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George, un año antes de que se asentaran en la Mansión Blue, llevó a Gabrielle a recorrer diferentes vecindarios de Inglaterra, y a mirar diferentes casas que estaban acompañadas de letreros que tenían escrito “se vende”. Gabrielle se decidió por una casa de un vecindario en particular. La remodelación de la casa había sido gradual. George había contratado una constructora mágica para la remodelación de la casa, para que la casa se convirtiera una mansión. Después George terminó los tratos con la constructora mágica, para luego hacer tratos con una constructora muggle; ¿motivo? Tuvo problemas con el ministerio de magia por el estatuto del secreto, los trabajadores de la constructora mágica no habían sido muy discretos. Hablar e interactuar con los hombres que trabajaban en la constructora muggle, tuvo su dosis de dificultad para George, porque aquellos hombres usaban términos que George no manejaba debido a que él se había criado en el mundo mágico y no en el mundo muggle.***
Cuando la mansión ya estaba lista, Gabrielle y George rápidamente se movieron a ella. George y Gabrielle no eran los únicos que vivían en aquella mansión; en la mansión también vivía una elfina que trabaja para ellos. La elfina recibía 5 galeones a la semana y se llamaba Ceremony. El trabajo de Hermione en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas mágicas, estaba teniendo sus resultados. Aún así, los elfos estaban teniendo muchísimos problemas al adaptarse a las nuevas leyes que se estaban implementando para el beneficio de ellos. Hermione tuvo que aprender a la mala que hacer cambios bruscos en las leyes para los elfos, no era tan buena idea como ella creía. Así que el mayor cambio que se había implementado para el beneficio de los elfos, era que ellos recibieran un pago de 5 galeones a la semana (que a Hermione le parecía poco, pero ella tenía que adecuarse a los elfos). Un día del fin de semana, Ceremony en la cocina trató de negociar su pago con su amo… error, su empleador George Weasley. —A… ¡señor Weasley! ¡4 galeones al mes! —exclamó Ceremony desde el taburete donde estaba de pie, sin quitar su vista de su amo… empleador. —Por última vez Ceremony, si te bajo tu pago, me meteré en problemas con el ministerio —argumentó George cansado, sin perder de vista los enormes ojos de la elfina—. O peor aún, la misma Hermione se aparecerá en la mansión para hechizarme como represalia. Al mencionar el nombre de Hermione, la elfina Ceremony tembló de la incomodidad. Por culpa de esa bruja, Ceremony recibía un pago semanal de 5 galeones a la semana; no le podía llamar amo al que ahora tenía que llamar empleador; y tenía libres los domingos.***
George con magia, durante la noche, se puso a decorar la cocina en miniatura de la maqueta de la Mansión Blue. La construcción de la Maqueta de la mansión, era algo simbólico, del hogar que tenía George junto con Gabrielle.