían, aún así abrazaron a la chica y dejaron que sacara todo el dolor. Olía a omega, y aún se podía oler el aroma de sus padres, pero era tan lejano, tan difícil de reconocer. Ambos chicos se miraron el uno al otro confundidos, ellos sabían de quiénes eran esos olores. Lo tenían tan claro, pero eso era una locura. Esperarían a que Mía se calmara para hacer todas las preguntas que tenían en la mente. Las manos de Sakura pasaron suavemente por la espalda de la chica aún desconocida para él. Algo en su interior se removía más a cada momento. Una vocecita en su interior, su lado animal, le repetía que aquella era su cachorra y que no debía separarse de ella. Como si de magia se tratase, eso fue suficiente para abrazarla aún más fuerte, temiendo perderla. Sakura no entendía por qué se sentía así, era una locura todo lo que estaba pensando. Pero más lo cura era que aquella chica hubiese salido de una luz de la nada. Por ahora Sakura se quedaría con la duda. No obstante, no se separaría de ella. No quería separarse de ella. Suo se encontraba en un dilema similar. Su alfa interior le exigía proteger a ambos omegas. Por, sobre todo, le exigía cuidar de la joven omega que reconocía como su cachorra. La cabeza le dolía, sin embargo, no pretendía desobedecer a su parte alfa. En el fondo creía que estaba en lo cierto.
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