Capítulo 63
Soltar - parte 1
El sol cayendo directamente a las calmadas aguas mientras el calor viajaba por cada poro de su piel era la combinación perfecta al viento que resoplaba provocando una brisa fresca en el ambiente. La tranquilidad y dulce melodía de los animales dentro del bosque Prohibido relajaban su acelerado corazón. Hermione respiro profundamente mientras repasaba mentalmente todo lo que había vivido, lo sucedido en el viaje de los chicos y, sobre todo, el recuerdo que Draco(adulo) le mostro. —¿Hermione estas bien? La chica dio media vuelta para encontrarse con el rostro preocupado de Ron, quien se mantenía lo suficientemente alejado para no incomodarla. Ella se limpió las lágrimas rápidamente antes de contestar. —Si… yo creo que es resfriado… y… —Te conozco por 7 años. Se que has intentado verte fuerte para que ninguno se desmorone, pero en el fondo te mueres de miedo… Hermione ahora sabemos lo que va a pasar, lo podemos cambiar —contesto Ron acercándose en la última frase logrando que Hermione retrocediera alerta. —Eso es algo que lo resolveré con Draco. —¡Qué! —soltó incrédulo —Después de todo lo que paso, ¿seguirás con él? —Y que pretendes, que después de lo que paso ¿me quede contigo? —Her lo que paso en el bosque… —No me importa Ron, No quiero tus excusas. Yo no soy Ginny, no voy a caer en tus manipulaciones y mentiras nunca más. Sabias que Lucius Malfoy mato a mis padres y no dijiste nada. Sabias que Draco estaba de nuestro lado en la guerra y no dijiste nada, te di demasiadas oportunidades porque eras mi mejor amigo y aun así llegaste demasiado lejos, así que grábatelo en la cabeza Ron, amo a Draco y él es mi futuro. —¡Tú único futuro con él es morir en sus brazos! —Pues prefiero morir en sus brazos que tener una vida contigo —soltó de forma tajante la castaña. Ron por su parte, apretó los puños sintiendo la sangre hirviendo dentro de su cuerpo, llevando su mano al bolsillo de su pantalón para sacar su varita, pero antes que logre pensar en algún hechizo o tocar siquiera la madera Hermione ya tenía la suya en lo alto mientras Ron caía brutalmente chocando el suelo con su espalda varios metros lejos de ella. Dolorosamente se levantó para intentar reaccionar y cuando se dio cuenta que Hermione ya no estaba suspiro resignado y mucho más enojado. —Un día Hermione ya no tendrá más contemplaciones o Draco se cansará de todo esto y te matará. Ron siguió con su mirada el sonido de la voz de su hermana, quien se encontraba reposando despreocupadamente en la corteza de un árbol, aunque eso no relajo a Ron quien se mantuvo alerta con su varita en alto. —Entonces deberías empezar a controlarlos. Ayúdame a que ella entre en razón, ¡alejarla de ese mortífago! —El único que debe alejarse eres tú. De Hermione, Draco, de Harry y de mí. —¿Vas a preferir a esos traidores antes que a mí? —Respóndeme algo Ron. ¿lo sabias? La razón por la que James golpeo al Ron de este tiempo. La expresión del chico cambio abruptamente de la furia a la vergüenza apartando la mirada de los ojos de su hermana. —Lo sabias —dijo con decepción Ginny —¡Y no dijiste nada! —Es diferente Ginny, yo no soy él. Te juro que jamás te lastimaría, no me voy a volver ese monstruo. —Lo sé, yo me voy a encargar de eso. Ron la miro sin comprender al tiempo que un hechizo impactaba su espalda y caía inconsciente. Ginny miro a Draco tras su hermano ya elevando su cuerpo y caminando fuera de las protecciones del castillo, así que tragándose las lágrimas lo siguió. Cuando pudieron aparecerse Draco la tomo de la mano y llegaron a la mansión Malfoy. Ambos junto al cuerpo levitando de Ron caminaron en silencio hasta atravesar las rejas de la mansión. —Este lugar es… —comento Ginny al ver la enorme y bastante deteriorada edificación. —Horrible —concluyo Draco con dureza sin mirar a la chica. —Ahora entiendo porque eras un idiota en Hogwarts, tu infancia debió ser… horrible. —Si. Tenía clases particulares de maldad y mis libros eran mortífagos para principiantes, tomo 1 —soltó con burla, logrando que Ginny pusiera los ojos en blanco—. Ustedes los Gryffindor siempre con sus prejuicios. —¡No es cierto! —se defendió la pelirroja ofendida. —Si lo es, tuve esta misma conversación con Hermione hace algunos años y te diré lo mismo que le dije a ella. Tuve una infancia feliz, de hecho, fui bastante feliz hasta que Voldemort apareció. —¿Si no te hubieras enamorado de Hermione crees que habrías participado en la guerra como lo hiciste? —Se que no habría sido capaz de matar a Dumbledore o torturado de la forma en que lo hice… no creo… haber tenido el valor de delatar a Harry el día que lo trajeron acá, pero enfrentar directamente a Voldemort, desafiarlo como lo hice o destruir un horrocrux. No, eso no lo habría hecho. Todo lo que hice fue por mi desesperación de que no la lastimen, mi miedo a perderla. Hermione puede hundirme en la oscuridad y sacarme de ahí, con solo chasquear los dedos. Ella tiene el control completo sobre mí. —¿Y eso no te asusta? —No soy una persona ejemplar Ginny. La oscuridad esta en mis genes, solo necesito la motivación adecuada. Cuando me volví mortífago no me torturaron para ello, yo lo decidí, me sentía honrado de ser elegido, no medí la realidad de las cosas, solo quería proteger a mis padres. Todo lo que hice fue por lealtad, a mis padres, a Hermione, incluso a Harry. Ginny iba a contestar cuando las puertas de la entrada se abrieron dejando salir los gritos desesperados de Ron(adulto) siendo torturado en el interior de la mansión. Ambos chicos entraron en silencio. Ginny permaneció unos segundos petrificada observando la espalda ensangrentada de su hermano, mientras Kreacher atravesaba una espada y la volvía a sacar para evitar que muriera. Draco la tomo de los hombros para hacerla reaccionar y así llevarla a otra de las estancias de la mansión. Sin perder más tiempo apunto con su varita a Ron y lo encadeno al piso, para luego hacerlo despertar. Ron se removió desesperado mirando con horror el lugar. —¡Ginny que haces! ¡Suéltame! Tú… —cuando el pelirrojo pudo reconocer a Draco su expresión cambio y su mirada se oscureció—. Tú estás con este traidor, ¡¡qué mierda Ginny!! —al ver que su hermana no contestaba ni hacia ningún movimiento por querer soltarlo enloqueció—. ¡Sácame de aquí! te juro que si no me sueltas voy a matarte con mis propias manos ¡!Ginny!! —grito eufórico mientras jalaba con todas sus fuerzas las cadenas que lo envolvían logrando que estas cedieran unos centímetros, los suficientes para hacer saltar de miedo a la pelirroja. —¿Recuerdas cuando atravesaste aquella espada en mi pecho? —hablo Draco mientras avanzaba con una sonrisa y las ansias acumulándose en su cuerpo—. Te dije que pagarías por ello. Una espada se deslizo por la manga de la capa de Draco y luego la alzo apuntando al pecho de Ron, quien abrió los ojos como platos sintiendo terror. —¿Vas a dejar que me mate? —soltó Ron con miedo y desesperación —Soy tu hermano... Ginny por favor —silencio eso reinaba en la habitación. —Tus últimas palabras comadreja. —¡Espero que todos se pudran en el infierno! La espada atravesó su pecho, pero no era Draco quien contemplaba sus ojos perdiendo el brillo, sino su hermana. Ginny no apartó la vista hasta que la mirada de Ron se vació por completo y fue ahí cuando se permitió derramar todas las lágrimas acumuladas en su pecho. El ambiente de la sala de menesteres se sentía tensa después del funeral y aunque todos estaban reunidos parecía que nadie sabía que decir, después del fracaso con Hermione, no tenían idea de que iba a pasar ahora. Eros había aparecido frente a todos, pero con la ausencia de Ron, Ginny y Draco se había reusado a hablar. Unos minutos más tarde dos de ellos aparecieron y el dios esboso una enorme y algo siniestra sonrisa. Harry(joven) fue el primero en verlos y se levantó alarmado al ver la ropa de Ginny ensangrentada, corriendo hacia ella pensando que la sangre podría ser de ella. —¡Perfecto! —dijo Eros llamando la atención de todos —ya que estamos completos, podemos empezar. —¿Estas bien? —pregunto Harry ignorando al dios —te lastimaron, ¡Qué demonios paso! —grito mirando a su amigo parado frente a él. Draco solo miro a Ginny quien mantenía la mirada perdida—. No estamos completo falta Ron —dijo mirando a Eros por unos segundos para luego volver su vista a Ginny —¿Qué paso? —pregunto nuevamente, pero Ginny lo miro moviendo su cabeza en gesto negativo y la mirada endurecida. Supo en ese momento por la sangre en su ropa que Ron no iba a volver y lol que haya sucedido, no era algo que podían hablarlo ahora, así que tomo la mano de su novia para guiarla a uno de los sillones y sentarla en sus piernas para abrazarla y miro a Eros. —Estamos todos. ¿para qué nos reuniste? —Vine para mandarlos a casa. Los traje para que se dieran cuenta que las decisiones que hoy toman, definen quienes van a ser dentro de 20, 30 o 50 años y por eso antes de volver deben hacer una cosa muy importante, necesitan liberarse de sus miedos y presiones, todos tenemos a alguien a quien pedirle perdón o a quien perdonar, eso deben hacer, perdonar o pedir perdón. —¿Y cómo hacemos eso? —Con un poco de magia —contesto con una sonrisa—. Solo deben salir, recorrer el castillo, no piensen, sientan. Cuando lleguen al lugar elegido liberen su mente. Todos los chicos se miraron un instante, pero siguieron las órdenes del dios dejándose guiar por sus pasos, recorrieron el castillo completamente solos, como si el resto de personas hubieran desaparecido dejándolos libres para enfrentar aquella prueba. Harry llego a la oficina de su ex director Albus Dumbledore encontrándose que él mismo sentado en la silla del director sosteniendo la espada de Gryffindor y en la mesa todos los Horrocrux que una vez le pertenecieron a Voldemort. —¿Listo para remover el pasado? —pregunto aquel espectro. Hermione respiro profundamente cuando abrió las puertas de la librería del castillo aspirando el dulce aroma a libro, mezclado con un sutil, pero inconfundible olor a menta, así que entro para encarar a Draco. —¿Vienes a disculparte? Blaise llego al campo de quidditch y justo en medio de la cancha con esa inconfundible postura seria, confiada y aristocrática su madre lo miraba tal y como siempre, sin expresión alguna. Pansy llego a su antiguo dormitorio en las mazmorras y su corazón se aceleró cuando se miró a ella misma con el uniforme de Slytherin, su pose arrogante y altiva, sin siquiera mirarla, demasiado entretenida arreglando su cabello para eso. —¿Sorprendida? —pregunto la chica con aire de superioridad. Draco se encamino a donde por meses fue su lugar seguro, la torre de astronomía, preparándose para enfrentar a su padre, su madre, inclusive a la maldita y tan odiada diosa Eris, pero al ver frente a él a Hermione toda su mascara de frialdad y autocontrol de fue al piso. Ginny caminó por los pasillos del castillo hasta llegar a la sala común de Gryffindor, lugar donde tantas alegrías paso sus últimos 7 años, casi todos ellos junto a sus hermanos y él apareció con una sonrisa burlona en sus labios dispuesto a jugar con su mente una vez más. —No sé qué carajos haces aquí, pero yo no tengo que perdonarte nada y mucho menos pedirte perdón.