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8 de diciembre de 2025, 11:00
Umemiya, Nirei, Kyriu, Taiga y Hiiragi llegaron alarmados por la luz que vieron a lo lejos. No esperaban encontrarse con la escena de sus dos amigos en el suelo con una chica desconocida durmiendo visiblemente agotada después de llorar durante minutos.
Observaron la escena en silencio. Nirei miró con detenimiento a la chica, sintió algo extraño cuando la vio. Como si le resultase familiar.
Ese sentimiento se presentó en todos los recién llegados.
Sakura les hizo un gesto para que guardaran silencio. No quería que perturbaran la calma de la chica. No quería siquiera que se acercaran más. Era un sentir irracional, sin embargo, no podía evitarlo.
Mía abrió los ojos para sorpresa de Sakura.
Los chicos sintieron que perdían el aire cuando vieron los ojos ahora enrojecidos de la chica, que incluso así se podía notar que eran parecidos a los de Sakura.
¿Sería una familiar lejana? Eso no cuadraba.
Umemiya olisqueó el aire en busca de alguna respuesta, y la encontró. Esa chica olía a tres aromas diferentes y dos de estos eran los de sus padres, estaba aseguro.
Miró con ternura a la chica y luego sonrió ampliamente. Se acercó sin temor a la peli blanca.
— Hola, soy Umemiya Hajime. — Se presentó con amabilidad.
Suou y Sakura miraban la escena, necesitaban hablar de muchas cosas, pero quizá no era el momento. Mía lo miró como si lo conociera de toda la vida, y tal vez era así.
— Soy Mía. — Dijo la chica con un sonrojó ante el acercamiento de Umemiya.
Era raro tener a uno de sus tíos tan cerca de joven, se veía apuesto y era muy raro pensar eso.
Mía miró tras él y vio a algunos de sus otros tíos, sonrió con algo de pesar. Seguramente estaban preocupados por ella en su presente.
— ¿Solo Mía? ¿Y tu apellido? ¿Eres familiar de Sakura? — preguntó Nirei está vez.
Mía sonrió ante el comportamiento de su tío Nirei. Siempre había sido alguiena tento que necesitaba saber toda la información al detalle.
Nirei estaba nervioso y no sabía por qué. Tenía su libreta y bolígrafo listos para apuntar información, pero solo recibió silencio.
Mía quería responder, pero siendo honesto, no había algo que pudiera decir. Admitir que llevaba el apellido de sus padres, solo haría todo más difícil. Podría alterar el futuro o crear una paradoja, aunque ciertamente no le importaba.
Mía clavó la mirada al suelo. No tenía claro si le creerían si decía su origen.
Sintió unos brazos rodearla a la vez que llegaba a ella el aroma a cerezo de Sakura. No pudo más, sentirse reconocía por su “madre” incluso en ese momento fue suficiente para volver a llorar mientras se aferraba a Sakura.
Sakura acarició con una mano el cabello de la chica. Quería protegerla, acabar con cualquier atisbo de tristeza en ella.
Suo miraba con amor la escena, sentía que su familia estaba completa, incluso si aún no lo eran.
Umemiya miró a Hiiragi, se acercó a él y le pidió en un susurro que arreglara las cosas para que la chica se quedara con ellos un tiempo.
Hiiragi no discutió la decisión, él también lo tenía claro: esa chica era la hija de Suo y Sakura en el futuro. Por más loco que sonara aquello, y aunque no conocían las razones del por qué estaba allí.