Capítulo 54
Impotencia
Una suave brisa movía las hojas de los árboles mientras otra roca caía violentamente contra el lago negro. Scorpius había estado haciendo eso durante 10 minutos después que Draco le contara toda la verdad. —¿Me odias? —preguntó Draco sin soportar más el tortuoso silencio de su hijo. —Yo… no puedo entenderlo. Lo que hiciste… ¡Tanto odio! Mi padre no me enseñó a pensar así, él no… ¡tú no me criaste para odiar así a la gente! —Tus abuelos a mí sí. Y no es fácil librarse de los prejuicios. —Tengo recuerdos de mi madre, de ustedes juntos, de su amor, todo lo que mis padrinos me han contado. ¿Cómo puedes odiar tanto a alguien y después amarla tanto como lo hacías con mi madre? ¿O todo era mentira? ¡Todo lo que recuerdo de ustedes es falso! —¡No! —soltó Draco acercándose a Scorpius y mirándolo por primera vez—. Nuestro amor es real, te lo puedo asegurar. Scorpius lanzo otra roca con frustración para luego pasar las manos por su cabello. —Tu madre es especial. Es demasiado fácil caer en sus encantos. Y supongo que jamás la odié de verdad, solo creí que sí, porque era lo que pensaba era correcto. —No pudiste cambiar tanto por una persona… —¿Por qué te cuesta tanto entenderlo? Me enamore de ella, eso cambia todo. —¡No! ¡El amor te hace débil! —explotó Scorpius apretando los puños con dolor—. Y… —Un Malfoy jamás puede ser débil…—termino la frase Draco con amargura y decepción—. No puedo creer que te enseñara eso. Draco tomo una piedra y la lanzo con furia hacia el lago negro. Se juro no ser igual a su padre. Se juro que cuando tuviera un hijo jamás le enseñaría las mismas estupideces prejuiciosas y patéticas que Lucius Malfoy le había hecho creer todo este tiempo. Y eso. La debilidad por el amor. ¿Cómo pudo caer tan bajo como para privar a su propio hijo de la felicidad? ¿Qué clase de hombre se había vuelto para dejar que su propio hijo cargara con el dolor de no sentirse digno de recibir amor, después de todo el dolor que él mismo sintió por eso? —¿Cómo hiciste para que no te afectara? —preguntó Scorpius tras varios minutos de silencio. —Tu madre jamás me abandono. Sin importar las cosas que dije o hice, ella siguió estando a mi lado. Scorpius suspiró mientras volvía a lanzar rocas con frustración, Draco conocía muy bien esa mirada, esa impotencia por no poder demostrar lo que en verdad quería sentir y el odio hacia el mismo creció aún más. —¿Tú lo has sentido verdad? Querer darlo todo por una persona. Scorpius miro a Draco con los ojos abiertos por la sorpresa de aquella pregunta, pero tras analizar algunos segundos decidió hablar, pues ese Draco no era su padre. Ese Draco no era el mismo frívolo y desdichado hombre como lo era su padre. Él tenía esperanza. Él tenía a Hermione. —Siempre está ahí. A pesar de todo, él está a mi lado, pero… —Piensas que no te lo mereces. —No quiero arruinarlo, ni arrastrarlo a mi infierno… —Ninguno de los dos lo quiere… pero si no lo intentan nunca lo sabrán y por la forma en que se miran, es imposible que lo suyo falle. —¿Sabes de quien hablo? —Albus y tú no son muy discretos, además… soy muy observador. Scorpius sonrió un instante por primera vez. —¿Crees que la salvemos? —pregunto el chico con un nudo en el estómago mirando a Draco. —Te prometo, que no descansare hasta que la recuperes. —¡Es una trampa! —explotó Draco(adulto) exasperado por segunda vez en la noche. Él junto a Harry(adulto) se encontraban en la sala de menesteres frente a sus hijos y el resto de chicos del pasado. ¿El motivo de su enojo? Se estaba discutiendo la posibilidad de confiar en la palabra y ayuda de Eros. —¡Es una esperanza papá! —contratacó Scorpius desesperado. Draco(adulto) miro a Hermione con reproche, ella simplemente desvió la mirada incapaz de mantener el contacto visual después del recuerdo que aún mantenía revoloteando por su cabeza. Draco del pasado la abrazó protectoramente al sentir la mirada de su yo adulto. Sabía que algo había pasado entre ellos, así como sabía que la testaruda mujer a su lado no se lo contaría y por alguna extraña razón tampoco quiso saber, como si el hacerlo lo iba a destruir. —Hermione podría estar viva Draco, ¿Enserio no quieres buscarla? —soltó Harry(adulto) incrédulo de la postura de su amigo. —Si él no quiere encontrarla yo hablare con Eros, yo la encontraré —intervino Draco colocándose frente a todos demostrando lo dispuesto que estaba en ir. —¡Si alguien va a rescatar a mi esposa de donde quiera que este, ese seré yo! —gritó Draco adulto enfrentándose a su yo del pasado. —¡Entonces compórtate como un hombre y haz algo! —Papá —rogó Scorpius mirando con suplica a su padre. Draco(adulto) suspiro incapaz de negarle la oportunidad a su hijo de encontrar a su madre por más doloroso y poco probable que sea recuperarla. —Bien, acepto… hablaremos con Eros. Pero tú te mantienes al margen —advirtió mirando a su hijo, quien intento protestar, pero antes de poder hacerlo la voz de su padrino lo interrumpió. —Todos ustedes se mantendrán al margen —dijo Harry(adulto) mirando a sus dos hijos y a todos los chicos del pasado—. De esto se encargan los adultos. ¡Y los adultos aquí somos nosotros! El ambiente se volvió tenso de inmediato, pero nadie se atrevió a rebelarse ante aquellos imponentes hombres. Tras pocos segundos de incomodo silencio Draco y Harry(adultos) salieron de la sala dejando al resto de chicos fastidiados. Avanzaron por los pasillos de Hogwarts en completo silencio cada uno perdido en sus propios miedos y pensamientos hasta que la chillona y quejumbrosa voz de Cho Chang resonó en el castillo. —¡Harry! Te he estado buscando todo el día. ¡Cuántas veces más tengo que soportar tus desplantes! —Cho —saludo con tono frio Draco logrando que la chica desviara la mirada por unos segundos para verlo, pero rápidamente regreso su vista a Harry ignorándolo por completo. —¡Te espere por horas! Perdimos la cita para revisar el banquete y… —Tengo cosas importantes que hacer aquí —declaró cansado. —Si me lo imagino. Con los fastidiosos y problemáticos de tus hijos —atacó fastidiada Cho. —¡Te recuerdo que soy tu prometida! —¡Cho tengo cosas más importantes de las que ocuparme! —explotó perdiendo la paciencia Harry—. Esto no tiene nada que ver con ellos. —Es por Hermione Granger. Los tres adultos voltearon para mirar a Ron Weasley(adulto) quien se encontraba al final del pasillo. —¿Hermione Granger? ¡Y ella que tiene que ver aquí! —Nada —espetó con los dientes apretados Harry. —No gastes tu tiempo Cho, Jamás tendrás la atención de Potter si Hermione Granger está presente. Pero puedes visitarme nuevamente en New York para darte lo que obviamente el elegido no es capaz—. Contestó Ron quien sonreía satisfecho de su comentario. —Harry… yo… —balbuceo nerviosa Cho. —No me interesa —interrumpió Harry mientras miraba a su ex amigo con odio—. Solo ve a mi bóveda y toma todo lo que quieras, ocúpate de la boda y no me fastidies más. Cho iba a responder, pero sabiendo las intenciones de Ron de soltar sus evidentes encuentros con ella, decidió simplemente alejarse. —Me sorprende verte aquí, creí que estarías en algún burdel barato malgastando tu fortuna —expuso Draco con fastidio. —Ya me gasté la mitad en la prostituta más cara y ni siquiera fue capaz de darme un hijo. Draco saco su varita lanzando un primer hechizo que fue esquivado con dificultad por el pelirrojo. —¡No vuelvas a nombrar a Astoria en tu puta vida! —gritó el rubio mientras Harry trataba de impedir que lanzara otro hechizo. —No pudiste salvarla de la muerte, tampoco a Hermione. ¡Vaya Malfoy! Realmente eres un perdedor. —¡Cierra la maldita boca Weasley! —exploto efusivo Harry mientras resistía ante la fuerza de Draco por controlar nuevamente su brazo para lanzarle un hechizo al pelirrojo. —¡Dos perdedores! Aunque debo admitir Harry que Cho en la cama es… ahora entiendo porque dejaste a mi hermana por ella —escupió con burla y malicia. Harry soltó a Draco mientras el odio corría por su cuerpo al tiempo que alzaba su varita. —¡Lo sabía! —gritó Albus al otro lado del pasillo, haciendo que Draco y Harry voltearan para mirarlo—. Eres… ¡una mierda! Harry observo como su hijo se alejaba furioso, junto a él se alejaban Ginny y Harry del pasado y eso fue lo que más lo desconcertó, la mirada dolida de la pelirroja y la de su yo del pasado decepcionado de él mismo. Volteó para encarar a Ron, pero este ya había desaparecido aumentando su frustración y arrepentimiento por no permitirle a Draco destrozarle hace unos minutos atrás.