ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
Finalizada
6
Tamaño:
246 páginas, 111.248 palabras, 67 capítulos
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Nunca más te dejaré

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Capítulo 27 Nunca más te dejaré

                    —¡Bombarda! —gritó Hermione hacia el último mueble que quedaba intacto en aquella habitación.       Al segundo cayó rendida al piso, pues la falta de comida y el exceso de magia utilizada ya estaba causando estragos en su cuerpo, intentó levantarse, pero su cuerpo ya no respondía cayendo nuevamente. El cansancio sobrepasaba sus límites, la castaña respiró profundamente mientras apretaba los puños obligándose a no derramar ni una sola lágrima. De a poco y con ayuda de los pedazos de madera regados en la habitación logró levantarse justo en el momento en que Draco apareció.       El temblor en el cuerpo de Hermione por resistir mantenerse en pie estremeció el cuerpo del rubio.       —No puedes ni mantenerte en pie.       Hermione apartó la vista de esa vacía y oscura máscara que cubría el rostro de Draco avanzando lentamente hacia la cama.       —Comportarte como una niña chiquita e ignorarme no te ayudará —hablo el rubio siguiendo la trayectoria de la castaña —¡Solo come Granger!       Silencio. Tortuosos e irritante silencio.       —Si no comes como pretendes salir de aquí, necesitas fuerza para…       Draco no lo resistió más votó su máscara al piso y fue hasta la cama donde Hermione se encontraba sentada, tomo su rostro para obligarla a mirarlo.       Pero Hermione se resistió cerrando sus ojos ante la fuerza de su agarre.       —Te dejaré ir —soltó Draco al cabo de unos segundos con la voz rota.       Hermione abrió los ojos para encontrase con aquellos ojos grises que la desarmaban.       —Bebe estas pociones y te juro que te dejare ir —suplico Draco mirándola directamente, pero al ver que la chica no respondía se alejó de ella con frustración—. No eres un juego, jamás lo fuiste solo, no quería que te involucraras con la estupidez que cometí.       —La caja era para mí, tenía todo el derecho de involucrarme —contestó la castaña pausadamente, aunque aún sin mirarlo.       Draco se acercó nuevamente a la castaña—. Lo voy a solucionar.       —¿Qué pasa si me entregas la caja? —preguntó ella tomando una de las pociones.       —No quiero que me odies…       —Qué pasa si no me la das.       —Eso no importa Hermione—. Draco avanzó hacia ella tomando su rostro—. Es mi problema, mi error. Yo te metí en esto y seré yo quien te saque—. Luego se acercó lo suficiente como para juntar sus frentes logrando que ambos cerraran los ojos por la cercanía—. Solo deja de preguntar, deja de investigar y ¡Deja de involucrarte!       —¿Qué pasará ahora? —hablo Hermione segundos más tarde.       —Tú te iras —contestó finalmente Draco abriendo nuevamente los ojos y respirando profundo apretando con más fuerza y necesitad el rostro de la castaña como si se rehusara a dejarla ir—. Me prometerás que no dejaras que nada malo te pase. Porque si sales lastimada de algún modo… los destruiré a todos.       —Entonces… ven conmigo, aún puedes arrepentirte…       Draco se apartó de Hermione con frustración.       —De que, de matar a Dumbledore. Ese es el problema Hermione, yo no me arrepiento, hice lo que debía, así que debes olvidarte de mí, porque es la única manera de que ya no intentes salvarme.       —¿Quieres que te odie?       —¡Quiero que no sufras cuando me veas del otro lado! No quiero verte atormentándote entre estar conmigo y hacer lo correcto.       —Porque tienes que estar del otro lado. ¡Por qué! —gritó Hermione incapaz de soportar las lágrimas.       —Porque soy un mortífago… porque yo elegí esto… pero si me dices que escaparas conmigo…       Hermione aparto rápidamente la mirada del rubio demostrando cuál era su respuesta y haciendo que Draco dejara de hablar golpeando una de las paredes de la habitación.       —Vete antes de que me arrepienta —dijo apoyando el puño contra la pared incapaz de verla alejarse.       Hermione camino hacia la puerta, pero cuando estaba cerca para poder desaparecer volteó para mirar al rubio una última vez.       —No hicieras nada de esto, no te preocuparas tanto si no me amaras…       —Que te ame no significa que quiera estar contigo… o que me interesa luchar por esto…       —¿Prefieres tener poder antes que a mí?       Draco se apartó de la pared para quedar de frente a la castaña y mirarla—. Saber que mate a Dumbledore no te dio una respuesta a eso.       Hermione no respondió simplemente desapareció ante la mirada dura y fría del rubio.       

      Un par de horas más tarde Hermione llegó a la madriguera. A penas pudo dar un par de pasos en la propiedad cuando fue acorralada por los Weasley, en medio de abrazos y preguntas por su desaparición, la castaña contuvo sus ganas de salir corriendo del lugar.       Después de la cena y cuando logro calmar a la señora Weasley afirmándole que se encontraba bien subió a la habitación que compartía con Ginny.       A penas entro se tumbó en la cama, quería gritar, llorar, correr hasta que el aire le faltara en los pulmones, sentir esa presión en el pecho que no se aliviaba, aunque se dejara de correr, quería castigarse por no salvar a sus padres, por mentirle a los Weasley de donde estuvo y sobre todo, quería castigarse por esas enormes ganas que tenía de regresar a aquella cabaña y quedarse con ese miserable y frio Slytherin, mandar todo al diablo y huir con él.       —Atormentarte no te servirá de nada.       Hermione se sobresaltó regresando a la realidad para encontrarse con su pelirroja amiga sentada al filo de la cama.       —Ya les dije que estoy bien —contestó la castaña con cansancio.       —No te estoy cuestionando… solo digo que seguir pensando en Malfoy no te ayudará.       —¡Que! —soltó Hermione levantándose de golpe para quedar sentada frente a Ginny.       —Los mortífagos atacan tu casa y tu solo escapas, ¿sin pelear? Lo siento, pero esa no es la Hermione que yo conozco.       —Ya conté lo que sucedió, si no me crees…       —Claro que te creo, si escapar significa, Malfoy me saco de ahí y quería estar sola es, pase con él todo este tiempo…       Hermione no contesto, solo agacho su mirada incapaz de ver a su amiga.       —No tienes que contarme lo que sucedió si no quieres, pero sabes que estoy aquí para ti cuando necesites… entiendo por lo que pasas…       —¡No, no lo entiendes! Tu casa no fue destruida, ni mataron a tus padres y no te enamoraste de alguien con quien no puedes estar…       —Así que ahora Hermione Granger se hace la victima…       —¡No! lo siento, solo no quiero hablar de lo que paso, eso es todo.       —Y yo no te estoy presionando para que lo hagas, pero que estes así—. Ginny se acercó más a su amiga preocupada —mira tú decidiste venir aquí, entonces necesito que te concentres en esto, porque vas a tener la vida de mi hermano y la de Harry en tus manos.       —¡Lo se Ginny! Si estoy aquí es porque me tomo muy enserio la promesa que le hice… pero aún no puedo olvidar…       —Te entiendo, sé que mi casa no fue destruida y mis padres están bien, pero si perdí a alguien, me la pasé semanas encerrada en esta habitación llorando porque no puedo estar con Harry… porque sé que no puedo dejar que este allá afuera preocupándose por mi cuando ya tiene suficiente con Voldemort persiguiéndolo. Y por eso te pido que te olvides de Malfoy y te concentres en mantenerse los tres vivos y no en si Malfoy puede ser salvado o no. Hermione si estás aquí es porque ya sabes la respuesta.       —¡Yo nunca puse a Harry después de nadie!       —No dudo de tu lealtad! Esto es lo que debes dejar atrás, el remordimiento, el dolor, porque te va a consumir.       Antes de que Hermione pudiera contestar la puerta de la habitación se abrió y segundos más tarde un alto y pelirrojo chico entro.       —Hola —dijo Ron desde el marco de la puerta mirando con cautela a la castaña —la orden está aquí van a hablar de como traeremos a Harry, pero si quieres descansar…       —No —soltó la castaña levantándose de la cama y empezando a avanzar —quiero estar enterada de todo.       —Bien vamos —dijo Ron cuando la castaña llego al marco de la puerta—, me alegro que estes aquí… cuando vi tu casa, yo…       —¿Fuiste a mi casa?       —Si, cuando me entere del ataque, corrí a buscarte, pero ya no te encontré, llegue tarde Hermione lo siento…       —No, esto no es tu culpa…       —Si, yo debí estar a tu lado, no se abandona a las personas que uno quiere…       Hermione bajo su mirada sintiendo el corazón apretarse al escuchar esas palabras, hasta que Ron tomo su mentón para que lo mire dándole una dulce y adorable sonrisa.       —Ya nunca más te dejaré.
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