ID de la obra: 170

Mamá se fue de vacaciones

Slash
G
Finalizada
5
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
31 páginas, 10 capítulos
Etiquetas:
Descripción:
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¡Te encontramos, Mierda!

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Al llegar al hospital, se dirigieron a hablar con el doctor que los había citado. —Buenas tardes, ¿son familiares del joven? —No, so... —¡Sí! —interrumpió Tricia a Craig—. Yo soy su cuñada, él es mi hermano, su novio. —Necesito que alguien se haga cargo de los gastos y traerle todo lo que él necesite mientras esté internado. —Mi hermano puede hacerlo, ¿no es así, Craig? —Yo no cago dinero. —Yo menos. Estoy estudiando, no trabajo, tú sí. Tricia le dio un golpe con el codo a Craig. —Bien. Yo lo haré —dijo blanqueando sus ojos. El doctor le entregó documentación. —El joven se encuentra en coma, desde que llegó no ha despertado. Tiene una contusión en la cabeza y una fractura en el brazo derecho, fuera de eso, él está bien, debería despertar pronto. —¡Siel! —susurró Tricia—. ¡Deja eso! Craig terminó de firmar, le entregó la documentación al doctor y cerró sus ojos al escuchar un estruendo. Se volteó, viendo a Siel junto a un esqueleto de utilería desarmado en el suelo. —Lo siento, es un poco inquieta —dijo Tricia tomando la mano de Siel. —No se preocupe, solo me costó tres meses de sueldo. —Quédate aquí —dijo Craig, señalando el suelo. —Bueno, como les decía —continuó el doctor—, el joven se encuentra estable, pueden pasar a verlo. Síganme, por favor, que la niña no toque nada. —Lo siento por eso, no volverá a pasar —dijo Craig, tomando la mano de Siel. El doctor los guio hasta la habitación. Craig se estremeció al ver a Tweek en una camilla, con su brazo enyesado y conectado a máquinas que monitorean sus signos vitales. —Los dejaré solos, procuren hablarle, puede ser que voces conocidas lo hagan reaccionar —dijo el doctor, retirándose. Ambos se acercaron. —Parece que solo estuviera dormido —comentó Tricia, acariciándole el cabello—. Tweek, ¿puedes escucharme? Craig está aquí. Tricia hizo una pausa, esperando alguna reacción. Craig lo miraba expectante. Siel jaló la manga de Craig, pidiéndole que la tomara en brazos para ver a Tweek. De inmediato lo señaló con su dedo. —¡Mierda! —gritó Siel. —No, no, él se llama Tweek —corrigió Tricia. —¿Tweek? —preguntó Siel—. Hmm... No, Mierda. Craig bajó a Siel y esta comenzó a saltar, recorriendo la habitación. —¿Crees que quizá se parezca a su papá? —preguntó Tricia. —No sé. Tweek abrió sus ojos al escuchar a Craig y se sentó en la cama. —¡Papá! —gritó con la respiración agitada. —¡Despertaste! —gritó Tricia abrazándolo. Tweek, desorientado, observó a su alrededor. Al notar a Siel, se levantó despavorido de la camilla, desconectando las máquinas y se agachó en un rincón, cubriendo su cabeza. —¡Tweek, cálmate! —dijo Tricia—. ¡Estás en un hospital! ¡Tuviste un accidente! —¡No! ¡No es mía! —Tweek tomó el hombro de Tricia, moviéndola bruscamente—. ¡Se fue por seis meses! —¡¿De qué hablas?! En ese momento, entraron tres enfermeras a sedar a Tweek —¡Seis meses! —Por favor, esperen afuera —dijo una de las enfermeras. —¡Seis malditos meses! ¡¿Qué voy a hacer?! Tricia tomó la mano de Siel y jaló del brazo a Craig, que solo observaba la situación en silencio. —¡Seis meses! Ambos salieron y se sentaron a esperar, mientras escuchaban los gritos de Tweek que poco a poco se calmaban. —¿Seis meses de qué? —Se preguntó Tricia. —¿No te parece extraño, Tricia? En cuanto vio a Siel empezó a gritar. —¿Crees que la conozca? —Me dio la impresión de que sí sabe quién es. —Quizá él conozca a sus padres. Las enfermeras salieron de la habitación. —Ya está más calmado, pero sería mejor que entre solo uno por el momento. —Bien, entra tú, Craig, yo espero aquí con Siel. —¿Yo? Pero no hablo con él hace años, mejor entra tú. —Solo entra, no seas cobarde. —Háblele con calma, está sedado, pero despierto —advirtió la enfermera. Craig entró a la habitación, nervioso, acercó una silla y se sentó junto a la camilla. —¿Craig? —preguntó tocando torpemente el rostro de Craig. —Sí, soy Craig —dijo entre risas. —Estás muy lindo. —Tweek rio torpemente. —Jaja. Lo sé —dijo quitándose la mano de Tweek—. ¿Sabes dónde estás? —No. —En un hospital. —¿Por qué? —Te atropellaron. —¡Ay, dios! ¿Estás bien? —No a mí, tonto, a ti. Te atropellaron a ti. —¿A mí? —Tweek levantó su mano, viendo su yeso—. ¿Por qué? —Jaja. No sé. Craig apoyó su cabeza en su brazo sobre la camilla, mirando a Tweek. —¿Por qué volviste? —preguntó pasando sus dedos sobre la mano de Tweek. —Quería ver a Craig —respondió con la mirada perdida. —Entonces... ¿No lo olvidaste? —¿A quién? —A Craig —dijo entre risas. —No. —¿Sabes? Craig tampoco te olvidó. —Sí lo hizo, nunca me habló. —Eso es porque él es un cobarde. —Jaja. ¿Dónde estoy? —En un hospital. —¿Por qué? —Te atropellaron. Tweek trató de sentarse. —¡Ay, dios! ¿Estás bien? —Jaja. Sí, Tweek, estoy bien —dijo recostando a Tweek. —Qué bueno —dijo tocando torpemente el rostro de Craig. Craig tomó con fuerza la mano de Tweek, dejándola sobre su mejilla. —Tweek, ¿sabes quién es Siel? —¿Quién? —Esa niña que estaba aquí, ¿sabes quién es? —¿Qué niña? Craig le pidió a Siel que entrara a la habitación, se sentó y subió a Siel en su regazo. —Tweek, ¿sabes quién es ella? Tweek se volteó a verla, tratando de enfocar su vista. —Creo que es mi hija. —¡¿Tu hija?! ¡¿Siel es tu hija?! —Sí. —Tweek rio torpemente—. Su mamá se fue. —¿Quieres jugar? —preguntó Siel a Craig. —No. Ve con Tricia. Siel salió de la habitación. —¿Tuviste una hija? —No sabía. —¿Y su mamá? —No sé. —¿No tienes a alguien que la cuide? —¿A quién? —¡A tu hija! —No. Craig salió de la habitación y se sentó junto a Tricia. —¿Está bien? —preguntó Tricia. —Siel es hija de Tweek. —¡¿Qué?! ¿Estás seguro? —Eso me dijo, pero está sedado, no sé si hablaba en serio. Por un momento ni siquiera sabía que estaba hablando conmigo. —¿Y qué vas a hacer? —Supongo que cuidarla hasta que Tweek esté en condiciones de hacerlo.
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