ID de la obra: 228

Solo un juego

Gen
G
Finalizada
6
Tamaño:
246 páginas, 111.248 palabras, 67 capítulos
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Viaje

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Capítulo 60

Viaje

                    El sol cayendo intensamente mientras la brisa golpea su rostro aumentando la sensación relajante del choque de las olas contra la madera del barco. Sin lugar a duda un escenario fascinante de no ser por el hecho que el viaje los llevaría directo a la oscuridad.       Pansy tenía el conocimiento suficiente para prevenir cualquier contratiempo mientras se acercaban al mar del caos, una de las dos paradas antes de llegar a su destino.       El reino del caos.       —¿Estamos cerca? —preguntó Draco contemplando el horizonte.       —Unos metros más adelante y llegaremos a la barrera de protección mágica.       —Sigo sin entender, porque simplemente no nos aparecimos en ese dichoso desierto del caos, cuando Eros ya nos mostró la ubicación.       Pansy miro a su rubio amigo con una sonrisa maliciosa.       —Blaise odia el océano —contesto simplemente.       —¿Así que tengo que soportar este nauseabundo barco por tu venganza? —expreso Draco con fastidio, logrando que Pansy pusiera los ojos en blanco.       —Es uno de los barcos más costosos y deseados del mundo, tú solo lo odias porque es de Viktor Krum.       —¡No seas ridícula! Ese patético intento de jugador me tiene sin cuidado.       —¡Si claro! —exclamó Harry llegando hasta ambos chicos—. Por eso tuve que preparar una poción para que no muriera el día de tu boda, cuando “accidentalmente” cayera veneno en su copa de whisky de fuego.       —¡No era veneno! —protestó el rubio defendiéndose—. Que ese búlgaro sea débil y no soporte una pequeña gota de filtro de muertos en vida, no es mi problema.        Harry tenía la intención de molestar más a Draco, cuando un intenso cosquilleo recorrió su cuerpo—. Eso es…       —Magia —contestó Draco mientras una sensación de adrenalina inundaba su ser.       —No solo es magia. Es magia oscura.       —¿Cómo lo sabes?       —Porque la magia oscura deja huella —respondió mientras todos observaban las líneas cruzadas que dejan el hechizo del juramento inquebrantable, brillar intensamente en el brazo izquierdo de Blaise.        Draco alzo la manga de su camiseta al sentir una quemadura y con horror miro como su marca volvía a notarse con aquel rojo intenso mientas se removía y latía al igual que lo hacía cuando Voldemort lo llamaba.       Pansy cubrió su boca la soltar un chillido de horror—. ¿volvió?       —No —sentencio Harry(joven) apareciendo junto a Ron—, es solo la magia queriendo conectarse.       El incomodo silencio saturó el ambiente cuando cada uno sentía la magia recorrer sus cuerpos en distintas intensidades, recordándoles sus decisiones del pasado.        —Deberíamos estar alerta —hablo Pansy saliendo de su ensoñación y sacando al resto del suyo propio.       Inmediatamente las varitas de todos ya estaban en alto mostrando varias incrustaciones brillantes que recorrían por la madera, siendo la de Draco la varita que brillaba con mayor intensidad producto de la cantidad de hechizos oscuros realizados con la misma, seguidos por la de Harry(adulto) y la de Blaise. La varita de Harry(joven) brillaba sutilmente, mientras que las de Pansy, Theo y Ron eran casi imperceptibles.              No tuvieron mayores inconvenientes en el viaje, a parte de un par de criaturas a las que tuvieron que inmovilizar, el resto fue pan comida para un grupo de expertos y talentosos magos, pero en cuanto pisaron tierra firme la pesadez del aire y esa sensación de penumbra les demostraron que su magia no sería suficiente.       La abrazadora tormenta que azotaba el cielo era la única luz que logaban percibir con cada caída de los relámpagos en aquel camino terrible y cargado de turbulenta oscuridad.       El miedo se instaló en cada uno de ellos cuando esa peculiar sensación de frio inundo su ser, ambos Harry fueron los primeros en reaccionar levantando sus varitas, listos para lanzar un patronus en cuanto las capas negras oscurecieron por completo la poca luz del camino.        Ron se les unió a los pocos segundos, permitiendo que la horda de mortífagos desapareciera temporalmente del camino.       —Ahora sabemos de donde provienen —comento Blaise fastidiado de ser incapaz de ayudar y recriminándose por jamás pensar en la idea de aprender tan tedioso y patético hechizo.       —¡Podrías ayudar! —exclamó Ron molesto mirando a Draco que desde el primer momento en que los dementores aparecieron no hizo ni un mínimo esfuerzo por ayudarlos.       —¡Te parece que si pudiera hacer el hechizo no lo habría hecho ya! —replicó Draco tratando de controlar su frustración.       Ron soltó una risa tosca sabiendo que Hermione se había jactado varias veces de que lograba hacerlo a la perfección y para aumentar su molestia su animal era igual al de ella.       —¿El miedo no te deja?       —¿Por qué no se lo preguntas a tu hermano? Hasta donde se tampoco es capaz de hacerlo —escupió el rubio con veneno arrepintiéndose de sus palabras, pero decidido a no mostrar remordimiento y mucho menos intención de querer disculparse.       Ron quiso golpearlo en ese instante, sabía que se refería a George, pues desde que su gemelo murió, eso era precisamente lo que le sucedía y fue cuando comprendió la situación de Draco, una ráfaga de lastima por el rubio recorrió su cuerpo, lo que provoco aumentar el odio que sentía por él.              Después de un par de obstáculos, se dieron cuenta que estos representaban los miedos de cada uno, siendo los dementores de ambos Harry, una manda de acromántulas por Ron y luego serpientes que paralizo por completo a Pansy.       Todas las miradas se posaron en Harry.       —Ya no podemos hablarles —les recordó Harry(adulto) mirando a su versión más joven, cuando los hechizos para matarlas no eran lo suficiente efectivos para acabar con todas.       Ron cansado y tras varios intentos logro encontrar las palabras exactas para lograr que se alejen.       —Escuchar 7 años sus pesadillas por fin dio frutos —exclamo el pelirrojo con una tímida sonrisa logrando el mismo efecto en Harry(joven).       Quien no estaba nada contento con la exitosa intervención de Ron era Harry(adulto) quien con gran esfuerzo no volteo los ojos ante el breve gesto de familiaridad entre los ex amigos.              Ginny apareció en la oscura y lúgubre mansión de Draco que hace tantos años quedo en el olvido por aquella familia. Los quejidos de dolor fueron su guía para llegar al centro del salón donde se encontraba atado Ron lleno de golpes, quemaduras y mucha sangre seca.       En cuanto el pelirrojo vio a su hermana su mirada se oscureció por completo y un sonrisa amarga y llena de burla fue dedicada con tanta euforia que Ginny tuvo que contener el aliento para armarse de valor y avanzar.       —Tuviste que abrir tu puta boca… ¿contenta? Tú sangre, tú familia torturada, ¡por tú culpa!       —Esto no es mi culpa… si estas así, es porque te lo mereces.       Ron sonrío con mucha más maldad soltando una risa ronca seguido de un quejido de dolor.       —¿Y vienes a matarme? Una vez más no fuiste capaz de rescatar a tu preciada amiga. ¿A eso viniste? A llorarme por el odio que le tienes.       —¡Ya cállate! Hermione va a volver… va a ser feliz con Draco y tú… te quedaras aquí viviendo el infierno que te mereces.       —¡Ja! Enserio eres tan ingenua. Zabini y Parkinson, dos patéticos magos, él no resistirá la idea de salvarla cuando este en peligro y su juramento se activará matándolo. Nott, creo que no es necesario que recordemos lo que le va a pasar. Malfoy… por fin tendrá lo que se merece… morir como la escoria que es… y nuestro querido Potter… el héroe. No va a dudar en dar su vida por su asquerosa perra… ¿sabes por qué? ¡Tú no le importas! Ni tu ni tus hijos valen lo suficiente para él, que prefiere dar su vida por ella, que volver a tu lado...       —¡Cierra tu puta boca! —gritó Ginny apuntando a Ron con una daga directo en su cuello.       Su hermano dejo de hablar, pero sólo para esbozar una sonrisa burlona logrando exasperar a Ginny aún más.       —Hazlo —reto Ron con desafío—. Mata a tu hermano, a tu sangre, a tu familia. ¡Hazlo!       Ginny profirió un grito lleno de impotencia y rencor mientras caía de rodillas al piso aun con la daga apretado con fuerza incapaz de atravesar con ella a su hermano.       La risa de Ron se volvió más escandalosa y desagradable taladrando los oídos de Ginny que no pudo controlar las lágrimas de impotencia, aferrándose al frio piso, temblando y sintiendo la sangre correr por sus manos ante la fuerza ejercida en sus puños. Los latidos de su corazón retumbaban rindiéndose a la idea de levantarse y mirar a su hermano humillada y derrotada, pero la risa desapareció, siendo reemplazada por un quejido de dolor y seguido de la sangre cayendo justo frente a Ginny.       La pelirroja alzo su mirada para ver con horror una espada atravesar el pecho de su hermano y segundos más tarde salir de su cuerpo.       En cuanto se levantó la espada cayó al suelo y pudo observar a James caminar para colocarse frente a Ron.       —Es… todo lo que tienes… niño —se burló Ron con la poca fuerza que aún le quedaba.       —Agradece a Merlín que no te mate —escupió con odio.       —No tienes los huevos suficientes… igual de cobarde que tu padre… igual de fracasado que tu padrino…       James eufórico apretó el cuello de su tío incapaz de detenerse a pesar de las insistencias de su madre para que lo soltara.       —¡James por favor! —suplicó Ginny intentando interponerse entre ambos, acariciando el rostro de su hijo para calmarlo.       Tras varios tensos minutos en que parecía que James no iba a reaccionar, lo soltó alejándose mientras trataba de controlar su respiración. Ron volvió a reír satisfecho y Ginny propino un golpe en el rostro de su hermano ya cansada de su estúpida sonrisa.       —Puede que no pueda matarte ahora, pero te juro Ronald Weasley, que cuando lo logre, suplicaras piedad.
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