Capítulo 32 Mi única familia
La noche cayó sobre las solitarias calles mientras pequeños copos de nieve adornaban los techos y cobertizos de las casas iluminadas sutilmente mientras en unas pocas se podía escuchar el cántico de algún villancico. Hermione camino con cautela con el frío chocando en su rostro, la varita apretada en su mano escondida en el bolsillo de su chaqueta. A unos cuantos metros cuando giro por un callejón llegó al centro del pueblo de Godric a una pequeña plaza rodeada por varias tiendas, un pub del cual resonaba música cada que sus puertas se abrían, una iglesia en el fondo y un gran monumento a los caídos en el medio. Cuando quiso rodearlo al pasar cerca, está se transformó en un hombre con el cabello revuelto y gafas, una mujer con melena larga y el rostro amigable y hermoso y un pequeño bebé entre sus brazos. A Hermione se le apretó el corazón en su pecho ante aquella bella imagen, en lo nostálgico que Harry se debió sentir al verlo y el recuerdo de sus padres la golpeó. Respiró profundo para enviar aquellos pensamientos al fondo de su ser y evitar que las lágrimas se hicieran presentes. Así que avanzo siguiendo la dirección de la iglesia hacia el cementerio que se ocultaba detrás. Revisó una a una las lápidas deteniéndose brevemente en unas pocas, pero cuando el frio se estaba volviendo insoportable y estaba lista para volver a unos cuantos metros arrodillado frente a una lápida estaba él. Hermione avanzó hacia Harry sin que él notara su presencia, cuando estuvo lo suficiente cerca saco su varita para invocar una corona de rosas sobre la tumba de los padres de Harry. El muchacho dio un brinco y con agilidad se levantó con la varita en alto. —¡Soy yo! —soltó Hermione, pero el castaño seguía apuntándola con el rostro incrédulo de verla ahí—. Soy Hermione Granger, mi patronus es una nutria y… cuando peleamos, yo fui con Draco… Harry bajo su varita eliminando la tensión en su cuerpo. —Él y yo… —¡Espera! No quiero detalles de lo que hicieron —interrumpió Harry con la expresión visiblemente asqueada. Hermione avanzó hasta el dándole un golpe en el hombro—. ¡No iba a decir eso! Harry soltó un quejido antes de sonreír alegremente. —Creí que no te volvería a ver —dijo Harry en cuanto ambos se pararon nuevamente frente a la tumba de James y Lily Potter. Hermione enredó la mano de Harry entre la suya—. Hice una promesa… te acompañaría a este viaje… —Te traicioné, tenías todo el derecho de dejarme. —Supongo que ahora estamos a mano —soltó la castaña apretando aún más la mano de Harry—. Yo también lo hice, pero no lo recuerdas. Harry miro a su amiga quien parecía resistir las ganas de llorar. —Sabía sus planes, lo del armario… los mortífagos eso… fue mi culpa… Harry respiró profundo y se volteó para quedar frente a Hermione y tomar su rostro. —Por mucho que me moleste y aunque aun no entiendo las razones, lo que pasó era inevitable… Draco solo obedecía órdenes y todo lo que ha hecho, bueno o malo, todo fue por ti. Creí que te protegía… yo pensé que si sabias la verdad me abandonarías… He tenido a Ron incondicionalmente, pero cuando se trata de ti él se vuelve irracional, eres lo único constante en mi vida, no quería perderte, eres como una hermana para mí. —Jamás me vas a perder Harry —soltó Hermione mientras abrazaba al chico — tú también eres como un hermano para mí… eres mi familia… la única que me queda… —¿Lo amas? —preguntó Harry tras unos segundos de silencio en los que ambos regresaron su vista a la tumba de sus padres. —Demasiado. —Y Ron, creí que tu… —Con Ron me siento estable, feliz, protegida, pero con Draco todo es más intenso y complicado, yo siento que tengo el control sobre las decisiones de él, puedo lograr que lo destruya todo por mí y no sé si quiero esa clase de poder… pero me enamore como nunca lo imaginé y no puedo simplemente alejarme… no quiero. —Estas arriesgando tu vida al estar aquí conmigo… si tienes que recorrer el infierno por él, lo congelare si es necesario con tal de que seas feliz con Draco si eso es lo que quieres. Hermione sonrió apretando al agarre en el brazo del castaño. —Feliz navidad Harry. —Feliz navidad Hermione… creo que deberíamos volver, podemos pasar por ese pub y… —¡Harry! Hay alguien mirándonos por allá. —Creo que se quién es… —comentó Harry mientras tomaba a Hermione de la mano para que lo siguiera. Caminaron unas cuantas calles siguiendo a una anciana. —Aquí murieron Hermione… —dijo Harry deteniéndose en una casa destruida —Aquí los mató. Ambos permanecieron unos segundos frente a esa casa hasta que Harry la guio nuevamente en dirección a la anciana Llegaron a una pequeña casa, una vez dentro Harry intento hablar con ella, pero no respondía, hasta que hizo que el muchacho subiera los escalones con ella. Hermione se quedó inspeccionando el lugar hasta revisando las fotografías y libros en un aparador, hasta que el sonido en el piso de arriba la alertó. Cuando llego al segundo piso, la serpiente de Voldemort estaba atacando a Harry. La bestia se abalanzó sobre él, cuando Hermione, gritó «¡Confringo!». El hechizo voló por todo el cuarto, haciendo añicos el espejo del ropero, cuyos trozos rebotaron contra ellos, el suelo y el techo. El calor del hechizo le abrasó una mano a Harry y un fragmento de cristal le hizo un corte en la mejilla, luego corrió hasta Hermione pasó junto al tocador y saltó hacia la destrozada ventana para lanzarse al vacío. El grito de Hermione resonó en la oscuridad mientras ambos giraban en el aire… —Harry —musitó Hermione—. ¿Te encuentras bien? —Sí… —mintió—. No debí ir a Godric’s Hollow. Fue culpa mía. Todo es culpa mía. Lo siento. Te arrastre allí, tú me seguiste… ¿cómo sabias donde encontrarme? —Te conozco demasiado bien y tú no tienes la culpa de nada; yo también quería ir. Creía que Dumbledore podía haberte dejado la espada allí. ¡Harry! ¡Tienes que descansar! —soltó Hermione cuando vio que el castaño intentaba levantarse. —La que necesita descansar eres tú. No te ofendas, pero tienes un aspecto horrible. Yo me encuentro bien tu descansa, voy a vigilar un rato. ¿Dónde está mi varita? —Hermione se limitó a mirarlo sin contestar—. ¿Hermione? Ella se mordió el labio y los ojos se le humedecieron. —Harry… —¡¿Dónde está mi varita?! Ella se inclinó junto a la cama, cogió la varita y se la dio. La varita de acebo y fénix estaba casi partida en dos.—Harry —susurró Hermione de forma casi inaudible—. Lo lamento muchísimo. Creo que fui yo. Cuando nos íbamos, la serpiente nos siguió, así que le hice una maldición explosiva, pero rebotó por todas partes y debió de… debió de darle a… —Fue un accidente —dijo Harry mecánicamente, pero se sentía vacío, aturdido—. Bueno —dijo fingiendo naturalidad—, en ese caso, de momento utilizaré la tuya. Al menos para hacer la guardia. Ella, le entregó su varita y él la dejó sentada junto a la cama para salir de la carpa. Paso un par de minutos cuando vio una intensa luz plateada justo delante de la tienda, oscilando entre los árboles. Fuera cual fuese la fuente, se desplazaba sin hacer ruido, y era como si la luz, por sí sola, avanzara hacia él. Se puso en pie de un salto, con la voz atascada en la garganta y alzando la varita de Hermione. Entornó los ojos a medida que la luz iba haciéndose cegadora, destacando más y más la negra silueta de los árboles, y comprobó que seguía acercándose… De pronto la fuente de la luz apareció por detrás de un roble. Era una cierva de un blanco plateado, reluciente como la luna y deslumbrante, que avanzaba sin hacer ruido y sin dejar huellas de cascos en la fina capa de nieve. El animal fue hacia él, con la hermosa cabeza en alto, y el muchacho distinguió sus enormes ojos de largas pestañas. Miró a la criatura maravillado, aunque no por su rareza sino por su inexplicable familiaridad. Tuvo la impresión de que esperaba su llegada, pero había olvidado que habían acordado encontrarse. La siguió hasta llegar a un lago. Algo centelleó iluminado por la varita, y Harry se volvió rápidamente, pero lo único que vio fue una pequeña charca helada, cuya resquebrajada y negra superficie brilló cuando él levantó más el brazo para examinarla, pero antes de poder distinguir lo que se encontraba en el fondo unas manos lo agarraron del cuello de la camiseta arrastrándolo hasta golpear fuerte contra un árbol.Mi única familia
16 de noviembre de 2025, 23:07