Capítulo 42 Provocación
Una semana transcurrió y los encuentros acalorados entre Draco y Hermione se hicieron más frecuentes. En clases, en sus reuniones para planear el homenaje a los caídos, los pasillos que sospechosamente siempre terminaban topándose. La biblioteca parecía que era el único lugar donde la castaña encontraba paz, a pesar de que Draco parecía refugiarse frecuentemente en aquel lugar, se limitaba a enfocarse en sus libros y anotaciones sin prestar atención a la presencia de la castaña, aunque había breves ocasiones que se tomaba un respiro para observarla y si tenía la oportunidad lanzarle miradas descaradas escaneando su cuerpo. —¿Otra vez te encontraste con Malfoy? —pregunto Ginny cuando Hermione llegó a la habitación que compartían bastante sonrojada y con la respiración acelerada. Hermione se limitó a resoplar frustrada, incapaz de inventar una excusa, que no serviría de nada, pues su amiga no era tonta, conocía perfectamente sus actitudes y como ella lo había mencionado en una ocasión “Tuve que controlar mis propios instintos mientras cenaba al lado de mi madre. Se cómo se ve y se siente la tensión sexual”. Pero eso no lo hacía más fácil, Ginny seguía siendo la hermana de Ron y no podía hablar libremente de cómo se sentía, a pesar de que la pelirroja se mostraba neutral respecto al tema, aún sentía culpa por el chico que solo intentaba aliviar su dolor y hacerla feliz. —Se que lo que voy a decir va a sonar como si fuera la peor hermana del mundo, pero ¿Si tú también lo provocas? No lo sé a lo mejor logras que él desista… —Malfoy nunca se cansa, es un idiota. —Porque tú nunca haces nada… digo si tú lo provocaras hasta tal punto en que no pueda seguir por los pasillos como si nada, vera que su juego se va en su contra y te deja en paz. —¿Y si no lo hace? Y si eso lo provoca más. —Tendrás el mejor sexo de tu vida… —¡Ginny! —grito con horror Hermione a su pelirroja amiga. —¡Qué! Es verdad… Cuando yo hago eso, estar con Harry es… —¡No necesito saberlo! —corto alarmada la castaña —¿Té recuerdo que estoy saliendo con tu hermano? —¿Te recuerdo que se todo sobre tu relación con Malfoy? A demás yo nunca estuve de acuerdo que estés con mi hermano, te lo dije antes y te lo repito ahora, si estás con Ron es solo por despecho… y eso es horrible. Ginny se levantó de su cama para salir de la habitación sin permitirle a Hermione responder o si quiera defenderse. Así era la pelirroja, dura con sus palabras, capaz de herirte sin utilizar la fuerza, por eso cuando regreso a la habitación tras varias horas decidió no hablar y fue cuando Ginny saco de su mochila un uniforme y la miro con una sospechosa sonrisa cuando supo que su pelea había quedado en el olvido. —¿Te compraste un uniforme nuevo? No está muy pequeño… —No… tu perfecta amiga te compro un uniforme increíblemente pequeño para ti. —¿Disculpa? Yo no me voy a poner eso… —Claro que lo harás, ¡Te imaginas la cara que Malfoy va a poner cuando te vea con esto! Y si un chico se babosea por ti frente a él, Oh por Merlín eso sería perfecto. —Estas loca… no usaré eso. —Vamos Hermione… un día, úsalo un día y si no funciona puedes volver a tu aburrido uniforme de monja—. Ginny se acercó a su amiga con el uniforme en sus manos y una súplica en el rostro—. ¿No quieres ver a Malfoy derrotado en su propio juego? Hermione dudo unos instantes, pero se estaba cansando de siempre regresar a su dormitorio con la necesidad de una ducha fría mientras Draco caminaba por los pasillos como si nada, así que tras un suspiro de desesperación rendida acepto la oferta de su amiga. Así que a la mañana siguiente Hermione ya estaba con su nuevo uniforme. —¡Ginny! Se me el culo, no saldré así, de dónde demonios sacaste esto —Una tienda erótica —contesto la pelirroja distraídamente mientras observaba a la castaña —lo uso para calentar a Harry… Hermione apartó su vista del espejo para fulminar con la mirada a Ginny lista para lanzarle Miles de maleficios. —Vale, no me mates, aremos algunos arreglos —comento Ginny al ver la expresión de su amiga y con su varita empezó a modificar el uniforme. Tras unos minutos, la falda estaba ligeramente subida unos cuantos dedos encima de la rodilla siendo sutil, pero provocativo para definir sus delgadas y largas piernas. Y la camisa y saco daban el tamaño justo para esculpir su figura de manera perfecta, dando realce a sus curvas. Hermione un poco más aliviada con su aspecto actual respiro profundamente para darse fuerzas y poder siquiera salir de la habitación, así que Ginny poniendo los ojos en blanco tuvo que arrastrarla fuera hacia el gran comedor, al cual no pudieron entrar, porque, si, Hermione entro en pánico y no pudo hacerlo. Tuvieron que desayunar en el pasillo con comida que Dobby les trajo, pero horas más tarde y con una Ginny perdiendo los estribos Hermione no tuvo otra opción que ir a su primera clase. Pociones. A penas llegó las miradas se posaron en ella haciendo que su respiración se cortara por los nervios. —Se te encogió el uniforme Granger —soltó con burla Lavender Brown y Hermione no pudo con el pánico debía salir de ahí. —Y a ti el cerebro Brown. Hermione volteo para mirar a Astoria Greengrass con la mirada acusadora hacia Lavender. Se fijó en su uniforme y era mucho más pequeño y ajustado que el suyo quedándome magníficamente. Debía estar agradecida por su defensa, pero era un año menor a ellos por lo tanto era raro verla ahí, sobre todo porque estaba demasiado cerca de Draco para su gusto. Estaba por hablar y agradecerle hasta que Lavender volvió a hablar. —Mira quien habla… te recuerdo que está no es tu clase o revolcarte con un mortífago te frío el cerebro… Un rato le luz plateada atravesó el pasillo directo a Lavender quien chillo apartándose. —¡Maldita! —grito sacando su varita para apuntar a Astoria. —¡Suficiente! —se interpuso Hermione entre ambas para controlar la situación—. Se calman o les bajaré puntos a las dos… —Y porque debería hacerte caso a ti —arremetió Astoria molesta. —Astoria —intervino Draco tomándola del hombro y alejándola de la pelea. La chica pareció calmarse ante el tacto y la voz del rubio. Se despidió de él con un beso en la mejilla y sin mirar a nadie más se alejó del pasillo. Hermione mantuvo el recorrido de la chica con la mirada hasta que se perdió de su vista sin darse cuenta de que Ernie estaba a su lado tomándola de la cintura. —Vamos Hermione no hagas caso a esas serpientes. Solo se dio cuenta de su presencia cuando la puerta de pociones se abrió de manera brusca haciendo a todos los alumnos saltar de la impresión. Segundos más tarde y sin poder resistirse Hermione ya está siendo arrastrada hacia su asiento. Miro a su lado para encontrarse con la mirada fulminante de Draco. —¿Intentas provocarme Granger? —No sé de lo que estás hablando… —Entones esa ropa y tu patético coqueteo con el imbécil de McMillan no tiene nada que ver con el hecho de que no puedes controlar tus ansias sexuales por mí. Hermione lo miro controlando sus impulsos por gritarle pues el profesor Slughorn ya había entrado en el aula y daba las primeras instrucciones para la clase de hoy. Así que decidió que si ya se había arriesgado con el plan de Ginny lo mejor era ejecutarlo de la mejor manera. Se levantó decidía hacia la estantería de los ingredientes donde su compañero de Hufflepuff Ernie McMillan buscaba concentrado sus ingredientes. La castaña se colocó justo frente a él dando pequeños saltos para alcanzar un frasco de semillas de fuego que se encontraban en la parte más alta de la estantería. Su objetivo. Al saltar su falda se elevaba discreta, pero efectivamente logrando que el chico detuviera su búsqueda para observarla. —Creo que no la alcanzó… me ayudarías por favor —soltó la castaña con voz melosa nada propio de ella, pero muy efectiva para estos casos. Ernie la miro embobado mientras alzaba el brazo para tomar el frasco y colocarlo en sus manos. —Haría lo que tú quisieras… Hermione sonrió seductoramente mientras pasaba uno de sus rizos rebeldes atrás de su oreja. Los nervios del chico se hicieron presentes haciendo que le frasco caiga al piso, Erni rápidamente se agachó con la intención de levantarlo, pero una vez arrodillado las delgadas y esculturales piernas de la castaña lo hipnotizaron por completo. —No puedes lucir más patético y torpe, no es así Hufflepuff Ernie se levantó a toda prisa con el frasco en sus manos, pero antes de poder responder ante la ofensa de Draco este le arrebato el frasco de semillas de fuego y tomo a Hermione del brazo para llevarla de vuelta a sus asientos. —¡Estas jugando con fuego Granger! —Si tú lo dices —hablo Hermione distraída mientras jugueteaban con el dobladillo de su falda por los nervios olvidándose por completo que está estaba mucho más alta que la anterior haciendo que se levantase aún más con el jugueteo. Segundos más tarde sintió la mano de Draco en sus muslos justo debajo de sus manos, con sorpresa ella miro al rubio quien tenía una mirada oscura y lujuriosa con la respiración acelerada—. Deja de hacer eso… o quieres que pruebe que tan resistente es la tela de tu falda arrancándotela con los dientes. Hermione no respondió, su contacto la estremeció y bloqueo sus pensamientos, pero esa desesperación en la voz de Draco logró una sonrisa en ella. Estaba ganando el juego. La clase termino y Hermione decidió no tentar más su suerte saliendo de ahí lo más pronto que pudo, pero Draco no estaba dispuesto a dejar las cosas así, la siguió hasta estar en un pasillo solitario para acorralarla. —¡Te divertiste! —arremetió tomando el rostro de Hermione para hacer contacto visual—. Creíste que podías irte después de lo que provocaste allá dentro. —Es tu juego Draco, no el mío… —Si sigues provocándome no voy a contenerme… —Si, si lo harás… porque yo no voy a caer y si te digo que no tu no harás nada… —¿Cómo estás tan segura de eso? —Tu ya lo dijiste, me amas y no harás nada que yo no quiera… te vas frustrar y enojar y explotar, pero no me vas a tocar a menos que yo diga que si… y eso no va a pasar. Draco contuvo un grito de frustración apretando los dientes, respiro profundamente y luego simplemente se alejó. Hermione soltó el aire contenido y sonrió. Lo había logrado, le ganó a Draco Malfoy en su propio juego y aunque aún necesitaba una ducha helada, está valía toda la pena del mundo.Provocación
16 de noviembre de 2025, 23:20