Rafael
2 de julio de 2025, 22:33
Notas:
Tenía ganas de hacer algo más enfocado al trabajo de los ángeles como protectores de la humanidad y pensé que Rafael sería perfecto para eso.
—Mamá... tengo mucho frío...
La madre miró angustiada a su pequeño. Se sentía impotente mientras le ponía otra manta encima. —Lo sé querido, pero no te preocupes, llegando a fin de mes podremos llevarte al doctor, te lo prometo.
—Perdón por ser una carga...
—No, no corazón no digas eso. No eres una carga, eres nuestro pequeño, daríamos todo para mantenerte a salvo.
—¿Me voy a poner bien?
—Claro que sí corazón. Por ahora tú pídele a Dios para que alivie tu malestar hasta que podamos llevarte al hospital ¿si?
El niño asintió y recibió un beso en la frente de parte de su madre. Después de darse las buenas noches lo dejó solo en su cuarto, con solo la luz de la luna alumbrando a través de su ventana.
El frío era terrible, aun con todas las mantas no podía entrar en calor. Había escuchado a sus padres discutir muchas causas del que podría ser pero nada era seguro hasta que fueran a otro doctor. Habían ido ya con varios pero ninguno tenía la respuesta a qué le ocurría y su familia ya había gastado mucho dinero en las consultas.
Se sintió mal por causarle esos problemas a sus padres. Miró el techo y pensó en lo que le dijo su mamá. Con voz débil empezó a recitar una oración que le habían enseñado. Se tropezaba con sus propias palabras, empezó a sentirse mareado y su vista se nubló. Pero aún pudo escuchar la ventana de su habitación abrirse.
No pudo ni siquiera girar su cabeza para ver quien era pues ya no tenía fuerzas. Pero pudo distinguir una figura que se puso a su lado. Parecía un ser con una mochila blanca en su espalda. De piel morena y cabello castaño por debajo de los hombros. Si era un hombre o mujer era difícil de decir con su débil visión.
El pequeño empezó a ponerse muy nervioso, por no decir alterado. No conocía a nadie con las características de esta persona. Pero el ser alado puso una mano en su pecho y una repentina paz lo inundó.
—No temas, pequeño, vengo aquí con la misión de ayudarte.
Por primera vez en mucho tiempo sintió la calidez recorrer su cuerpo. El calor nacía de donde el ser tenía puesta su mano en su pecho y se extendía a todas sus extremidades. Se sintió bien después de tanto agobio que le provocaba ese frío perpetuo. Cerró los ojos sintiéndose en paz y cuando los volvió a abrir ya no había nadie a un lado de su cama.
El pequeño estaba con energías renovadas y se levantó para dirigirse a la ventana que aún seguía abierta. Vio frente a su casa a aquel ser con más claridad. Llevaba una túnica blanca y sus ojos eran de un color ámbar. Además de lo que pensó que era una mochila eran en realidad un par de alas blancas.
El niño lo miró sorprendido y el ángel solo le sonrió en respuesta, despidiéndose con su mano antes de abrir sus alas para alejarse volando.
El pequeño salió corriendo de su habitación llamando a su mamá para contra lo que había pasado. Pero su madre apenas escuchó lo que decía pues estaba más inmersa en su alegría al ver a su pequeño sano de manera milagrosa.
Notas:
¡Si les gustó les agradecería que dejasen su voto y su comentario! Bye bye 💖