Capítulo 9
Explicaciones
A la mañana siguiente Hermione bajo a desayunar temprano, pues apenas se levantó ya pudo sentir la mirada de odio de Lavender, así que se vistió rápidamente y salió de su habitación. Ahora se encontraba sentada junto a Ginny quien le contaba sobre su ruptura con Dean Thomas, prestaba atención a su amiga hasta que la irritante risa de Pansy Párkinson la hizo desviar la mirada a la mesa de las serpientes. Ahí se encontraba la pelinegra sentada muy cerca de Draco. Hermione lucho por el impulso de poner los ojos en blanco al ver tan patética escena. ¡No podía verse más desesperada! ¡Había necesidad de estar toqueteándolo tanto! ¿Esperen y a ella porque le importaba eso? Era obvio que ellos tenían algo y más con lo que Malfoy dijo ayer… ¿Y que si tenían algo? ¿Porque le molestaba tanto? —Hermione me estás escuchando! La voz de Ginny y sus manos moviéndose frente a su rostro la sacaron se sus pensamientos apartando la mirada de la mesa de Slytherin. —Si terminaste con Dean… me pareció un poco infantil por qué… pero supongo que es mejor… tal vez encuentres alguien más… no se interesante… —Sinceramente Mione prefiero estar sola, dudo que acepte salir con alguien más este año… Si supieras, pensó la castaña imaginando lo feliz que se sentiría Harry cuando le contara la nueva noticia. —Ya lo veremos… —se decidió por responder levantándose y tomando sus libros —me voy a la biblioteca antes de la primera clase, cuídate. Intento avanzar cuando fue chocada bruscamente por Lavender. —¿Ya te vas? No me digas. Te meterás nuevamente en el cuarto de Ron… ¡no te basto con lo de anoche! —lanzo con furia Lavender sobre todo la última frase logrando que todo el comedor las mirará. Hermione por su parte estaba roja por la vergüenza, pues la última frase la chica prácticamente lo grito logrando que el comedor entero las mirará pues al estar tan poca gente su pequeña discusión llamo la atención. —Mejor cierra la boca Brown antes de que te la calle yo! —soltó Ginny con furia apuntando a la castaña con su varita. —Está bien Ginny —intervino Hermione tratando de calmar la situación, no quería que las cosas se salieran de las manos. Dicho esto, salió apresuradamente, cuando llegó a la biblioteca se sentó en una mesa apartada, aunque no había necesidad pues el lugar estaba practicante vacío, ya se había acostumbrado a estar en ese puesto. Dejo todas sus cosas y se dispuso a recorrer las estanterías en busca de algunos libros, llegó a la parte más escondida de la biblioteca cuando sintió un fuerte apretón en sus brazos y luego el golpe de la estantería en su espalda, alzó la mirada para encontrarse con aquellos ojos grises que últimamente la ponían demasiado nerviosa. —¿Así que ahora pasas las noches con Weasley? Hermione no tuvo tiempo a contestar, Draco la tomo del rostro clavando su mirada fijamente entrando en su mente, no se preocupó por sus recuerdos, fue directo al que le importaba. Harry tomando el felix felicis, ocultándose bajo su capa, Ron y Hermione saliendo del cuarto y Lavender viendo todo chillando, luego la castaña saliendo de la torre de Gryffindor para ir a la sala de menesteres. Ahí salió de su mente. Hermione se tomó de la cabeza por el dolor, ahora entendía a Harry cuando se quejaba por sus clases con el profesor Snape. Alzó la mirada y ahí seguía Draco, aunque ahora su expresión no era de enojo como antes de entrar en su mente, si no ¿de alivio? —¡Deja de hacer eso! —dijo golpeando al rubio sonando molesta, aunque sin alzar la voz pues sabía dónde estaban —Si quieres saber algo solo debes preguntarme no atacar mi mente cuando te dé la gana. —¿Y dónde está lo divertido en eso? A demás… ya demostraste que puedes mentirme. Hermione abrió la boca para reclamar, pero la volvió a cerrar, pues si tenía razón ella si le había mentido. —Si, pero eso no te da el derecho. Tú también mientes y yo no ando metiéndome en tu mente. —Eso porque no puedes. ¿o dime si pudieras hacerlo, no lo habrías intentado ya? —La castaña iba a contestar que No, pero la sonrisa de suficiencia de Draco no la dejo —recuerda que puedo leer tu mente Granger no me mientas. —¡No quiero que lo vuelvas a hacer! —sentencio la chica cruzando los brazos en su pecho. Draco giro en su propio eje ignorándola por completo dispuesto a irse hasta que sintió una mano en su brazo. —¿Te molesto? Que Ron y yo… Draco giro violentamente para quedar nuevamente acorralándola contra la estantería, con expresión molesta. —Escúchame muy bien Granger. ¡No me interesa en lo más mínimo lo que hagas o dejes de hacer con tu aburrida y patética vida! Se alejo nuevamente sin mirar atrás, la castaña se quedó paralizada mientras las lágrimas caían por su rostro, porque si, sus palabras la lastimaron, se negó rotundamente a pensar en el porqué, Harry tenía razón debía parar o sería demasiado tarde, así que limpio sus lágrimas para ir a su primera clase. Por otro lado, Draco regreso a su habitación que para su suerte estaba vacía pues sus compañeros estaban en la primera clase, la que poco o nada le importaba en ese momento. Llego hasta su baúl sacando la pequeña caja de madera. —Tuviste tu oportunidad —Draco sintió ese exquisito aroma de la maldita diosa, ya se había acostumbrado a sus apariciones repentinas —y decidiste no hacerlo, la pregunta es ¿por qué? Draco no contesto, porque la verdad era que ni siquiera él sabía la razón. La diosa se puso frente al rubio mirándolo seductoramente tomo su rostro hasta acercarlo al suyo para rodar sus labios. Sin poder resistirlo Draco cerro sus ojos hasta que volvió a hablar. —¿A caso el dragoncito se está enamorando? El rubio volví a abrir los ojos, molesto intentó empujarla lejos, pero la diosa desapareció al instante. —¡No digas estupideces! Yo no me enamoro y mucho menos de una sangre sucia. Si no le di la caja es porque no confió en ti, ni en tu estúpida caja, cuando sepa quién eres, lo que hay ahí dentro y que no terminaré involucrado en nada raro se lo daré con mucho gusto… Hasta entonces no me jodas más. —Ay Draco… Acabas de volver esto mucho más interesante —contesto la diosa con una sonrisa de satisfacción —y descuida te daré todo el tiempo del mundo… espero que tu familia y tu patética misión también puedan esperar… Dicho esto, la diosa desapareció dejando a un Draco furioso que no dudo en destruir todo a su paso por la frustración. El día escolar termino y Hermione lucho por el impulso de ir a la sala de menesteres que gracias al buen humor de Ron lo logro así pasaron un par de días evitándolo con la mirada en las pocas clases que compartían, pero un viernes temprano que se dirigía a la biblioteca antes del desayuno fue arrastrada hasta un aula vacía. —¡Se puede saber porque me has dejado plantado todos estos días! —No sabía que me estabas esperando… —¡Ni siquiera te atreves a mirarme en los pasillos! —Y eso por qué te molesta ¡Soy patética no! —Y aburrida. Hermione puso los ojos en blanco dispuesta a alejarse, pero Draco la tomo nuevamente del brazo. —Es una broma… por Merlín ¿los muggles no tienen sentido del humor? —respiro irritado tomando la cien de su frente —¿Te molesto lo que dije en la biblioteca? —¡No! Lo que pienses o no de mi me importa un bledo- —¡Perfecto! A mí no me interesa tu vida y a ti lo que piense… felices ambos, puedes dejar tu drama. —Qué quieres. —Recompensarte por hacer que te enfermes. Te invito a una fiesta para que dejes tu aburrida vida un rato. —¿Una fiesta? ¿Tú y yo? ¡Y si nos ven estás loco! —Es de máscaras… nadie te va a reconocer. —Yo… no creo que sea buena idea. —Vamos Granger no seas aburrida… una noche, ¿quieres saber cómo realmente soy? bueno esta es tu oportunidad… Hermione lo miro dudosa, meterse en territorio de serpientes, eso es sentencia de muerte… y así se atreviera no tenía que usar… —No seas exagerada Granger… no te vamos a lanzar una imperdonable dentro del colegio… —¡Deja de leer mi mente! —Trato… no lo haré más si me acompañas y por la ropa no te preocupes yo consigo todo… nos vemos mañana a las 8 en la sala de menesteres. Luego la soltó y sin dejarla reprochar salió de aquella aula.