ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
Finalizada
6
Tamaño:
246 páginas, 111.248 palabras, 67 capítulos
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Primer error

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Capítulo 16 Primer error

      

      

      El fin de semana llego y los últimos días parecía que todo se había vuelto un sueño entre Draco y Hermione ahora que estaban juntos.       Se olvidaron del mundo, sin preocuparse por misiones o traiciones o las consecuencias de estar juntos. Ahora solo eran ellos dos en su mundo, su espacio, su pequeño escondite en la sala de menesteres.       Un sueño que estaba pronto a derrumbarse, pues Hermione no podía apartar de su mente el tema de la caja y la misteriosa mujer así que el domingo mientras ambos estaban abrazados en el gran ventanal de la sala de menesteres no aguanto más.       —Deberíamos practicar lo de tu pratronus…       —¿Ahora?       —Aún no lo logras… ¿o sí?       —No… —respondió el rubio tras unos segundos.       —Pues entonces debemos seguir… ¿en qué crees que se transforme?       —No lo sé… una animal grande e intimidante…       —A lo mejor es un Huron… —Soltó Hermione sin pensarlo y cuando se dio cuanta soltó una carcajada —eso sería grandioso…       —No me hagas enojar Granger…       —¡Oh! Vamos, no me digas que los sangre pura no tienen sentido del humor…       Hermione se había levantado, ahora estaba de frene al rubio.       —Deja de usar mis frases en mi contra…       —Y si no lo hago que…       —Nunca has escuchado, que no se debe hacer enojar a Draco Malfoy… —dijo el rubio tomando del rostro a la castaña.       —¡No! —contesto apartando la mano de Draco de su rostro —Tu nos has escuchado que si haces enojar a Hermione Granger te rompe la nariz…       La castaña estaba con su rostro muy cerca del rubio y una gran sonrisa de suficiencia al recordar su enfrentamiento en tercer año.       —Tienes suerte de que adore tu sonrisa… —contesto el rubio antes de besarla dulcemente.       —¿Practicamos?       —Está bien —contesto resignado mientras se levantaba —ya que insistes…       —Teníamos un trato… a demás quiero esa caja.       Draco la miro y en sus ojos se podía ver la furia y miedo —¡Qué! —grito mientras se acercaba a la castaña.       —Tu… querías darme esa caja y…       —Y ahora si la quieres, ¡Por qué!       —Porque… —Hermione sintió un escalofrió por todo el cuerpo y armo valor para mentirle, mentirle una vez más. —ahora confió en ti…       No la dejo terminar, volvió a unir sus labios en un beso, uno intenso.              Al día siguiente con las clases y su rutina normal Hermione se concentró en averiguar todo sobre la misteriosa mujer y aquella caja. Paso la gran parte de su día en la biblioteca investigando acerca de los dioses, fue hasta una de las estanterías y tuvo que ser interrumpida justamente por quien menos quería ver.       —Es mío —soltó Pansy mientras le arranchaba el libro a la castaña       —Es literatura muggle… dudo que te interese así que devuélvemelo Parkinson       —Lo que me interese a mi o no—, contesto la pelinegra acercándose a Hermione amenazante —no es asunto tuyo sangre sucia…       Pansy sonrió victoriosa ante la castaña quien retrocedió así que decidió molestarla aún más.       —Esto también me llevo —dijo quitándole el resto de cosas que Hermione tenía en sus manos.       —Eso es mío! —grito la castaña mientras forcejeaba por quitárselo.       Tras unos segundos de pelea todo cayo al piso logrando una sonrisa en la pelinegra, quien estaba por irse de no ser por un pergamino que tenía un dibujo de algo que reconoció de inmediato.       —Tú! —grito mientras apretaba a Hermione del cuello arrinconándola contra la estantería.       —Suel…ta…me…       Pansy apretó mucho más fuerte su agarre mirándola con odio y respirando pesadamente.       —¡Suéltala!       Pansy cayó al suelo cuando Theo se interpuso entre ambas, Hermione se tomó del cuello tratando de recobrar su respiración, mientras Pansy nuevamente se levantaba para volver a atacarla.       —¡Basta Pansy te volviste loca! —Theo la tomo para tratar de calmarla, pero su amiga estaba completamente enloquecida y tras un forcejeo por zafarse salió de la biblioteca hecha una furia.       Theo se volvió hacia Hermione para revisar su estado —estas bien? Que paso…       —Nada… yo… ella se volvió loca…       La castaña tomo sus cosas regadas en el suelo con la ayuda de Theo y ambos salieron de la biblioteca. No tuvieron que avanzar mucho cuando la volvieron a encontrar justo frente a Draco con su mano impactando la mejilla del rubio.       —¡Cómo pudiste!       Draco la tomo de los hombros luciendo muy molesto, Pansy le susurro algo al oído y después de la risa malévola de la pelinegra Draco miro a Hermione quien estaba junto a Theo con la mano en su garganta calmando el dolor. La expresión del rubio se volvió oscura mientras respiraba pesadamente enfureciéndose cada vez más, tomo a Pansy del rostro de manera nada delicada, pero Blaise se interpuso de inmediato entre ellos       —No te atrevas! —le advirtió el moreno desafiante.       Hermione miro como Theo paso por su lado llegando hacia sus amigos tratando de calmar la situación.       —Suficiente los dos… no es momento de un espectáculo.       Blaise aparto bruscamente el brazo de Theo que lo sostenía para acercarse a Pansy y limpiar su rostro lleno de lágrimas.       —Te vas a arrepentir —soltó la pelinegra, antes de alejarse por el pasillo junto con el moreno.       Draco empujo a Theo tratando de desquitar toda su frustración con él y aunque Hermione sabía que Theo no era una persona que se dejaba intimidar y mucho menos maltratar por el rubio el chico no reacciono, al contrario, se alejó y con una mirada hizo que el resto de Slytherin que se encontraban ahí también se fueran.       Draco miro a sus dos matones Crabbe y Goyle y los tres se fueron juntos.       Hermione permaneció ahí junto al resto de estudiantes de las otras casas que no obedecían las intimidaciones de los Slytherin y cuando los cuchicheos y rumores de una posible explicación la atormentaron salió de ahí para regresar a su dormitorio.       No volvió a salir, decidió no bajar a cenar aun tenia los libros que saco de la biblioteca alrededor de su cama y sobre todo ese pergamino, porque no era tonta se dio cuenta que la reacción agresiva de Pansy fue por causa de eso. Se había dado cuenta de que tenía algo con Draco. Pero, ¿Ella conocía esa caja? ¿Si contenía algo malo porque reaccionar así? ¿Si ella lo sabía, Theo también?       Su cabeza estaba hecha un lio, ya no sabía en quien confiar intento dormir para apartar todos los pensamientos de su mente cuando un sonido en la ventana la alerto. Una lechuza negra picoteaba y al acercarse y abrirla entro posándose en su cama. Ella corrió para sacar la carta que tenía en sus patas y brindarle un poco de comida. El ave se alejó al tiempo que desenvolvía el pergamino.       No fuiste a cenar y ya sé que te encerraste en tu dormitorio así que te espero en la sala de menesteres a las 12 y por tu bien no faltes, porque soy capaz de incendiar tu maldita torre con todos dentro para buscarte.       

D.M

      Un suspiro cansado salió de los labios de la castaña lanzándose a la cama para olvidarse de todo.       A las 12 Hermione ya estaba en la pared del quinto piso, con los nervios en lo más alto, porque no sabía que esperar, nunca sabía que esperar con Draco, estaba enojado por dejarse descubrir, Pansy le contaría que investiga sobre la caja y ahora sabe que jamás confió en él.       Su corazón late con fuerza cuando llega al fondo de la sala junto al armario evanescente y ahí está Draco de pie mirándola sin expresión alguna.       —Yo no, no se lo conté, ella…       Draco camino hasta ella para tomarla del rostro levantando ligeramente su mentón para revisar su cuello.       —Estaba rojo —soltó el rubio con tono preocupado.       —Use díctamo.       Draco la miro su expresión era dulce y llena de culpa. —¿Estas bien?       —No fue para tanto…       —Entonces… porque demonios dejaste que te atacara.       Y así la preocupada y dulce voz de Draco se transformó en un instante en su típica fría y soberbia de siempre.       —¡Qué!       —Por favor Hermione… eres buena en encantamientos ¡Y no pudiste con ella!       —Que querías que hiciera… Me ataco desprevenida, no sabía que iba a reaccionar así…       —Defenderte… ¡No puedo protegerte no lo entiendes!       —Yo…       —¡Qué! Me dirás que sabes defenderte… porque no parece cuando te dejas atracar en la biblioteca… si Theo no aparecía ella no se hubiera detenido.       —¡No es mi culpa que tu estúpida novia este, loca!       Hermione empujo a Draco lejos de ella molesta y con su corazón apretándose por lo que ella mismo dijo.       —Yo… no se ni porque estoy aquí… —la castaña intento irse, pero Draco la tomo del brazo.       —No, espera… Pansy no es mi novia… ¿crees que estuviera aquí contigo si lo fuera?       —Yo ya no sé en qué creer…       —¡Pues cree en mí!       —Yo… necesito descansar —contesto finalmente la castaña antes de salir de la sala de menesteres.
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