Solo un juego

Capítulo 12 Confesiones

                    Una hora más tarde Harry estaba en la sala común contándoles lo sucedido a Ron, Hermione y Ginny, aunque no era necesario pues ya todo el colegio estaba enterado y su castaña amiga no paraba de atormentarlo con el libro del príncipe mestizo por considerarlo el culpable de todo.       —No puedo creer que te estés justificando…       —¡No estoy justificando lo que hice! Me gustaría no haberlo hecho. Sabes muy bien que yo no habría empleado un hechizo como ése, ni siquiera contra Malfoy, pero el libro no tiene la culpa.       —¡Basta ya, Hermione! —intervino Ginny molesta —por lo que cuenta Harry, parece que Malfoy intentaba lanzarle una imperdonable, ¡Porqué lo defiendes!       —No lo estoy defendiendo, pero es él quien está en la enfermería…       —¡Y a ti que te importa! —exclamo Ron molesto fulminando con la mirada a Hermione.       —No… solo… que… gracias a eso ahora tiene un castigo y no podrá jugar el último partido…       —Oh vamos, ahora no finjas que entiendes de Quidditch —intervino Ginny desafiando a su amiga —o que te preocupa el equipo.       Los cuatro amigos no volvieron a hablar, cada uno en un extremo del sillón. Hermione no soporto más y se levantó para ir a su habitación, cuando estaba por llegar a las escaleras Harry la tomó del brazo para hacer que lo mire.       —Yo no quería lastimarlo, no así… yo…       —Te creo Harry, solo… necesito… —la castaña luchaba para evitar que las lágrimas cayeran por su rostro, pero sus ojos ya estaban humedecidos.       Harry lo notó y lo entendió todo, soltó un suspiro de resignación y con cuidado de que nadie lo notará saco la capa de invisibilidad de entre su capa.       —Se que me voy a arrepentir de esto —dijo entregándole la capa a su amiga.       —Yo…       —No tienes que explicarme nada… solo ten cuidado con lo que haces…       Harry regreso al sillón y la castaña a su habitación, una vez ahí asegurándose que su cama estuviera cubierta se puso la capa y volvió a salir.       —¿Estas mejor? —preguntaba una preocupada pelinegra a un lado de la cama de Draco.       —Casi muero tu qué crees…       —Que eres un dramático… pero tranquilo ya me encargué que todo el colegio sepa lo que te hizo Potter y la va a pasar muy mal…       —Eres la mejor lo sabías…       —Si, ¡pero tú sigues siendo un idiota infiel.       —Casi muero Pansy… puedes olvidar eso.       —Tú lo has dicho Casi... Así que como no lo hiciste quiero la verdad.       —Merlín porque no dejaste que Potter me matara.       —Si qué pena, suerte para la próxima… Dime ¡quien es!       —¿Para qué? Amenazarla o lastimarla. No hay necesidad ya te dije que no es nadie importante…       —Si tu no lo haces, lo voy a averiguar yo ¡Y será peor para ella!       —Haz lo que quieras solo déjame descansar —contesto el rubio recostándose en la cama con los brazos en el rostro.       Pansy se levantó furiosa—. Te juro que va a desear no haberse acercado a ti y no me detendré, aunque me lo pidas.       Draco la miró alejarse, cuando estuvo en la puerta está no se cerró de inmediato tomando en cuenta la fuerza en la que la pelinegra la azoto. Espero unos segundos antes de hablar:       —Me preguntaba cuándo vendrías.       Frente a él Hermione se quitó la capa.       —La culpa por lo que tu amiguito me hizo no te dejo dormir? O vienes a espiar para saber si el pellejo de Potter está a salvó…       —Lo que hizo… él… tú… porque peleaste! —soltó sin contener más las lágrimas.       —Porque te importa… Potter está bien.       —De suerte…       —Me vienes a reclamar por atacarlo…       —¡No! Yo necesitaba saber cómo estabas.       —Estoy bien… tu amiguito no va a ser expulsado relájate.       —Él no me preocupa… ¡me importas tú no lo entiendes!       El semblante serio de Draco cambio drásticamente, ahora se veía furioso.       —Te lo advertí, te dije que no te enamorarás… mierda Granger porque fuiste tan estúpida.       La castaña no decía nada, no podía tenía un nudo en la garganta y las lágrimas cayendo por su rostro.       —¡Ahora te quedarás callada!       —¡Crees que quería esto! —exploto sin importarle que la señora Pomfrey saliera —te he odiado desde que llegué a Hogwarts, ¡Yo no quería enamorarme de ti! —tras unos segundos de silencio en los que se dio cuenta de lo que dijo se armó de valor para volver a hablar—. No dirás nada… ahora tú te quedarás callado…       Una rosa burlona salió de los labios del rubio —Y que quieres que te diga, ¿Que yo también me enamore de ti? Quieres que corra a tus brazos y te pida perdón por todo lo que te he hecho, que te ruegue que me salves de mi oscuro futuro…       Hermione abrió la boca para hablar, pero la cerró al instante incapaz de soltar palabras.       —Vete Granger no esperes nada de mí, porque no obtendrás nada… ¡Largo!       La castaña tomo la capa de Harry tapándose y desapareciendo, segundos más tarde las puertas de la enfermería se abrieron y al instante se volvieron a cerrar. Draco lanzo uno de los frascos vacíos de escancia de díctamo, estampándose contra la pared frente a él. Paso las manos por su rostro y cabello posando su mirada en la puerta.              Varios días pasaron desde el incidente de Harry y Draco, el último partido de Gryffindor se dio y para alegría de los leones ganaron, llevándose la copa. Harry y Ginny por fin estaban juntos y eso para la castaña era un gran alivio, ver a sus amigos felices, preocuparse por averiguar a quien le pertenece el libro del príncipe mestizo y sus tareas la mantenían alejada de sus pensamientos de Draco, a quien no había visto desde su último encuentro en la enfermería, otra vez estaba ausente en las comidas y en las pocas clases que compartían era el último en llegar y el primero en irse, abriendo una gran herida en su pecho, pues ahora que había aceptado sus sentimientos verlo alejado la mataba.       Así que estar en la biblioteca todo el día la ayudaba a distraerse o creía hasta que cierto Slytherin decidió aparecer para recordarle sus tormentos.       —Me parece que nosotros tenemos una conversación pendiente… bonita… —susurro aquella voz tan varonil cerca de su oído.       —Ya basta de decirme bonita… —contesto Hermione visiblemente molesta sin atreverse a mirarlo.       —Y cómo quieres que te diga… chica misteriosa… o la chica de Draco.       —¡No soy chica de nadie y mucho menos de él! —respondió mirándolo con desafío.       —Claro… y entonces porque aparecieron juntos en una fiesta sin importarle que Pasny se enterará… e hizo escándalo por vernos juntos… la pregunta es ¿Por qué?       —Si tanto te interesa porque no vas y se lo preguntas a tu amigo.       —Veras Granger eso no se puede… primero porque por más amigos que seamos el jamás me lo dirá y segundo… es más divertido venir hacia ti y ver la reacción de Draco cuando se entere.       —Lamento arruinar tus planes Nott, pero no hubo, ni hay, ni habrá nada entre Draco y yo así que no esperes nada de él porque no lo obtendrás… yo a él no le interesó en la más mínimo…       —Y eso te está matando ¿no es así?       La castaña quiso responder abriendo ligeramente la boca, pero para decir que… la verdad era esa y la odiaba. Bajo su cabeza avergonzada para no soltar las lágrimas y las manos de Theo se posaron en su barbilla para hacer que lo mire teniéndolo a tan solo centímetros de distancia.       —Si que puedes destruirme —soltó mirándola fijamente, luego le sonrió y se alejó dejándola completamente confundía              A la mañana siguiente Hermione bajo a la sala común con la intención de esperar a Harry, Ginny y Ron para ir al gran comedor al desayuno necesitaba volver a su rutina con sus amigos olvidarse por completo de todos los Slytherin.       Ron fue el primero en bajar, aunque se lo veía bastante molesto, la castaña intentó acercarse.       —Hola Ron, yo…       —¡Qué! Ahora sí tienes tiempo para nosotros… —soltó el pelirrojo molesto.       —¿De qué hablas?       —¡Sabes muy bien de que hablo!       —¡Ron! —intervino Harry bajando por las escaleras, el pelirrojo solo puso los ojos en blanco y salió por el hueco del retrato.       —¿Qué le pasa? —preguntó Hermione al momento que Harry se acercó.       —No sé, dímelo tú… ¿Primero Malfoy y ahora Nott?       —Que… yo no…       —Te vieron ayer en la biblioteca…       —Eso lo puedo explicar…       —¡Claro que lo vas a explicar! —Ginny apareció en la sala común y tras darle un corto beso a su novio continuo —te vieron con uno de los chicos más sexys de Slytherin ¡y no me lo contaste!       —¿El más qué? —exclamo Harry intentando sonar casual, pero sin éxito.       —Tranquilo amor tú eres el más sexy de todo Hogwarts…       Ginny se acercó a Harry para tratar de calmar sus celos con un tierno beso, y tras lograr sacarle una sonrisa volvió a hablar—. Porque no bajas con mi hermano, Hermione y yo tenemos mucho de qué hablar.       Harry con resignación salió de la sala común y ambas chicas fueron al cuarto de Ginny después de pedirle a Dobby que les llevará comida.       —Deberías estar estudiando para tus TIMOS Ginny, no preocupada por chismes.       —Porque no creo en chismes estoy aquí preguntándote que pasó y me parece que tú no deberías estar en encuentros con Nott y Malfoy…       —Tu como…       —Estaba con Harry cuando nos enteramos, no es muy bueno disimulando con sus expresiones y es bastante fácil hacer que hable.       —Entonces Ron…       —Lo dudo… los métodos que utilizo… a él no le funcionarían.       —Ok entendí, no quiero detalles.       —Me alegro, pero yo si los necesito, porque Harry solo me dijo lo poco que sabe y asume, así que…       La castaña seguía insegura de hablar así que la pelirroja intervino sería.       —Se lo suficiente para entender que algo pasa entre tu y Malfoy y no digo que no me sorprendió o me molestó, pero eres mi amiga, tú me apoyaste en mi enamoramiento con Harry todos estos años, así que voy a tratar de entenderte y no juzgarte…       Hermione respiro profundo y empezó a contarle todo. En el transcurso de su relato Ginny no la interrumpió, ni opinó nada, solo mostraba varias expresiones de molestia y asombro.       —Me odias verdad —comento Hermione una vez termino de hablar.       —Es… difícil de asimilar… todo lo que él ha hecho y dicho… y ahora tú… ¿Enserio dijo eso en la enfermería? ¡Es un maldito idiota! ¿Y no le hiciste nada?       Hermione agachó la cabeza triste.       —¿Estas muy enamorada no es así?       —No importa ya no lo voy a volver a ver más.       —Pues espero que sea así… Harry piensa que es un mortifago… y si es cierto ¡No puedes estar cerca de él Hermione!       —¡Crees que no lo sé! Podre haberme enamorado Ginny, pero no voy a perder mi juicio ni mi moral…       —Bien, lo siento… solo, si lo que dice Theo es cierto, yo no creo que puedas soportar estar lejos de él…       —¡Pues no me importa lo que él diga! —expreso Hermione acercándose a la puerta —Malfoy es historia… ahora vamos a clases que no quiero llegar tarde…       —Como digas —contesto Ginny siguiendo a su amiga—, pero cuando te estampe contra una pared espero que sepas resistir.