ID de la obra: 254

Dos bodas para navidad

Het
PG-13
Finalizada
1
Promocionada! 0
Tamaño:
34 páginas, 9 capítulos
Descripción:
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Capítulo 4

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Draco podía ver la tristeza en sus ojos. El arreglo de sentencia de su padre aunque parecía bueno a su parecer estaba siendo más difícil para su madre — ¿No puedes dormir? —la dulce voz de su madre lo devolvió a la realidad de lo que sucedía —Debería estar agradecida por ese permiso que nos otorgaron, tener a tu padre una vez al mes... Me es reconfortante aunque las despedidas siempre son duras... —Tiene un beneficio que pocos tienen. —Sigue siendo doloroso, yo sé que no la pasa bien y soy consciente de por qué está ahí — su voz se quiebra y Draco se acerca. Ella está sentada junto a la ventana, él se agacha y se acomoda como un niño en su regazo— Gracias por hacerlo posible. —Tengo mis dudas. — ¿Lo traeras para la boda? Draco no dijo nada. Cuando solicito un permiso mensual para su padre esa noche en especial no sabía que habría un evento de gran magnitud ni el embrollo que provocaría la traición de Astoria y Weasley. —Creo que está disgustado. —Yo creo que más bien sorprendido, deberías ir a verlo mañana. Acarició sus cabellos y entonó una canción que solía cantarle de niño. Draco cerró un momento los ojos pensando en los recuerdos que tenía de su padre durante la niñez y pese que había sido exigente en la mayoría de su crecimiento algunas veces hubo momentos donde le hizo sentir que lo quería. Mañana visitaría a su padre en Azcaban y le diría que si él quería ir a la boda buscaría solicitar un permiso más para que fuera. Si recibía una negativa simplemente aceptaría a regañadientes que posiblemente Weasley tenía razón y los temas de la pureza de la sangre no estaban tan olvidados como el pensaba por parte de su familia. Esa noche después de que Draco se marchara Hermione tomo un largo baño en la tina. Bebió vino y meditó lo que había sucedido. La manera en que Ron había dicho esas crueles cosas pero lo que más le causaba ruido el motivo de por qué Ronald Weasley había ido y despotricado. Hermione se pregunto seriamente si hubiera sido otro hombre ¿Habría tenido la misma reacción? ¿O acaso el hecho de ser Draco Malfoy le causaba irritación? Quizá jamás lo sabría y una parte de ella no quería saber. No quería saber que pasaba por la mente de su ahora ex novio —y amigo ya que no creía factible — al menos no por ahora volverse hablar. Después de que Malfoy se marchó le recordó cambiar el encantamiento de su puerta y ella asintió. Pensó en algo que a Ron jamás se le cruzara por la cabeza. Soltó una risita cuando susurró el encantamiento seguido de un Dramione definitivamente Ronald Weasley jamás pensaría en eso. Cuando estuvo suficiente tiempo en la bañera salió y se puso la ropa de dormir. Seco su cabello con un hechizo y se metió bajo las mantas de su cama. Observó el vestido dentro de su funda protectora. En verdad se casaría en vísperas de año nuevo. No sabía que pensar. La noche anterior todo había pasado tan rápido, luego había venido Draco y bueno ahora todo hogwarts estaba listo para su primera boda. Las invitaciones había comenzado a llegar a sus destinos iniciando por los males lejanos. Era una realidad y pese que la Hermione de hace unos años seguramente pensaría que esto era inverosímil la del presente se comenzaba a sentir cómoda con la idea. Draco Malfoy su enemigo de la niñez se había convertido en un hombre serio, un hombre de palabra y que podía intuir cumplía sus promesas. Se preguntaba cómo sería la vida después de la boda y como sería la dinámica ¿Tendrían que vivir bajo el mismo techo? Se revolvió en la cama. No habían tocado ese tema. Y era importante, muy importante a su parecer. Mañana a primera hora le cuestionaría ese tema en específico. Draco Malfoy podría no hacer nada y podría tener suficientes galeones como para que unos tres Malfoy más vivieran cómodamente pero como estaba rompiendo patrones había dedicado sus últimos años a financiar diversos emprendimientos mágicos. Había colaborado con Neville Longobottom para financiar la preservación y cultivo de plantas, algas y hierbas mágicas cuyos fines serían médicos y para diversos tratamientos. No podía quejarse. El negocio de Neville era bastante lucrativo, entonces después se vio positivo y junto a Potter financiaron la creación del primer santuario recreativo para la preservación y rescate de creaturas mágicas que Hagrid lideraba. Así se fueron sumando más y más negocios. Pero lo que más le apasionaba era el tema de las posiciones. Había heredado algunas anotaciones de Severus, replicaba algunas posiciones y practicaba para crear nuevas. Alguna que otra la logro patentar. Y por solo mencionar la última había salvado la vida de pequeños neonatos. Dejo de escribir cuando alguien llamó a su puerta. Eran las nueve y media de la mañana. La joven bruja que fungia como asistente se acercó a dejarle un té -Señor, Malfoy la señorita Granger lo espera afuera. —Hazla pasar, Greta y la próxima vez simplemente hazla pasar ... Es mi prometida. La chica asintió y salió para indicarle a Hermione que la estaba esperando Draco. — ¿Mañana ocupada? —Solo reviso unos pendientes — su camisa está remangada y pudo divisar la marca que le recuerda el pasado tormentoso del que Ron hizo énfasis ayer. — ¿Cómo sigue tu herida? —No fue nada, Weasley no sabe pegar realmente. —Malfoy... Él alza la cabeza y la ve. Percibe que algo trata de decirle —Dime lo que sea, creo que nunca has sido una mujer insegura... —Quería saber que pasará después de la boda. Draco se recargo en su silla mientras ella permanecía de pie frente a su escritorio. Los ojos de Draco parecían lagos profundos, se notaban más obscuros de lo habitual. —Te mudaras a la mansión, es lo más lógico a mi parecer. —Quiero conservar mi departamento — respondió rápido — Después de todo... No es algo que  vaya a ser para siempre... Y no quiero tener el problema de buscar un lugar después. —No deberías pensar en eso. —Pienso en todo. —Lo cuál es un hábito molesto, desgastante y poco agradable. Me imagino que no duermes mucho por las noches. Ella se sonroja un poco y él sonríe —No deberías preocuparte por cosas que no han sucedido pero ¿Qué más necesitas saber? Hermione se sentó en la silla frente a su escritorio y tomo un papel, y pluma. —Ahora que lo mencionas — comenzó a garabatear — ¿Dormiremos en habitaciones separadas? —Hay muchas en la mansión así que sí... Si es lo que deseas — volvió la vista a sus libros de negocios mientras ella continuaba anotando los puntos de la relación. —No quiero que gastes más en mí, yo gano mi propio dinero... —El dinero no es problema, serás mi esposa debo proporcionarte todo. —Pero no es real. —No me interesa, haz lo que gustes con tu dinero pero yo solventare los gastos de ropa, comida y demás que puedas tener. Ella parecía ofendida pero Draco no iba a cambiar de parecer — ¿Saldrás con otras personas? El rubio volvió a dejar sus cosas y la miro con intriga — ¿De que hablas? —Ayer Ron me hizo ver qué un hombre tiene "necesidades" y por ende... Draco se puso de pie y camino hacía ella. Volteo la silla y se colocó a su altura —No me compares con Weasley y su carente capacidad de mantener sus hormonas en línea— si, parecía ofendido y molesto —No voy a buscar mujeres, no voy a exigir nada de ti... —Entiendo, no tienes por qué molestarte creí que era algo propio de ustedes. —No todos los hombres somos imbéciles, Granger. Draco volvió a su lugar y le resultó gracioso verla tan cohibida, recordó la plática con Potter y no pudo evitar molestar un poco a Granger. —Anota otro acuerdo— ella afirmo y se preparó para escribir —Se llamara Scorpius, miembro de Slytherin. Ella escribió y luego lo miró con cierta intriga — ¿De que hablas? —Nuestro primogénito, Potter tocó el tema. Las mejillas de Hermione estaban en exceso rojas. Mataría a Harry en cuanto le fuera posible.
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