Capítulo 58
Castigo
Draco respiró profundo controlando la poca paciencia que tenía hacia el pelirrojo frente a él. —¿Por qué sigue aquí? —preguntó exasperado Blaise mirando a su amigo. —Alguien debe proteger a mi hermanita —soltó Ron como justificación. —¡Ella tiene quien la proteja Weasley! —gritó con furia el moreno enfrentándolo. —Lo dice quién es incapaz de proteger a sus propios hijos. —¡Bastardo de mierda! Draco avanzo hasta Blaise para sostenerlo antes de que levantará su varita, por lo que Ron sonrío con satisfacción demasiado concentrado en lanzar miradas de burlas hacia sus enemigos cómo para percatarse de la llegada de un furioso castaño. Solo el golpe en su mejilla y el frío piso lo hicieron reaccionar, pero era demasiado tarde James Potter ya se encontraba encima de él propinándole golpe tras golpe en su rostro. Ginny corrió para detener a su hijo, pero Eva se apresuró a alzar su varita para apuntar a la mujer y Luke se colocó a su lado repitiendo su acción pidiendo que alguien se acercara a un sin saber las razones para que su amigo reaccionara de esa manera. —Eva vete —dijo James levantándose y sacando su varita. —Pero… James… —¡Vete! —gritó molesto, aunque la súplica en su mirada era innegable así que la chica bajo su varita resignada y avanzó por el pasillo hasta que escucho esas tan odiadas palabras salir de la boca de James. —¡Crucio! Eva respiro con dificultad y sin mirar atrás ante los gritos de Ron Weasley salió disparada del lugar seguido de una joven Pansy que poco o nada le importaba lo que pasará con Weasley y sus problemas con algún Potter, en ese momento su única preocupación era aquella chica, su futura hija. James por otro lado estaba listo para lanzar un segundo crucio, uno más potente, pero él y Luke salieron disparados unos cuántos metros, cuando alzó su vista pudo observar a su padre caminando hacia Ron. —¿Estás bien? —preguntó al ver el rostro ensangrentado del hombre mientras con un hechizo logro levitar su cuerpo para llevárselo de ahí, mientras James miraba furioso e incrédulo a su padre. Después de ver el recuerdo de su madre, fue a él a quién se lo mostró y ahora lo estaba ¿defendiendo? Eva soltó el aire contenido apoyándose en uno de los balcones del pasillo exterior del castillo. Respiro tratando de sacar tus tormentos y recuerdos de su mente. —¿Te encuentras bien? —preguntó Pansy llegando hacia ella. —No te interesa —contestó la chica sin darse la vuelta. —Te afecta… el hechizo… —¡Ya te dije que no te interesa! —explotó Eva enfrentando a Pansy. —Solo quiero ayudar… —¿Ayudar? Bien. Ayúdame no teniéndome, ayúdame no siendo una pésima madre, ayúdame no permitiendo que a tu hija de ¡12 años! la torturen solo por enamorarse. —Yo… no… —La abuela se enteró que James y yo nos gustábamos… di mi primer beso con él y al regresar a casa. —Las lágrimas de la chica caían sin control mientras relataba la historia—. Fue su castigo, un crucio tras otro y tú solo… te quedaste mirando sin hacer ¡nada! —Lo lamento… —Mi madre no. Ella jamás se disculpó. Creo que ni siquiera le importó. —¡Yo no haré eso! —¿Enserio? ¿Dejaras que tú hija se vuelva una traidora de sangre? ¿Qué manche y deshonra el gran apellido Parkinson? —Eva se acercó retadoramente a Pansy con odio en su mirada—. Mírame a los ojos y dime qué lo harás. Dime, que dejarás de lado tú estúpido pensamiento purista y me dejarás ser feliz sin importar a quién te enfrentes. Pansy intento responder, pero la intensa mirada de la chica y esa tormentosa voz en su cabeza simplemente no la dejaron hablar. Eva soltó una risa sarcástica y decepcionada que de dar media vuelta para irse. —¿Lo amas? —preguntó Pansy al ver a la joven alejarse. —Con locura. ¿Y sabes qué es lo peor? Él también a mí. Me ha demostrado que es capaz de congelar el mismísimo infierno por mí y aun así no es suficiente. Me envenenaste tanto que no importa cuánto amor nos tenemos o lo infeliz que seré, mi destino está al lado de un despreciable y patético sangre pura que me permita seguir con tu estupido linaje de pureza. Harry depósito el cuerpo de su amigo en el suelo de un gran salón vacío y por el polvo se notaba los años que este no había sido habitado. Draco se colocó a su lado a los segundos aún sin comprender porque estaban ahí. Justamente en ese maldito lugar que tantos malos recuerdos le traía. Estaba a punto de hablar y pedir una explicación, pero Harry ya estaba tomándolo de su camisa furioso. —¡Por qué demonios no lo detuviste! ¡En que mierda estabas pensando Draco! Mi hijo pudo terminar en Azkaban y ¡no hiciste nada! —¡James no es idiota! —contestó el rubio apartando las manos de Harry con brusquedad—. Si hizo algo como eso debió merecerlo… más de lo que ya lo hace. Harry lo miro unos segundos más con la respiración acelerada y apretando los puños antes de dirigirse a la pared en la que se encontraba la chimenea, sobre esta un gran número de armas de magia oscura se mantenían colgadas. Draco lo miro mientras el azabache buscaba una en específico. —¿Por qué vinimos aquí? Sabes que odio esta mansión. Y tú deberías odiarla más, Voldemort la uso como cuartel, aquí los atraparon, ¡aquí torturaron a Hermione! —Porque aquí hay esto —contestó Harry al tiempo que tomaba unas cadenas que con un simple hechizo se apretaron en las muñecas de Ron aprisionándolo. Ahora Ron estaba de rodillas con los brazos extendidos por las cadenas empezando a recuperar el conocimiento y en cuanto el nombre de Harry salió de sus labios este atravesó un afilado cuchillo por su abdomen logrando que el pelirrojo chillara de dolor mientras su piel se volvía negra por la quemadura que el arma provocaba. —No me tomes a mal Harry, esto es realmente satisfactorio, pero… ¿Por qué lo haces? —Entra —fue lo único que Harry dijo mirando a Draco y logrando que este entendiera lo que le pedía, así que sin perder tiempo el rubio entro en la mente de su amigo. En cuanto salió Harry volvió a atravesar la espada ahora en la espalda del pelirrojo provocando infernales gritos de dolor. —No voy a dejar que mi hijo se vuelva un asesino. Mucho menos que termine en Azkaban. —¿Entonces lo ocultaras aquí y lo torturaras hasta el cansancio? —Hasta que Ginny tenga el valor de matarlo ella mismo. Solo no quiero que mis hijos se involucren en esto. —Te apoyo en todo lo que decidas y me agrada tener un saco de carne para sacar mi frustración. Harry no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa antes de alzar su varita nuevamente. —¡Sectusempra! El hechizo cayo directo en el pecho de Ron provocando que un gran charco de sangre se firmara en el suelo. ¡Crac! —El amo Potter envío una carta a Kreacher. Kreacher ha venido aquí. —Perfecto. Vigila a Ron y no dejes que muera. —Como ordene, Kreacher lo vigilará, Kreacher lo torturara y Kreacher no lo dejara morir. —Buen elfo —sonrió Harry antes de salir de la mansión Malfoy junto a Draco de vuelta al castillo.