Capítulo 29 Te encontraría en cualquier lugar
Varias semanas transcurrieron y los chicos se encontraban listos para entrar al ministerio y robar el guardapelo, a pesar de su minucioso plan ahora se estaban corriendo hacia los ascensores llegando a la estancia principal. —¡Cierren la salida! ¡¡Ciérrenla!! —gritó Yaxley, que había salido precipitadamente de otro ascensor y corría hacia el grupo que se hallaba junto a las chimeneas. —¡¡Vámonos!! —gritó Harry. Cogió a Hermione de la mano y con la otra el brazo de Ron, listos para girar sobre sí mismos y los envolvió la oscuridad y notaron como si unas vendas les comprimieran el cuerpo, pero pasaba algo raro… Harry tuvo la impresión de que Hermione iba a soltarse. Creyó que se asfixiaba, porque no podía respirar ni ver, y lo único sólido que percibía eran los dedos de Hermione, que iban resbalando poco a poco de su mano…Y de pronto vio la puerta del número 12 de Grimmauld Place, con su aldaba en forma de serpiente. En cuanto tocaron suelo un grupo de mortífagos se apareció frente a ellos, uno de los encapuchados atrapó a Hermione del cuello mientras que otro empujo a Harry y Ron quienes cayeron a unos cuantos metros de distancia. —Eres un inútil Potter. Hary miro a su costado mientras era alzado por un encapuchado a quien pudo identificar de inmediato. Malfoy avanzo decidido mientras de su varita salía un enorme dragón de fuego extinguiendo todo a su paso. Harry corrió a su lado para impedir que lastimara a más inocentes. —¡Estas, loco! —Hermione… Ron corrió hacia la castaña quien seguía a manos de un encapuchado. Alzo su varita tratando de recordar algún hechizo que la ayude, cuando el mortífago salió disparado cayendo logrando que se viera la rubia cabellera de Lucius Malfoy. Ron llego hasta Hermione tomándola entre sus brazos, Harry apareció segundos después al igual que desaparecía Malfoy junto a su dragón de fuego. Entonces la mano de Hermione se sujetó a la suya con una fuerza inusual y todo volvió a quedar a oscuras. Harry abrió los ojos y lo deslumbró un resplandor verde y dorado. No tenía ni idea de qué había ocurrido, pero era evidente que se hallaba tendido sobre algo que semejaba hojas y ramitas. Inspiró con dificultad para llenar de aire los pulmones, que notaba aplastados; parpadeó y comprendió que el intenso brillo era la luz del sol filtrándose a través de un toldo de hojas. Entonces se levantó y vio a Hermione en el piso tosiendo incontrolablemente recuperando el aire y Ron a su lado abrazándola. —¿Estas bien? —preguntaba el pelirrojo preocupado. —Si… si… Ron… tu… me salvaste… —contestó la castaña lanzándose a sus brazos —alejaste a Malfoy de mi… Ron miro a su amigo antes de contestar aun atónito por la situación—. Haría lo que sea por ti Hermione. La castaña sonrió con ternura y devoción al chico que tenía en sus brazos sintiendo paz y protección como no lo sentía hace mucho tiempo. —¿Y ese dragón? —pregunto al cabo de un rato —había fuego… —Malfoy —soltó Ron con molestia. El cuerpo de la castaña se tensó alejándose de Ron como si el estar cerca era doloroso. —Que hacía… —¡Intentar matarnos! Como siempre —contesto Ron empezando a perder los estribos. —¡Ron! —grito Harry mirando a Ron con advertencia, luego miro a Hermione luchando internamente por que decir—. Estaba… con ellos, como el mortífago que es… Hermione lo miro con dolor y rabia, pero que fue reemplazado rápidamente por una mueca de preocupación al ver su brazo ensangrentado. —Esto… —dijo en cuanto se acercó a revisarlo —¿te lo hizo el? Harry miro su brazo que tenía un gran trozo de carne quemada, que debió suceder en el momento que fue hacia él para detenerlo. —Padre e hijo… los dos están igual de locos —escupió Ron mientras la castaña esparcía un ungüento en el brazo de Harry—. Tuvimos suerte de salir vivos de ahí… —Gracias a ti —soltó Hermione una vez termino de curar el brazo de Harry, se acercó a Ron para volver a abrazarlo, le dio un beso en la mejilla y empezó a recorrer el lugar para aplicar hechizos de protección. —¿Qué haces? —pregunto Harry molesto cuando la castaña estuvo lo suficiente lejos de ambos. —Ayudándote con tu jueguito de mentiras… —¡No intentes usar esto para aprovecharte de la situación! —Y si no, ¡Qué! Le dirás la verdad a mione, corre y ambos la perdemos para siempre… eso es lo que quieres. Harry no respondió, solo le lanzo una mirada de furia contenida. —Eso creí —escupió Ron con una sonrisa antes de ir tras Hermione otra vez. —¿Estas segura? —preguntaba un nervioso Harry —Estamos lo suficiente cerca para ir caminando y parece un pueblo tranquilo —respondió la castaña en un susurro mientras se colocaba un sombrero de lana y una bufanda. Harry, Ron y Hermione se encontraban en las afueras de una pequeña población con mercado. —Entonces déjame ir a mí. —hablo Harry tratando de convencen a su amiga. —Soy capaz de hacer las cosas Harry! —ataco Hermione perdiendo la paciencia, los últimos días habían sido bastante complicados entre los chicos por la falta de comida y Hermione simplemente necesitaba un descanso. —Yo, no lo estoy dudando… —Bien, entonces quédate con Ron y ten esto —dijo mientras le entregaba le guardapelo que colgaba en su pecho. Dicho esto, salió de la tienda de campaña y se dirigió cuidadosamente hasta los límites de las coberturas, llegó al mercado y tomo unos pocos alimentos que le alcanzaban con el dinero muggle que tenía, salió y recorrió el mismo camino de ida, unos cuantos pasajes desolados que cortaban lo más pasible la trayectoria de vuelta al bosque. Cuando llegó al último pasaje antes de entrar al bosque una sensación de estar siendo seguida se apoderó de ella. Camino acelerando el paso, pero sin llegar a correr hasta que sintió una mano en su brazo tratando de hacerla girar. —Pero si es una linda y pequeña chica… sola en un callejón oscuro… Hermione miro frente a ella, soltando el aire contenido en alivio al ver que solo se trataba de un vagabundo. Lentamente tomo la varita que se encontraba oculta en su bota de caña alta, pero antes de poder realizar cualquier movimiento una luz verde iluminó el oscuro pasillo, segundos más tarde el vagabundo cayó sin vida bajo sus pies. Sin perder tiempo la castaña alzo por completo su varita para esquivar el hechizo que se aproxima a ella y apuntar con un expulsó al mortífago para después correr. Sintió un nuevo hechizo hacia ella que lo esquivo apuntando para intentar herirlo y de un momento a otro Hermione termino acorralada contra la pared y el cuerpo del mortífago quien al primer intento de tocarla salió volando unos metros lejos. Hermione aprovecho para correr lejos. —Her… Hermione —soltó una voz cansada, adolorida y que reconocería en cualquier lugar. La castaña freno de golpe sintiendo su corazón a punto de salir de su pecho. Estaba preparada para enfrentar cualquier apuro al arriesgarse a salir, sabiendo que podía tener complicaciones o enfrentamiento con algún mortífago o carroñero, pero esto, verlo otra vez, cuando habían pasado semanas sin recordarlo. —Me sueltas por favor —volvió a hablar el rubio aún en el piso. Hermione respiro tratando de controlar sus impulsos dando media vuelta lentamente, para quedar frente a él. —Que haces aquí! —atacó la castaña, Draco hizo una señal de que no hablaría hasta que lo soltará y resignada Hermione tomó su varita para liberarlo. —Hiciste un gran revuelo con tu tontería en el ministerio —hablo Draco acercándose cautelosamente hacia la castaña. —Y tú no perdiste oportunidad para intentar matarnos. Draco la miro unos segundos antes de seguir avanzando. —¿Cómo me encontraste? —Te encontraría en cualquier lugar —dijo tomando su rostro delicadamente —aunque debo admitir que fue bastante difícil, estuviste semanas oculta, imagino que tienes hechizos protectores a tu alrededor, estoy impresionado y muy orgulloso de ti. —¿Por qué viniste? —Soltó Hermione aún con la misma postura fría. —Necesitaba saber que estabas bien… y necesitaba devolverte algo que perdiste. Draco sacó de su bolsillo una cadena en la que colgaba su anillo. —Eso… —Dejaste que te lo quitaran, dejaste que alguien se acercará lo suficiente a ti como para lastimarte… ¡Me prometiste que te cuidarías! —Solo fue un descuido y como te diste cuenta… no lo voy a permitir de nuevo. Draco frunció el ceño molesto mientras tomaba de los hombros a la castaña para darle la vuelta quedando su espalda contra su pecho. Le coloco el collar pasando sus manos delicadamente por su cuello creando corrientes eléctricas entre ambos. —Pues más te vale —dijo en un susurro muy cerca de su oreja logrando que cerrará los ojos —que está vez… no lo pierdas… o tendré que destruirlos a todos. —Draco. Hermione dio media vuelta para encararlo, pero fue inútil, él ya se había marchado, así que resignada fue por su pequeña bolsa de compras regada en el suelo con la esperanza de que alguno de los alimentos aún sirva, pero está ya no estaba, en cambio tres grandes bolsas con una gran cantidad de comida en ellas se hallaban en el suelo junto a una nota. Sabré si no las tomas, entonces desastre mi irá contra tu amado Potter.No me provoques Granger.
Hermione arrugó la nota mirando el cuerpo sin vida del vagabundo aún en el suelo, tomo las bolsas y siguió su camino. Cuando llegó a la carpa Ron fue el primero en llegar a sus brazos. —Llegaste, estás bien y ¡Traes comida! —Mucha comida —comento Harry mientras Ron atacaba un paquete de galletas que se encontraba en lo más alto de una bolsa—. Demasiado, no sabía que tenías tanto dinero muggle. —¡Es comida! Que importa de dónde la saco —respondió Ron atragantándose con las galletas. Hermione decidió tomarle atención a la comida almacenando y clasificando para no tener que inventarle excusas a su amigo. El resto de la noche todo se calmó, el haber comido alegro el ánimo de todos resurgiendo en risas.