La magia está alrededor

Año 2005. Gabrielle se despertó temprano en la mañana de un domingo. Se estiró y se levantó de su cama. Actualmente ella vivía en la Mansión Delacour con sus padres. Gabrielle trabajaba como ayudante de una modista de ropa mágica en Francia. Hoy era el día que la tienda dónde Gabrielle trabajaba, estaba cerrada. Gabrielle mirando a los alrededores de su habitación, se percató de que una de las ventanas estaba abierta. Desconcertada, Gabrielle se acercó a la ventana. Ella escuchó un crujido al poner su pie debajo de algo que ella no había visto, Gabrielle puso su pie hacia atrás del objeto que había pisado. Gabrielle bajó su mirada al suelo y en el suelo vio un sobre con el logo de “Weasley & Weasley” bañado en la luz del Sol. Vergonzosamente Gabrielle chilló de la felicidad ¡George le había mandado una carta! Tal vez otras personas opinarían que ella estaba exagerando por ponerse feliz al recibir una carta de George, cuando la semana anterior le había mandado una, sin embargo, ella no estaba segura por cuanto tiempo seguiría en pie este intercambio de cartas. Todo comenzó cuando Gabrielle con su descaro, le mandó a George una carta hace dos meses, cuando ella se enteró que George había terminado su relación con Angelina. Fleur le había aconsejado a Gabrielle que no le mandara rápidamente cartas a George dos semanas después de que él hubiera roto con Angelina. Gabrielle no le hizo caso a su hermana. ¿Cuánto tiempo ella había estado deseando que George estuviera soltero? ¿Por qué ella debía esperar más tiempo? Ella sabía que no era correcto mandar cartas a un hombre que recién hace dos semanas había terminado una relación significativa con otra persona, pero ¿si no era ahora? ¿Hasta cuando? Fleur le había dicho que con su accionar desesperado, quizás las cosas no saldrían del todo bien como ella quería. Gabrielle sabía que probablemente Fleur tenía razón. Sin embargo, Gabrielle ya estaba accionando.