Capítulo 62
Sacrificio
Pequeñas gotas de agua chocaban contra el lago como si de un minutero se tratara marcando el tiempo, provocando que el corazón de Draco palpitara con mayor fuerza a cada siguiente segundo. Ella estaba ahí, estaba viva y lo había estado esperando todo este tiempo. La culpa lo invadió apenas ella hablo y fue incapaz de responder. Intento avanzar hacia ella, pero su grito negativo y frio lograron detenerlo sintiendo su corazón apretarse. Eris apareció a pocos metros en medio del lago mirando con euforia la escena y Hermione por primera vez mostro una expresión de puro odio hacia la diosa. —¡Púdrete! —grito la castaña arrastrándose hacia las puntiagudas piedras que emulaban barrotes para impedir atravesar el lugar donde se encontraba. —Vamos Granger ¿no me digas que no quieres salir de aquí? Ahí esté tu boleto de salida —dijo Eris señalando a Draco quien sin entender nada disimuladamente trataba de avanzar lentamente. —¡No te acerques! —volvió a gritar Hermione al notar las intenciones del rubio. —Hermione… vine por ti… yo… Una figura camino por el sendero ignorando a Draco como si no lograra verlo, caminaba directo a Hermione atravesando sin problema las rocas que la mantenían encerrada, mientras la castaña inútilmente intentaba alejarse de aquel espectro. —¡Aléjate de ella! —grito Draco, aunque aquella figura ni se inmuto con su orden. Cuando llego hasta ella tomo sus hombros y el grito desgarrador de la castaña retumbo en cada centímetro del lugar, mientras la figura desaprecia. Draco no soporto más y corrió hacia ella destrozando la jaula con un simple movimiento de varita. Cuando al fin la pudo tener lo suficiente cerca noto las cadenas doradas que envolvían su cuerpo aferrándola a la estructura detrás de ella. —No puedes salvarme —hablo Hermione con la voz entrecortada, luchando por recuperarse. —Yo sí—. Theo apareció entre la oscuridad con los puños apretados y la respiración entrecortada. —No, Theo por favor —suplico la castaña. —De que mierda hablan —soltó exasperado Draco. —Este es el sacrificio —contesto Theo mirando al rubio —. No hay forma de liberarla, este es su castigo… —Almas —soltó Draco entendiendo todo—, la convertiste en una conexión con el otro lado… —Y por cada persona que cruce… ella pagara con dolor —respondió la diosa con una sonrisa triunfante. Theo miro a Eris con una postura desafiante y decidida mostrando el chico de Slytherin intimidante que se caracterizó en sus años en Hogwarts. —No podemos liberarla, pero si se puede ocupar su lugar… déjala libre… y úsame en su lugar. —No —sentencio Draco con autoridad —este siempre debió ser mi castigo, yo me quedare. —Tienes una familia, no permitiré que ella salga y no pueda tenerte a tu lado. Draco no pudo responder, esas palabras, esas exactas palabras, Theo, el de su tiempo le había dicho hace años cuando se sacrificó en una misión que pensaron liberarían a la castaña. No podía volver a permitirlo. —No hay tiempo Draco —suplico el castaño —la amo tanto como tú, pero yo no puedo hacerla feliz, no soy yo a quien necesita. Nunca lo fui. Ella… —Siempre fue mi salvación, lo sé, lo dijiste el día que moriste… como mierda lo sabias. —Supongo que jamás cambie —respondió con una sonrisa, tratando de convencerlo y convencerse a sí mismo de su decisión. En el fondo sabía que todo esto no se repetiría, pasara lo que pasara cuando regresaran a su tiempo ya no iban a necesitar de su sacrificio, era ahora que lo necesitaban, la mujer que amaba y el hermano por el que dejaría todo. —Soy tuyo Eris, por toda la eternidad —dijo Theo mientras se encamino hasta ella. En ese instante las cadenas que aprisionaban a Hermione desaparecieron y ella cayo en los brazos del rubio. El resto de los chicos entraron en el lugar mientras Draco la abrazaba con fuerza. —Lo siento —dijo él entre lágrimas—. Te falle, yo… —Cuidaste de nuestro hijo… —Debí salvarte… —Ya lo hiciste. Está bien… todo estará bien mi amor… estas aquí… —Hermione coloco su mano en el rostro de Draco delineando su contorno con sus dedos —es todo lo que necesitaba, a mi gran amor… la persona que siempre he amado. Te amo Draco. La mano de Hermione cayó al suelo al tiempo que sus ojos se cerraban perdiendo la vida. —No, por favor, no —sollozaba desconsolado Draco aferrándose al cuerpo de la castaña —Hermione por favor. Las cadenas doradas que antes se encontraban en el cuerpo de Hermione empezaron a parecer en el de Theo aprisionándolo, al tiempo que una figura femenina aparecía caminando hacia él. —Hermione —susurro Theo con tristeza, y sabiendo lo que pasaría fue el quien toco a la muchacha sintiendo el terrible e insoportable dolor recorriendo su cuerpo mientras la castaña desaparecía. En el castillo la desesperación se volvió tan insoportable que no lograron permanecer juntos, así que, cuando ambos Harry llegaron solo encontraron reunidos a Pansy, Scorpius, Albus, Rose, Draco y Ginny. —¿La encontraron? —preguntó Pansy con nerviosismo. Harry(joven) asintió con la cabeza aún sin poder articular palabras. Pansy salto de su asiento radiante. —Iré por Hermione —dijo y corrió en su búsqueda. —Scorpius —llamo Harry(adulto) con el mismo semblante que el joven—. Hablé con McGonagall, nos vamos para que estés con tu padre. Al rubio se le iluminó el rostro sintiendo su pecho estallar de felicidad. —La voy a ver… ¡por fin! El rubio corrió por el pasillo aun sin despedirse. —Ve con él Albus —susurro Harry mirando a su hijo menor. —Deben querer tener una reunión familiar, no creo que me necesite. —Te va a necesitar… —dijo el castaño conteniendo el impulso de derrumbarse. —Vamos por tus hermanos y el resto de los chicos —dijo Luke apareciendo por el pasillo. Harry(adulto) miro al chico y este contuvo su dolor. —Hable con mi madre —fue lo único que pudo decir y luego se alejó junto a Albus y Rose. —¿Qué fue lo que pasó? —pregunto Draco nervioso por la actitud de todos. —Está muerta —soltó Ron apareciendo al final del pasillo con la mirada sombría—. ¡Murió en tus putos brazos! Draco miro al castaño sin poder creerlo hasta que Harry soltó sus lágrimas incapaces de contenerlas más. Así supo que fue real, así entendió que no importará el tiempo, él jamás la salvaría. Cuando el funeral de Blaise y Hermione acabó y solo quedaron las personas más cercanas Draco y Scorpius contemplaron el ataúd de Hermione. —Perdón por ser un mal hijo. —¿Y quién te dijo que lo eras? Draco miro a su hijo quién agachó la cabeza y jugaba inconscientemente con sus dedos lo que provocó una pequeña sonrisa en Draco, ese gesto era tan de Hermione. —Eres desobediente, me sacas de quiso todo el tiempo, tienes un carácter del demonio como tú madre y a pesar de eso, no podría pedir un mejor hijo como tú. Si alguien a cometido errores y asido una terrible persona, ese soy yo. No pude salvarla… —Ya está papá… no podemos cambiarlo. —Pero podemos cambiar esto, nuestra vida, nosotros… y creo que debes empezar por no desperdiciar la oportunidad de amar —dijo Draco al ver a Albus acercarse a ellos. —Scor… —Los dejare solos —dijo Draco sonriéndole a su hijo, luego a Albus para después alejarse. —Albus yo… —No digas nada. —Necesitamos hablar… —No. Yo no necesito hablar, necesito que sepas lo que siento y no puedo hacerlo con palabras… Albus se arriesgó, dejo sus miedos atrás y simplemente se abalanzo a los labios de Scorpius quien no dudo en corresponder el beso en cuanto sintió los labios del chico. A uso cuantos metros los chicos del pasado se mantenían ocultos reunidos en la tumba de Theo, pues ellos no tenían un cuerpo físico del Theo de su tiempo al que llorar. Harry les había contado todo lo sucedido y el sacrificio de Theo, destrozando más aun a Draco, quien se mantuvo callado y alejado de todos negándose a hablar, sobre todo con Hermione, quien parecía haber aceptado demasiado bien la situación para frustración del rubio. Ginny(joven) se había alejado del resto mirando a Harry y Ron quienes parecía que volvían a tener un pequeño acercamiento como en sus días en Hogwarts, cuando Draco(joven) se acercó a ella. —¿Le dirás? —pregunto el rubio mirando a Ron. Cuando ambos estuvieron esperando que rescataran a Hermione y ante el semblante de la chica no pudo evitar entrar en su mente para averiguar lo que le sucedía viendo lo que le depararía en el futuro. —No necesita saber algo que no va a pasar. —No podemos cambiar nuestro destino Ginny —contesto Draco mirando brevemente el lugar donde se encontraba el ataúd de Hermione. —Ya lo sé, pero no puedo borrar las imágenes de aquellos recuerdos, esa mirada de mi propio hermano el día que… era odio Draco, no había luz, solo oscuridad. Esa misma mirada la vi cuando te dijo lo de Hermione… él ya no tiene salvación y no voy a permitir que acabe conmigo. Ginny miro a Draco con una expresión fría y decidida. —Voy a matarlo.