ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
Finalizada
6
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246 páginas, 111.248 palabras, 67 capítulos
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Consecuencias

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Capítulo 43 Consecuencias

                    Hogwarts, 2021       —¿Estás seguro de esto?       —Será un rato que malo puede pasar?       —¡Todo! Los viajes en el tiempo son peligrosos…       —Lo sé, lo se… Solo necesito verla, aunque sea una vez necesito poder hablar con ella, no le diré quién soy…       —Entonces déjame ir contigo.       —No, mientras menos personas viajen es mejor…       Albus suspiro derrotado y molesto, así que Scorpius volvió a hablar.       —Volveré antes de que te des cuenta —dijo colocando el giratiempo que le robo a su padre en su cuello       —¿Qué hacen?       Ambos chicos saltaron por la intromisión.       —Por Merlín Rose casi nos matas del susto —exclamo Albus mientras Scorpius se apresuraba a guardar el giratiempo entre su ropa.       —Lo siento, no quise molestarlos…       —Algo más Weasley —interrumpió de mala gana Scorpius.       —¡Sí! De hecho, si… usar un giratiempo es ilegal…       —¡Y vas a ir de chismosa a delatarnos! Típico de un Weasley…       —¡Ey! —soltó Albus serio mirando a su amigo —Mi prima no dirá nada, ¿Verdad Rose?       —Yo jamás te delataría —respondió la chica mirando a Scorpius con nerviosismo—. Pero quiero ir contigo…       —¡Ni en tus sueños! —sentencio el rubio molesto.       —No entiendo porque me odias tanto… ¡Yo no te hice nada!       —No te odio… —dijo Scorpius tras unos segundos de silencio conteniendo la frustración en su interior —solo… esto no te incumbe… así que lárgate Weasley.       Rose miró a Albus como esperando su apoyo y cuando esté no llego regreso su mirada al rubio.       —¡Granger! Mi apellido es Granger, te guste o no.       Dicho esto, la chica se alejó del lugar indignada mientras el rubio la miraba con los puños apretados a su costado.              Hogwarts, 1998       Una semana transcurrió desde el inicio de los intensos coqueteos entre Draco y Hermione. Desearse tan desesperadamente y no poder tocarse se estaba volviendo adictivo y tortuoso. Estaba mal eso Hermione lo sabía perfectamente, pero la sensación de poder al provocar al rubio, sentir tener el control y al mismo tiempo estar en el filo del abismo a punto de caer en la tentación la inyectaban de una forma que jamás imagino.       Pero la culpa y las constantes pesadillas por la muerte de sus padres aún la atormentaban. No podía entender como algo que estaba tan mal podía hacerla sentir en las nubes. Cómo una simple confesión logró apaciguar todo el odio que acumuló por meses.       “Yo no los mate, pero si soy culpable de no salvarlos”       Hermione no quiso profundizar el tema, se negaba a conocer la verdad detrás de esas palabras. ¿Por miedo o culpa? No lo sabía, pero en la noche sus pesadillas le recordaban su cobardía y en las mañanas el deseo la envolvía en una burbuja que la cegaba por completo.       Y ahí estaba ella, perdida en la mirada de Draco al otro lado del pasillo acechando como un dragón a punto de devorar a su presa. Lo siguió con su mirada hasta que esté desapareció y sin poder resistirse más fue tras él.       Camino unos cuantos metros con el corazón acelerándose a cada paso, olvidando todos a su alrededor.       —Hermione…       Unos brazos apretando sus hombros y aquella voz la hicieron detenerse sorprendida.       —¿Ron?       —¿Esperabas a alguien en más?       —No, yo… no sabía que vendrías…       —Bueno… tenía tiempo libre así que decidí venir y ver a mi novia…       Ron a penas termino de hablar acortó la distancia entre ambos para besar a Hermione de manera apasionada y desesperada. Hermione intento alejarse al sentir el primer roce de labios, pero la fuerza y tamaño de Ron la acorralaron. Y no es que no quisiera besar a su novio, lo había hecho antes millones de veces, era solo que está vez no se sentía bien… no sentía amor, ni pasión, jamás lo sintió, no con él.       Tras unos segundos con la respiración acelerada y falta de aire se separaron, Hermione reteniendo un suspiro de alivio y la culpa empezando a recorrer su cuerpo.       —¿Y te quedaras mucho…? —preguntó la castaña alejándose un poco para lograr mantener la distancia.       —Tengo que volver pronto… pero puedo quedarme hasta la comida —respondió Ron tomando nuevamente a Hermione del rostro para besarla, pero la castaña se abalanzo a abrazarlo rápidamente.       —Me parece perfecto —mintió. Cerro los ojos apretando más sus brazos al cuerpo del pelirrojo, cómo si eso logrará calmar el sentimiento de remordimiento por mentirle así a Ron, pero parecía que el chico se convenció de sus palabras respondiendo su abrazo cálidamente. Hermione volvió a abrir sus ojos justo para observar al rubio en el fondo del pasillo apretando sus puños a los costados de su cuerpo y respirando pesadamente.       —¿Estás bien? —preguntó Ron alejándose levemente de Hermione al sentir la tensión en su cuerpo, pero ella no pudo responder, pues ya Ron se había dado la vuelta y miraba ahora a Draco.       —Así que es cierto… ese imbécil está aquí… ¡Gracias por mencionarlo! —escupió con enfado Ron dándole una breve mirada a Hermione para luego regresar su vista al rubio—. ¡Nos vamos!       Ron tomo de la mano a Hermione para arrastrarla lejos del pasillo.       —¡Ron basta, me lastimas! —grito Hermione soltándose del agarre del pelirrojo cuando llegaron a los terrenos del castillo.       —Te acercaste a él… ¿Fuiste tan estúpida de acercarte al asesino de tus padres?       Hermione no respondió. Observaba cómo Ron caminaba de un lado al otro con frustración.       —¿Se acercó a ti? Te dijo algo… yo… yo puedo hablar en le ministerio… haremos que lo echen de aquí…       —¡Ron! Suficiente, no haremos nada…       —Pero Hermione él lo mato…       —¡Ya sé lo que hizo! No tienes que recordármelo cada cinco segundos…       —Lo siento —se disculpó el pelirrojo volviendo a estar cerca de la chica—. Yo, no quiero que sufras, ni que ese imbécil vuelva a lastimarte… él no merece tu perdón Hermione.       —Basta Ron te lo pido, por favor no quiero seguir con esto… no quiero hablar de él…       Ron abrazo a la castaña de forma protectora, tal como lo hizo tantas noches cuando ella lloraba por el dolor y la traición que sintió al enterarse sobre el responsable de la muerte de sus padres. Hermione suspiro con calma por su contacto y la culpa volvió a ella. Él estuvo ahí para ella, él la cuido, la calmo, la protegió y ella solo se ha dejado llevar por el impulso y el deseo que Draco provocaba. Y se sentía horrible por ello.       Horas más tarde ambos se encontraban en el gran comedor, Hermione lucho para no alzar la vista a la mesa de las serpientes concentrándose en su novio, pero fue inútil. Draco la miraba desde le otro extremo del comedor con irá, dolor. Estaba tan perdida en él que no se dio cuenta de la lechuza que se acercaba a su asiento. Cuando logro reaccionar está ya soltó una caja negra con una cinta dorada.       Con curiosidad la abrió pensando que sería de Ron, alguna sorpresa talvez, pero en cuanto destapó el paquete el aire abandono su cuerpo. Su mirada se nublo mientras la sensación de mareo y náuseas la inundaban. Un vacío en el estómago y el corazón apretando su pecho le recordaron el respirar ahogando un grito de dolor levantó su mano temblorosa mientras las lágrimas caían por su rostro. Su cabeza empezó a dar vueltas cuando logró ser consiente de los vagos sonidos a su alrededor, pero no presto atención, su mirada estaba fija en el fondo de la caja, más concretamente en el anillo que brillaba en una ensangrentada mano.       La mano de su padre.       Hermione con la poca fuerza que aún le quedaba salió corriendo del lugar con la caja entre sus manos aferrándose a ella mientras los latidos de su corazón chocaban con fuerza y dolor contra su pecho.       Draco la siguió desconcertado tratando de alcanzarla, pero a medio camino a quien logro alcanzar fue a Ron y sin importarle ya nada se abalanzo hacia el con su varita apuntando justo al cuello.       —¡Qué demonios le hiciste!       —Yo… no…       —¡¡Eres un maldito hijo de puta…!! ¡Dime qué les hiciste, donde están los padres de Hermione!       —¡Yo no lo hice! —grito Ron apartando al rubio a sacando también su varita—. Tus los mataste… en el incendio ¡Fuiste tú!       —¡Deja de mentir Weasley! Tú sabes muy bien donde están…       Ambos chicos están tan concentrados en su pelea que no se percataron de que aquella lechuza volvía al castillo dejando un pergamino cayendo a sus pies. El rubio tomo el papel y cuando lo abrió la sangre empezó a hervir en su interior mientras leía el contenido con sus ya temblorosas manos, producto de la impotencia, la furia y el dolor.       —Que mierda hiciste Weasley —soltó Draco atónito, luego camino en dirección a las afueras del castillo con el pergamino arrugado en la palma de su mano hecha puño y en la otra apretando su varita. Cuando llegó a los límites de las protecciones simplemente desapareció con las palabras de aquella nota resonando en su cabeza.       “Aléjate de ella, o la próxima vez será su cabeza.”       

      Ron llegó a la habitación de la castaña golpeando su puerta desesperadamente.       —¡Hermione ábreme la puerta por favor!       Ella no respondió. Ron no pudo más que dejarse caer hasta llegar al suelo tumbado y apoyando la cabeza en la puerta, con las palabras del rubio resonando en usa cabeza y los recuerdos de aquella noche.              FLASHBACK       Un oscuro y lúgubre lugar. El olor a alcohol y sudor se sentía en el aire. En el fondo justo en una mesa lo suficiente alejada y escondida de la vista, un pelirrojo alzaba su quinta copa de whisky de fuego, cuando una extraña figura se sentó frente a él.       —Demostrando la gran clase que tiene tu familia, no es así Weasley…       Ron alzó la mirada con el gesto endurecido, apretando con fuerza el vaso en su mano.       —Lárgate de aquí Mortífago o quieres que te lleve directo a Azkaban…       —No pudiste con mi hijo… ¿Qué te hace pensar que podrás conmigo? —soltó con burla Lucius Malfoy apartando la capa de su rostro.       —Que quieres…       —Ayudarte nada más… velo como un acto de caridad…       Ron golpeó la mesa con su palma mientras se levantaba logrando que algunos regresarán a ver hacia ellos.       —¡Lárgate de aquí!       Lucius se levantó con elegancia y paciencia burlándose aún más de él—. Como gustes, es una pena, creí que querrías recuperar a tu sangre sucia y alejarlo de Draco, pero veo que prefieres está… patética vida.       —¿Qué?       Ron miro al hombre alejarse hasta salir del bar, el pelirrojo sacó de su ropa unos cuantos Sickle, los dejo en la mesa y salió apurado tras él.       —¿Cómo? —pregunto cuando logro alcanzarlo a unos cuantos metros.       —Solo dile la verdad… lo que escuchaste en mi mansión.       —Él lo va a negar… siempre lo hace y ella siempre le cree…       —Esta vez no.       —¿Cómo lo harás?       —Tengo mis métodos, conozco demasiado bien a mi hijo como para saber cómo controlarlo…       Ron miro al hombre con desconfianza—. ¡Te advierto que si lastimas o amenazas a Hermione…!       —Tengo mejores métodos… y mucho más efectivos. Solo necesito que tú des el primer paso.       Ron permaneció en silencio unos minutos dudando, miro a su alrededor inquieto y en una de las tiendas del lugar, en el aparado brillaba el periódico del profeta con el rostro de Harry y Draco siendo ovacionados por los mortífagos que aprisionaron. Como si el rubio fuera una especie de héroe entre ellos. La rabia inundó su cuerpo, él no era un héroe, no era nada, no merecía la gloria ni el respeto de nadie, mucho menos el amor de Hermione.       —Lo haré —soltó con decisión y furia.       FIN DEL FLASHBACK       

      

      
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