ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
Finalizada
6
Tamaño:
246 páginas, 111.248 palabras, 67 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
6 Me gusta 3 Comentarios 0 Para la colección Descargar

No me dejes

Ajustes de texto

Capítulo 15 No me dejes

                    —Veo que no eres tan buena como creí…       Hermione dio media vuelta para encontrarse de frente con una joven y hermosa mujer.       —¿Quién es usted?       —Eso no importa tanto como tu haciendo algo tan escandaloso como traicionar a tu mejor amigo…       —Yo… no…       —Tranquila Hermione guardare tu pequeño secreto…       —¿Cómo sabe mi nombre?       —Yo lo es todo…       —Que quiere —contrataco la castaña sintiendo que no podía confiar en aquella mujer.       —Ayudarte… puedo lograr que salves a Draco… sin traicionar a tus amigos…       —Como…       —Traiciónalo a él.       —¡Qué! No lo voy a delatar…       —Tranquila no quiero que lo hagas… tu traición será diferente…       —¿A qué te refieres?       —Lo sabrás en el momento indicado…       —Y si no quiero hacerlo…       —Cuando llegue el momento no dudaras en hacerlo… pero si tienes dudas… hay una pequeña caja que estoy segura debió despertar tu curiosidad.       La caja que Draco quería darle. Hermione la recordó jamás le dio la debida importancia porque al principio jamás pensó en abrirla y ya que el rubio dejo de insistir no lo creyó importante.       —Eso es lo que quieres que averigüe que hay en la caja ¿por qué?       La mujer sonrió divertida —eso lo tendrás que descubrir tu… pero para que veas lo buena que soy… te voy a dar una pequeña pista.       La mujer desapareció frente a Hermione para su sorpresa apareciendo nuevamente a su lado provocando que la castaña la mirara asustada.       —Crees en los dioses Hermione Granger…       —¡Qué!       Fue todo lo que pudo decir antes de que la mujer desapareciera nuevamente.              A la mañana siguiente Hermione, Harry, Ginny y Ron se encontraban descansando bajo un gran árbol en el patio del castillo soportando el ataque de Ron, pues ya sabía toda la verdad cuando Harry le contó como sabía que Draco era Mortífago, y si antes estaba molesto, ahora irradiaba odio.       Hermione no lo soporto más, no solo los ataques de Ron, sino la visita de aquella misteriosa mujer la tenían nerviosa así que se levantó dispuesta a irse, pero Ron la tomo del brazo.       —¡Tú no te vas!       —Suéltame Ron…       —No te lo voy a repetir… mejor aléjate de él.       —¡Basta! Me lastimas…       —Tienes hasta que cuente tres para soltarla… —Theo estaba a un par de metros con su varita en alto apuntando al pelirrojo —uno…       Ron apretó más el brazo de Hermione logrando que ella soltará un quejido de dolor mirando al chico desafiante.       —Dos —esta vez fue Harry quien hablo con su varita en mano, pero aún sin levantarla.       —¡Tres! —Ron salió volando varios metros hacia atrás levantándose de inmediato con su varita listo para contraatacar.       —¡Ni se te ocurra tocarla! —Harry estaba apuntando a su amigo poniéndose entre él y Ginny, la causante del hechizo.       Ron fulmino con la mirada a cada uno antes de alejarse furioso.       —¿Estas bien? —pregunto Theo acariciando delicadamente la mejilla de la castaña, ella iba a responder cuando un grito se escuchó a lo lejos.       —¡Nott! —Draco de acercaba seguido de su pandilla con aire molesto —quieres amanecer abrazado al calamar gigante…       El chico sonrió con suficiencia alejándose un poco de Hermione—. Tranquilo… con la bola de pelos que te niegas a soltar es suficiente para mí.       La sonrisa de suficiencia de Draco, se transformó en una mueca de advertencia y Theo sonrió satisfecho con su provocación.       —No vemos luego… bonita.       Dicho esto, todos los Slytherin se alejaron dejando a Harry, Ginny y Hermione. Ambas chicas se miraron y Harry sabiendo que lo iban a echar.       —Voy por Ron.       Tras una larga y complicada conversación con Ginny, que, aunque ella trataba de no juzgarla, al final se ponía de lado de Harry sobre su temor de que los traicione. Así que decidió ir a la biblioteca e intentar distraerse, pero apenas pudo leer unas cuantas paginas antes de perderse en sus pensamientos sobre cierto rubio.       Ni si quiera los chistes o intentos de coquetos de Theo la mantenían concentrada.       —¿Esta interesante el libro de encantamientos?       —Ah, sí mucho —contesto la castaña sin prestar atención.       —No me digas… porque juraría que ese libro es de historia de la magia.       —¿Qué? Oh, si… yo.       Theo suspiro cansado —sigues pensando en él.       —No… yo…       —No me mientas, eso lo odio.       —¿Estas molesto? —pregunto la castaña al verlo alejarse, Theo se pasó las manos por el cabello frustrado y luego la miro de la forma más tierna que ella jamás imagino.       —Por no ser capaz de aliviar tu dolor —contesto Theo acariciando su mejilla—, él no te va a buscar. ¿Lo sabes verdad?       La castaña no contesto, solo agacho la cabeza incapaz de mirarlo directamente.       —Mañana tenemos entrenamiento, eso significa que la sala común estará vacía tu ya sabes nuestra contraseña… lado izquierdo, primer pasillo, la puerta del fondo tiene grabado nuestros apellidos.       

      A la mañana siguiente Hermione se encontraba dando vuelta en las mazmorras fuera de la clase de pociones, minutos más tarde varios estudiantes salieron de aquella oscura aula incluida Ginny.       —Se lo pediste —pregunto cuando la vio y la arrastro hacia una columna lejos de los demás.       —No, se la robe.       —¡Qué!       —Querías la capa o no… —contesto Ginny entregándole la capa de invisibilidad de Harry —así que más te vale que vuelvas pronto, antes que Harry lo descubra y nos mate.       —Gracias por esto Ginny.       —¿Estas, segura de lo que estás haciendo?       Hermione puso los ojos en blanco sabiendo la pelea que se venía, pero antes de poder contestar la pelirroja volvió a hablar.       —No te juzgo Hermione… solo recuerda quienes son tus amigos.       Una punzada de culpa golpeo a Hermione, ella debía decir la verdad, olvidarse de Draco de una vez…       —Me tengo que ir —contesto sabiendo que no podría, no aun, dio media vuelta camino a la sala común de Slytherin.       —Una última cosa —grito Ginny logrando que su amiga se detenga —me contaras si los rumores son ciertos… los de su gran amigo…       —Ginny! ¡¡¡No voy a eso!!!       —¡Puff! Los dos solos en su habitación… si claro —luego avanzo hacia la castaña con una sonrisa —suerte con su serpiente…       Hermione cerro los ojos sintiendo sus mejillas arder, se puso la capa para que la pelirroja no lo notara y huyo del lugar.       Entro sin problemas y tal como lo dijo Theo, la sala común se encontraba vacía, así que siguió sus indicaciones hasta llegar a una puerta con los apellidos Malfoy, Nott y Zabini grabados en una placa.       Abrió lentamente la perilla que para su suerte no tenía seguro y entro sin hacer ruido. Cuando volvió a cerrar la puerta con ella dentro pudo ver a Draco recostado en la que asumió como su cama sin signos de haberse dado cuenta de su intromisión.       Avanzo un poco para darse cuenta que el rubio acariciaba en su regazo a… ¡¡Crookshanks!!       ¿Porque su gato estaba con él? Y aunque debía estar molesta verlo así le parecía lo más lindo.       Miro el resto de la habitación, frente a la cama de Draco había dos más, una en la esquina cerca de la puerta del baño, desordenada y llena de equipamiento de Quidditch y la otra justo frente a la de Draco, muy ordenada y con una pila de libros a su lado. Supo de inmediato que era la de Theo.       —Debo irme.       Hermione salió de sus pensamientos mientras Draco se levantaba dejando a Crookshanks en su cama —si quieres destruir algo entretente con las cosas de Theo —el rubio tomo un libro de la cama del chico—, ese es su favorito —dijo con una sonrisa mientras lanzaba el libro frente al gato —que no quede ni una página buena…       Draco dio media vuelta para irse y su sonrisa de hace un instante se borró al ver a la castaña frente a él.       —Qué demonios haces aquí.       —Secuestraste a mi gato.       —No es cierto el vino solo… así que te lo repito ¡Qué haces aquí!       —Tu no me ibas a buscar…       —Saliste huyendo.       —Necesitaba pensar y…       —Contarle a Potter… delatarme frente a todos.       —Él no te va a delatar…       —Por eso estas aquí, para averiguar más, para completar tu patético plan.       —No necesito averiguar lo que ya se—. Hermione se acercó un poco a Draco con los brazos cruzados y la expresión seria —intentas arreglar el armario evanescente para formar un pasaje con Borgin y Burkes y escapar…       —¿Supiste eso con solo ver mi marca? No, claro que no, lo sabias hace semanas, por eso pusiste ese encantamiento para evitar que lo arregle… ¿Esperabas una prueba? —Draco levanto la manga de su camisa dejando a la vista su marca—. Pues aquí la tienes… ve y delátame de una vez… porque por más que estes aquí, tú y yo sabemos qué a la hora de elegir, escogerás a Potter… ¡Ahora vete!       —Entra en mi mente —soltó Hermione respirando profundo para que las lágrimas no caigan por su rostro.       —¿Qué?       —Lee mi mente y date cuenta tú mismo que no voy a traicionarte…       Draco se acercó hasta ella tomando el rostro de la castaña entre sus manos haciendo que ella cerrara los ojos esperando la intromisión en su mente tratando de pensar lo menos posible en aquella conversación con esa misteriosa mujer, aunque en el fondo tenía la sospecha de que sin hacerlo Draco tampoco lo podría saber.       Al cabo de unos minutos de no sentir nada los volvió a abrir, Draco seguía frente a ella con las manos en su rostro mirándola con esos impresionantes y misteriosos ojos grises.       —Te prometí no volver a hacerlo…       —Entonces confía en mí.       —Con una condición… sin importar que... no me dejes… —Draco suspiro dolorosamente cerrando sus ojos como si estuviera reprimiendo sus impulsos, tras un par de segundos, los volvió a abrir acariciando el rostro de la castaña dulcemente —Hermione…       Ese simple susurro de su nombre la estremeció por completo y antes de poder responder el volvió a hablar.       —Júrame que no me vas a dejar y soy tuyo para siempre…       —Lo juro —soltó Hermione e inmediatamente el rubio junto sus labios para fundirse en un necesitado y apasionado beso.
6 Me gusta 3 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)