ID de la obra: 171

¡El gato de mi vecino es un vampiro!

Slash
G
Finalizada
2
¡Obra promocionada! 0
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
24 páginas, 8 capítulos
Etiquetas:
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Prohibido en cualquier forma
Compartir:
2 Me gusta 0 Comentarios 2 Para la colección Descargar

Adiós

Ajustes de texto
Tweek despertó de un sobresalto por un estruendo en la cocina y miró de inmediato a su lado, donde Craig ya no estaba. —¡Oh, mierda! —regañó levantándose.   Bajó la escalera corriendo, llegando a la cocina, donde Kenny se volteó a verlo, cubierto de harina. —¡Te hice desayuno! —anunció con emoción, mostrándole un plato con harina, huevos crudos mezclados con el cascarón y cereales. —Gracias —dijo tratando de no perder la calma mientras recibía el plato. —¡Cómelo! —dijo emocionado.   Tweek miró el plato y luego a Kenny, que lo veía con una gran sonrisa. —Luego, ¿sí? —¿No tienes hambre? —No, no todavía. Lo comeré luego, ¿sí? —dijo dejando el plato sobre la encimera. —Bien. —¿Dónde está Craig? —preguntó mirando a su alrededor. —Salió. —¿Salió? Pero es de día. —Se fue anoche, dijo que tenía algo que hacer y se fue.   Tweek miró con preocupación la hora en su celular. —Supongo que no regresará hasta la noche —murmuró para sí. —Mejor así, se cree el dueño de todo —regañó saliendo de la cocina, yendo a la sala.   Tweek se quedó ordenando, viendo la hora cada cierto rato.   Un poco más tarde, tocaron la puerta y Kenny se levantó emocionado, siguiendo a Tweek de camino a abrir, pero abrió la puerta solo un poco, tratando de cubrir a Kenny.   Butters le sonrió en cuanto Tweek le abrió. —Estaba preocupado, Tweek —dijo aliviado. —¿Preocupado por qué? —Ayer no abriste la cafetería y al parecer hoy tampoco vas a abrir —dijo viendo su pijama. —¿Quién es? —preguntó Kenny, tras la puerta, emocionado.   Tweek le dio un pequeño golpe con el pie y luego le sonrió a Butters. —¿Estás con alguien? —¿Yo? No —dijo entre una risa nerviosa. —¡Quiero ver! —suplicó jalando del cabello de Tweek.   Se quitó la mano de Kenny de golpe y le sonrió nuevamente a Butters. —Estoy un poco enfermo, solo es eso. —Bien —dijo entrecerrando sus ojos—. Te dejo con tu enfermedad entonces.   Tweek cerró la puerta y se apoyó en esta, mirando a Kenny, quien daba pequeños saltos de emoción. —¿Quién era? Quiero conocer más humanos. —No, no es buena idea, él...   Tweek abrió la puerta de golpe, llamando a Butters para que regresara. —Pasa —dijo jalándolo del brazo y cerró la puerta—. Butters, él es Kenny. —Lo señaló a su lado. —Ho... —¡Yo también soy un humano! —interrumpió emocionado, dándole un enérgico abrazo a Butters.   Butters veía a Tweek, confuso mientras le daba pequeñas palmadas en la espalda a Kenny. —Ya, es suficiente —dijo Tweek, separándolo de Butters—. Los abrazos no son tan largos. —Tweek, ¿qué...? —Es una larga historia, siéntate, prepararé café.   En la sala, Tweek le explicaba a Butters la situación, mientras Kenny los veía, atento a todo. —¿Me crees? —preguntó Tweek, bebiendo de su café. —Para ser sincero, no parece algo real. —Lo sé, suena muy loco, pero te juro que no te estoy mintiendo. —¿Y dónde está el otro vampiro? —No lo sé, ya me tiene preocupado, si llega a tener contacto directo con el sol... —Oh, no te preocupes, estoy seguro de que lo tiene muy claro, no creo que se arriesgue así por nada. —Eso es lo que temo, de hambre no va a morir, comió anoche, pero podría buscar una salida fácil con el sol, quiere volver a ser gato. —No creo que sea así, no te preocupes —dijo bebiendo de su café. —Eso espero, Butters, eso espero.   Kenny se acercó a oler a Butters, curioso, mientras este trataba de alejarse un poco al sentir su respiración tan cerca de su cuello. —No duele tanto —dijo Tweek, mostrándole las marcas de su cuello. —No he comido desde que soy humano —dijo Kenny, comenzando a salivar. —No me voy a transformar, ¿verdad? —preguntó temeroso.   Tweek negó con su cabeza y Butters respiró profundo, inclinando la cabeza, permitiéndole a Kenny beber de su sangre. —Iré por más café —dijo Tweek, retirándose a la cocina, un poco incómodo.   Regresó a la sala, mientras Kenny se relamía los labios, apoyado en el hombro de Butters, sentado a su lado. —¿Te dolió? —preguntó Tweek, entregándole el café. —Para nada, es... un poco excitante —dijo entre risas. —Sí, debo admitir que sí. —¿Y... te muerden al mismo tiempo? —Craig no deja que Kenny se me acerque, solo me mordió para transformarse. —¡¿Cuándo nos vamos a ir a tu casa?! —interrumpió Kenny, emocionado. —¿Qué? —Butters, Craig no lo quiere aquí y solo se pelean entre ellos, podrías... ¿Llevártelo?   Butters se volteó a ver a Kenny, que lo veía con una enorme sonrisa, moviéndose de forma ansiosa. —Pero... —Por favor, no puedo con los dos. —Pero... —Seré un buen humano.   Butters pensó por un momento, viendo la expresión de súplica de Tweek y la impaciencia de Kenny. —Bien, lo haré —dijo dejando su taza sobre la mesa de centro. —¡Gracias! —Kenny se lanzó a abrazarlo, frotando su cabeza contra la de Butters. —Bien, bien —dijo apartándolo un poco mientras reía.   Esperaron hasta el anochecer y en cuanto Tweek abrió la puerta para que ambos se fueran a casa, Craig estaba de pie frente a ella, sosteniendo un pájaro muerto en sus manos y se lo ofreció a Tweek. —¿Para qué...? ¿Dónde estabas? —Quiero quedarme contigo —dijo ofreciéndole el pájaro nuevamente. —Qué hermoso regalo —comentó Butters, tras Tweek—. Al fin y al cabo es un gato. Acéptalo.   Tweek, asqueado, pero enternecido, lo tomó. —Gracias. —Entonces, ¿puedo quedarme? —Lo voy a pensar. —¡Já! Yo ya tengo dueño —se burló Kenny, saliendo de casa, seguido de Butters. —Adiós, Tweek, adiós, Craig, ya tendremos tiempo de conocernos —dijo siguiendo a Kenny. —¡Vamos! —Kenny le tomó la mano, jalándolo con prisa—. ¡Craig me dijo cómo hacer que cambies de color!   Tweek se cubrió la boca mientras reía al escucharlo y entró a casa, seguido de Craig. Cerró la puerta, apoyándose en esta, aliviado.   Craig lo abrazó, apoyando la cabeza sobre su hombro, pero Tweek lo apartó un poco. —¿De verdad quieres quedarte conmigo, Craig? —Sí, ya te dije que eres mío.   Sin pensarlo, Tweek lo acercó lentamente, rozando sus labios, sintiendo el calor de su aliento y Craig le pasó la lengua por los labios. —Así no es que lo hacen los humanos, Craig —dijo entre una risa suave.   Craig desvió la mirada, avergonzado y Tweek le acarició la mejilla. —Creo que puedo acostumbrarme a esto —dijo antes de besarlo, dejando caer el pájaro.   Craig imitó lo que hacía Tweek, comenzando a besarlo. Se separaron por un momento, mirándose a los ojos. —¿Nos vamos a aparear? —preguntó Craig.   Tweek solo rio con diversión, besándolo una vez más.
2 Me gusta 0 Comentarios 2 Para la colección Descargar
Comentarios (0)