Lucifer y Paimon
2 de julio de 2025, 22:33
Notas:
Esta es una pequeña saga de drabbles sobre la paternidad de Lucifer y Paimon, luego Rafael y Hermes y finalmente Gabriel y Miguel, sobra decir que aquí habrá referencias al mpreg, así que si no les gustan estos temas pues mejor ni cheque estos caps jsjsjsjs.
También el orden fue decidido por votación en mi canal de WhatsApp, pueden unirse a este a través del Link en mi perfil.
Los pasos de Lucifer resonaban por los lúgubres pasillos de su palacio. No había sirvientes a la vista pues todos tenían estrictamente prohibido andar por esta área restringida del palacio.
Todo con el propósito de proteger a la que era probablemente la única fuente de inocencia en el infierno.
Se detuvo frente a una enorme y pesada puerta, con símbolos brillando esporádicamente en su superficie, muestra del sello protector que puso en esta. Pero solo bastó un movimiento de su mano para que estos desaparecieran al instante.
—Voy a entrar —dijo suavemente como único anuncio de su llegada.
Al abrir la puerta el cuarto era un total contraste con el resto del palacio. Paredes de un color perlado y decoraciones de oro qué casi evocaban a los viejo recuerdos que aún se tenía de la vida en el cielo. Muebles de madera clara y unas ventanas qué, aunque no dejaban ver el exterior, estaban adornadas con vitrales que mostraban algunos de los momentos más gloriosos de Lucifer.
Y en medio de todo estaba Paimon, frente a una cuna dorada. De espaldas a Lucifer mientras se mecía suavemente y murmuraba algo por lo bajo.
—Llegaste temprano.
—No tenía ganas de lidiar con el resto de reuniones así que las cancele.
—No puedes simplemente cancelar las reuniones que te tomas meses en aceptar, Lucy.
—Soy el rey de Pandemonium y ellos mis subordinados. Si no les gusta que intenten cruzar con vida el desierto para establecerse en otro reino o que se aguanten.
—Contundente como siempre, mi señor.
Finalmente Paimon se volteó para mirarlo, sosteniendo en sus brazos un una bebé envuelta en mantas.
—Pero modera más tu tono, la pequeña esta mu cómoda en su siesta.
Lucifer se acercó más, hasta ver a la pequeña. Una tierna bebé de cabellos ondulados y azabache. Podía ver algunas de las plumas de color camel sobresalir de su espalda donde la manta cubría sus pequeñas alas y su colita de leona salir por un pequeño corte hecho específicamente para que pueda moverla libremente.
Ese ser tan pequeño era suyo. Su legítima hija.
Su atención a la pequeña no pasó desapercibido para su concubino. —Aún no te puedes creer que seas un padre ¿verdad?
—Solo no entiendo porque no es...
—¿La encarnación del mal? ¿Una amenaza andante? ¿La viva imagen de un posible soberana del trono de Pandemonium?
—Si, eso —dijo con un dejó de frustración.
Paimon no pudo evitar burlarse un poco de Lucifer. —Mi rey. Ella aún es una recién nacida, no tiene mucho que me alivie. Es normal que aún no haya algo de maldad en su espíritu, pero dale tiempo, ya veras como en un futuro ella podrá darte pelea en quien abusa más de su posición de poder.
—¿Solo a mi? No es como si tu propio reino se haya erguido porque fueras un ejemplo de justicia y dignidad.
—No, pero al menos tiene más clase que Pandemonium. Pero basta de tonterías, ¿quieres cargar a Gehenna o la vuelvo a poner en la cuna?
Lucifer hizo una mueca. Aún extrañado por la idea de algo tan mundano como el sostener a su hija pero al final extendió los brazos.
El rey del oeste colocó suavemente a la bebé en sus brazos mientras Lucifer intentaba no dejarla caer. —Vamos, háblale.
—... Hola... Tu
La pequeña solo se revolvió en sueños.
—¿En serio eso es lo mejor que tienes? —preguntó Paimon alzando una ceja.
—Aún sigo aprendiendo déjame en paz.
—Lucifer, pasaron veinte meses para sacarla de mi cuerpo. ¿De verdad en ningún momento se te ocurrió revisar un libro de crianza?
Lucifer se dio la vuelta para que no viera la humillación en su expresión. —¡Tenía cosas más importantes que hacer!
—Oh, claro. Como vaciar toda esta área del palacio para ocultarme del mundo hasta que naciera Gehenna. ¿O me equivoco, mi rey de la precaución?
Lucifer gruñó en respuesta. Sabiendo bien que cualquier cosa que dijera Paimon encontraría como usarlo en su contra. Pero el suave gorgoteo de Gehenna mientras dormía pudo suavizar su expresión.
Solo un poco.
Notas:
Rey de Pandemonium local no tiene ni prra idea de como cuidar un bebé.
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